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Showing content with the highest reputation on 07/05/14 en toda la comunidad

  1. 1 punto
    Dicen que Machu Picchu es una ciudadela increíble y por cierto lo es y es una visita imperdible para cualquier amante de la aventura. Podría entrar en detalles de cómo se originaron las ruinas, la cultura Inca y hasta de donde proviene la palabra Machu Picchu, pero en realidad lo que me gustaría contarles en esta oportunidad es de como las ruinas se transforman de un segundo a otro en un completo laberinto mágico. Queridos viajeros: cuando alguien les recomiende contratar un guía para recorrer las ruinas, no subestimen la recomendación. Este dato será el dato más importante que les podré dar y que por supuesto, yo ignoré queriéndome pasar por conocedora y viajera experimentada. Mayo del 2014, me levanté muy temprano (bueno no fue tan temprano en realidad, pero creo que logré despegarme de las sábanas como a las 8 de la mañana ) y me dirigí desde mi hotel hasta la estación de buses para emprender mi subida a la ciudadela. El ticket de bus lo había comprado el día anterior y las entradas en Cusco dos días antes, ya que me habían advertido que estás suelen agotarse en los meses de mayor demanda. En mi caso, solo logré comprar la entrada que incluía la visita a la ciudadela y Machu Picchu montaña, que permitía la opción de poder escalar una de las montañas pequeñas para contemplar las ruinas desde lo alto. Pero estaba tan enojada conmigo misma por no haber planificado este viaje con anticipación, ya que al momento de adquirir las entradas, la subida a la montaña Huayna Picchu (la montaña más alta del sector) ya estaba agotada, dado que solo se permite un ingreso de solo 400 turistas a la vez. (es importante destacar que la entrada a las ruinas de Machu Picchu son también limitadas, permitiendo el ingreso de 2500 turistas diarios, por lo que es muy importante comprar las entradas con anticipación). Estaba indignada, furiosa y apenada . No podía creer que no iba a poder escalar esa montaña gigante y sacar fotos más increíbles aún….Bueno, más tarde me daría cuenta que eso fue lo mejor que me pudo pasar. El ascenso desde Aguas Calientes hacia Machu Picchu me tomó como 20 minutos en bus. Me habían advertido que estaría muy helado, por lo que me coloque toda la ropa posible antes de dejar el hotel, pero ya llegando a las ruinas, me percaté que el pronóstico del clima que me habían entregado era incorrecto. Un sol radiante alumbraba el día y la temperatura empezó a ascender considerablemente, por lo que decidí dejar toda la ropa sobrante en custodia (sí, para mi sorpresa había custodia de ropa y equipaje en la entrada a las ruinas por solo 5 soles). Finalmente había llegado. Yo. En la entrada de las ruinas de Machu Pichu, uno de los lugares que soñaba desde el colegio en donde mi profesora de historia pasaba horas de horas relatando respecto a la cultura que habría permitido la creación de esta maravilla, que en realidad ella misma más tarde reconoció no haber podido conocer. Me encontraba en ese momento de contemplación cuando y sin exagerar, alrededor de unos 100 guías comenzaron a ofrecer efusivamente sus servicios para acompañarme en este interesante recorrido. Amablemente deserté de cada uno de ellos y me dispuse a aventurarme en este mundo mágico ahora ya certificado como una de las 7 maravillas del mundo, ya que no quería tener a un completo extraño acompañándose en mi travesía, ni menos escalar una montaña en su compañía, porque soy de naturaleza muy desconfiada a decir verdad. A solo 5 minutos de caminata me di cuenta que los relatos de otros viajeros eran ciertos. Es imposible no fotografiar cada milímetro de Machu Picchu, ya que el lugar completo es como una postal. Muchas veces te quedas parada contemplando la maravilla que te rodea y sé que esto es un relato y debiese quizás describirles en mayor detalle porque Machu Picchu te deja sin habla (sí, incluso a mi), pero creo que a veces es mejor dejar que las fotos hablen por mi. Dicen las historias que este lugar fue construido en el siglo XV por los Incas y se piensa que fue la residencia de descanso del emperador Inca Pachacutec, aunque también existen otras historias que contradicen esto y mencionan que el sitio habría sido construido por el Inca Wiraqocha, por lo que a no existir un claro consenso de cómo y quién los construyó, mejor me declaro inmediatamente incompetente en este tema. Lo único que sí está claro es que el lugar descubierto por el historiador Hiram Bingham, y que el abandono de ésta ciudad por parte de los Incas también resulta un misterio para los investigadores modernos. Al llegar a las ruinas, lamentablemente no te entregan un mapa con el cual te puedes orientar en el interior, pero existen diferentes letreros con las indicaciones para llegar al tempo del sol, pirámide de Intihuatana, las fuentes litúrgicas, el templo principal, a la tumba real, el palacio de la princesa, la plaza sagrada, el templo de las tres ventanas, el templo del cóndor, la plaza principal y la roca funeraria. Lo más gracioso de todo esto es que entre cada foto y foto y seguir caminando por los pasadizos, subiendo y bajando escaleras intentando encontrar los lugares que les mencioné, en el afán de capturar cada momento y cada lugar, te das cuenta que ya no recuerdas por donde empezaste a recorrer y cuál de todas las indicaciones seguir. Como diría el gran Ray Bradbury, viajamos por romance, arquitectura y para perdernos y en definitiva yo logré seguir esta premisa tan al pie de la letra, especialmente en lo que respecta a perderme en una montaña; y dios ¡¡que montaña!! Luego de 3 horas de subir y bajar escaleras, y percatarme aunque ustedes no lo crean, de haber olvidado mi botella de agua en el bus, me di cuenta que lo mejor era sentarme y mirar la inmensidad del paisaje que me rodeaba y aceptar sencillamente que no lograría ver todo aquel maravilloso lugar sin la pequeña ayuda de un guía (y claramente una botella de agua). En ese estado de total desorientación, fue que de un momento a otro me encontré a pié de la inalcanzable montaña Huayna Picchu. Y mi primera pregunta fue: - ¿En que estabas pensando Relaxy? -¡Es una super mega montaña! - ¡Jamás, pero jamás en la vida podría haber logrado escalar ese gigante pedazo de roca! ¡Si te encuentras a duras penas recorriendo las ruinas! Debo decir que después de toparme con esa cosa gigante que en un inicio quise escalar, ni siquiera hice el esfuerzo por encontrar la otra montañita más pequeña, por la que sí había pagado ingreso. Voy a reconocer que no logré llegar tampoco al puente del Inka aunque un guía amablemente y luego de tragarme mi orgullo y preguntarle, me lo indicó señalándome que con tal solo 30 minutos más de caminata, podría llegar a aquel lugar pero lamentablemente, mis adoloridos músculos y deshidratación inminente no me lo permitieron. Así que resignada, me acomodé un momento y me dediqué a seguir contemplando mi entorno. ¡Y que maravilloso entorno! Pero qué más da, soy una viajera a la cual le gusta volver a aquellos lugares místicos que han dejado huella, por lo que en definitiva sin lugar a dudas, volveré a Machu Picchu y en esta oportunidad, no olvidaré ni a mi botellita ni a contratar un guía. Y...¿cual será ahora mi próximo destino?
  2. 1 punto
    Muy buenas! Como dice Pippi la zona es muy bonita, aunque no te esperes mucho del hotel que has reservado, no es malo, no es un típico hotel con encanto, o mejor dicho, es un típico hotel sin encanto No todas las casas que tienen emblemas son señoriales, algunas de ellas pertenecían a fieles colaboradores de la inquisición, generalmente familiares de los inquisidores. El más sorprendente de los escudos nobles es en el que, supuestamente, está representada una pierna de armadura que simbolizaba el Derecho de Pernada del conde. Tal derecho otorgaba al conde el privilegio de pasar la primera noche de bodas con la recién casada de cualquier de sus siervos. A raíz de este derecho surge otro de los lugares emblemáticos del pueblo, la Cruz de la Degollada, no porque allí se degollara a una mujer, sino porque se practicó una 'degollada general' a mucho de los jóvenes campesinos que se sublevaron al conde por culpa del derecho de Pernada, mientras que al resto de los campesinos rebelados los desterraron. Dicha cruz se encuentra en lo alto del monte Sierra de Valseco, es aquel con más antenas de recepción, es fácil de reconocer. A dos kilómetros al norte de Priego se encuentran las ruinas del Convento de Nuestra Señora del Rosal, el lugar merece una visita. Otro sitio que me recomendaron fue el convento de San Miguel de las Victorias pero no tuve tiempo y, como tenía que elegir entre uno de los dos conventos, fuí al más viejo . Astucio López
  3. 1 punto
    Nosotros pasamos una estupendas vacaciones en el camping la Dehesa de Cañamares, alejados del gentío de la costa. La zona es muy bonita y el río Escabas goza de unas aguas tan puras y frescas que es considerado el río de aguas más cristalinas de la zona (los del pueblo aseguran que de toda España...). La playita fluvial que queda a unos pasos del camping es encantadora, se ve desde la carretera que va a Fuertescusa, el lugar es bonito e invita a bañarse aunque los fines de semana se llenaba un poco y nosotros preferimos remontar un poco el río donde hay algunas pozas muy majas. Cañamares es feo y, en mi opinión, no tiene nada interesante para ver o hacer, pero sus alrededores son una preciosidad y merece la pena hacer alguna excursión de senderismo. Nosotros nos apuntamos a una salida que organizaban otros clientes del camping, la ruta empezaba cerca de "la Boca del Infierno", un tramo de la carretera con tres túneles cavados en roca viva. Se trata de una caminata muy divertida de ida y vuelta, que recorre un pequeño y salvaje tramo del río Escabas por lo que no se pasa calor. Si decidís ir, tendréis que buscar las señales verde y azul que indican el inicio del recorrido entre dos de los túneles, creo los dos primeros pero no recuerdo bien. Ya veréis que muy pronto se acaba el camino, eso es la señal de que deberéis cruzar el río, ya sea saltando de piedra en piedra o metiendo los pies, y lo que haga falta, en el agua . Durante la ruta hay que atravesar el río unas cuantas veces por lo que os aconsejo llevar zapatos o sandalias preparadas para mojarse y luego caminar sin peligro. Si pretendéis daros un baño, hacedlo hacia el final del recorrido ya que es mucho más bonito. De los pueblos de alrededor casi no visité ninguno, eran unas vacaciones para relajar, además el único de la zona que me llamó la atención fue Priego, con sus talleres de alfarería, la bonita iglesia y la cantidad de casas señoriales, o eso me pareció a mi pues muchas de ellas ostentaban escudos y emblemas en las fachadas. Las mejores fotografías de los pueblos se sacan desde cierta distancia, la foto más bonita que tengo de Priego la hice cuando llegábamos desde Madrid, hay que pararse en la gasolinera de las afueras del pueblo, ya verás que vistas tan bonitas.
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