Saltar al contenido

10 clichés menos clichés de París

Conéctate para seguir esto  
AlexMexico

3353 visitas

París es una ciudad mundial. Solo así se le puede describir por el poder y la influencia que ha tenido en el mundo entero durante siglos. Se hable de gastronomía, moda, ciencias, artes, la metrópoli no es solo la capital de Francia, sino la cuna de corrientes que han llegado a cada rincón del planeta.

Por eso, al igual que aglomeraciones como Londres, Nueva York o Tokio, París es una ciudad que hay que vivirla.

Los últimos ocho meses de mi vida los he pasado precisamente en Francia. Y en repetidas ocasiones he podido visitar París, desde sus últimos días de cálido verano hasta la húmeda llegada de la primavera. Y hospedarme con locales cerca de la Gare du Nord, Sentier o La Défense me ha acercado más a la experiencia de “vivir la ciudad”.

Sin embargo, como turistas pocas veces tendremos la oportunidad de permanecer más que unos cuantos días. Pero más allá de la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, la Basílica de Sacré Coeur o el Museo de Louvre, existen otras buenas atracciones que son en menor medida un cliché parisino. Y aunque todas siguen siendo turísticas, algunas pueden acercarnos a una experiencia más local.

Cementerio del Père Lachaise.

Al este de París, en su distrito XX, se encuentra uno de los cuatro antiguos cementerios que se construyeron a las afueras de la ciudad en el siglo XIX para dar una noble y decente sepultura a los difuntos, sobre todo a las grandes personalidades de la aristocracia.

large.DSC03284.JPG.022820e7888bd146eb1ea672d6af8645.JPG

El cementerio rinde homenaje al que fue confesor de Luis XIV, François d'Aix de La Chaise. Pero hoy no es solo un panteón colmado de tumbas, vegetación y gatos callejeros. Es de hecho un parque donde muchos parisinos acuden a dar un paseo.

large.DSC03286.JPG.65bd185860bd9dacd36062e75ec2a3e0.JPG

Al principio una caminata por un cementerio se me hizo muy poco interesante. Pero la elegancia de las tumbas (más bien mausoleos) allí levantadas nos habla de cuántos ciudadanos ilustres han pasado por París.

Entre las personalidades fallecidas con las que podemos toparnos resaltan Oscar Wilde, Jim Morrison o Frédéric Chopin.

large.DSC03285.JPG.df1258a5b49da4c42e7ee10bdf2c626f.JPG

Aunque la mayoría no sean personas que nosotros conocemos es reconfortante acercarse a cada lápida y leer el epitafio que nos hará descubrir de quién se trataba. Un antiguo alcalde, la esposa de un famoso novelista, una reconocida bailarina de Montmartre o un aclamado pintor de la Belle Époque.

Musée d’Orsay.

Bien, este sí que un cliché y hay que aceptarlo. Pero todavía menos cliché que el Museo de Louvre.

Como segundo museo más visitado de París, el Museo de Orsay es quizá la segunda colección de arte más interesante de Francia. Desde que nos aproximamos a su exquisito edificio que solía albergar a la estación de trenes de Orsay justo en a la orilla sur del río Sena, el museo nos seduce con un rinoceronte de bronce que nos invita a descubrir el arte vanguardista.

large.DSC03288.JPG.04f75aec669d24ab5e0ce95ee66394fe.JPG

Si el Museo del Louvre resguarda las obras de la Antigüedad, Edad Media y Edad Moderna, el Museo de Orsay nos acerca al arte de vanguardias surgidas desde la mitad del siglo XIX hasta principios del XX, antes de comenzada la Primera Guerra Mundial.

Durante este corto período el arte se revolucionó en Francia y en Europa, con artistas que deformaron la realidad visual para expresar de diferentes formas lo que hay dentro de cada elemento que nos rodea.

large.DSC03294.JPG.2b38afdb46b96da3af061e4f2df4a5be.JPG

Desde el realismo de Gustave Courbet, con su obra cumbre El origen del mundo hasta la simplicidad de los animales de François Pompon, como su célebre Oso Blanco, expuesto en una de las salas al fondo.

large.DSC03292.JPG.7a9ce1ac2b56a5ea22cc2ebeb91cf6af.JPG

El museo no solo nos deja admirar la belleza que los parisinos se esmeraban por crear en cada nueva estación de tren, sino una hermosa pinacoteca que expone con orgullo a los más aclamados artistas franceses de la Época Bella.

large.DSC03304.JPG.17b56309530cf0b02f0f4fb34b186527.JPG

Para los amantes del impresionismo, el Museo de Orsay resulta tener la mayor colección de obras impresionistas y postimpresionistas del mundo.

Así, sus muros deleitan a los visitantes con obras maestras de figuras como Claude Monet, con sus Campos de Tulipanes de Holanda o las Catedrales de Rouen.

large.DSC03330.JPG.38639da649814b1571844af75b4c61a6.JPG

Eugène Delacroix, Édouard Manet, Camille Pissarro, Pierre-Auguste Renoir, Gustave Caillebotte. Aunque uno de los más famosos, no nacido en Francia sino en Holanda, es Vincent van Gogh.

Si bien la mayoría de su obra se encuentra resguardada en el Museo Van Gogh en Ámsterdam, el Museo de Orsay es un buen aproximamiento al pintor, con varios de sus cuadros postimpresionistas, incluyendo uno de sus más famosos autorretratos.

large.DSC03306.JPG.ed63a22009f86c226fc6174453ca7585.JPG

En las salas de sus últimos pisos el museo expone también algunas piezas comunes durante el apogeo del Art Déco y el Art Nouveau en París, que influyeron en la arquitectura de un sinfín de edificios en el mundo entero.

Lo mejor del museo no es solamente la increíble colección de la que nos deja ser testigos, sino también las maravillosas vistas que se tienen desde su planta alta, donde podemos tomar un café y comprar libros en su boutique.

large.DSC03323.JPG.a05c66c0502a315b27591c6196f0094c.JPG

Desde la Plaza de la Concordia hasta la colina de Montmartre, París siempre tendrá un bello paisaje que ofrecer desde las alturas.

Les Invalides.

Es un edificio al que todos los turistas ponen atención. Es imposible no verlo al cruzar el río Sena desde la Concordia, los Campos Elíseos y al atravesar el Puente de Alejandro III. Pero cuando no tenemos tiempo más que para correr y subir a la Torre Eiffel para una foto este palacio suele pasar desapercibido.

large.DSC03339.JPG.84c7c8d37da58d45951dd6c8a37dc87b.JPG

El nombre es muy curioso. “Les Invalides” se traduce así mismo, “Los Inválidos”. Se trata de un antiguo palacio construido en el siglo XVII destinado a ser la residencia real de soldados y militares franceses en el retiro. De ahí su nombre, era la casa de héroes de guerra inválidos.

Hoy sin embargo ya no aloja a soldados heridos y sumidos en la depresión postguerra. Hoy el palacio alberga al Museo del Ejército.

large.DSC03346.JPG.97a231ad57a61e8650c1cdc17250d91c.JPG

Si bien suele ser poco atractivo para muchos, la guerra ha sido un elemento presente en la historia de todas las naciones del mundo (así de lamentable). Francia es y ha sido una potencia militar por siglos y no duda en exponer sus más grandes proezas y armamentos militares.

Las colecciones originales del museo nos llevan desde el nacimiento de la nación, en la Edad Media. Espadas, ballestas, arcos y armaduras de hierro que sirvieron para defender al Reino de los francos durante décadas, como las épicas batallas de Juana de Arco contra los ingleses.

large.DSC03348.JPG.e47cff7ab043b2d8498858a70b90811e.JPG

La cantidad de guerras que ha sufrido Francia es infinita, como muchos de los países europeos, teniendo roces con Inglaterra, Prusia, España, Italia…

La línea cronológica es un buen método para conocer un poco más de la historia bélica del país y de Europa. En las salas se muestra la evolución de las tácticas de guerra y de las armas conforme la tecnología avanzaba.

En sus últimos salones se habla de las guerras más recientes, la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

large.DSC03358.JPG.1c03998e5c6e7c1e5d7dcca24fff5e4d.JPG

Con uniformes y armas originales se cuenta lo vivido durante la ocupación nazi y la resistencia que Francia ejerció durante los años cuarenta (que en mi opinión no fue mucha).

large.DSC03365.JPG.b82cd19ec7d2d711a69d9a556bc3a8b8.JPG

Se exponen los carteles originales que se ocupaban para reclutar soldados en varias partes del mundo para ayudar a sus nacionales en los tiempos más difíciles.

Pero Les Invalides no es famoso solo por el Museo del Ejército. Más bien genera una especie de curiosidad en muchos porque en su bóveda sur yacen los restos de Napoleón Bonaparte.

large.DSC03352.JPG.f29210ed6cd2b7e2203ffde24478759a.JPG

El emperador francés pasó sus últimos días en la remota isla de Santa Elena. Pero el rey Luis Felipe I de Francia hizo que sus restos fueran trasladados a París en 1840, año desde el cual se depositaron en el palacio.

large.DSC03355.JPG.c74a0cff0df8de2e08accf6e673e88a1.JPG

Hoy su tumba es visitada por miles de turistas ansiosos por presenciar la leyenda militar francesa.

Le Petit Palais.

Sea desde la pasarela del río Sena o la famosa avenida de los Campos Elíseos, hay dos edificios que ningún peatón o conductor puede pasar por alto. El Grand y el Petit Palais, o en español, el Gran y el Pequeño Palacio.

Son dos palacios hermanos que fueron alzados durante la exposición universal de París en 1900 como otra muestra del poder de la ciudad en el planeta.

large.DSC09827.JPG.b7d337a55b1c2f4d08713d10bb41e139.JPG

¿Qué podemos hacer en el Petit Palais? Es otro pequeño pero interesante museo, perfecto para un aburrido domingo en la metrópoli. O si estamos de paso por el barrio y está lloviendo fuera nada mejor para resguardarnos de las nubes que dentro de esta exquisita mansión.

large.DSC09828.JPG.2efff8398513a98491919bcbb31a2203.JPG

El palacio está construido alrededor de un patio central ideal para un café y una tarde relajada con un libro en la mano.

El museo nos ofrece una colección de pinturas y objetos de la Edad Media y el Renacimiento. Aunque quizá sea más interesante la colección de pinturas de maestros como Delacroix y Courbet, bastante bien reconocidos en París.

large.DSC09836.JPG.019dbe50e57a77d62ba75518c00bbb9a.JPG

En varias de sus salas se exponen también mobiliarios originales y recreaciones del siglo XVIII que nos dan una idea de cómo lucía la aristocracia francesa hace 300 años.

Parc des Buttes-Chaumont.

París cuenta con muchos parques y jardines que la dotan de una buena cantidad de hectáreas verdes para el escape de la loca capital.

Todos tienen su encanto, y la mayoría están rodeados por cafeterías y brasseries donde podemos tomarnos una cerveza. Aunque lo mejor es llevar nuestra propia comida y bebidas para hacer un picnic (beber alcohol en los parques no suele estar prohibido en Francia, y podemos comprar un vino en el supermercado por dos euros).

Si como yo se encuentran cerca de la Gare du Nord, en el norte o noreste de la ciudad, una excelente opción es visitar el Parc des Buttes-Chaumont.

Es uno de los jardines públicos más grandes de París, creado en el siglo XIX por Napoleón III, quien aprovechó las antiguas canteras de piedra y yeso en la zona.

large.DSC09848.JPG.5847f0090fc3b300c016e32a4681e436.JPG

Como muchos de los jardines, este parque posee un lago interior en su centro, donde decenas de aves buscan comida con los visitantes. ¿Qué lo hace especial? Que en medio del lago se alza una colina de piedra de unos 30 metros con puentes y una pequeña cascada, escenario de algunas sesiones de fotos parisinas.

Es posible subir a la punta para tomar un descanso bajo el pequeño kiosco en lo alto, llamado el Templo de la Sibila.

large.DSC09852.JPG.f3d74825e0c782cfce7e12f5e0964b31.JPG

Y desde allí se tiene una maravillosa vista de la colina de Montmartre en el oeste, con la Basílica de Sacré Coeur que la domina como en todas las postales. Sin duda la mejor parte de visitar este cautivador jardín.

La Défense.

A pesar de ser una enorme capital mundial, París no cuenta con un skyline gigante y particular que la distinga ante metrópolis como Nueva York, Tokyo o Londres, con sus conjuntos de modernos edificios.

Pero París lo ha hecho bien. Su gobierno local ha sabido conservar la arquitectura típica haussmanniana (esos edificios con tejados azules) desde la renovación de la ciudad durante el Segundo Imperio en el siglo XIX con Napoleón III.

large.DSC09917.JPG.cd51ee0e913e834d1ba75c92502aa388.JPG

De esta forma, casi toda la ciudad dentro de su anillo periférico conserva ese aire antiguo que logra transportar a sus habitantes y turistas a una Belle Époque contemporánea.

Pero para los amantes de lo moderno París también sabe defenderse. Y se defiende con La Défense.

La capital francesa es también un importante centro de negocios. Y como debe ser, posee su propio centro financiero que forma quizá el único skyline de la metrópoli.

large.DSC09912.JPG.328e5a4ebc8e2419882040b00ad084c7.JPG

La Défense está estructurada en torno a su explanada central, donde se yergue un enorme arco, el Arco de La Défense.

Algo curioso es que este arco está perfectamente alineado con el Arco del Triunfo en la avenida de los Campos Elíseos y con el Arco del Triunfo del Carrusel en el Jardín de las Tullerías, frente al Museo del Louvre. De esta manera forman una línea recta que puede ser vista desde cualquiera de las tres monumentales estructuras y desde puntos céntricos como la Plaza de la Concordia.

large.DSC09913.JPG.940b7f6297aa2e1d448e5cab85ecc38d.JPG

Los edificios alrededor del arco albergan a una multitud de empresas internacionales y son el conjunto de oficinas más grande de Europa.

El paisaje urbano es maravilloso, aunque poco se puede hacer allí. No hay tiendas, centros comerciales, bares ni discotecas. Pero sentarse a las orillas del río Sena para admirar su grandeza o contemplar una puesta de sol tras los gigantes de cristal y concreto es otra vista que no muchos se esperan de París.

large.DSC09915.JPG.ddf05ffe4c32710576e624e5d82e4eeb.JPG

Cabe decir que La Défense está oficialmente fuera de París. Está ubicada en los suburbios, por tanto en la zona 2 según el sistema de transporte urbano. Por ello nos costará más caro que un ticket normal de metro si tomamos el RER. Pero llegar directamente a la estación de Gran Arche de La Défense no es quizá la manera de tener la mejor vista. Más bien la conseguiremos caminando por toda la avenida de la Grande Armée desde el Arco del Triunfo o tomando el metro hasta la estación Pont de Neuilly.

Musée Carnavalet.

París tiene cientos de museos, es verdad. Y cada uno es un universo. Pero solo existe un museo dedicado a contar la historia de la misma ciudad.

El edificio que hoy alberga al Museo Carnavalet solía ser un hotel que llevaba el mismo nombre. Está ubicado en pleno centro de la ciudad, en el barrio del Marais.

large.DSC09927.JPG.2d5b2b515c4a054a22c0a96a5ced3f28.JPG

No solo podremos deleitarnos con su bella arquitectura y sus simétricos y perfectamente cuidados jardines. El museo nos transportará en el tiempo desde la fundación de la ciudad en la Edad Media hasta los instrumentos más recientemente conservados.

large.DSC09928.JPG.9dee3b6c0d7bfeffb8e5059863b54fdf.JPG

Si alguna vez hemos soñado con vivir esos años en los que todo se anunciaba con lápiz y papel, se transportaba a caballo, se comía en vajilla de porcelana, se buscaba el pan caliente a diario con el panadero, se enviaban telégrafos y se acudía a los cabarets de Monmartre, este museo es lo que necesitamos.

large.DSC09930.JPG.0632de472674888e5f82c3deadf51a77.JPG

Con procedencia cien por ciento original, el Museo Carnavalet ha logrado recaudar piezas de muchas de las épocas parisinas. Letreros de la primera línea del metro en 1900, anuncios de una obra de can can, adornos de una casa desaparecida, ropa de las aristócratas que se paseaban por las Tullerías los domingos, una taza de té en la que bebió un Barón, la puerta de entrada a una taberna de los suburbios.

large.DSC09931.JPG.23fa2ae147bab5238c9e5ef0d8d25360.JPG

Con mapas, maquetas y recreaciones es la oportunidad de acercarnos aún más a lo que ha sido y es hoy día París.

Place des Vosges y la casa de Víctor Hugo.

En el mismo barrio de Le Marais (con una vasta presencia de judíos y hoy también barrio gay) se encuentra la plaza más antigua de París, donde hoy los locales y turistas toman el sol cuando el clima lo hace posible.

large.DSC09944.JPG.cb3b18dad82ebe82de3c374a28f9f4d3.JPG

Fue pionera en el diseño de plazas reales en toda Europa, aunque su residencia real no dio cabida a los reyes por muchos años. Pero dio alojo a muchos aristócratas de la época.

Entre los más reconocidos y admirados por el mundo entero se encuentra Víctor Hugo, autor romántico que se ha convertido en un símbolo de la literatura francesa.

large.DSC09950.JPG.5d548fe79328e1020af0e404ae96f1e9.JPG

En un apartamento en una de las esquinas de la plaza cuadrangular Víctor Hugo vivió sus años antes de autoexiliarse en Bruselas, debido a su participación en la política de la cambiante Francia del siglo XIX.

En ese acogedor piso escribió algunos de sus poemas y obras que pasarían a la posteridad de la nación francesa.

large.DSC09952.JPG.81a49e0e7bf35f50c7a2bef25c9ea92c.JPG

Incluso con un salón chino y la cama donde falleció, su modo de vida puede inspirar a muchos amantes de la literatura que, como a mí, Víctor Hugo ha atrapado hasta el último renglón.

Jardines de Luxemburgo.

Como una especie de jardín real para el Senado de Francia, los jardines de Luxemburgo son quizá el parque público más famoso de París. Eso quiere decir que siempre habrá mucha gente. Pero es difícil encontrar una atracción turística sin mucha gente.

No obstante, vale la pena transportarnos hasta la parte sur del Sena (no muy lejos de la Catedral de Notre Dame) para perdernos por sus senderos y comer un helado frente al fascinante Palacio de Luxemburgo.

large.DSC09963.JPG.6c7b56d6565140da49b74d6cb109c33e.JPG

Es un destino perfecto para familias, con actividades, juegos y renta de ponis para los pequeños.

large.DSC09971.JPG.11fb42a9c1274924042c60f2236faf6a.JPG

Una de las curiosidades que debe ser visitada es la Estatua de la Libertad original. Eso mismo. La famosa Estatua de la Libertad que recibió a millones de migrantes en la desembocadura del Río Hudson y que hoy sigue siendo símbolo de Nueva York y de los Estados Unidos fue un regalo de Francia.

large.DSC09966.JPG.e4d923e7e18a639359141b20afd21910.JPG

Fue diseñada y creada en París por el escultor Frédéric Auguste Bartholdi. Y antes de llevar a cabo el enorme proyecto que dotaría de identidad a los estadounidenses, Bartholdi elaboró este modelo a escala que más tarde regalaría a la ciudad de París, y que hoy es expuesto en los jardines de Luxemburgo como una memoria de la dama más famosa de América.

El Panteón.

La increíble e imponente iglesia de Saint Étienne du Mont en el corazón del Barrio Latino de París ha atravesado por muchas controversias, pasando de ser repetidas veces un centro de culto católico a un centro de culto para los ciudadanos ilustres.

large.DSC09977.JPG.f8d5be8936bec455c2f6b6bc2b583e95.JPG

Pero esta última función concluiría su cometido con el entierro de Víctor Hugo en su cripta en el año 1885.

Así, visitar el Panteón de París significa visitar los restos de las personas que más han marcado la historia de Francia (en el mejor sentido).

Sus catacumbas reciben a los visitantes con el encare de los dos filósofos ilustrados más relevantes y eternos rivales: Jean-Jacques Rousseau y Voltaire, cuyas ideas opuestas legaron una revolución en Europa y el mundo entero.

large.DSC09984.JPG.dce9b5daf4f6a83c210047418243fd6f.JPG

Otros de los personajes célebres en sus tumbas son Marie Curie (premio Nobel de Física y Química), Émile Zola (padre del naturalismo) y Louis Braille (creador del sistema Braille de escritura y lectura para débiles visuales).

large.DSC09985.JPG.e2a498df325cbc2f007014f17596254c.JPG

Otra de las atracciones del Panteón es el Péndulo de Foucault, un experimento que desde 1851 demostró la rotación de la Tierra al haber sido colocado desde lo alto de la cúpula hasta casi tocar el suelo.

large.DSC09982.JPG.2e05978a4c891bbff92bb092903ac660.JPG

París es la Ciudad de las Luces. Y no por ser la mejor iluminada, sino por la cantidad de personas ilustres que por ella han pasado.

Sus rincones e historias son simplemente infinitos, y ningún artículo podrá nunca abarcarlos todos. Pero algo es seguro: siempre querremos volver a ella. <3


  • Muy Bueno 3
Conéctate para seguir esto  


5 Comentarios


Recommended Comments

Había leído ya un poco sobre el Panteón y Les Invalides, pero nunca los he visitado. Solo he estado una vez en París así que habrá que volver.

Compartir este comentario


Enlace a comentario

Me encantan todos los jardines que tiene París. Ya veo por qué a sus habitantes les gusta tanto la ciudad!

Compartir este comentario


Enlace a comentario

Está bueno salirse de lo "esencialmente turístico" para conocer otros lugares, pero es verdad solamente hacemos eso cuando tenemos tiempo, cuando estamos más que un par de días en una ciudad. Quien no ha soñado nunca con vivir un tiempo en París? :)

Compartir este comentario


Enlace a comentario

Me gusto mucho el Pequeño Palacio y esos jardines tan bien decorados. París es sensacional.. cuántos días habrá que dedicarle para conocer todo? Me refiero a lo más turístico pero también a lo menos conocido!

Compartir este comentario


Enlace a comentario
  • Blogs

    1. AlexMexico
      Último Relato

      El transcurso de una vida urbana puede fácilmente tornarse en algo rutinario, incluso en la grandeza de la Ciudad de México donde, no importa cuándo, siempre se encuentra algo por hacer.

      Si bien, la rutina es algo que se puede fácilmente esquivar en la capital mexicana, hay algo de lo que es imposible escapar. La contaminación y la gente. Un pacífico fin de semana, a solas en el aire fresco, es una demanda de colosales magnitudes en una de las metrópolis más pobladas del mundo. Pero hay algo que la hace única, a pesar de su estresante e incesante actividad.

      Hace casi 700 años, los mexicas (mejor conocidos como aztecas) decidieron construir su capital en uno de los más bellos paisajes del Aztlán, la tierra que ellos consideraban su mundo. Fue en un islote, en medio de un lago rodeado por montañas, donde fundaron Tenochtitlán, lo que hoy todos conocemos como Ciudad de México.

      Los alrededores de Tenochtitlán están cercados de impresionantes paisajes naturales, que dejaron en claro por qué Mesoamérica fue y será el cuerno de la abundancia. Es así que escapar de la ajetreada vida capitalina es, incluso hoy, una tarea fácil.

      Aquella vez, la decisión para reposar un fin de semana fue tomada por Sediel, uno de mis mejores amigos con cuya novia haríamos el viaje. Con una tienda de campaña casi nueva, un saco de dormir y una mochila sedienta por querer ser utilizada, el estado de Hidalgo fue lo que atrajo nuestra atención.

      Contiguo al Estado de México, Hidalgo cuenta con pueblos coloniales, grutas, aguas termales, bosques, cañones, cascadas, minas y un sinfín de interesantes propuestas de aventura. Y muy cerca de Pachuca, su capital, el pueblo de Huasca de Ocampo fue el destino elegido.

      La pequeña localidad nació en la época colonial española, cuando la producción minera atrajo a adinerados hacendarios europeos, que usaron la mano de obra indígena para la explotación.

      El pueblo creció alrededor de cuatro grandes haciendas, y aunque en el declive de la zona (cuando México se volvió independiente) muchos edificios quedaron casi en ruinas, en el siglo pasado se restauró para hacerlo un pueblo de paseo para turistas.

      Son varias cosas que hacen especial a Huasca. Su café, sus leyendas (que incluyen a duendes y brujas) y, sobre todo, su hermosa situación geográfica.

      Ubicada entre la Sierra de Pachuca y el Valle de Tulancingo, los paisajes aledaños a Huasca son un deleite visual, perfecto para los cazadores de un reposo en la naturaleza. Así que en vez de quedarnos mucho más tiempo en Huasca decidimos seguir nuestra ruta hasta los prismas basálticos, uno de los principales atractivos del valle.

      Huasca se emplaza en el oriente del Eje volcánico transversal, una cadena de volcanes que atraviesa el país de este a oeste y lo corta por su parte central. 

      Hace un par de millones de años, el enfriamiento del escurrimiento de lava que se generó en esta zona formó columnas de basalto que tomaron formas de prismas pentagonales y hexagonales. El resultado es hoy una maravilla.

      large.IMG_20190824_144640.jpg.0c48c23272198b095d116bff2e88b058.jpg

      El conjunto de prismas encimados entre sí parecen una estructura de legos. Es difícil creer que la naturaleza haya creado formas tan inorgánicas por sí sola.

      large.IMG_20190824_145459.jpg.0269e319b1d1883d038525f4b5a5505e.jpg

      Accedimos a los prismas bajando unas escaleras que llevan hasta un pequeño corredor, por donde cae un arroyo. El agua es traída desde los ríos y las presas que alimentan de agua la comunidad de Santa María Regla, a la que pertenecen las columnas.

      large.IMG_20190824_145636.jpg.56bc9917dd8ddf3856486d05017710bb.jpg

      Aunque algunas de las pequeñas cuatro cascadas fueron arrastradas hasta allí por el hombre, no hay mejor manera de darle un toque más encantador a un lugar como aquel que con caídas de agua.

      large.IMG_20190824_145847.jpg.b4500355505d69782a9b43cdd53fab68.jpg

      El arroyo culmina en un pequeño estanque, al que se debe acceder desde la hacienda contigua. Es la llamada Cascada de la Rosa.

      large.IMG_20190824_143600.jpg.d56f92a00f147650b004e4e14feae76b.jpg

      Este lugar fue visitado y estudiado incluso por personajes como Alexander von Humboldt, durante sus viajes por América Latina. La UNESCO nombró al sitio como uno de los 30 geoparques de la Red global de geoparques.

      Aunque ya había sido testigo de columnas basálticas del mismo estilo en Islandia, verlas en México no hizo más que reafirmar que es un país que lo tiene todo.

      large.IMG_20190824_145811.jpg.14b65f0f918fffabc2053651f4308fb1.jpg

      Antes de que se hiciera más tarde, era momento de decidir dónde debíamos acampar. La zona de Huasca de Ocampo posee múltiples sitios para hacerlo. Pero al ser el último fin de semana del verano estudiantil, los campings y balnearios estaban repletos. 

      El pueblo no era una buena idea para huir del bullicio. Y con ganas de un contacto mucho más natural, decidimos escuchar la sugerencia de un chofer.

      Unos kilómetros al norte, lejos de la carretera, había un lugar llamado Peña del Aire. Nada habíamos escuchado sobre él. Incluso, encontrarlo en Google Maps no fue del todo fácil. La información en internet era casi escasa. Pues bien, eso lo hacía el lugar perfecto.

      Según se nos dijo, pocas personas llegaban hasta la peña, ubicada al borde un acantilado bajo el cual se extendía un enorme cañón. Y en lo alto, una zona de camping era ideal para pasar la noche, lejos de las luces, del ruido y de cualquier contacto humano.

      Aceptamos así un viaje en taxi hasta la peña. Y tras un arduo viaje por un feo y estrepitoso camino de ripio, el chofer nos dejó en un centro de visitantes, que no era más que una palapa.

      Peña del Aire es un parque ecoturístico protegido. Hay pocas casas y propiedades privadas dentro del terreno. Las únicas construcciones son casetas de vigilancia, cobranza y algunos puestos de comida y tiendas. 

      A solo unos pasos de aquel puesto de visitantes se abrió ante nosotros un enorme cañón, parte de la Sierra de Pachuca.

      large.IMG_20190824_162913.jpg.350c9539ce0d9147a8c5b5e6f15a24a5.jpg

      El nombre Peña del Aire se debe, precisamente, a una gigantesca peña que se yergue en uno de los costados de la barranca. Y sí, de hecho, parece que flota en el aire.

      large.IMG_20190825_074754.jpg.db6aef76f9cc2afaab61bb6971bbcee6.jpg

      Estas formaciones rocosas son características de las barrancas de la Sierra Oriental. Y el sitio perfecto para un centro ecoturístico.

      Una tirolesa de unos 70 metros de largo se tiende al lado de la peña y permite a los visitantes volar sobre el abismo. 

      large.IMG_20190824_161130.jpg.f2d0b50685a54026d10bd27a6a474bc8.jpg

      En la parte más baja, un río dibuja el camino del valle, junto al cual solo una pequeña iglesia se posa junto a un par de campos de cultivo. Al mirar abajo, creímos que sería un excelente lugar para acampar.

      large.IMG_20190825_082854.jpg.4d039adf3f6b2a9c16bda5d7a3323702.jpg

      Comenzamos el descenso con mochila al hombro, cuidadosos de seguir el mezquino sendero que nos guiaba. El calor era sofocante, pero valía la pena hacer el intento.

      large.IMG_20190824_165559.jpg.95b7673a3d99c3c04d923d9bd32ba95b.jpg

      Las vistas desde las laderas eran sencillamente magníficas. La vegetación parecía hacerse cada vez más verde y, a decir verdad, no era lo único colorido que apareció en nuestro camino.

      large.IMG_20190824_171113.jpg.8e952cf7964f7d886bee07d26718fbcf.jpg

      El curso nos llevaba por todo el costado de la barranca, pero poco simulaba bajar al río. Aunque los lugareños nos habían asegurado un rápido descenso, la travesía era más larga de lo esperado.

      Antes de seguir, supimos que algo no resultaría. Esperábamos el arribo de dos amigos más, y en lo bajo de la barranca la señal de telefonía era escasa. Sería mucho más fácil encontrarlos en lo alto del acantilado.

      Volvimos entonces, entregados al calor de la tarde que, por cierto, no tardaría en esfumarse para dar paso a un fresco atardecer.

      La planicie superior fue el mejor lugar para montar el campamento. Un terreno llano, pastoso y fresco donde, al parecer, seríamos los únicos en pasar la noche.

      large.IMG_20190825_073636.jpg.6383a48716d56584d45441068debdfc0.jpg

      Nuestros amigos no tardaron su arribo, por suerte, antes del ocaso. Y con las tres tiendas una junto a la otra, fue momento de armar la hoguera.

      large.IMG-20190824-WA0009.jpg.77a664d45f863b2c702ca5caffd1d666.jpg

      Una pila de malvaviscos y roles de canela fue el menú perfecto para el atardecer, que tras un cielo nublado se esfumó sin mucha presencia.

      Pero aquellas nubes de tormenta, cuyos relámpagos eran lo único que iluminaba el horizonte nocturno, crearon la atmósfera perfecta para las historias de terror que se avecinaban.

      Huasca de Ocampo es el sitio perfecto para alguien como Sediel, un fanático de las criaturas de fantasía. El pueblo está lleno de leyendas sobre duendes y brujas que moran los bosques circundantes, y que han hecho sus apariciones en repetidas ocasiones.

      De hecho, cuenta con su propio museo de los duendes. Y vaya que nuestro campamento simulaba ser su hogar, con una torre de metal en forma de sombrero que, de hecho, albergaba los únicos baños disponibles, a los que nadie se atrevía a entrar una vez caída la noche.

      large.IMG_20190824_184131.jpg.23fb9ff2d9188a2eba5f88ddd2238bc1.jpg

      Cuando el fuego se fue consumiendo, una extraña luz apareció detrás de los arbustos. Un color amarillo fluorescente de forma redonda se movía con delicadeza, y de repente palpitaba como el latido de un corazón.

      No le prestamos mucha atención, quizá era alguien con una linterna. Tras pocos minutos se esfumó sin darnos cuenta.

      A la siguiente mañana, los lugareños nos contarían que se trataba de una bruja. Aparecer como pequeñas centellas era su especialidad en aquella zona. Pues bien, al menos no decidió visitar nuestro campamento.

      El alba fue bastante frío. El sereno dejó nuestras carpas más que húmedas por fuera. Y no había nada que deseáramos más que un café caliente. Pero habría que esperar la apertura de los puestos.

      Entretanto, un temprano despertar fue la mejor decisión grupal tomada para poder ser testigos de un hermoso amanecer.

      large.IMG_20190825_072922.jpg.bd7d41cf891faffbb89e286c144fb089.jpg

      El sol se levantó sobre la sierra oriental, iluminando tenuemente la figura de cada barranca del cañón. Nada, sino el cantar de las aves, se podía escuchar en el abismo.

      large.IMG_20190825_072944.jpg.3185403fa8c1e9b9bb2e7d8b90cedcda.jpg

      Es lo que un grupo entero de capitalinos buscaba lejos de la metrópoli. La serenidad de una fría y verde mañana. Pero acompañada de un café de olla a la apertura del primer puesto, todo fue incluso mejor.

      Luego del desayuno fue momento de bajar a la peña, y contemplar el valle dibujado por los primeros rayos del sol.

      large.IMG_20190825_082119.jpg.79a591d6910e2445c5b1b09bcb1bc43f.jpg

      La bruma de la mañana poco a poco se retiraba, y dejaba al desnudo la vitaleza de un cañón que podía apaciguar todo pensamiento y todo presente.

      large.IMG_20190825_075008.jpg.88c234f177cc875fae9e62030d54f112.jpg

      Escalar la peña no era una opción segura, pero hasta la poca altura que pudimos llegar fue suficiente para sentirnos satisfechos en nuestro viaje.

      large.IMG-20190825-WA0043.jpg.359005b964a5fff6362e47bc2a05bab8.jpg

      Disfrutar de la barranca sin la presencia de turistas durante la noche y la mañana fue una excelente decisión, que nos daría el respiro necesario para volver a la vida de una colmada ciudad.

    2. flormdk
      Último Relato

      Hace un poco más de diez años que había visitado la provincia de Misiones para ir a un congreso cuando era estudiante de la carrera de la carrera de Licenciatura en Turismo... Estuve algunos días en la capital, la ciudad de Posadas y dos noches en Iguazú. En este momento todavía las Cataratas de Iguazú no habían sido declaradas como Maravilla Natural, no había una gran cantidad de turistas. A decir verdad, cuando fui al parque con mis compañeros estábamos solamente nosotros. Vale aclarar, que era temporada baja, era el mes de mayo.

      Hacía bastante tiempo que tenía ganas de regresar, por eso, en el mes de enero pasado, decidí tomarme mis vacaciones de verano en las Cataratas. Organicé un tour que empezó en Salta y terminó en Iguazú.

      Decidimos dedicarle 5 noches a la ciudad de Iguazú ya que sabemos que es una de clima subtropical donde puede haber abundantes lluvias que impidan salir a recorrer el parque.

      Llegamos a destino y nos recibió una lluvia afortunadamente no muy intensa. De todas formas, es bastante frecuente que corramos con esa suerte... siempre los destinos que visitamos nos reciben con lluvia pero los días siguientes suelen tener unas condiciones climáticas espectaculares, así que no nos preocupamos.

      El primer día que llegamos, teníamos pensado visitar el Parque pero con la lluvia no era un buen plan. Entonces, optamos por cruzar la frontera y visitar Ciudad del Este en Paraguay. Es una ciudad que tiene la fama de ser un destino de compras ya que es una zona franca, libre de impuestos. 

      Tomamos un colectivo y en menos de una hora estábamos en destino. Creo que no hay palabras para describir a este sitio... Es una ciudad cargada de comercios, de carteles, de vehículos, de gente, de ruido ambiente... Una ciudad totalmente caótica en la que no existen semáforos que orden el tránsito. Afortunadamente, fuimos con información de los mejores lugares para comprar y también teníamos en mente que comprar con el modelo ya elegido. Creo que no hay otra manera de visitar esta ciudad si no es con información previa... Hay muchísimos lugares, vendedores ambulantes y carteles que compiten entre sí. Es recomendable ir temprano, ya que todos los lugares cierran a las 16:00 de la tarde porque suelen abrir muy temprano en la mañana y trabajan en horario de corrido.

      Nosotros llegamos con el tiempo muy justo pero por suerte llegamos a conseguir lo que teníamos planeado, una cámara de fotos de viaje.

      El objetivo principal del viaje era visitar el Parque Nacional Iguazú... También nos interesaba conocer el Parque del lado de Brasil... 

      Fuimos un día del lado de Brasil fue un paseo muy corto porque teníamos que regresar temprano para tomar el colectivo. La vista es muy distinta a la vista del lado argentino, ya que las pasarelas están muy cerca de las Cataratas, pero el parque en este lado es mucho más pequeño. No volvería a visitarlo, pero si volvería una y otra vez al lado argentino ya que aquí el parque es muchísimo más grande y como los colectivos pasan hasta más tarde, se puede estar disfrutando del paisaje hasta las 17:00. Un dato muy importante para quienes deseen visitar las Cataratas, es que comprando la entrada para dos días consecutivos, el segundo día sale la mitad de precio.

      Desde Iguazú se pueden hacer muchas excursiones como por ejemplo visitar las Ruinas de San Ignacio un sitio arqueológico muy interesante, visitar las Minas de Wanda y comprar piedras semipreciosas, etc. Era verano, días de calor intensos cargados de húmedad, por lo que no tenía mucho interés en realizar excursiones de días completos. Nos quedaba un día libre, aprovechamos para conocer la ciudad de Foz de Iguazú. Visitamos un Shopping y recorrimos la ciudad. A decir verdad, la ciudad no me pareció muy llamativa pero siempre me resulta interesante conocer distintas ciudades del mundo.

       

      Consejos importantes para quienes deseen visitar Iguazú

      Conviene destinarle al menos dos días para recorrer todo el parque en el lado argentino es posible que un día no alcance para conocerlo completo.

      Es aconsejable evitar la temporada alta ya que es un destino muy turístico por lo que en enero y mitad de julio suele haber más cantidad de gente que en otros meses.

      Resulta óptimo dejar días libres porque es una zona de clima subtropical, pueden tocar días de lluvia en los que no sea la mejor opción visitar el Parque.

      En el Parque se pueden comprar souvenires, hay varios restaurantes, kioscos y cafés.

      No hay que olvidar el protector solar, repelente y anteojos de sol. Por supuesto, es necesario llevar calzado cómodo.

      Aconsejo que al llegar al Parque, lo primero que hagan sea visitar la Garganta del Diablo, es el paseo que está un poco más alejado comparado con el resto de los circuitos, sumado a ello es el más imponente. Para llegar hasta allí se puede ir caminando o sino el trencito ecológico del Parque, es muy lindo y pintoresco.

      La cena show que se ofrece en Foz de Iguazú es imperdible! Se puede disfrutar de un espectáculo de danzas con música regional mientras se pueden degustar cientos de platos.

      Para visitar las Cataratas se recomienda un mínimo de 4 noches. 

      Para quienes deseen estar en contacto con la naturaleza en su máximo esplendor, pueden realizar el sendero Macuco, para ello es imprescindible llevar agua y alimentos ya que en ese trayecto no existen kioscos ni lugares de ventas de alimentos. 

    3. Perdido en el sureste de México, casi al borde del mar y ubicado junto al río Papaloapan, se ubica uno de los pocos pueblos del país declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

      A solo 90 kilómetros al sur de la ciudad de Veracruz, este colorido pueblo aparece en medio de una región tropical y cálida, cuyo único respiro del infernal calor es la brisa que carga consigo el río.

      large.DSC02087.JPG.82b7d9e82a3aa9421d277c32baa0945b.JPG

      Visitarlo en verano un par de veces quizá no fue la mejor idea. Pero el solo hecho de estar allí significa un refresco del movimiento de la ciudad.

      Tlacotalpan surgió como un asentamiento del pueblo totonaca, una civilización mesoamericana prehispánica que se asentó en buena parte de la costa del Golfo de México. Su nombre significa “entre aguas”.

      Pero fue con la llegada de los españoles que el pueblo creció y tomó forma, desde que Pedro de Alvarado recorrió el Papaloapan río arriba, descubriendo que Tlacotalpan podría ser un buen puerto fluvial para el transporte de mercancías al Imperio Español.

      Así fue como surgieron dos grandes haciendas en la zona, que aunque corrieron el riesgo de ser abandonadas, hicieron que en algún momento la población de españoles creciera. Y sumado a la importación de esclavos negros africanos desde el puerto de Veracruz, Tlacotalpan tomó la raíz multicultural y multiétnica que posee hasta el día de hoy.

      large.DSC02094.JPG.fcfe059a411f5555f812098575a5e2b1.JPG

      El pueblo es el corazón del son jarocho y los jaraneros, estilos musicales provenientes del Caribe y que fueron desarrollados en la mayor parte de la costa del Golfo gracias a los afrodescendientes.

      La misma palabra “jarocho” define a las personas provenientes de la región del Sotavento, sobre todo aquellos de piel oscura que usaban jaras como método de pesca. Y esas raíces extranjeras finalmente se impregnaron en la zona alrededor de Tlacotalpan.

      Músicos con sus típicos trajes blancos, con sombreros de paja y pañuelos rojos caminan por las calles ofreciendo coplas. Mientras en las noches llegan los huapangos, fiestas donde el son jarocho es el invitado principal.

      Pero el mayor atractivo del pueblo es sin duda su arquitectura vernácula, es decir, que las construcciones fueron hechas de forma auténtica por los habitantes nativos con materiales de la zona.

      large.DSC02114.JPG.226d98ed5ab9d060a0cf7f65f6232bf2.JPG

      En 1714 el río se desbordó, y en 1788 un incendio arrasó con muchas de las casas. Es por ello que se ordenó que a partir de entonces todo edificio fuera alzado con mampostería. 

      large.DSC02111.JPG.04e470126ffed96758d58a1060f255be.JPG

      Y desde aquella época, un lejano siglo XVIII, las típicas casonas con arcos y pilares se han mantenido en pie.

      Luciendo los vivos colores de México, cada casa es un ejemplo de lo que puede lograrse de forma artificial, respetando siempre lo natural.

      large.DSC02092.JPG.bc30fc0d382c80ee5f7e9f7e8ce4c73e.JPG

      Cada teja, cada muro, cada columna, cada acera, fueron construidos con los materiales que la propia cuenca del Papaloapan le otorgó a la ciudad. Y se convirtió con los años en el orgullo de los tlacotalpeños.

      large.DSC02121.JPG.7b38ab6e4377b15d99b50081962ec0d1.JPG

      Aunque el puerto fluvial perdió su importancia con la llegada del ferrocarril, el río ha sido siempre parte vital de Tlacotalpan. No solo como medio de transporte, sino al aportar el agua para los cultivos, la ganadería, los pobladores, regular el clima y para la pesca.

      Tomar una balsa para dar un paseo por sus aguas es uno de los mayores atractivos hoy en día.

      large.DSC02151.JPG.6c7e09690d094b929d6b3ec44359c166.JPG

      Aunque para ser sincero, la magia de la mampostería y la arquitectura vernácula se esfuma de inmediato.

      large.DSC02129.JPG.8c873e3c29102dad3898b866f869f6cc.JPG

      En su lugar, es suplantada por modernas mansiones pertenecientes a la clase alta de Veracruz. Políticos y empresarios han construido sus casas de verano en la riviera, y los yates estacionados en su orilla confirman su poder adquisitivo.

      large.DSC02135.JPG.cc4fdd3e8a59806a5b361fba5a7cfe5e.JPG

      Aún así, no está de más un recorrido por el emblemático Papaloapan, que transporta sus aguas desde las tierras de Tuxtepec.

      large.DSC02124.JPG.b9e65549ae119ab18b17bbd68bcc30e3.JPG

      El propio río sirve para bendecir la ciudad cada 2 de febrero, cuando las fiestas patronales llegan con la Virgen de la Candelaria.

      Una estatua de la virgen es transportada en una balsa y otorga su bendición al pueblo para evitar inundaciones y otras calamidades, que suelen ser comunes en esta zona tropical.

      large.DSC02147.JPG.a9bf1287cca4703527a59508329ca558.JPG

      Las fiestas van acompañadas de ferias, mercados de comida callejera, huapangos y hasta un embalse de toros, que son soltados libres por las calles de la ciudad luego de cruzar el río junto a los ganaderos.

      La iglesia es uno de los puntos icónicos de la ciudad, ubicada en la plaza central, o zócalo, como se le conoce en México.

      large.DSC02088.JPG.7982f73277f114804f4bf4a45ab20699.JPG

      Esta explanada crea el plano urbanístico típico de una ciudad colonial española. Un cuadrante central con una alameda, junto a la cual se posa el templo católico y su campanario.

      large.DSC02097.JPG.4457bd7df608a14bb47887716e639912.JPG

      Junto a ella, el palacio municipal que funge como poder político, y que servía para demostrar a los antiguos indígenas quién tenía el poder sobre ellos.

      large.DSC02089.JPG.824044b16c8fc14e778351125072e527.JPG

      Tras el zócalo, las calles perpendiculares se trazaron desde el río al interior de las tierras que lo orillan, formando las cuadras empedradas que dibujan hoy la totalidad de Tlacotalpan.

      La tejas en lo alto de las casas otorgan una fresca manera de protegerse del sol. El aire acondicionado no es tan común en esta zona. Pero los corredores y patios centrales son suficientes para ventilar los interiores.

      large.DSC02102.JPG.fce7362b62a1a70acc0dfc7d6a291be4.JPG

      Es común encontrar bancas y mecedoras en los pasillos exteriores de las casas, donde los vecinos se sientan a compartir un torito por las tardes, la bebida tradicional hecha a base de alcohol de caña.

      Para mí y mis amigos, la bicicleta fue la mejor manera de recorrer el pueblo. Al fin y al cabo, su terreno plano puede ser bastante bien aprovechado sobre dos ruedas.

      large.DSC07611.JPG.ea47d24433dea371a9ae8f8d358d63bc.JPG

      Un lugar donde los niños todavía corren por las calles, los músicos se pasean por tiendas y restaurantes, los mariscos frescos se sirven en platos calientes y las botellas heladas de torito refrescan del calor.

      large.DSC07623.JPG.ec1647da78199c7e769381a17f37202d.JPG

      Tlacotalpan se ha ganado con creces, y sin lugar a dudas, su título como Patrimonio de la Humanidad, al combinar tres etnias y culturas en un pequeño lugar.

      Sus casonas vernáculas y vivos colores son el mejor ejemplo de lo lindo de México. Un mágico y perdido lugar entre las selvas tropicales del sur.

×
×
  • Crear nuevo...

Important Information

By using this site, you agree to our Normas de uso .