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Showing content with the highest reputation on 06/10/14 en toda la comunidad

  1. 2 puntos
    Ayer seis de Junio nos fuimos de ruta a la Dehesa del Camarote en Lugros. Para quien no sepa dónde está Lugros, deciros que está cerca de Guadix, que seguro que eso si lo situáis. Para llegar al comienzo de la ruta, tenéis que desviaros dos kilómetros antes de llegar al pueblo (la señalización es muy pobre), veréis un camino a la derecha, y al cogerlo veréis una bifurcación, escoger la de la izquierda y continuar un kilómetro. Como el camino no está asfaltado, si no lleváis un coche todoterreno lo mejor es que dejéis el coche en una explanada que hay cerca de dónde antiguamente había un coto de caza (reconoceréis el sitio cuando veáis dos ciervos). Una vez aparcado el coche comenzamos a andar por el sendero que hay a la izquierda. La ruta es de medio recorrido, por tanto hay que llevar provisiones y sobretodo agua, porque no la encontraremos potable a lo largo del camino. La ruta no tiene indicaciones, simplemente hay que seguir primero el camino, y una vez llegamos al vallado seguir el curso de la acequia. Ésta es la parte de la ruta más cómoda ya que es la más llana y fácil de recorrer para nuestros pies. Al ir a la orilla de la acequia íbamos fresquitos aunque hiciera sol, porque esa es otra, miramos el tiempo y ponía que a partir de las dos de la tarde empezaría a llover y estaría nublado, pues más sol no pudo hacer y de lluvia nada en todo el día, así que el chubasquero lo paseamos para nada, la frase del día fue “bueno menos mal que llevamos el chubasquero para cuando luego llueva”, y claro con el sol que hacía pues era un poco cómico todo. Mientras andamos por la acequia estamos por encima de los árboles y las vistas de la arboleda son muy bonitas. El camino por ahí llega un momento en que se acaba, sabréis que se ha acabado cuando veáis que hay mucha maleza, en ese momento iba a hacer una foto indicativa pero salió un lagarto enorme de un matorral y obviamente no me iba a quedar allí a saludarle. Continuamos nuestros pasos después del susto con el animalito hasta llegar al río, lo cruzamos como pudimos y seguimos curso arriba. Aquí empieza la subida, lo bonito de la subida es que por el camino te encuentras animalitos, que yo pensaba que el lagarto era lo más grande que iba a ver por allí, pero que ingenua… vaquitas como estas nos encontramos por todos sitios. Y claro tú vas pasando al lado de ellas con tu camiseta verde fosforita y te miran con esos ojillos que no sabes si van a salir detrás de ti o van a salir corriendo, entonces se produce una tensión en ese momento… Pero vamos, que todo bien, ellas pastando y bebiendo agua y nosotros seguimos nuestro camino. Seguimos subiendo hasta llegar a una cancela, la subida hay que tomársela con tranquilidad, no estamos en ninguna competición, hay que disfrutar del paisaje. La cancela estaba cerrada y pensamos que eran por las vacas para que no se colaran, pero no, la cancela está ahí para que no pasen con coches, porque vacas nos seguimos encontrando por el camino. Pues abrimos la cancela, pasamos y la volvimos a cerrar y llegamos hasta la mitad de la subida hasta la cima. Allí es buen sitio para parar a tomar algo, porque lo que viene después es más pronunciado y hay que tener ánimo. Nos encontramos una pequeña ermita al lado del río donde paramos a comer algo y a refrescarnos. Continuamos el camino, hay que ascender hasta la cima de la montaña, así que lo que queda es una pendiente un poco brusca, llevar agua es la clave. Lo bonito de esta ascensión es el color que tienen las rocas y los arboles, de ahí el nombre de bosque encantado, por su peculiar color. En las fotos no se aprecia muy bien, por eso animo a ir y verlo en persona. La época más propicia es Mayo o finales de Abril. Y por fin llegamos a la cima, se hicieron muy duros los últimos metros, porque la última cuesta es mortal, pero sobrevivimos y mereció la pena, porque al cruzar la valla que hay te encuentras con las faldas de Sierra Nevada, que en Junio no tenía nieve apenas, pero que cuando fuimos en Abril sí que había y la vista es preciosa. Si te gusta meditar o simplemente relajarte, el sentarte en una de las rocas que haya, cerrar los ojos y sentir la paz y tranquilidad que hay, eso sí, con cuidado de no dormirse y caerse de la piedra, más que nada porque rodar colina abajo no lo aconsejo. Cuando llegas arriba llegas cansado, pero sinceramente merece mucho la pena, se te quita todo ese cansancio estando un minuto allí, aunque quizás el bocadillo de tres cuartos de barra ayudó a que nos repusiéramos. Una vez terminamos de comer comenzamos la vuelta. Se puede hacer por dos caminos, uno es colina abajo, que es más corto pero que pone a prueba las rodillas y tobillos, y para el cual recomiendo llevar bastón, sino se pasa un mal rato. Y la otra opción que fue la que nosotros elegimos que fue volver por donde habíamos venido, es un poco más largo, pero así disfrutas más el paisaje y cosas que no habíamos visto al subir (porque de la pendiente vas mirando al suelo). Escojas el camino que escojas los dos acaban en la ermita antes nombrada, y una vez ahí es volver sobre nuestros pasos hasta llegar al coche. A un ritmo tranquilo, la subida hasta la cima se hace en tres horas, y la bajada en dos, pero esto es relativo, depende de tu capacidad física y de las veces que te pares a echar fotos, jeje. Yo os animo a que vengáis y disfrutéis de lo que la naturaleza nos ofrece. ¡Hasta la próxima!
  2. 1 punto
    Si aun no habéis leído la primera parte del relato, donde describo la ruta a pie desde Figaró hasta los pies del Tagamanent, os aconsejo seguir el siguiente enlace: Desde el Collet de Sant Martí a los pies del Tagamanent hay varios senderos que coronan la cima por lo cual aconsejo seguir el que cada uno considere más oportuno, siendo los más pequeños los más bonitos y empinados En poco menos de 15 minutos, parando para admirar el paisaje, os encontrareis en la cima y admitiréis que ha valido la pena perder un poco el aliento subiendo por la pronunciada pendiente. En lo más alto del cerro hay suficiente espacio para acoger un gran numero de excursionistas y familias, si queréis venir con niños tened en cuenta que hasta el Collet de Sant Martí se puede llegar en coche por la carretera asfaltada que inicia poco después del pueblo de Tagamanent. El lugar es ideal para organizar un picnic o quedarse por un rato contemplando las inmejorables vistas, según algunos las mejores de todo el Montseny. Hemos tenido la suerte de que bajará un poco el viento y por unos momentos las nubes que cubrían densamente el horizonte se han abierto un poco, lo justo para ver un poco de cielo azul, aunque no lo suficiente como para dejar pasar el sol... debe de ser precioso estar en lo alto del cerro en un día despejado. Como podéis ver de entre todos los antiguos edificios y casas que formaban parte del castillo y viviendas de Tagamanent solo queda en pie la ermita de Santa María y algún muro adyacente. Mientras me asomo entre las rejas para ver el interior de la iglesia no puedo evitar en recordar la siguiente leyenda... " En la edad media, cuando Tagamanent aun no se llamaba así, el castillo era prospero y sus habitantes felices, heredó el castillo un noble Conde que se encontraba en la edad perfecta para buscar esposa y establecer una familia que heredara el castillo y sus propiedades. Como bien sabemos el Conde no tuvo dificultad alguna en encontrar esposa y entre todas las pretendientes escogió la más bella, séptima hija de un noble de Osona, la cual venía ademas con una buena dote que aumentaba el patrimonio del joven Conde. Nueve meses despues de la ostentosa boda el castillo hervía de emoción, los preparativos estaban todos listos y solo quedaba esperar el eminente nacimiento del futuro condecito. Pero en eso salió el Conde con cara compungida y anunció que el parto se había complicado y que tanto su querida esposa como el esperado hijo habían muerto... Por ello pedía que por favor sus desconsolados súbitos lo dejaran solo durante una semana para guardar duelo. Y así hicieron todos ellos dejándolo solo y yéndose a vivir durante 7 días en las masías colindantes. Pero la supuesta complicación y muerte de su esposa e hijo eran mentira, en esos momentos su mujer reposaba tranquila en el lecho con el hermoso hijo entre sus brazos. El problema era que el niño había nacido con los brazo más cortos de lo habitual y el Conde culpó de ello a la madre y lo consideró una grave ofensa para su honor. Por ello cuando ya todos los súbitos se habían marchado se acerco a la madre que aun tenía el niño en brazos y empezó a golpearla brutalmente mientras la culpaba de la deformidad de su hijo. Cuando se canso de pegar a su esposa la tomo de los pelos y la arrastro junto con su hijo al calabozo del castillo, donde los encerró para que muriesen de dolor y hambre. Durante los tres primeros e interminables días se escucharon los llantos y suplicas del bebe y de la madre, transcurridos los cuales solo se oían los de la madre que lentamente se fueron apagando hasta que al sexto día reino el silencio. Mientras tanto el malvado Conde había cavado dos tumbas que había rellenado con ropa y, cuando transcurrida la semana, volvieron los habitantes del castillo se celebraron los oficios tomando las tumbas como verdaderas. El deseo de descendencia hizo que transcurrido el tiempo de luto preestablecido el conde rápidamente buscase otra nueva esposa, casándose esta vez con la hija de un noble del Vallès. Pero la suerte quiso que el nuevo recién nacido también naciera con una pequeña deformidad y el Conde volvió a repetir el mismo procedimiento de la vez anterior con la única diferencia que esta vez primero mato a su mujer a golpes y encerró durante un par de días al recién nacido que rápidamente murió de frío y hambre. Los remordimientos acosaban al Conde y este se refugiaba en el interior de la iglesia para rezar, no ya a Dios en el cual no confiaba sino al Diablo pidiéndole que le concediese una buena descendencia. Tanto rezo que en el preciso momento que dejaron de escucharse los llantos del bebe un frío viento hizo estremecer al Conde y al volverse vio una siniestra figura esperándole fuera de la iglesia. El Diablo le prometió el bebe deseado con la condición de que se casase con la primera mujer con la que se cruzase desde aquel momento. El conde desesperado y ciego por su deseo acepto sin pensárselo y cuando al cabo de un par de día empezaron a volver sus sirvientes se cruzo con una anciana que volvía para ocuparse de sus tareas en el interior del castillo. Respetando el pacto debería haberla tomado como esposa pero el Conde adujo que el diablo no podía pretender que un señor de su categoría se acostase con tal mujer y así se autoconvenció. La siguiente mujer con la que se cruzo fue una joven y sana campesina a la cual propuso inmediatamente matrimonio sin ni siquiera esperar a finalizar el duelo por su segunda mujer. La familia escandalizada le pidieron que mantuviese la calma y primero mantuviese el luto y luego buscase esposa. Pero el conde ya no escuchaba consejos y al día siguiente se celebró la boda con la bella campesina a la cual no asistieron más que los sirvientes y la familia de la campesina. Nueve meses más tarde la nueva esposa dio a luz pero no un bebe con los brazos un poco más cortos sino sin ellos y con una enorme cruz invertida gravada en el pecho. El Conde no pudo reprimir por más tiempo su locura y tomando el niño por las piernas se dirigió, en frente de todos su súbitos, a la ermita de Santa María y allí empezó a golpearlo contra las paredes de la iglesia donde había cerrado el pacto con el Diablo, hasta que el recién nacido no fue más que una masa uniforme de sangre, carne y huesos que llevo hasta el interior del calabozo y tiro junto con los descompuestos cuerpos de sus antiguas esposas e hijos, para luego clavarse el mismo su propia espada. Los sirvientes que recordaron haber escuchado llantos provenientes del castillo entendieron lo que había pasado y el miedo y el horror los empujo a abandonar la zona y desde aquellos días nadie nunca más ha vivido en el castillo por considerarse una zona maldita. Dicen que incluso desde las masías de la zona hay noches que el viento trae consigo el sonido de los desesperados llantos de las madres y de sus bebes. Quienes vivieron en el castillo decidieron olvidar su anterior nombre y se referían a el castillo como “Nen Amagat” (niño escondido en catalán) pero al revés “Tagamanen” nombre al que, con el tiempo, se añadió una “t” al final por cuestiones fonéticas, llegando a nuestros días como Tagamanent " Fuente original LlegendesCatalanes traducido e interpretado por @Kamali Pero la ermita no es lo único que recuerda la fragilidad del ser humano, si uno se fija, en la punta de la gran “terraza” rocosa (punto desde donde se disfrutan unas vistas preciosas, ver la 1era y 3a imagen del relato) mirando hacia abajo, si sufres de vértigo no te lo aconsejo, se ve una plaquita blanca con una florecita de plástico... Como desde lo alto solo se ve eso y ya he dicho que soy muy curiosa decidí bajar por las rocas, hay que estar en forma pero no es difícil, hasta llegar a un saliente bastante grande que quedaba poco más abajo de la plaquita mencionada y desde donde seguramente la colocaron. En la plaquita esta escrito: "La meva petjada per la vida a sigut com un floc de neu. (Mi huella por la vida a sido como un copo de nieve.) Maritxell A. B. 1974 – 1997" Prefiero no perderme imaginándome el cómo o el porqué de este triste mensaje, dejando a la joven almita de Maritxell disfrutar de las hermosas vistas y prometiéndome a mi misma que hay que aprender a amar la vida antes de que se funda como los suaves copitos de nieve. Nos relajamos unos minutos contemplando el paisaje y las ruinas de Tagamanent antes de despedirnos de tan maravilloso paraje y disponernos a bajar hasta Aiguafreda y su estación de trenes para volver a Barcelona. A diferencia con el itinerario seguido para ascender hasta lo alto del Tagamanent desde Figaró, que en su mayoría transcurre por una amplia pista forestal ahora descendemos tranquilamente por el pintoresco sendero que cubre parte del GR5 (GR = sendero de Gran Recorrido), la Ruta Verdaguer o V+ (Recorrido por lugares y caminos más significativos de la vida del poeta y cura Jacinto Verdaguer) y la ruta Matagalls a Montserrat (trazada en 1904 por Jaume Oliveres) El recorrido es realmente lindo no hay un rincón o nuevo tramo del camino que no admiremos. Una de las características del terreno que más nos llama la atención es que la tierra esta formada a capas que poco a poco, con el agua y el constante paso de los senderistas y las bicicletas de montaña se va desmoronando o exfoliando, creando curiosos desniveles que, visto desde una perspectiva de hormiga, pueden recordar a los paisajes del Gran Cañon o a enormes y finas laminas de chocolate Otro dato curioso es que a pesar de ser más sombreado, o al menos eso parece (hoy, como ya he dicho, el sol brilla por su ausencia), hay más árboles caídos o tirados por el fuerte viento que azota este lado de la montaña, otorgando al camino un toque más salvaje. En algunas ocasiones los troncos muertos y metamorfoseados en enormes arañas grises intentan invadir nuestro sendero, otros al romperse se fragmentan laminándose al igual que finas tiras de papel... Menos mal que a pesar de los fuertes vientos, incluso hoy lo escuchamos susurrar entre las ramas más altas, aun quedan enormes y ancianos pinos que con sus grandes raíces mantienen el terreno. La ruta es apta para todo tipo de senderistas aunque en ciertas ocasiones aquellos con más problemas físicos o de rodilla deberán ir más lentos y/o ayudarse con los bastones para no resbalar o cargar excesivamente las rodillas. El resto del recorrido no presenta ningún tipo de dificultad. Desde hace unos minutos la ruta ha dejado atrás el sendero y ahora caminamos por la pista forestal que pasa por delante de la masía en ruinas de Puig Agut. Antes de desviaros a la izquierda siguiendo la linea de alta tensión recordad mirar atrás, veréis en lo alto y a lo lejos la cima del Tagamanent. Por suerte al cabo de pocos metros las señales que encontramos nos invitan a dejar el camino que sigue la linea de alta tensión y a adentrarnos por un nuevo y pequeño desvío a la derecha. A poco que sale el sol el precioso camino se inunda de luz y color volviéndolo aún más hermoso. Durante toda el camino se entrecruzan varios senderos y pistas forestales por ello es muy importante, para evitar perderse y tener que volver atrás, seguir las indicaciones del GR ( 2 franjas paralelas la superior blanca y la inferior roja) que podéis encontrar en los hitos metales de color verde, pintadas en el tronco de un árbol o en una piedra del camino. Con muchas pausas y risas llegamos al fin a la carretera desde donde se ven las primeras casas de Aiguafreda. Pero justo cundo ya dábamos por terminada la ruta aparece de nuevo la señal vertical indicándonos que “debemos” seguir por un pequeño atajo que nos evita tener que caminar por la transitada pista Llegamos a Aiguafreda y decidimos tomar el siguiente tren a Barcelona y aprovechar esta horita que nos queda para dar una vuelta por el municipio. Las intenciones eran buenas pero en el momento en que “aterrizamos” en el centro del pueblo cae sobre nosotros todo el cansancio del día y nos vemos obligados a postergar nuestra visita, entrar en un pequeño supermercado para comprar dos Aquarius y un par de manzanas. Quizás sea porque cada vez tomamos menos refrescos, por ser tan ácidos y malos para el cuerpo, pero el caso es que el Aquarius lo único que logra es darnos más set e impulsarnos a buscar lo antes posible una fuente donde quitarnos el regusto de la bebida (qué antes tanto nos gustaba) y calmar nuestra set. Suerte que las manzanas están deliciosas. Cansados y contentos nos dirigimos a la estación de rodalies a esperar nuestro tren que nos llevara de vuelta a la bulliciosa Barcelona.
  3. 1 punto
    Buenas, si quieres relajarte en una playa nosotros quedamos enamorados de la preciosa playa "La Virgen" en Caldera el problema es que el camping no ofrecía ni luz ni agua y era un tanto caro.. por lo cual no se si te convendrá quedarte en Bahía Ingles o directamente en Caldea y hacer excursiones diarias a las diferentes playas. Nosotros solo nos quedamos 1 día por lo cual no puedo decirte mucho solo recomendarte No quedarte en ese camping Yo te recomendaría hacer como nosotros y hacer una ruta larga de varios días más de 7 en Torres del Paine porque merece la pena pero si ya has decidido que quieres ver todos los destinos mencionados pues supongo que no hay mucho que decir. Lo mejor de Santiago , bajo mi punto de vista, es el Cerro de San Cristóbal desde donde tienes una vistas insuperables de la ciudad.
  4. 1 punto
    Muy interesante hemos pensado ir el año que viene aunque queda un poco lejos de Alicante para ir tan solo un día...
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