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flormdk

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Relatos publicado por flormdk

  1. flormdk
    Creo que no hay nada que me apasione tanto como viajar (bueno tal vez escribir, pero para ello tengo que viajar) por eso, cada vez que tengo la oportunidad de hacerme una escapada o tomarme unas vacaciones, no lo dudo ni por un segundo.
    Me gusta armar un viaje todos los veranos, especialmente entre febrero y marzo para evitar las concentraciones de gente y la congestión de tránsito de los meses de diciembre y enero.
    Afortunadamente, tenía unos días libres en febrero, así que comencé a buscar un lugar no muy lejano de mi ciudad (Mar del Plata), para llegar rápido y aprovechar lo más posible las tan ansiadas y esperadas vacaciones. Luego de pasar por la difícil decisión de “¿A dónde voy?“, el destino elegido fue Colón, una localidad con aire de pueblo pero a la vez turística, ubicada en la provincia de Entre Ríos a orillas del río Uruguay.
    Después de unas doce horas de viaje en micro con escala en la Ciudad de Buenos Aires, llegué a destino. Debo confesar que afortunadamente se me pasó bastante rápido el viaje. De todas formas, no eran muchas horas. Apenas unas doce horas, pero como salí de noche se me hizo más corto.

    Otra cosa que debo admitir es que, al llegar me invadió una sensación rara, de desolación.
    Sentía que me había equivocado de lugar, que había elegido mal… Yo sabía que no era una gran ciudad (en cuanto a su extensión), que era un tranquilo pueblo, pero mi primera impresión fue la de un lugar sin nada para hacer ni nada para ver. Pero, afortunadamente esta percepción negativa y de desconcierto desapareció pronto, al empezar a caminar por la calle principal. Sobre esta calle se despliegan varios locales comerciales y también gastronómicos. Tuve que hacer un alto para almorzar y reponer energías, para luego seguir mi rumbo hacia la costanera.

    Qué decir de la costa… La costa de Colón es muy pintoresca, tiene varios kilómetros que invitan a caminar y relajarse. Soy amante de las caminatas, por lo que me encantó. Sobre todo porque al atardecer no refresca. El sol se estaba ocultando tímidamente mientras yo seguía pasando a la orilla del majestuoso río Uruguay. Aquí, el río es la referencia de todo y también es el mayor orgullo de los habitantes. Quienes viven en Colón, dicen que no hay otro igual, que ni siquiera el río Paraná se asemeja y yo creo que tienen razón…

    Hice un alto en la Oficina de Turismo, para buscar folletos y hablar con la gente que trabaja allí. Visitar este tipo de lugares siempre me ha resultado interesante y es uno de los puntos de paseo obligado en mis viajes. Aquí, el edificio donde se encuentran los informes turísticos, es una antigua construcción que anteriormente funcionaba como estación fluvial. Era el punto donde se recibía a los antiguos colonos europeos. Sí, un sitio cargado de historia y también de encanto. La construcción como podrán apreciar en la foto es muy llamativa y forma una postal única.

    Antes de viajar para la localidad de Colón, cómo me es costumbre, había estado averiguando por teléfono lugares donde parar. Al comunicarme, los dueños del hotel me dijeron que unos pocos días antes de la fecha en la que yo tenía planeado viajar se realizaba una importante fiesta, la Fiesta Nacional de La Artesanía. Luego de “googlear” algo de información, hice una pequeña modificación en la fecha de viaje para poder ir a la Fiesta y puedo decir que el cambio valió la pena.
    La Fiesta es todo un acontecimiento tanto para los lugareños como para los turistas. El lugar donde se realiza es en un gran parque, conocido como el Parque Quiróz. Es sorprendente la cantidad de stands de artesanías que allí se encuentran. Las hay de todo tipo y color. Hay adornos, carteras, prendas, souvenires, dulces caseros, quesos y la lista podría continuar indefinidamente, pero prefiero no aburrirlos y que un día vayan ustedes mismos a ver todo lo que hay allí. Por supuesto que no perdí la oportunidad de comprar recuerdos para llevarles a mis amigas y a mi familia, bueno y también algún recuerdo para mi humilde colección de “recuerdos de mis viajes”.

    Este paseo me llevó un buen tiempo. Es posible estar bastante rato recorriendo y mirando sin darse cuenta. Era lo que se dice comúnmente “un mundo de gente”. Además, había espectáculos musicales y puestos donde comer platos tradicionales (muy recomendables)
    Otra cosa que les quisiera comentar, es que nunca se me había cruzado por la cabeza la idea de visitar una isla, quizás las veía como algo muy distante, pero sin planearlo llegué a una… Otra de las tardes en las que salí a pasear por la costanera, me ofrecieron hacer una excursión en catamarán para visitar la Isla de Los Hornos, casi sin dudarlo mi respuesta fue un automático y entusiasmado “sí”. Desde el momento en que me subí al catamarán disfrute de la excursión, del paisaje y de las transparentes aguas. El tiempo que estuvimos en la isla fue breve, pero aún así fue fantástico…



    Es difícil definir a Colón, no sé si llamarle ciudad o pueblo, porque a mi entender es una mezcla de ambas cosas. En estas tierras del litoral argentino conviven hoteles, cafés, restaurantes, un casino, ferias artesanales, todo en armonía con la vida pueblerina de mates mezclados con tardes de siestas y atardeceres de chismes. Colón tiene de todo.


    Es un destino al que algún día volveré a visitar… por ahora me quedan los más lindos recuerdos de unas tierras que combinan naturaleza con historia, tesoros ocultos, encantos y la hospitalidad de su gente. Para que no queden dudas de que es un lugar turístico les dejo esta foto que demuestra que el turismo está presente desde hace unos 50 años y un poquito más.





  2. flormdk
    Una de mis grandes metas o mejor dicho mi sueño, es conocer todo mi país, la Argentina.
    Me gusta viajar y conocer los lugares turísticos, pero también disfruto de estar en aquellos lugares que parecen olvidados de los mapas. Debo confesar que tengo un mapa en el cual voy coloreando con fibras los lugares que voy conociendo.
    Cada vez que tengo la oportunidad de viajar, armo la valija y salgo. Esta vez, el motivo que me llevó a viajar, fue un golpe de suerte, de mucha suerte. Nunca había ganado nada, hasta que me gané un viaje para dos personas a la ciudad más antigua de todas o también conocida como “Madre de Ciudades”, es decir, Santiago del Estero. El premio era completo… set de viaje, estadía, pasajes en avión de ida y vuelta y un city tour.
    Para la gran mayoría de los viajes, al lugar donde hay que ir primero, es a la capital federal. Contraté un servicio que me llevó directamente hacia Aeroparque, aunque con bastantes horas de anticipación, pero era lo más cómodo.
    Llegué al aeropuerto, temprano. Era eso de las siete de la mañana aproximadamente.
    Saliendo para Santiago del Estero desde "Baires".
    Tenía pasajes para salir a las dos de la tarde, pero fui con ánimos de paseo y gracias a ello se me pasó realmente muy rápido. Lo primero que hice fue guardar mi equipaje para poder pasear tranquila. Después de desayunar fui a dar una vuelta para conocer los distintos negocios. Entré a la librería y me compré un libro de bolsillo que me acompañó gran parte del viaje. No sé cómo, pero el tiempo se voló y llegó el momento de hacer el famoso check in.
    La experiencia de vuelo fue divertida, a decir verdad era la primera vez que viajaba en avión, por lo que un viaje corto me vino muy bien. Iba mirando por la ventana disfrutando del paisaje en la altura, viendo los cursos de agua, contemplando el verdor de los campos e imaginando figuras con las caprichosas formas de las nubes.

    Luego de unos minutos, para ser exactos, tres cuartos de hora, pisé tierra firme en el tranquilo aeropuerto de la Ciudad de Santiago del Estero donde me esperaban para trasladarme al hotel. Me deshice rápidamente de los abrigos, pese a que era invierno, allí no lo parecía. El cálido aire invitaba a estar de remera, como en una tarde de verano.
    No tardé mucho en prepararme para salir a dar una vuelta por la ciudad. Para sintetizar, podría decir que es una curiosa mezcla de construcciones antiguas, muy antiguas, con estructuras en desarrollo y sitios nuevos. Las edificaciones antiguas como la Catedral dan cuenta del paso del tiempo por esta tierra y dan fe del apodo que lleva el lugar.



    Aproveché a hacer el city tour por la ciudad y también por sus alrededores. Siempre me ha resultado interesante disfrutar de estos paseos, ya que vienen acompañados de explicaciones. Visitamos el parque y también un sitio muy típico, un patio santiagueño donde se escucha folclore y se comen comidas típicas.


    Entramos al Museo del Bicentenario, un espacio muy moderno que reúne varias colecciones históricas, arqueológicas y mucho más. Un sitio que recomiendo visitar.

    Cuando viajo, me gusta aprovechar el tiempo y conocer lo más posible, soy una viajera incansable siempre con ansías de conocer más y sacar fotos. Después del city tour tomé un colectivo con destino a la Ciudad de Termas de Río Hondo. Fui con ganas de caminar y conocer ya que descansar en las termas no me parecía muy atractivo, no es mi estilo. Al llegar a la terminal de Termas, lo primero que hice fue visitar la oficina de información turística para buscar folletos. Con el plano en mano y una botella de agua bien fresca (aquí también seguía haciendo mucho calor), empecé a caminar acompañada por el buen tiempo.
    Es una ciudad nueva, muy diferente a la Capital. Tiene bastantes locales de ventas de artesanías, cafeterías y bares. También tiene una plazoleta muy bonita decorada con luces, frente a la cual me senté a tomar un rico café para descansar los pies. Fue un atardecer muy lindo, ya que no refrescó, parece que el invierno no tiene lugar en estas tierras del país.
    Después de haber cenado, tomé un colectivo para regresar a Santiago del Estero, para volver a descansar al hotel. Prometo en otro post, dar más detalles sobre esta ciudad tan linda que recomiendo que conozcan.

    Como comenté anteriormente, me gusta aprovechar los viajes para conocer la mayor cantidad de lugares posibles, aunque eso implique algunas horas en ruta y volver más cansada de lo normal. Por ello, al día siguiente, me levanté temprano y luego de desayunar me tomé un colectivo con destino a San Miguel de Tucumán. Es una ciudad con mucho movimiento, con gente que va y viene, con colectivos llenos y autos que poblaban las calles. Sabía que allí la alta densidad de población es una característica, pero realmente no me lo imaginaba tan así. Es más, puedo asegurar que en el centro de la ciudad hay más movimiento que en el centro de mi ciudad, es decir, Mar del Plata.
    Mural dentro de la Casita de Tucumán
    Por supuesto, conocí la Casita Histórica de la Independencia y pasee largas horas, pero prefiero contar esta parte del viaje en otro relato, para poder dedicarle más atención.
    El tiempo pasó y como de costumbre bien de prisa, (pareciera que al viajar pasa aún más rápido) Llegó la hora de acomodar el equipaje y prepararse para tomar de nuevo el avión para volver a la rutina cotidiana de la cual no podemos escapar por mucho tiempo.
    Podría decir que fue un viaje muy interesante. Sin planearlo y casi sin pensarlo llegué a la ciudad más antigua del país, conocí la ciudad de Termas de Río Hondo y San Miguel de Tucumán. Conocí varios lugares en muy poco tiempo y muchos otros me quedaron por conocer. Prometo en algún momento volver para terminar de colorear mi mapa…




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