Renofedi 0 Publicado el 14 de Marzo, 2013 Me gustaría escaparme un fin de semana a Ávila, vivo en Barcelona y no tengo mucho tiempo, en teoría solo 3 días en Semana Santa. Cuando era peque recuerdo probar las yemas de Santa Teresa, realmente me encantaron, tengo un recuerdo tan placentero, pues desde entonces quiero volver a Ávila donde vivía un tío con su familia.Por la ley absurda de la vida, ahora que por fin me he independizado puedo moverme un poco más y empiezo a viajar por España y Europa, resulta que aquel querido tío ya no vive en Avila.Normalmente no suelo reservar por agencias, me considero un poco independiente, prefiero mirar las ofertas en internet y buscar consejos en los foros antes de reservar, por eso:¿Me podrías aconsejar un hotel en Avila, un buen restaurante y una buena pastelería donde degustar las yemas de Santa Teresa?Saludos cordialesRenofedi Compartir este mensaje Enlace a mensaje Compartir en otras webs
Nati 4 Publicado el 16 de Marzo, 2013 (editado) Hola, nosotros nos vamos a regalar un fin de semana romántico en el Parador de Ávila esta Semana Santa y parece un hotel precioso, está en el centro y no es tan caro, nosotros vamos a pagar 67€. Te lo recomiendo si vas con pareja. Por cierto como vas a ir desde Barcelona? Un saludo y gracias por la idea cuando estemos allí no dudaremos en probar las yemas de Santa Teresa. Editado el 16 de Marzo, 2013 por Nati Compartir este mensaje Enlace a mensaje Compartir en otras webs
Miky 3 Publicado el 25 de Marzo, 2013 Como parece que el tema va de "delicias" santas, yo en Ávila tuve dos experiencias sacras opuestas, una con las ya mencionadas yemas de Santa Teresa que me elevaron hasta el séptimo cielo, otra en un bar de curas que me hizo desear el infierno a todo cocinero que allí trabajase por lo mala que estaba la comida y por la indigestión que pillamos después. No recuerdo el nombre del bar pero es fácil de reconocer ya que está en la placita triangular del Palacio Episcopal de Ávila y pertenece a una institución religiosa. Imaginaros la mala uva que tenían los camareros y cocineros, a unos alemanes, que habían pedido un plato de patatas bravas, les sirvieron patatas fritas de las finitas con kétchup menos mal que el alemán no se cortó ni un pelo y se lo devolvió.Lo dicho, nuestra experiencia de cocina santa de Ávila se puede resumir con la siguiente frase: una de cal y una de arena. Compartir este mensaje Enlace a mensaje Compartir en otras webs