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flormdk

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Relatos publicado por flormdk

  1. flormdk
    Salí de viaje con la idea de combinar naturaleza y tranquilidad. Para ello, elegí la provincia de Corrientes. Una provincia en la que sólo había estado de pasada en ocasiones anteriores cuando a visitar las Cataratas del Iguazú o el vecino país de Brasil.
    Corrientes, es una provincia muy linda con muchos puntos interesantes para recorrer como Goya ciudad que la llaman la “Petit París” por la gran cantidad de visitas europeas que recibió, Mburucuyá con su magnfico Parque, la ciudad capital y la lista podría seguir. Además hay carnavales y lugares donde se puede vivir la vida de campo, es decir, alojamientos rurales.
    Pero como en todo viaje, hay que elegir qué conocer, por dónde empezar. En este viaje por Corrientes (y digo este porque pienso volver en algún momento) conocí los Esteros del Iberá y la localidad de Empedrado.

    Una combinación que para muchos resultará extraña o poco convencional.
     
    Viviendo la magia en Esteros del Iberá
    Para conocer los Esteros del Iberá paré unos pocos días en Colonia Carlos Pellegrini.
    Pellegrini es el punto que recomienda mucha gente para hospedarse por la cercanía con los Esteros, es un pueblito chico con gente sumamente encantadora que pasea sin preocupaciones y donde la inseguridad parece no existir.
    Este pueblo es ideal para hacer base y conocer los Esteros, pero eso sí, doy algunos consejos… Antes de ir, pasen por el banco y lleven todo lo que vayan a necesitar, también cosas por las dudas. Allí no hay cajeros ni farmacias, hay muy pocos locales y cosas. Les doy un ejemplo, hay solamente cuatro lugares para comer, se sirven platos sencillos pero muy ricos, parecen caseros.
    Visto así parece un lugar poco recomendable para ir, pero la cuestión es que Empedrado es muy lindo para despejarse del bullicio de la ciudad y conocer un modo de vida distinto al cual estamos acostumbrados quienes vivimos en ciudades grandes.
    Luego de una noche de descanso me levanté temprano y me preparé para el tan ansiado paseo por Esteros del Iberá. Fui provista de bastante agua y repelente, para hacer la excursión en compañía de un guía al cual habíamos contratado previamente.

    Yo ya sabía que me iba a encontrar con un panorama sorprendente y excepcional, pero una cosa es ver fotos y otra muy distinta es estar en el lugar. Es realmente impresionante, es un paseo que recomiendo especialmente para quienes desean estar en contacto con la naturaleza. No vayan a olvidar la cámara de fotos… ¡Las postales son únicas!

    Aprovechamos el día para hacer algo de caminata pero también para dar un paseo en canoa. Se puede ver de todo. Lo que más me llamó la atención fueron las aves. Según nos comentó el guía allí existen más de 350 especies.

    Otra cosa interesante que nos comentó el guía es que los Esteos, son uno de los humedales más importantes en el planeta por la gran biodiversidad que allí se encuentra.
    Entre explicaciones y paseo fui sacando varias fotos y por supuesto no me privé de sacarle una foto a uno de los representantes más significativos de esta zona: el yacaré.


    Después de disfrutar de la magia de los Esteros y sus animales, al llegar el atardecer momento soñado, después de contemplarlo emprendimos la vuelta hacia Pellegrini, un poco cansados por el paseo pero muy entusiasmados.

    Les recomiendo que si van a visitar Los Esteros vayan en primavera, en otoño llueve mucho y en verano el calor es excesivo.
     
    Entre barracas: Empedrado
    La siguiente parada (y lamentablemente última) fue en Empedrado, un pueblito ubicado muy cerca de la ciudad capital. Es un punto al que se lo recomienda visitar a modo de excursión, pero yo preferí pasar unos días distintos y parar allí. Siempre acostumbro a parar en las capitales, pero esta vez quise variar.
    Es un lugar sumamente tranquilo, ideal para relajarse. El estilo apacible de vida de este lugar no implica que no haya puntos turísticos para visitar o nada para hacer. Es más suele haber eventos como congresos y Fiestas Provinciales.
    Pero volviendo a mi paso por Empedrado… Uno de los puntos más lindos que tiene es el balneario municipal ubicado a orillas del río Paraná .Aquí se levantan unas llamativas barrancas de una coloración rojiza muy particular que nunca antes había visto en otro lugar.


    Muchas personas aprovechan este entorno natural para disfrutar de los deportes náuticos.

    Yo esta vez opté por caminar con la compañía de mi cámara de fotos. Es que realmente es sorprendente, algunas de las barracas alcanzan hasta los 50 metros de altura. Parece un espacio lunar, algo de otro planeta, algo bastante complicado de describir en palabras. Y fue luego de dar este paseo cuando comprendí porque el pueblo lleva el apodo de “Perla del Paraná”. Apodo que lo lleva con orgullo y que está muy bien justificado.

    Que puedo contarles de la ciudad…Es como dar un paseo en el tiempo. Sus calles invitan a remontarse al pasado, allí se levantan antiguas casonas que aún conservan su estilo tradicional. El origen de esta localidad se remonta a varios años atrás, según me informaron al siglo XVII pero están muy bien conservadas.

    Aún está presente al antiguo cartel sobre las vías que dice “Empedrado” el cual el paso del tiempo en estas tierras.

    Deje la provincia de Corrientes recordando las aves que había visto, las postales, las altas barrancas, la tranquilidad de la gente, las construcciones históricas…

  2. flormdk
    Creo que no hay nada que me apasione tanto como viajar (bueno tal vez escribir, pero para ello tengo que viajar) por eso, cada vez que tengo la oportunidad de hacerme una escapada o tomarme unas vacaciones, no lo dudo ni por un segundo.
    Me gusta armar un viaje todos los veranos, especialmente entre febrero y marzo para evitar las concentraciones de gente y la congestión de tránsito de los meses de diciembre y enero.
    Afortunadamente, tenía unos días libres en febrero, así que comencé a buscar un lugar no muy lejano de mi ciudad (Mar del Plata), para llegar rápido y aprovechar lo más posible las tan ansiadas y esperadas vacaciones. Luego de pasar por la difícil decisión de “¿A dónde voy?“, el destino elegido fue Colón, una localidad con aire de pueblo pero a la vez turística, ubicada en la provincia de Entre Ríos a orillas del río Uruguay.
    Después de unas doce horas de viaje en micro con escala en la Ciudad de Buenos Aires, llegué a destino. Debo confesar que afortunadamente se me pasó bastante rápido el viaje. De todas formas, no eran muchas horas. Apenas unas doce horas, pero como salí de noche se me hizo más corto.

    Otra cosa que debo admitir es que, al llegar me invadió una sensación rara, de desolación.
    Sentía que me había equivocado de lugar, que había elegido mal… Yo sabía que no era una gran ciudad (en cuanto a su extensión), que era un tranquilo pueblo, pero mi primera impresión fue la de un lugar sin nada para hacer ni nada para ver. Pero, afortunadamente esta percepción negativa y de desconcierto desapareció pronto, al empezar a caminar por la calle principal. Sobre esta calle se despliegan varios locales comerciales y también gastronómicos. Tuve que hacer un alto para almorzar y reponer energías, para luego seguir mi rumbo hacia la costanera.

    Qué decir de la costa… La costa de Colón es muy pintoresca, tiene varios kilómetros que invitan a caminar y relajarse. Soy amante de las caminatas, por lo que me encantó. Sobre todo porque al atardecer no refresca. El sol se estaba ocultando tímidamente mientras yo seguía pasando a la orilla del majestuoso río Uruguay. Aquí, el río es la referencia de todo y también es el mayor orgullo de los habitantes. Quienes viven en Colón, dicen que no hay otro igual, que ni siquiera el río Paraná se asemeja y yo creo que tienen razón…

    Hice un alto en la Oficina de Turismo, para buscar folletos y hablar con la gente que trabaja allí. Visitar este tipo de lugares siempre me ha resultado interesante y es uno de los puntos de paseo obligado en mis viajes. Aquí, el edificio donde se encuentran los informes turísticos, es una antigua construcción que anteriormente funcionaba como estación fluvial. Era el punto donde se recibía a los antiguos colonos europeos. Sí, un sitio cargado de historia y también de encanto. La construcción como podrán apreciar en la foto es muy llamativa y forma una postal única.

    Antes de viajar para la localidad de Colón, cómo me es costumbre, había estado averiguando por teléfono lugares donde parar. Al comunicarme, los dueños del hotel me dijeron que unos pocos días antes de la fecha en la que yo tenía planeado viajar se realizaba una importante fiesta, la Fiesta Nacional de La Artesanía. Luego de “googlear” algo de información, hice una pequeña modificación en la fecha de viaje para poder ir a la Fiesta y puedo decir que el cambio valió la pena.
    La Fiesta es todo un acontecimiento tanto para los lugareños como para los turistas. El lugar donde se realiza es en un gran parque, conocido como el Parque Quiróz. Es sorprendente la cantidad de stands de artesanías que allí se encuentran. Las hay de todo tipo y color. Hay adornos, carteras, prendas, souvenires, dulces caseros, quesos y la lista podría continuar indefinidamente, pero prefiero no aburrirlos y que un día vayan ustedes mismos a ver todo lo que hay allí. Por supuesto que no perdí la oportunidad de comprar recuerdos para llevarles a mis amigas y a mi familia, bueno y también algún recuerdo para mi humilde colección de “recuerdos de mis viajes”.

    Este paseo me llevó un buen tiempo. Es posible estar bastante rato recorriendo y mirando sin darse cuenta. Era lo que se dice comúnmente “un mundo de gente”. Además, había espectáculos musicales y puestos donde comer platos tradicionales (muy recomendables)
    Otra cosa que les quisiera comentar, es que nunca se me había cruzado por la cabeza la idea de visitar una isla, quizás las veía como algo muy distante, pero sin planearlo llegué a una… Otra de las tardes en las que salí a pasear por la costanera, me ofrecieron hacer una excursión en catamarán para visitar la Isla de Los Hornos, casi sin dudarlo mi respuesta fue un automático y entusiasmado “sí”. Desde el momento en que me subí al catamarán disfrute de la excursión, del paisaje y de las transparentes aguas. El tiempo que estuvimos en la isla fue breve, pero aún así fue fantástico…



    Es difícil definir a Colón, no sé si llamarle ciudad o pueblo, porque a mi entender es una mezcla de ambas cosas. En estas tierras del litoral argentino conviven hoteles, cafés, restaurantes, un casino, ferias artesanales, todo en armonía con la vida pueblerina de mates mezclados con tardes de siestas y atardeceres de chismes. Colón tiene de todo.


    Es un destino al que algún día volveré a visitar… por ahora me quedan los más lindos recuerdos de unas tierras que combinan naturaleza con historia, tesoros ocultos, encantos y la hospitalidad de su gente. Para que no queden dudas de que es un lugar turístico les dejo esta foto que demuestra que el turismo está presente desde hace unos 50 años y un poquito más.





  3. flormdk
    Piedras preciosas, termas y playa… ¿Se preguntarán el por qué del título? La respuesta es mi viaje.
    Salí con la idea de hacer varias escalas o mejor dicho paradas. Es que cuando tengo tiempo me gusta armar viajes con varios puntos para conocer. Esta vez el viaje empieza en Entre Ríos, sigue por Misiones y termina en una playa en Brasil…
     
    Las Termas de San José
     
    No soy muy adepta del termalismo, pero estaba en la ciudad de Colón rodeada de centros termales y me sentí tentada de ir por lo menos a uno.
     
    En Colón hay un centro termal, pero en el momento en que fui yo estaba siendo remodelado. Entonces, aprovechando una tarde calurosa, llamé a un taxi y pedí que me llevaran a San José.
    San José es un pueblo, bastante antiguo y no muy turístico, su encanto esta dado por sus termas y claro también por la tranquilidad del lugar.
    Llegué y luego de dejar rápidamente las cosas me fui a pasear por las distintas piletas… Hay varias, de diferente tamaño y temperatura. La recomendación que se da es no estar mucho tiempo adentro, dado que el calor del agua puede hacer mal. Así que pase mi tarde de pileta en pileta y sin darme cuenta anocheció.
     

     

     

     
    El taxista ya me había comentado que ellos no solían trabajar hasta muy tarde, debo admitir que una sensación de preocupación me invadió. Yo estaba parando en Colón, una ciudad vecina pero no tenía movilidad propia. Pero afortunadamente conseguí un taxi que me llevó de regreso a Colón, pasé una última noche aquí y a la mañana siguiente armé todo para seguir viaje.
     
    Próxima parada: piedras preciosas
     
    Me despedí de la provincia de Entre Ríos para ir rumbo a Misiones. Ya conocía las Cataratas del Iguazú pero estando aquí no podía privarme de verlas nuevamente. Es un paisaje tan sorprendente, tan único…
    Pero, voy a contarles más en detalle la otra excursión que hice (que en el viaje anterior no había podido hacer) la de las Minas de Wanda. Excursión que recomiendo que hagan ya que se van a sorprender.
    Para llegar a este sitio, tuvimos que tomar la Ruta Nacional 12. Luego de unos pocos minutos de recorrido, un simpático guía nos recibió para acompañarnos a realizar el paseo para conocer las fantásticas piedras.
     

     
    El paseo fue sumamente interesante, nos iba dando detalles sobre los orígenes y conformación química de las piedras, recordándome las clases de geomorfología de la facultad.
     

     
    Según nos comentó el guía, las Minas fueron descubiertas en el año 1976. Un dato curioso y llamativo que recuerdo es que el basamento donde se encuentra apoyada la provincia de Misiones se conformó hace muchos años en la era terciaria, es decir, unos cincuenta millones de años atrás, una cifra geológica que cuesta entender. Fue gracias al accionar de la lava y los posteriores enfriamientos que se formaron estas llamativas piedras preciosas.
     

     
    Avanzábamos por el lugar, sorprendiéndonos por los colores y por las formas de las piedras semipreciosas, algunas con forma de prismas, otras hexagonales, otras de formas más irregulares, todas muy distintas.
    Las piedras que más predominan en las Minas de Wanda son las amatistas, las de color violeta, pero hay de todo, es posible encontrar ágatas, cristales de roca, jaspes y otras variedades más.
     

     
    Luego de ver este hermoso catálogo, la propuesta fue conocer la sala de exposición. Aquí se venden gemas y joyas. Por supuesto, que aprovechamos para comprar algunos souvenires y adornos. Además, dicen que las piedras atraen la buena energía y yo creo que es cierto.
     

     
    Sorprendida por la singular belleza de este lugar y con algunos regalitos volví hacia Iguazú para acomodar la valija e ir a la próxima parada...
     
    Descanso en Florianópolis
     
    Después de unas cuantas ideas y venidas, excursiones, más idas y venidas, recambio de hoteles, horarios, etc, llegó el momento en que el espíritu del viaje cambió de aventura a descanso…
    Un lugar para descansar sin lugar a dudas, son las playas. Conozco casi todas las playas de mi país, las que están cerca, las que están no tan cerca e inclusive las del sur las cual son sumamente distintas.
    Luego de analizar mapas y alternativas, el punto a donde ir fue Florianópolis, una ciudad de Brasil, bastante cercana a mi país, Argentina.
     

     
    Florianópolis es sinónimo de playa, según leí hay apróximadamente unas cien playas en esta ciudad. Fui a unas cuantas, pero obviamente no pude conocer todas.
    Me tocaron días muy lindos, por suerte ningún día de lluvia. Aún recuerdo el intenso calor, las caminatas por la orilla del agua y por supuesto, los chapuzones en las cristalinas aguas.
     

     
    Las tardes las pasé en la playa, con la compañía de algún refresco, charlas y paseos alternados con descanso y juegos de cartas.
     

     
    Pero me resulta imposible quedarme quieta y descansar, aprovechaba la nochecita para salir a pasear por la ciudad.
     

     
    Una de las cosas que más me llamó la atención de Florianópolis fue la gran cantidad de graffitis y murales pintados.
     

     
    Aproveché también para probar los platos típicos, ya que viajar es una oportunidad para conocer la cultura y tradiciones de un lugar. Pero debo admitir que lo que más me gustó de Brasil fue la variedad de frutas que se sirven en los desayunos, muy refrescantes!
  4. flormdk
    Ya había estado en un viaje por Melbourne en un fin de semana, con algunos pequeños percances pero la había pasado muy bien. Es una ciudad muy grande con mucho para hacer y para ver…
    Afortunadamente tuve la suerte de poder ir por una segunda vez.  Esta vez paré en otra zona de la ciudad, cerca de South Bank, una de las zonas más lindas a mi criterio de la ciudad de Melbourne.
    Anteriormente había viajado con mi novio y esta vez el viaje era con mis padres,  opté nuevamente por tomar el bus turístico para que ellos también conocieran la ciudad, creo que es una muy buena alternativa para cuando viajas con poco tiempo, ya que siempre te llevan a recorrer los puntos más interesantes de la ciudad.
    Al dar la primera vuelta en el bus, divisé a lo lejos un logo muy bonito ubicado en el museo que me llamó la atención, se trataba de una flor que en el interior tenía un mapa mundi. Al lado del dibujo decía exposición  “Melbourne International Flower and Garden Show”... Nos quedamos pensando en la posibilidad de visitar esta exposición mientras seguíamos dando vuelta en el bus turístico.
    Al día siguiente, luego de recorrer los principales puntos turísticos de Melbourne, la Federation Square con sus emblemáticos edificios en los alrededores como la Flinder Station y la Cátedral, fuimos hacia la exposición aprovechando que el bus turístico nos llevaba hasta el edificio llamado Royal Exhibition Bulding donde tenía lugar la exposición.
    “Melbourne International Flower and GArden Show”, es una exposición que se viene haciendo todos los años desde el año 1995 en el mes de Abril. No tenía idea de que se hacía este evento, pero tuve la suerte de caer en la fecha precisa. 
    Según información que pude leer en los folletos, es el evento más grande de horticultura que se hace en el hemisferio sur y lo visitan cada año un promedio de 100 mil visitantes. También está dentro del top five de las exposiciones y shows de flores y jardín del mundo.

    Tuvimos que pagar una entrada que salió 30 dólares australianos por persona, leer así puede parecer caro, pero puedo asegurar que realmente valió su precio.
    Por empezar la feria estaba emplazada dentro del edificio de exhibiciones de Melbourne, el cual de por sí es sumamente lindo. Había cosas en el interior del edificio y también afuera en los jardines. Recorrer todo llevo muchas horas sin darnos cuenta del paso del tiempo.
    Desde el momento en que entramos nos sumergimos en los aromas de las flores, había flores de todos lados del mundo, algunas variedades y flores que desconocía y que nunca jamás había visto… flores de todos colores, inclusive verdes! Sí verdes, jamás había visto flores de este color…
    Begoñas, rosas, flores de la región, realmente era un placer para los sentidos.
    Pero no era solamente flores lo que se podía ver… también había unas esculturas hechas todas con flores naturales, una más linda que la otra. No sólo era lindo mirarlas, sino también olerlas.

    También había cuadros de flores además de todo lo necesario para un jardín, desde herramientas, fertilizantes, esculturas, todo lo que se puede necesitar para tener el mejor jardín. La feria era muy completa.
    Por supuesto que también había flores a la venta, lamentablemente no pude comprar nada, pero había de todo hasta inclusive semillas de todo tipo.
    La exposición estaba perfectamente preparada con puestos de venta de comida, lugares de reacreación para niños y diferentes puestos con distintas cosas.
    Melbourne es una ciudad que tiene muchos eventos, la semana anterior a mi visita se había realizado una importante carrera, más allá de los eventos tiene muchas cosas para hacer y pese a ser una ciudad muy grande, es muy tranquila y segura.
    Todavía me queda pendiente volver para hacer la Ocean Road, dicen que es uno de los paseos y excursiones más lindas en los alrededores de Melbourne...
  5. flormdk
    Hacía bastante tiempo que venía investigando y leyendo sobre los destinos del Norte de Argentina, era un viaje que venía posponiendo desde hace bastante tiempo hasta que en enero decidí hacerlo realidad.
    Al principio, me parecía un poco rara la idea de ir al Norte en enero ya que es una zona bastante cálida, contrario a mis expectativas el calor no fue excesivo, es más hubo días bastante frescos.
    Comenzamos el viaje por la capital de Salta, ciudad que lleva el mismo nombre y es apodada "La Linda". Como de costumbre, casi siempre que llegó a un lugar me recibe la lluvia. No fue molestia ya que conseguimos rápidamente un taxi que nos trasladó hacia el centro.
    Luego de dejar las cosas, comenzamos a recorrer el centro y visitamos las postales más tradicionales... El Cabildo, los museos, la Plaza 9 de Julio y el Convento de San Francisco.
    Hicimos nuestra primer parada para probar la gastronomía del lugar comiendo empanadas salteñas. Mis preferidas fueron las de queso.
    En casi todos los lugares las cocinan en horno de barro, lo que les da un sabor muy diferente y especial.
    Al día siguiente hicimos una excursión para conocer Cafayate. No soy amante de las excursiones, porque duran bastante tiempo y sumado a ello implican levantarse muy temprano. Pero, no hay otra manera de conocer esta hermosa zona. Lo interesante no está en el pueblo, sino camino al pueblo donde se pueden ver unas formaciones rojizas muy llamativas, la Quebrada de las Conchas o también conocida como Quebrada de Cafayate. Durante el recorrido también paramos en una bodega tradicional de la zona y finalmente recorrimos el pequeño pueblito.

    Luego de pasar dos noches en la ciudad de Salta nuestro viaje seguía con destino a Tilcara. Para conocer los principales atractivos turísticos del Norte, una opción es alojarse en Salta y desde allí hacer todas las excursiones... Pero, como comentaba anteriormente me resulta muy estresante hacer tantas excursiones, por ello elegimos Tilcara, una localidad a mitad de camino entre Purmamarca, las Salinas y Humahuaca.

    Del pueblo no hay mucho para contar, a decir verdad, me decepcionó bastante, me lo imaginaba más pintoresco, mejor conservado, pero resultó todo lo contrario. De todas maneras, esto se olvida al disfrutar de los paisajes. Para quienes visiten Tilcara, recomiendo que se tomen unas horas para recorrer el Pucará, es un sitio arqueológico enmarcado en un hermoso paisaje de cactus y montañas. También se encuentra en el lugar, un Jardín Botánico con todas las especies representativas de la zona.

    La "meca" de mi viaje, era visitar el Salar llamado Salinas Grandes. Nunca había estado en un sitio así, un desierto blanco! Para llegar al Salar el punto de partida es la localidad de Purmamarca la cual se encuentra muy cerquita, un poco menos de una hora en colectivo.
    En Purmamarca hay varias postales imperdibles como el Cerro de los Siete Colores y el Paseo de los Colorados.
    Un tip muy importante! Si visitan con tiempo Purmamarca no dejen de subir al mirador "El Porito" desde allí se puede disfrutar de la mejor vista del Cerro de los Siete Colores.

    Llegar a las Salinas ya es todo un paseo en sí mismo, atravesamos la Cuesta de Lipán, un zigzagueante camino de montaña. Mientras hacíamos el paseo íbamos comiendo caramelos de coca para evitar "el mal de altura" o también conocido como "apunamiento".
    Creí que el camino sería más difícil pero fue todo lo contrario ya que está todo asfaltado y con unas vistas únicas!!
    En las Salinas estuvimos una hora, al bajar nos recibió la magia de dos arcoiris en el cielo!!
    Si o sí hay que ir con antejos... Intenté sacarmelos para poder disfrutar de la magia del paisaje blanco pero fue imposible.
    Nunca había estado en un lugar tan único. La fotografía es una de mis pasiones por lo que aproveché a tomar fotos y a conectarme con la magia del lugar.
    Desde Tilcara, como comentaba anteriormente, se puede visitar Humahuaca otra de las localidades de la Quebrada. Recorrimos el centro histórico y también visitamos su monumento. Otro paseo que se puede hacer desde aquí es visitar el Cerro Hornocal, es un cerro similar al de los Siete Colores, muy llamativo por su paleta de colores, también es conocido como Paleta de Pintor.
    Luego de pasar tres noches en Tilcara regresamos hacia Salta ya que nuestro próximo vuelo partía desde allí. Estuvimos dos noches más en las que aprovechamos a recorrer nuevamente el centro histórico y también visitamos el Cerro San Bernardo. 
    Para subir al cerro y disfrutar de la vista de la ciudad hay dos opciones... Subir y bajar en teleférico o subir sus 1001 escalones. Elegí la opción de los escalones, por suerte son escalones cómodos y mientras se va subiendo se puede disfrutar de la vegetación y de las aves. El esfuerzo vale la pena para disfrutar de una hermosa vista del valle, de la ciudad rodeada de montañas llenas de vegetación.


    Nuestro viaje siguió rumbo a Iguazú... Como en todo viaje, siempre queda algo pendiente, en esta oportunidad nos quedó pendiente conocer Cachi. La idea era ir en excursión pero el verano es época de lluvia y había riesgos de no poder volver durante el día y perder el vuelo.
    Recomiendo que si visitan el Norte dejen varios días en el medio entre excursión y excursión o entre paseo y paseo ya que las rutas pueden cortarse por lluvias, especialmente durante los meses de verano.
    Mis impresiones sobre el Norte argentino
    Es una región con unas postales únicas, muy distintas a las que estaba acostumbrada a ver.
    Se puede visitar tranquilamente en verano, el calor no es excesivo, la única contra es que es una época de lluvias, sin embargo tuvimos mucha suerte porque no llovió mucho. De todas formas las lluvias suelen ser pasajeras.
    Los pueblos son muy antiguos, no tienen una buena gastronomía y oferta de actividades, pero aún así conviene parar en distintos sitios ya que hacer todos los paseos desde la ciudad de Salta implica muchas horas de viaje.
    A la hora de averiguar por excursiones, conviene preguntar en más de una agencia de viajes. Los precios suelen variar bastante. Lo mismo sucede con las casas que venden artesanías.
    No recomiendo alquilar vehículo. Manejar en el Norte en algunos tramos tiene dificultades.
    Es importante llevar efectivo, en casi ningún lado se acepta débito ni crédito. Las agencias y comercios que los aceptan suelen cobrar bastante recargo e interés.
    Para quienes no están acostumbrados a vivir en zonas altas, es conveniente comprar caramelos de coca o sino hojas para masticar y evitar el mal de altura.
    Otra cosa que nos resultó bastante efectiva es ir subiendo de a poco, es decir, evitar ir por ejemplo al segundo día de viaje a Humahuaca o los puntos más altos sobre el nivel del mar. Conviene aclimatarse con tiempo. La ciudad de Salta es un buen punto de partida.
  6. flormdk
    Soy una viajera inquieta, que siempre tiene ganas de conocer lo que está a su alrededor y más también. Voy a estar tres meses en Australia, bueno en realidad ahora un poco menos ya que el tiempo empezó a correr en cuenta regresiva y se pasa muy rápido…
     
    El primer fin de semana que estuve en la ciudad me lo tomé para recorrer la costa, el centro y también la Reserva donde están los canguros y los koalas.
     
    En mi segundo fin de semana, ya me empezaron a dar ganas de conocer los alrededores. Estaba pensando en tomarme un avión o tren e ir a alguna otra ciudad de las más conocidas de Australia como por ejemplo, Sydney o Melbourne, pero decidí ir de a poco… entonces esta vez tocó ir a la Gold Coast.
     

     
    Vivo en una ciudad de playa, pero de todas maneras me resultaba interesante visitar otro mar, especialmente si este en lugar de estar en el Atlántico corresponde al Pacífico.
     
    Luego de hacer las averiguaciones pertinentes de cómo llegar, fui hasta la estación de trenes, la cual por suerte me queda muy cerca de donde estoy parando.
     
    Tomé el tren y fui rumbo para la “Playa Dorada”... Debo confesar que en esta oportunidad el viaje no fue directo, sino que por no haber averiguado con suficiente anticipación, perdí algo de tiempo ya que me pasé y me bajé dos estaciones más de donde debía bajarme.
     
    Afortunadamente en todas las estaciones hay mapas y también gente muy amable, dispuesta a ayudarte. Luego de que me recomendaran que lo mejor era volver al tren y retroceder a la estación correspondiente, volví a subir al tren.
     
    El siguiente paso, ya estando en la estación correcta era tomar un colectivo. El colectivo era nuevo, con aire acondicionado, pero lo que no me gustó para nada era la velocidad a la que iba. Ya empezaba a marearme de lo rápido, pero veía que todos los autos iban a la misma velocidad y que inclusive es como si fuera una autopista, todo muy seguro, pero aún así el viaje no fue muy placentero ya que además me tomó como media hora.
     
    Luego de llegar a destino, la sensación amarga del viaje en colectivo se esfumó. La playa estaba muy linda. Con el agua cristalina y cálida . No era el mejor horario para haber llegado a la playa ya que era medio tarde, pero de todas maneras fue muy lindo el paseo.
     
    Una curiosidad es que de cerca no se ve el horizonte por el gran oleaje. Fue muy lindo llegar por fin al Pacífico (Espero también llegar al Índico)
     

     

     
    Vimos también esculturas que estaban haciendo con arena unos artistas, las cuales estaban muy bien hechas. Por supuesto que no podía faltar una escultura de un koala, la cual estaba perfectamente hecha, toda una obra de arte con tan solo granitos de arena...
     

     
    La zona comercial es muy entretenida, con varios locales de todas las marcas y también con muchos locales gastronómicos. Antes de volver tomé un cafecito(Por suerte en Australia se toma mucho café cosa que me encanta, creo que es una e mis bebidas preferidas)
     
    Para evitar tomarme el colectivo nuevamente, decidí ir en tranvía. El tranvía estaba muy cómodo. Hicimos un trayecto en tranvía y luego tuvimos que combinar con los poco deseados colectivos (pero esta vez menos tiempo) y finalmente con el tren.
     
    Es otra cosa muy llamativa de Australia, lo lejos que se encuentran de todo las estaciones de tren. Pero es todo sumamente organizado, llega el colectivo a la estación y no tenés que esperar más que cinco o siete minutos hasta que llega el tren.
     
    Para resumir… vale la pena realmente ir a la Gold Coast, es una zona muy linda con muchos comercios y unas playas muy bonitas y tranquilas. A pesar de que es una de las playas más concurridas del Estado de Queenslad de Australia, aún así se la pasa muy bien. La gente es muy tranquila y educada.
     
    La playa tiene lugares para hacer barbacoas y duchas y canillas públicas para que antes de irte te saques toda la arena posible.
     
    Las olas son espectaculares especialmente para los amantes del surf, es más la playa principal de la zona se llama Surf Paradise. Es un lugar muy elegido por los jóvenes pero también por las familias. Para quienes deseen pasar más tiempo hay hoteles y otro tipo de alojamiento para alquilar.
     

     
    Otra opción puede ser hospedarse en Brisbane, lugar en donde yo estoy viviendo. El viaje en total (sin perderte, ja ja) te lleva unas dos horas, dos horas y cuarto de ida y el mismo tiempo para regresar.
     
    Generalmente todos los servicios de transporte suelen ser muy puntuales, salvo alguna que otra vez, pero es muy útil chequear los horarios antes de salir para no esperar demás.
     

  7. flormdk
    Era vacaciones de invierno y tenía ganas de salir de mi ciudad, pero no tenía ganas de estar mucho tiempo en la ruta. Por lo que decidí pasar unos días en la Ciudad de Buenos Aires.
     
    Una de las primeras cosas que hice al llegar fue visitar una casa que se dedica a la venta de puzles. Adoro armar rompecabezas, sobre todos los días de lluvia. Estando allí, no podía perder la oportunidad de visitar este local, para conseguir algún nuevo puzle para mi colección.
     
    Por supuesto que aproveché a recorrer todos los barrios turísticos de Buenos Aires. Como viajé en colectivo, opté por comprar los tickets del bus turístico. Y recomiendo que lo hagan, ya que es posible subirse y bajarse en cuantas paradas uno lo desee y así poder conocer de manera cómoda y rápida los principales puntos de la ciudad.
    Recorrí los tradicionales barrios y postales que uno no puede dejar de ver… como la colorida calle de Caminito, el barrio histórico de San Telmo, la pintoresca zona de Recoleta, la calle Florida con sus imponentes galerías, el centro de la ciudad con sus renombradas construcciones como la Catedral y el Cabildo y la lista sigue… Pero son anécdotas e historias que prefiero contarles en otro relato.
     

     

     

     
    Por supuesto que no me privé de sacar la tradicional foto...La del Obelisco.
     

     
    En esta oportunidad les voy a “hablar” de mi paseo por Tigre y por Tecnópolis…
     
    Una tarde en tecnópolis
     
    Esto fue en el año 2011, recién cuando se abría el predio de Tecnópolis. Más allá de no estar de acuerdo con algunas ideologías políticas, como dice el tradicional dicho de política y religión mejor no hablar, hay cosas bastante interesantes para ver.
    Al llegar allí, me llamó la atención las dimensiones del lugar y sumado a ello, que aún se estaban haciendo más y más atracciones. Lo primero que visité fue el sector donde se encuentran los antiguos autos, trenes, avionetas y aviones.
     

     

     

     
    La cuestión de la historia del transporte es algo que siempre me ha interesado. Es posible subir a los mismos para conocerlos por dentro. Los trenes son totalmente diferentes a los actuales. Eran de madera, tenían un estilo más pintoresco, eran completamente diferentes.
    Otro sector bastante divertido, es uno donde había juegos, como por ejemplo un metegol, un juego con instrumentos musicales y muchas más atracciones, especial para los más chicos.
     

     
    Por supuesto, que es imposible recorrer y ver todo. Para entrar a ver algunas cosas, tenes que hacer cola. Y el problema es que si bien fui cuando terminaron las vacaciones de invierno, estaba lleno de maestras que llevaban a sus grupos de alumnos a recorrer el lugar. (No fue el mejor momento para visitar este lugar, pero de todas formas la pasé muy bien)
     

     
    Otra de las zonas de Tecnópolis a las que se podía entrar sin tener que esperar, era a un galpón que decía “Orgullo Nacional”… No me gustó, era netamente campaña política. Así que mejor obviemos esta parte...
     

     
    Una cosa que sí es muy interesante, es poder ver como los científicos trabajar. Se los puede ver como diseñan robots.
    Estuve bastante rato recorriendo el gran predio, claro que no pude ver todo, pero fue una linda tarde.
    Lo otro que había prometido contarles, era mi paso Por Tigre…
     
    Conociendo Tigre
     
    Quería visitar la zona del Tigre desde hacía bastante tiempo. Estando en la Ciudad de Buenos Aires, no podía desaprovechar la oportunidad de ir. Entonces, lo primero que hice fue ir hacia San Isidro.
     
    Luego de conocer esta ciudad, cómo quien dice “a vuelo de pájaro”, subí a bordo del turístico tren y al cabo de unos minutos ya estaba en Tigre.
     
    El Tigre es un lugar, a mi criterio, especial por estar enmarcada por el Delta que le confiere una belleza única… y no sólo eso, sino también un estilo de construcciones ribereñas, atípicas desde mi punto de vista. Desde la costanera pueden apreciarse estas construcciones elevadas, las cuales responden al diseño del paisaje y marco natural.
     
    La costa es un lugar que invita a caminar sin prisas. Era invierno, pero el sol armonizaba la tarde e invitaba a recorrer y también a dar un paseo sobre el espejo de agua.
     

     

     
    Como el día estaba muy agradable para estar al aire libre, seguí caminando por la costa hasta llegar al Museo de Arte Moderno. La localidad del Tigre tiene varios museos, pero sin lugar a dudas el más llamativo, en cuanto a su estilo arquitectónico es este que les acabo de nombrar.
     

     

     
    En el Museo de Arte del Tigre hay varias colecciones, entre ellas, la muestra de Milo Lockett, uno de mis artistas preferidos por su especial estilo, el cual considero muy divertido.
     
    Regresé bordeando la costanera hacia la parte céntrica de Tigre y luego de tomar algo en una cafetería tome un colectivo para ir hacia el Shopping Dot. Ya les he comentado que soy una viajera incansable..
    Pese a estar bastante distante, seguía con ganas de pasear y de disfrutar de los cines. Fue un día con muchas vueltas, bastante intenso, pero muy divertido e interesante…
     

  8. flormdk
    Nací en la localidad de Daireaux (al oeste de la provincia de Buenos Aires) pero siempre viví en Mar del Plata. Podría decir que me siento parte de ambos lugares, a pesar de que son dos mundos totalmente distintos y opuestos. Cada sitio tiene su encanto, pero hoy les voy a “hablar” de mi querida Mar del Plata, ciudad en la que vivo y en la que pienso que seguiré viviendo ya que me gusta mucho y le tengo mucho afecto.
     

     
    Mar del Plata es un sitio con varios puntos interesantes para pasear y recorrer en cualquier momento del año. Es uno de los destinos más turísticos de la Argentina, con una gran cantidad de turistas durante el verano, pero también es visitada en invierno, durante los fines de semana largos y durante fines de semana comunes.
     
    Entre los rincones preferidos de mi ciudad está la costa. Creo que no podría vivir en una ciudad sin costa, ver el mar es una de las cosas que más me apasiona. A pesar de que siempre he vivido aquí, me sigue llamando la atención lo cambiante que puede ser el paisaje… hay días en los que se pueden ver las aguas calmas, otros en los que el mar está embravecido, los tonos siempre cambian y a mí nunca deja de llamarme la atención. Adoro la posibilidad de poder mirar el inalcanzable horizonte tan imponente como tranquilizante. Suelo ir todos los fines de semana a pasear por la costa en compañía del frío o del calor. Y si en la semana tengo tiempo, por supuesto que también me hago una escapada…
     

     
    Hay veces que mi recorrido costero va por el sector norte, donde está El Puente (una construcción relativamente nueva) las playas de la Perla, el restaurado Asilo Unzué donde funciona un centro cultural y varias heladerías.
     

     
    Pero esto no suele ser lo más frecuente. El lado de la costa que más me gusta es el otro, dónde está el emblemático Torreón del Monje y la Playa Varese, a mi criterio la más linda de todas ya que está enmarcada por dos escolleras conformando una postal única. Algo que recomiendo para quienes visiten Mar del Plata, es llegar a esta playa por la Avenida Colón, donde además de hacer un poco de ejercicio al subir la loma, se pueden ver construcciones típicas de Mar del Plata como la antigua casona de la Belle Epoque donde ahora funciona el Museo Castagnino (siempre hay varias muestras de distintos artistas). A este museo lo visité por primera vez hace poco tiempo, para ir a una muestra de un artista marplatense, Sendra, el dibujante de “Yo Matías”. También aproveché para conocer este lugar donde se hospedaban una de las primeras familias que venían a veranear por aquí.
     

     
    Siguiendo con el recorrido costero hacia el sur, se encuentran Playa Chica y Playa Grande, otras de las playas más lindas, y una de las más concurridas en verano.
     

     
    Si hay un lugar a donde voy muy seguido es el centro, acá hay varios locales comerciales, cafés y restaurantes. El motivo por el cual voy con tanta frecuencia, además de que me queda cerca, es por los cines. Si hay algo que realmente me encanta y me entretiene (además de viajar o de leer algún buen libro) es ver películas. El día que elijo para darme este gusto, son los sábados y/o domingos lluviosos. En los shoppings se encuentran las mejores salas de la ciudad. El mes de noviembre, es uno de mis preferidos porque se desarrolla El Festival de Cine. Varias películas son proyectadas durante todo el día desde la mañana hasta la madrugada y yo trato de organizarme para ir a ver la mayor cantidad posible.
     
    Si pasean por mi ciudad, les recomiendo hacer un alto en La Catedral que también se encuentra en el centro. Es un edificio de estilo neogótico con más de 100 años. Un detalle no menor, es que fue declarada como “Patrimonio Histórico Nacional”
     

     
    A la hora de dar una vueltita y tomar un café el lugar que más me gusta es la calle Güemes. Es mucho más pintoresco que el centro de la ciudad, además de que es una zona con construcciones y edificios más nuevos. Actualmente esta área comercial está bastante expandida y se han desarrollado varios locales comerciales inclusive en su calle paralela, Olavarría. También hay varios comercios y bares sobre las calles transversales. En esta zona se encuentra una de las plazas más lindas, la Plaza del Agua, tiene un salón donde se hacen varios eventos como la Expo Chocolate, la Feria del Libro Infantil y el Festival Gastronómico.
     
    Siguiendo con las plazas, la Plaza Mitre también es una de las más lindas, con varios juegos para niños. Les dejo unas fotos para que puedan conocerla…
     

     

     
    A unos pocos kilómetros de la Ciudad de Mar del Plata se encuentra Sierras de Los Padres. No es un punto al que vaya muy seguido, pero es ideal sobre todo para estar en contacto con la naturaleza. Un consejo: una de las mejores épocas para visitar las sierras es en primavera.
     

     
    La ciudad de Mar del Plata tiene otros puntos más a parte de los que nombre, como el paseo de la base naval donde también se hacen eventos. Allí tuvo lugar el el Rally Dakar Argentina-Chile. Aún recuerdo ese día…¡ Fue toda una fiesta !
     

     

     

     

     
    El puerto es otro punto muy turístico pero no es santo de mi devoción, ya que no me gusta comer pescado. Pasando el puerto, se encuentran las famosas playas del sur donde tienen lugar recitales en verano. Son muy distintas a las del centro o a las de la zona de la perla, ya que combinan arena con vegetación y son mucho más tranquilas.
     
    Hay mucho para ver y para hacer en Mar del Plata. Durante todo el año hay actividades y eventos. Yo les recomiendo especialmente disfrutar de la costa.
     

  9. flormdk
    La primavera es una estación ideal para pasear. Para hacer viajes de escapada, o por qué no, para hacer recorridos en el día para cambiar de aire. (Vale aclarar que para mi cualquier momento del año es propicio para irse de vacaciones o de paseo)
    Volviendo al tema de “los viajes de escapada” o de “paseos en el día”, yo creo que muchas veces las realidades, o aquello que buscamos puede estar muy cerca, inclusive en nuestra propia ciudad. Muchas veces soñamos con esfumarnos, tomarnos unos días y transportarnos a un lugar remoto. Y con el solo hecho de pensar en estas ideas y cerrar nuestros ojos por unos instantes, la fantasía se encarga de traducir todos nuestros deseos en confines donde la inaccesibilidad o lo desconocido dice presente... Pero claro, quién nunca soñó con islas perdidas, aldeas remotas ubicadas en el medio de la montaña, refugios ocultos en medio de un paisaje selvático o ese infinito deseo de irse para olvidarse de todo. Para volver renovado.
    No es que sea imposible ir a algún lugar remoto, o exótico como le suelen llamar en las agencias y en los paquetes de viajes. Pero, algo más sencillo es escaparse de a ratos, respondiendo a la lógica de nuestros ritmos diarios. Yo particularmente recomiendo, combinar ambas cosas… de vez en cuando, hacerse un “viajecito al más allá” pero combinarlo con paseos cortos.
     
    Uno de los lugares a los que suelo ir cuando quiero escapar de la rutina y del paisaje de todos los días (además de la costa de mi ciudad la cual me parece espectacularmente alucinante y nunca me abure) es ir hacia Sierra de Los Padres.
    Las Sierras se encuentran a tan sólo unos quince minutos en auto. Es un sitio que lleva la categoría de Barrio Residencial de la ciudad de Mar del Plata. También se puede ir en colectivo. Pero, es más lindo ir en auto. No solo por la comodidad, sino porque la ruta que hay que tomar para llegar hasta aquí, es una de las más pintorescas del país.
     

     
    Junto con la ruta interbalnearia están dentro de mis preferidas. La frondosa arboleda acompaña todo el recorrido. Árboles y pájaros amenizan el viaje, haciendo que sea parte del mismo paseo.
     

     

     
    Voy cada tanto. La última vez que fui, me acuerdo que fue un fin de semana largo. Nunca había ido en una ocasión así. Recuerdo que había mucha más gente que un fin de semana común. Había inclusive colectivos que traían a grupos para realizar excursiones.
    Por lo general, siempre hago el mismo itinerario…Camino por el centro comercial rumbo hacia el mirador, para deleitarme una y otra vez con la vista panorámica esplendida de las Sierras.
     

     

     
    Luego de sacar fotos, sigo paseando, comprando productos artesanales y antes de emprender la vuelta, entro a alguno de los cafés y tomo algo.
     

     

     
    Pero esta última vez, me dí cuenta que hacía mucho que no hacía el recorrido por la “Gruta de Los Pañuelos” Se trata de un recorrido por las sierras, en el cual puede apreciarse una especia de cueva entra las rocas. Allí hay varias figuras de la Virgen. Pero lo más llamativo es la gran cantidad de pañuelos anudados entre sí colocados por los turistas y curiosos que visitan el lugar. En el sector donde están los artesanos, era posible ver como los excursionistas compraban pañuelos para luego sumar a la maraña.
     

     
    Según me comentaron esta tradición, empezó hace varios años, allá por el año 1949, cuando una parejita de inmigrantes italianos colocó sobre este pedestal natural ( esta enorme cavidad entre las rocas que conforma en las grutas se formó sola) una imagen de la virgen atándola con un pañuelo. Esto simbolizaba para la pareja, la unión espiritual de sus cuerpos ante la virgen.
     

     
    Una vez anudada la figura, se arrodillaron a rezar aprovechando la tranquilidad del lugar y el silencio. Según se comenta, lo que tan encarecidamente pedían era un hijo al cual todavía no podía tener. Rezaban desesperados, pensando en que tal vez nunca tendrían la oportunidad de ser padres, ya los que años iban pasando y la mujer no lograba quedar embarazada. Pese al sentimiento de angustia, se fueron con fe. A los meses, volvieron al lugar, pero esta vez a agradecer… la mujer había quedado embarazada.
     
    Decían que realmente un milagro había ocurrido. Y como forma de agradecimiento, comentaban estos a todos los que por allí cruzaban, quienes también se sumaron a anudar pañuelos.
    Están quienes creen en los milagros y quienes no, pero lo cierto es que hay miles de pañuelos como se puede ver en la foto. No sé si por tradición, si por pedir, o porque en los artesanos se los ofrecen, la gente va y anuda su pañuelo.
     

     
    Después de visitar este mítico lugar y antes de que caiga el sol, di una vuelta más por el lugar y emprendí la vuelta en compañía de muy buena música…
     
    Les dejo para despedirme esta hermosa foto de flores primaverales
     

  10. flormdk
    Como todas las veces en las que viajo, busqué información sobre lugares a visitar, distancias, colectivos, horarios de ida y vuelta y por supuesto, varias opciones de hospedaje.
    Luego del relevamiento de datos, tarea de la cual disfruto (porque siempre se aprende algo nuevo, o aparece alguna alternativa nueva) salí con destino al sur de mi país.
    Para ser más precisa al sureste de la Patagonia argentina. El plan inicial consistía en parar en primer lugar en la galesa ciudad de Trelew para conocer desde aquí otros puntos como Punta Tombo (una reserva de pingüinos), Gaiman, Rawson, Playa Unión y Puerto Madryn.
    Por lo general, compro todos los pasajes juntos, pero esta vez decidí que sería mejor comprar solo el de ida para no tener que estar sujeta a fechas y horarios. Hay veces en las que es mejor poder decidir en el momento, si quedarse más tiempo o irse a otro punto.
    Llegué a Trelew luego de unas quince horas de colectivo, un viaje bastante largo, pero por suerte fue en su mayor parte de noche. Vi algunas películas, dormí un poco y a la mañana cuando me desperté empecé a escribir. Me encanta escribir, es un buen pasatiempo, ideal para viajes, esperas o días nublados.
    Antes de llegar a Trelew, el colectivo pasó fugazmente por Puerto Madryn ofreciéndome una hermosa vista panorámica de esta localidad que posteriormente visitaría.

    Finalmente llegue a destino, a la localidad galesa. Aquí pasé unos intensos días en los que recorrí varios puntos, casi todos los que nombre antes. Excluí a Rawson del itinerario ya que muchas personas me dijeron que no había mucho para ver y para hacer. Se trata de una capital, que más que nada tiene funciones administrativas.
    Mi idea original era visitar desde Trelew a Puerto Madryn, es decir, organizar un paseo en el día ya que se encuentran a muy corta distancia una localidad de la otra. Pero, aprovechando que no había comprado ningún pasaje y que nada me ataba, decidí cambiar de idea. Armé nuevamente mi valija y salí rumbo a la terminal a comprar un pasaje para Puerto Madryn.

    Descendí en la terminal de la portuaria ciudad y fui en búsqueda de un plano y de algunos folletos. Caminé hasta llegar a la calle principal la cual se encuentra frente a la costanera. Pregunté en algunos hoteles por disponibilidad y terminé eligiendo para quedarme un apart hotel, muy cómodo y lindo con vista a la costa. Después de acomodarme salí a tomar aire y caminar.

    Frente a la deslumbrante costanera se despliegan varios hoteles, comercios y lugares de venta de artesanías a los que entré para comprar algunos recuerdos. Es llamativo, la cantidad de agencias de turismo receptivo que allí se encuentran. Por supuesto que no dude en entrar a preguntar qué excursiones había. Obviamente, la primera excursión que me ofrecieron en todos los lugares a los que entra, era la de visitar Península Valdés.
    Claro que no estaba en mi mente ir hacia allí porque la idea original era visitar Puerto Madryn en el día. También debo admitir que ver ballenas no es santo de mi devoción, de todas formas en marzo, época en la que viaje, es muy raro poder ver a estos gigantes seres vivos. Por todo lo que nombré anteriormente puede deducirse fácilmente que no tenía planeado conocer Península Valdés.
    Por otra parte pensé que seguramente no volvería por algún tiempo a esta zona de mi país… ya que había conocido Trelew, los pueblos vecinos y posteriormente el viaje seguía hasta Las Grutas. Por lo tanto esta parte quedaría salteada… Además, no suelo repetir lugares, trato de ir siempre a un lugar distinto (salvo algunas excepciones que ya habrán leído) Finalmente decidí hacer la excursión a Península Valdés para conocer los paisajes de esta zona de la provincia del Chubut.
    Si hay algo malo que tienen las excursiones, es que empiezan muy temprano, pero vale la pena hacer el esfuerzo de madrugar en vacaciones. Al día siguiente, muy temprano, a eso de las 7 am me pasó a buscar una combi para llevarme a recorrer Península Valdés.
    Uno de los tantos espectáculos que ofrece esta excursión es la de estar en la ruta y ver agua a ambos lados. Al transitar por el Istmo Florentino Ameghino es posible ver cuerpos de agua de los dos lados de las ventanillas. Fue algo que no había vivido nunca y no sé si en otra zona del país o del planeta podré volver a vivirlo.
    La primera parada fue en Puerto Pirámides. Un apacible pueblo de estilo tranquilo donde apenas viven 600 personas que se dedican a la actividad turística. El centro de la localidad es muy pequeño, tiene apenas unas dos cuadras, pero no por ello deja de ser muy pintoresco.

    Después de haber recorrido este sitio visitamos otros como Punta Norte, donde fue posible ver fauna típica de la región como focas y elefantes marinos.


    Otros puntos de la Península Valdés que conocí fueron Caleta Valdés y Punta Cantor. Tuve nuevamente la oportunidad de poder volver a ver pingüinos, uno de los animales que más me gustan. Volví a sacarles fotos y a divertirme con su gracioso andar.
    El recorrido de la excursión había sido alterado ya que había varias combis que iban a hacer el mismo paseo y para poder conocer los lugares de una manera mejor, los guías habían decidido cambiar el orden del itinerario.
    Por eso el último lugar al que nos dirigíamos fue el Centro de Interpretación (sitios que normalmente suelen visitarse como primer paso). Antes de ello decidieron darnos una sorpresa y llevarnos a un lugar que supuestamente no estaba pensando ir… Punta Pirámides.

    Punta Pirámides es un paradisíaco lugar donde pueden admirarse aguas de color azul intenso. A lo lejos se divisaban apostaderos de lobos y elefantes marinos, enmarcados por gigantescas roscas que forman una postal única.

    Volviendo a la cuestión del Centro de Interpretación, les puedo contar que es bastante nuevo y también interesante. Allí vimos varias cosas como un esqueleto de ballena y sus barbas, mapas... Una de las mejores cosas fue su mirador!

    Después de paradas, fotos y recorridos se hizo la hora de emprender la vuelta. Aproximadamente a las seis de la tarde. Descendí en la terminal en búsqueda de pasajes. Volví al hotel para darme un baño refrescante, buscar las cosas y prepararme para seguir viajando.

  11. flormdk
    Brisbane es una ciudad con muchos paseos y cosas para hacer, estando ya desde hace un mes viviendo aquí sigo descubriendo nuevos lugares y nuevas cosas para hacer… Además de recorrer el centro de la ciudad el cual es sumamente prolijo y lindo también hay otros barrios que vale la pena recorrer como por ejemplo, South Bank un punto ideal para caminar y también refrescarse en la pileta.
    New Farm es un barrio al que no hay que dejar de ir, ideal para desconectarse en el parque… Cruzar el puente  y llegar a Kangaroo Point un sitio con vistas al lago y cafés es otro paseo, visitar canguros y koalas en el santuario más antiguo... pero una de las propuestas que me pareció muy interesante fue la de tomar un café con gatos…
    Había leído antes de viajar, que en Australia y Japón es posible tomar un café acompañado por gatos. Me gusta hacer cosas distintas y además soy una fanática de los animales, especialmente de los gatos, no dudé en ir al café para pasar un rato agradable del fin de semana.
    El Café se llama Lucky Cat Café está ubicado en Annerley, bastante cerca del centro de la ciudad de Brisbane o de la “City” como se le suele llamar al centro en la ciudad más grande de Queensland. Tomando un colectivo se llega muy fácilmente (el transporte público es super cómodo y ordenado además de sumamente puntual con los horarios por lo que es muy fácil trasladarse de un lado a otro)
    Es importante, antes de ir, reservar... Es conveniente visitar el sitio web y elegir el momento en que se va a hacer la visita. La visita dura una hora y se puede elegir cualquiera de los horarios disponibles hasta las 4 de la tarde, momento en que cierra el café. Es muy cómodo ya que se puede hacer todo por internet inclusive pagar.
    Para aprovechar el tiempo de visita a los gatos, se recomienda llegar unos minutos antes, para poder tener el café listo para el horario en que empieza el turno.
    Demás está decir que el lugar es super lindo, no es como un café tradicional con mesas y sillas ordenada de manera monótona, sino que es un living con rascadores, sillones, juguetes para gatos, peines y cepillos, camitas y todo lo que un gato puede necesitar para estar cómodo, por supuesto que es un lugar muy iluminado y prolijo.

    La propuesta es muy interesante, porque además de pasar un lindo rato esto permite ayudar a los gatos. Algunos de ellos fueron rescatados y ahora se encuentran muy felices y contentos disfrutando del lindo lugar y del cariño que reciben de los visitantes y de “sus familiares”.
    Todos eran hermosos, no sabría decir cuál es el más lindos de todos, pero sí recuerdo particularmente a Archer, era muy inquieto y juguetón, tenía un pelaje muy particular y unos intensos ojos verdes que demostraban curiosidad por todo lo que pasaba en el lugar aquella tarde...

    A parte de disfrutar de una gran variedad de cafés, entre ellos los fríos los cuales son riquísimos para un día de mucho calor también se puede comprar merchandising,todas cosas de gatos, todas cosas que un fanático de gatos quisiera tener, desde remeras, camisas, tazas, accesorios para pelo, carteras, medias y todo lo que uno pueda querer e imaginarse..

    Hay que tener en cuenta algunas reglas y cuestiones antes de llegar al café, son muy sencillas (principalmente cuidados que todo fanático y amante de los gatos sabe de antemano) una de ellas es que los gatos que están allí no están en adopción, así que si vas con la intención de adoptar a un gatito, no es el lugar.. Además los gatos están muy bien y felices en el lugar. Es necesario también respetar los horarios de los turnos y lo principal respetar a los gatos, de todas formas son muy sociales y están dispuestos a jugar y hacerte compañía. Se pueden sacar todas las fotos que se desee pero siempre sin flash.
    Para terminar, puedo decirles que fue un lindo paseo al que sin lugar a dudas volveré alguna otra tarde para pasar un rato entre los gatitos….
     

  12. flormdk
    Al momento de decidir a qué lugar viajar, las opciones que se me ocurren son infinitas. Es que hay tanto para conocer y para hacer que uno no sabe por dónde empezar. Pero, poco a poco iré logrando mi objetivo de tachar el mapa de mi país y también de conocer lugares del mundo
    Este último verano pensé en ir a algún punto del sur de la Argentina. La decisión que tomé fue ir a Trelew, una localidad ubicada en la provincia de Chubut.
    Luego de haber estado unas cuantas horas arriba de un colectivo llegué a Trelew, un encantador pueblo de estilo galés.
    Luego de dejar el equipaje en el hotel y de organizarme, salí a caminar. Tenía muchas ganas de estar en movimiento ya que el viaje había sido bastante largo (pero valió la pena)
    El primer lugar que visité fue la Oficina de Turismo, muy linda por cierto. Como pueden apreciar en la foto, el edificio donde funciona esta oficina, conserva su fachada original de estilo galés. Este estilo es característico del paisaje de la ciudad, es importante recordar que el nacimiento de esta ciudad está muy relacionado con la historia de la colonización galesa, quienes llegaron en el año 1865.

    Seguí caminando con un plano en la mano y descubriendo otras construcciones del mismo estilo como la hermosa glorieta ubicada en una plaza donde funcionó antiguamente un kiosco y el banco.

    Pero a las construcciones antiguas conservadas de manera implecable, se suman otras de estilo muy moderno, como el casino sumamente decorado por una gran cantidad de flores.

    Otro de los puntos de interés que marcaba el plano, era el shopping. Debo admitir, que me sorprendió que en esta localidad de estilo antiguo existiese uno, fue por eso que no dudé en ir a visitarlo. Estaba bastante distante del centro, pero no importaba porque el día estaba muy agradable para seguir caminando.
    Pasadas unas treinta y tantas cuadras del centro de la ciudad llegué al shopping El Portal, un espacio muy grande, con varios locales e incluso un supermercado en su interior. Luego de hacer unas compras de recuerdos y souvenires me senté en el patio de comidas para comer algo y descansar.
    Algo que no les comenté todavía es que el motivo principal por el cual había ido hacia Trelew era para visitar Punta Tombo. Adoro a los animales, sobre todos los pingüinos y Punta Tombo es una de las mayores colonias de pingüinos magallánicos de todo el mundo. Fue por eso, que el segundo día que estuve en este pueblo galés, fui con un servicio de excursión a la pingüinera. Era la mejor manera de ir ya que no hay colectivos que te dejen en este punto, el viaje en taxi ida y vuelta es sumamente caro y además la ruta es de ripio, por lo que conviene ir en una camioneta o vehículo apropiado. La verdad que el viaje hacia la reserva fue muy cómodo ya que nos llevaron en auto junto con otra pareja más.

    Al primer lugar que nos llevó el guía fue el Centro de Interpretación. Siempre me ha resultado interesante conocer estos lugares, porque se aprende un montón. El centro es sumamente nuevo, tiene mapas grandes, fotografías, etc.

    Nos dieron un tiempo prudencial para recorrer la reserva y para tomar algo en la confitería, por supuesto que invertí todo mi tiempo en conocer a los simpáticos pingüinos.

    Tan pronto como empecé a caminar ví al primer pingüino y saqué las primeras fotos. Había varios grupitos de pingüinos, algunos descansando, otros caminando, otros bañándose, otros observándonos cuidadosamente.
    En la época en la que fui (principios de marzo) solamente estaban los adultos, los bebes y los juveniles ya habían migrado. El mejor momento para conocer la reserva es en diciembre-enero ya que es el momento en el que llegan todos.

    El lugar donde viven, es un lugar privilegiado. Podría calificarlo de paraíso. Es una extensa playa de varios kilómetros donde reina la quietud. A lo lejos se pueden admirar unas aguas de color turquesa cristalino bordeadas por grupos de rocas de coloraciones rojizas conformando una postal única.
    Sin darme cuenta, el tiempo voló y se hizo la hora de regresar hacia Trelew. Seguía con ganas de pasear, así que después de almorzar me tomé un colectivo para ir a Gaiman, otro pueblo de estilo galés a una hora de distancia. Para ir hay dos opciones, ir por ruta o ir por el valle. Obviamente, elegí la segunda opción para poder apreciar el paisaje.

    Al cabo de una hora ya estába allí. Gaiman es un pueblo que parece detenido en el tiempo donde se pueden ver construcciones muy antiguas, como el primer colegio y el sitio donde funcionó el primer correo.


    Otra parte muy linda de Gaiman es el sector donde se puede admirar el Río Chubut, decorado por el verdor de la vegetación donde se destacan los sauces llorones que le dan un estilo único a la postal.

    Tomamos un par de fotografías, di una vuelta por el puente peatonal que se encuentra sobre el Río Chubut y regresé a la plaza principal, sitio por donde pasa el colectivo de regreso a Trelew. Hay más historias y datos de Gaiman, pero se los contaré en otro relato...

    Uno de los principales atractivos turísticos de Trelew y quizás el motivo de porqué es conocida esta ciudad, es el MEF, es decir, el Museo Paleontológico.

    Es un museo de gran importancia a nivel internacional, donde se encuentran restos reales de dinosaurios. A la entrada del museo, me sorprendió una gran pieza, un femur de dinosaurio mucho más alto que una persona. Hay otras varias piezas reales y por supuesto unas cuentas réplicas. Recomiendo que lo visiten, también se pueden ver a los científicos trabajando.


    Llegó el día de dejar Trelew, aunque una parte de mí, seguía con ganas de seguir estando allí, pero también quería seguir conociendo. Mis próximos destinos eran Puerto Madryn y Las Grutas…
  13. flormdk
    Hace un tiempo, viaje a la ciudad de La Plata, la ciudad de las diagonales... El motivo principal del viaje no era conocer la ciudad en sí misma, sino ir a ver el recital de una de mis bandas preferidas: U2. Es uno de los grupos de música que más me gusta, además sus shows no son solamente música, son sumamente extraordinarios…
    Al principio, la idea que tenía en mente era ir y venir en el día, yo estoy a unos 400, 500 kilómetros de esta ciudad. Por suerte me di cuenta que sería agotador y además muy incomodo ya que no sabía la hora de finalización y probablemente íba a tener que hacer tiempo para tomar un micro que me trajese de nuevo hacia mi ciudad, Mar del Plata.
     
    Fue por ello que empecé a organizar mi viaje y a buscar dónde hospedarme. Resultó muy difícil efectuar una reserva por teléfono, cosa que me pareció sumamente extraña. Probablemente, la ciudad de las diagonales no estaba acostumbrada (por lo menos en esa época) a recibir grandes aluviones de turistas, pero con el surgimiento del Estadio Único de La Plata y la llegada de U2 varias personas (fanáticos, curiosos y acompañantes) iban rumbo hacia allí.
     
    Tomé el colectivo a las ocho de la mañana (con bastante sueño, la ansiedad me había jugado una mala pasada y no había dormido casi nada) y al mediodía ya estaba allí.
     
    Fui a un locutorio dentro de la terminal para internar comunicarme con distintos hoteles para verificar la existencia de alojamiento disponible. Luego de dar algunas vueltas por la ciudad, finalmente conseguí donde dejar el equipaje y donde dormir luego del evento.
     
    Tomé un taxi para llegar al Estadio Único de La Plata. El recital comenzaba a la tardecita, pero había que estar antes, para conseguir una buena ubicación. Hacía bastante calor para ser el mes de abril, pero a pesar del calor, de las pocas horas de sueño, el tiempo voló y se hizo la hora de poder entrar después de varios controles. Elegí la ubicación que creí más conveniente y allí me quedé esperando al show...
    Con respecto al estadio, en ese entonces prácticamente nuevo, recién pintado, podemos calificarlo de cómodo, lindo y obviamente grande, muy grande. Esperé allí un rato hasta que llegó la banda soporte Muse, la cual no conocía pero me pareció buena. Después me enteré que muchas personas fueron para ver especialmente a Muse.
    Finalmente empezó el tan esperado show 360 de U2. Fue espectacular tanto en cuanto a la música como a la infraestructura, los efectos de luces y por el impecable sonido. Una experiencia única que me dejó con ganas de volver al próximo.
     

     

     
     
    El día siguiente amaneció con lluvia. Tuve suerte de haber elegido el día anterior para ir al recital y evitar mojarme en la cola de ingreso.
     
    Fui a desayunar y a comprar los pasajes para regresar. Pero, tenía ganas de dar una vuelta y conocer a la ciudad en sí misma, por eso compré los pasajes para la salir a la tardecita.
     
    Partí de la terminal siguiendo las diagonales que caracterizan a esta ciudad de perfecto trazado urbano, hasta arribar a la plaza principal. En esta se concentran los edificios más importantes e históricos como el de la municipalidad y el de la Catedral.
     

     

     
    Luego de tomar un par de fotos con el cielo gris como telón de fondo, entré a conocer la Catedral Metropolitana de La Plata “Inmaculada Concepción” de manera muy silenciosa ya que en ese momento se estaba desarrollando una misa.
     

     

     
    Después de esta visita fui hacia el centro para almorzar y ver el camino más conveniente para llegar al Paseo del Bosque, una de las zonas más atractivas de La Plata con una tupida vegetación.
    Caminé varias cuadras para llegar a esta zona donde se presentan varios puntos interesantes como el Museo de Ciencias Naturales. El paseo que conduce hacia el Museo es muy pintoresco, con varias especies de aves y árboles como decoración.
     
    El Museo de Ciencias Naturales conserva su llamativa y original fachada cuya construcción data del año 1884.
     

     
    Era domingo, pero había varias personas dentro del imponente edificio. A vuelo de pájaro, por que el tiempo apremiaba, pude ver colecciones de mariposas, muestras arqueológicas, una sala dedicada al sistema solar entre otras cosas más.
     

     

     

     
    En el Paseo del Bosque hay otros puntos para conocer como el Jardín Zoológico y el Observatorio Astronómico. Me quedé con ganas de conocer el Observatorio, el sistema solar siempre ha sido una cuestión interesante para mí, pero no había tiempo. Y en cuanto al Zoológico, que decir… lógicamente no entré, no solo por tiempo, sino por una cuestión ideológica, no estoy para nada de acuerdo con ello.
     
    Fue un viaje fugaz pero a mi criterio muy bien aprovechado. Quizás si no fuera por el recital o por algún motivo en especial, nunca hubiese pensado en viajar para conocer a la ciudad de La Plata, pero lo cierto es que tiene varios puntos turísticos interesantes para conocer. Lo recomiendo para pasar un fin de semana o por lo menos una noche…
  14. flormdk
    Viví siempre en una ciudad con playa, costa y obviamente mar, mi querida Mar del Plata… Siempre me llamó la atención el mar, es algo que por más que vea seguido nunca deja de sorprenderme, me gusta caminar por la costa y disfrutar del mar en mi ciudad, cuando hace calor me agrada andar por la orilla y a veces sentarme simplemente a contemplar esa llamativa línea que lleva el nombre de horizonte.
    Viviendo en la actualidad en una ciudad de río, en ocasiones siento que falta algo… No es que el río no me guste, todo lo contrario. Es un paisaje muy bonito, especialmente en Brisbane, ciudad de Australia en la que estoy viviendo. El río es muy largo, tiene casi unos 400 kilómetros, siempre salgo a caminar por la orilla, también me divierte cruzar los puentes peatonales e inclusive dar un paseo en ferrie para ir desde un barrio hacia otro mientras contemplo la vista.
    Pero como les decía, el mar se extraña... Afortunadamente hay varias opciones de playa y muchas de ellas están muy cerca de aquí, además se puede ir en tren, medio de transporte que me encanta, porque viajas super rápido y de manera muy cómoda.
    Ya había estado en la Gold Coast, el destino meca para quienes quieren disfrutar de un día de sol y playa y viven en Brisbane y también en la Sunshine Coast.
    En la tercera oportunidad de un día de playa estaba entre la duda de elegir un nuevo destino o volver a la Gold Coast, la cual me gustó mucho, porque tiene unas extensas playas y un interesante centro comercial muy bonito para recorrer.
    Pero decidí “aventurarme” hacia algo distinto  y de paso ahorrar algunos minutos de tren, ya que el destino que elegí estaba a solo 40 minutos contra los anteriores que están a casi una hora y media o dos, o de algunos otros que me faltan conocer que están un poco más lejos.
    Entonces partí con destino a Redcliffe...

    Redcliffe, está ubicado en el área que se llama "Bahía Moretón" (Desde mi punto de vista el nombre es erróneo, ya que si se fijan en un mapa, el lugar no es una bahía, sino una península) Es un pueblo costero sumamente tranquilo, viven aproximadamente un poco más de 10000 mil personas.
    Lo primero que hice al bajar del tren, fue tomar un colectivo para ir hacia la zona de playas. Afortunadamente en esta ocasión,  la estación no estaba muy lejos y el viaje llevó menos de 10 minutos.
    Tuve mi almuerzo en un café de la zona comercial que está ubicada frente al mar y después salí a caminar por la costa.
    Es un paisaje de playa muy diferente al que ví en los otros destinos, tiene otra vegetación, en algunas partes hay rocas en lugar de arena.

    Luego de caminar un rato, llegué hacia una hermosa parte en donde había una gran pileta pública con todas las facilidades, lugares para preparar comida y calentarla... pero no quería quedarme allí, prefiero siempre el mar...
    Seguí caminando un poco más y llegué a una parte de playa en donde se podía bajar y había arena. No dude en bajar para caminar por esa orilla nueva para mí. Me llamó la atención que el agua estaba aún más "calentita" que en los destinos anteriores, tenía una temperatura muy agradable como si fuera una pileta.
    Lo mejor es que no estaba super poblada, había sí algo de gente, pero no una gran cantidad. El lugar era sumamente tranquilo, se puede dejar la mochila en la arena sin ninguna preocupación y aprovechar a refrescarse un poco en las aguas cálidas, cosa que no dudé en hacer.

    Después de disfrutar del agua del mar, seguí caminando por la costa y nuevamente di un paseo por el centro.
    Antes de irme pasé también por un shopping village que había en el lugar, pero ya estaban cerrando todos los negocios. En Australia es muy común que todo cierre temprano, tipo 5:00 de la tarde en mi reloj biológico, horario que aquí se considera la noche, momento de descansar, volver a casa y cenar.
    Un detalle que me llamó mucho la atención del paseo, es que el horizonte no se veía como estoy acostumbrada a verlo, sino que atrás de esta línea natural tan maravillosa, se veían sierras y construcciones, supongo que pertenece a la Isla Moretón, otro destino al que voy a ir antes de regresar a mi país, ya que tiene varias atracciones turísticas como ver delfines...


     
  15. flormdk
    Llegué a la ciudad de Villa La Angostura luego de unas pocas horas de viaje, ya que venía desde un punto bastante cercano, San Martín de Los Andes.
    Lo primero que hice, como de costumbre, fue ir hacia el hotel para dejar las valijas y empezar a organizarme. Mientras tomaba una soda fresca con un tostado, le pregunté a la recepcionista del hotel “¿Sabes cuál es la mejor forma para llegar al Parque Nacional Los Arrayanes?” Me respondió que se podía ir en auto, en bicicleta, caminando o en lancha.
    No me llevó mucho tiempo elegir… auto no tenía, bicicleta no sé andar (nunca anduve, de chica prefería los triciclos), ¿Caminar? No tenía ganas hacía mucho calor y el sol estaba muy fuerte…
    Entonces le dije que quería ir en lancha y le pregunté cómo tenía que hacer. Me dijo que tenía que llegar hacia el muelle viejo y ahí podía tomar un paseo en lancha. Era la 1:00 del mediodía y la lancha partía 1:30… Tan pronto como pude me preparé para salir con calzado cómodo, protector y la infaltable cámara de fotos.
    Llegué, como se podrán imaginar, con los minutos justos ya que el taxi había tardado en llegar y el muelle estaba bastante distante del hotel.

    Me subí a la lancha y empezó el recorrido. Navegamos el Lago Nahuel Huapi. La verdad que la experiencia es algo único. Ver el agua transparente de un color azul intenso fuerte, rodeadas de la tupida vegetación es un espectáculo único.

    Después de unos 40 minutos o 30, no sé exactamente porque uno pierde la noción del tiempo cuando la está pasando tan bien... Llegamos al Parque. Teníamos una hora para recorrerlo y sacar fotos. No hay forma de perderse porque los senderos están marcados y hechos de una manera muy perfecta, con escalinatas de madera preservando el ambiente.

    La estrella del Parque o del Bosque, son esos árboles tan particulares que llevan el nombre de Arrayanes. Son de una coloración medio extraña, tirando a naranja, un color medio cobrizo. Lo más llamativo es que los tocas y están fríos.

    Estos árboles crecen en los bosques templados de Argentina y de Chile. En Argentina es posible encontrarlos desde el centro de la provincia del Neuquén hasta el norte de la provincia del Chubut.
    En el recorrido también pude ver unas hermosas flores. Una de ellas es el Amancay, con un color difícil de describir entre amarillo y anaranjado combinando perfectamente con los árboles del Parque.

    El logo de turismo de la provincia del Neuquén, tiene una flor muy particular. Desde el momento en que vi el primer folleto, me había llamado la atención, no entendía por qué esa flor. Caminando por el bosque lo entendí, es otra de las flores típicas de la provincia, lleva un nombre de Mutisia y tiene un color bastante similar a la flor Amancay, aunque quizás un tono más oscuro.
    Después de deleitarme con el paseo y de sacar unas cuantas fotos, llegó el momento de regresar al muelle para partir. Por supuesto que aproveché también para fotografiarlo, ya que también tiene su encanto.

    Mientras íbamos regresando, la persona encargada de la embarcación nos comentaba que hace unos años atrás, la ciudad había quedado tapada por cenizas como consecuencia del Volcán Puyehue. “No se podía ver bien, a las 17:00 horas ya estaba de noche en pleno verano, cuando acá oscurece a las 21:45 en pleno verano”.
    Pero después agregó que gracias al trabajo de la gente la localidad de Villa La Angostura volvió a resurgir aún más linda que antes. Era la primera vez que yo estaba allí pero doy fe de que es una ciudad espectacular. Uno está caminando por la ciudad y en ningún momento se pierde la vista de la Cordillera de Los Andes. Otra cosa fantástica, es que todas las calles están repletas de rosas al igual que la vecina ciudad de San Martín de Los Andes.

    Todos los negocios y todas las construcciones tienen un espectacular diseño de maderas y piedras estilo cabaña.
    Después de dar una vuelta por el centro y de averiguar en la terminal por los próximos pasajes sentía ganas de cenar, pero me parecía que era demasiado temprano porque estaba de día… Miró la hora y ya eran cerca de las 21:00 y recordé las palabras del encargado de la embarcación, allí oscurece mucho más tarde.
    Los locales gastronómicos tienen su encanto, son pequeños lugares con una cantidad de mesas que no sobrepasan las diez, quince. Generalmente son atendidos por sus propios dueños. Los precios son un poco más caros que en otros lugares del Sur de Argentina, pero no es cuestión de asustarse tampoco es que sean impagables!
    Después de un día intenso de recorridos y caminatas volví al hotel para descansar y nuevamente armar las valijas, ya que me esperaba Caviahue…



  16. flormdk
    “¿A dónde vamos este verano?”, fue la pregunta que le hice a mi novio para empezar a organizar las vacaciones. “No sé, a donde vos quieras, vos sos la que siempre organiza” me respondió.
    Sí, es cierto, yo siempre planifico nuestras vacaciones organizando a dónde vamos, dónde paramos, qué lugares visitamos, qué excursiones vamos a hacer, etc. Pero tenía ganas de que él también participará de la decisión, entonces le dije “Te toca elegir a vos a esta vez”.
    Se puso a pensar, pero seguía sin tener ninguna idea. Tenía al lado de mi escritorio una guía de turismo, siempre estoy rodeada de papeles y guías porque me encanta leer cosas de sobre viajes y turismo. Para simplificar el asunto, agarré la guía de Argentina y empecé a pasar las hojas rápidamente y le dije vos poné el dedo en una hoja sin mirar. Pasé un par de hojas y él marcó con el dedo una de las páginas. El destino que tocé en suerte fue Caviahue. Es un pueblo de la Patagonia argentina, ubicado en el Norte de la provincia del Neuquén.
    Planificamos el viaje para parar 5 días en Caviahue. Una vez que ya estábamos en viaje pensé “No será mucho tiempo para conocerlo, es un lugar chico”. Para colmo, la guía de turismo no tenía mucha información sobre este lugar. A penas unos breves párrafos. El sitio web del lugar decía algo así como “101 propuestas para elegir Caviahue”, cosa que al principio me sonaba a que era un poco exagerado.
    Dejé los prejuicios de lado, porque como les comenté en alguna otra ocasión… Mi meta es conocer todo mi país, lo turístico y lo no turístico. Así que preparé las valijas, la cámara de foto y salí…
    Llegué a destino a las 3:00 de la mañana. El micro me dejó frente al lago… Como se podrán imaginar estaba oscuro, no había nadie. Ya sabía que no había taxis ni remises. Debo confesar que me dio un poco de miedo, estabamos solos, en el medio de la nada literal.
    Seguí las indicaciones que me habían dado por teléfono los dueños del hotel y caminé hacía allí. Creo que fueron tres o cuatro cuadras, pero se me hicieron largas. Para colmo de males, pasé por varios puntos que estaban en construcción. Me pareció que estaba en un lugar más que equivocado. Encima, ya tenía comprados los pasajes de vuelta...
    Llegué al hotel, me indicaron donde estaba mi habitación y me acomodé para dormir, con mi cabeza que pensaba a mil. De pronto mi novio me dice “Viste, no se escucha nada, hay silencio total”. Y yo le respondo “Che yo escucho una alarma” y me dijo “Prestá atención, tendrás ese sonido en tu cabeza”. Me relajé y me di cuenta que era totalmente cierto. Había silencio. Era total y absoluto. Por primera vez en mi vida escuché el silencio total, fue increíble.
    A la mañana me levanté, desayuné y decidí volver a dormir, seguía sumamente cansada. Después de una mini siesta matutina, salí a conocer. Y fue en ese momento que contra todo mi pronóstico negativo, me di cuenta que estaba EN UN LUGAR MARAVILLOSO.

    Caviahue es un ciudad muy especial, por varias razones… En primer lugar, está dentro de un área natural protegida, el Parque Provincial Copahue. En segundo lugar, es una ciudad muy pequeña con unos 600 habitantes y en tercer lugar los paisajes se combinan con tranquilidad, paz y silencio.

    Fui a la oficina de turismo para buscar algunos folletos. Adoro coleccionar folletos de los destinos a los que visito, porque además me ayudan a aprender un montón de cosas. El chico que me atendió me mostro un mapa del Parque Copahue y todos los paseos que se podían hacer, visitar cascadas, saltos, lagunas, hacer trekking por entre las montañas, etc. Es raro entender que uno está dentro de un Parque, que la ciudad está dentro de esta área protegida.

    La postal es única, una ciudad pequeñita a orillas de un espejo de agua, rodeada de montañas (las cuales pertenecen a la Cordillera de Los Andes) y con vista al Volcán Copahue.

    Me encantó el lugar, está lleno de araucarias, un árbol muy llamativo para mí ya que no estoy acostumbrada a verlos todos los días.

    Es una ciudad, aunque me resulta extraño decirle así, con muy poca cantidad de gente viviendo allí. Hay varias casas y lugares en construcción, también hoteles y complejos turísticos.

    Pero no se hagan ilusiones, los terrenos disponibles ya están todos vendidos y no se puede construir más. Por ser una área protegida y por precaución de que el Volcán entre en erupción, no se puede construir más. Hay listas de espera. Así que las opciones son, anotarse y esperar, tener la suerte de que alguien quiera vender, o simplemente elegir el lugar para vacacionar.

    Otra cosa llamativa, es que muchas de las personas que allí viven, provienen de grandes ciudades, como por ejemplo Buenos Aires y Rosario. También había gente de Mar del Plata, mi ciudad. Todos fueron en búsqueda de lo mismo: tranquilidad.
    Demás está decir, que los cinco días que estuvé allí no fueron suficientes para conocer todo, pero no importa porque me sirve de excusa para volver algún otro día. Sumado a ello, durante el invierno se llena completamente de nieve, dando lugar a otra postal a la que algún día conoceré.



  17. flormdk
    Fue en sus comienzos un pueblo minero y hoy en día se transformó en una de las estaciones de esquí más chic o más top (como dicen hoy en día)… Me refiero a Aspen, un lugar para disfrutar la nieve a pleno, un lugar para conocer también en primavera. Es difícil decir que estación es la mejor, ambas tienen su encanto, sus particularidades. Es un sitio al que volvería a ir, pero la próxima vez, espero que sea en navidad para conocerlo en otra faceta.
    Pero volviendo a lo que “estaba diciendo”, les voy a contar de mi paseo en época invernal y también en época primaveral para que comprueben por ustedes mismos que es muy difícil decir cuál momento es el mejor para ir…
     
    Días de nieve
    Hace algunos años, tuve la oportunidad de viajar por primera vez a estas tierras. El primer viaje fue en invierno, con mucho frío. Más de lo que creí que iba a hacer.
     

     
    Por supuesto que fui bien equipada, con guantes, con sweaters bien grandes (de esos que parece que pesaras cinco o diez kilos más cuando te los pones), pantalones gruesos para soportar el frío de la nieve, guantes de polar (varios pares) y soquetes azules tejidos por mi abuela .
     
    Además de partir con mi terror al frío y con la cámara de fotos con varias baterías… Empaqueté también dos días antes de salir, dos ideas que me daban un poco de miedo, quizás más pánico que el frío mismo…
     
    Bueno, las confieso… La primera de ellas, era que en estas tierras donde la gente derrocha simpatía y gracia deportiva, mi condición de completa principiante quedaría totalmente descubierta y en evidencia. Me daba bastante vergüenza de sólo pensarlo. La segunda idea que rondaba por mi cabeza era me pasaría una semana completa a base de cosas ricas y calóricas, hamburguesas, papas fritas y platos abundantes con salsa barbacoa acompañarían mis días. Ésta segunda se cumplió. De solamente recordarlo, se me hace agua la boca…
     
    No solo el viaje con sus encantadores paisajes me sorprendieron, sino algo aún mejor, para mi segunda clase de esquí ya estaba en condiciones de ir a pistas más difíciles y parecía una esquiadora experimentada, de esas que todos los años viajan a algún destino de nieve.
     

     
    Mis días en este primer viaje invernal, transcurrieron entre esquí, nieve, tropezones y comida rica con salsa barbacoa…
     

     
    De todas formas, debo admitir, que para aprender a esquiar bien, tuve que recurrir a las clases para principiantes. La verdad que valieron la pena, además había instructores bilingües, que explicaban y enseñaban muy bien el arte de esquiar, siempre dando ánimos a quienes al principio pasábamos más tiempo tropezando que esquiando.
     

     
    Días primaverales en Aspen
    La segunda vez que planifique mi viaje hacia Aspen, fue en primavera. Una estación que siempre me gusto, siempre me ha parecido romántica.
     
    Para mí la primavera es sinónimo de amor. Es que el aire primaveral tiñe los paisajes de otro encanto. Los lugares parecen ser distintos.
     
    No sabría decir con certeza cuál de las dos postales es mi preferida, lo cierto es que las actividades y los paseos son otros. Por supuesto, que también los recomiendo. Pero no me pidan que les diga cuál es mejor o más lindo, porque como viajera fanática que soy, me gustan todos los lugares a los que voy, en cualquier estación.
     
    En este viaje primaveral, uno de los paseos que hice fue visitar una Reserva Forestal, que lleva el nombre de White River.
     

     
    Luego de pedalear varias horas, entre subidas y caminos un tanto difíciles llegué a destino. El paisaje es muy parecido al Parque Yellowstone, pero sin la enigmática fuente termal.
     

     

     
    Por momentos me acordaba de la serie del osito famoso de televisión.
    La vista de los montes y de los espejos de agua, son difíciles de describir con palabras. Varios turistas aficionados posan y sacan fotos. El aire puro y cálido acompaña el lugar, un sitio ideal para andar en bici y también para caminar. Es un punto que se recomienda sobre todo para los amantes del trekking. Después de varias vueltas en bici, llegué al hotel sumamente cansada, a degustar nuevamente un plato de salsa barbacoa y a dormir para reponer energías.
     
    Otra de las cosas fantásticas que tiene la primavera, es que invita a almorzar al aire libre, con vista a las montañas nevadas. Un momento increíble.
     

    Algo que me sorprendió bastante, es que según me comentó el mozo, los restaurantes usan productos orgánicos para apoyar a los productos de la economía local y también para mejorar la salud de los residentes y también, de nosotros los turistas. Sea como fuese que estuviesen preparados, los platos eran realmente increíbles.
     
    Con el recuerdo del aire primaveral, los paseos en bicicleta y ganas de regresar, volví a mi país. Espero que el próximo viaje sea en alguna Navidad, para ver a Aspen con otro encanto…
  18. flormdk
    Una de las mejores épocas para viajar en Tandil, es en la primavera, cuando empiezan los días más lindos, más cálidos y a su vez no hace demasiado calor. Sin lugar a dudas, la época en la que este sitio recibe la mayor cantidad de turistas es durante Semana Santa, es un destino de turismo religioso por excelencia. A pesar de ello nunca me llamó la atención viajar a esta ciudad durante esta época del año, pero si suelo visitarla durante los meses cálidos.
     

     
    Cada tanto me gusta salir de mi ciudad e ir a algún punto cercano para pasar la tarde o un fin de semana. Afortunadamente, cerca de Mar del Plata (ciudad en la que vivo) hay varias ciudades y pueblos para recorrer.
     
    Se preguntarán por qué titule al relato con el nombre de “Un viaje diferente por Tandil”. La distinción se debe a que este viaje no fue solamente para pasear…
     
    En esta oportunidad, fui a Tandil, con la intención de participar de la primera Exposición de Tecnología de Tandil, TandilTec. Una exposición relacionada con productos e innovaciones tecnológicas. Siempre me ha llamado la atención el mundo de la tecnología, la idea de recorrer caminos nuevos y de crear nuevas cosas.
    Viajé entonces, para presentar uno de mis emprendimientos: El Localizador PET. Seguramente se estarán preguntando de qué se trata, es una identificación para mascotas con muchas más ventajas que las identificaciones comunes. Afortunadamente me habían asignado un stand de manera gratuita, fue una gran ayuda, además de una gran experiencia.
     

     
    Pero volvamos a la cuestión del viaje… A pesar de que el motivo no era recreativo, aprovechaba la nochecita, cuando terminaba mis actividades en la exposición, para despejarme y recorrer un poco el centro de la ciudad y por supuesto cenar algo rico.
    De todas maneras, siempre combino la diversión y el descanso con mis otras actividades, aprovecho a escribir, a sacar fotos, a buscar material para leer, a presentar mis productos, etc.
     
    Pero para conocer más y aprovechar el buen tiempo que me acompañaba, decidí quedarme también el fin de semana para poder pasear por las sierras.
     
    Para no perder ningún punto de vista y hacer los recorridos más conocidos, conseguí un folleto en donde se encontraban detallados todos los puntos turísticos de Tandil e inclusive con la diagramación de circuitos. Debo admitir que me encanta coleccionar folletos, a mi entender son el mejor souvenir que uno puede llevarse de un lugar al que visitó, junto con las fotos por supuesto.
     
    Qué decir de la ciudad en sí…Tandil es una ciudad, con aire de pueblo, es un punto ideal para pasear, se destaca por todos la cercanía que tienen los sitios de interés. Además es divertido manejar en esta zona de caprichoso relieve. Por momentos sentía que estaba en una pista de un videojuego. Sumado a ello, la ciudad es muy pintoresca. Entre cada punto turístico puede disfrutarse de vistas únicas.
     

     
    Visité los monumentos en honor a los famosos personajes de Miguel de Cervantes “Don Quijote” y “Sancho Panza” con los que me saqué algunas fotos.
     

     

     
    También hice un alto en el “Castillo Morisco”, una estructura muy bonita emplazada en un marco de gran verdor, el famoso Parque Independencia. Este sitio es muy concurrido durante los fines de semana por los lugareños y claro que también por los turistas y visitantes.
     

    Uno de los principales puntos turísticos y emblemas de Tandil son las sierras, el paseo por ellas incluye el Cerro La Movediza, famoso ahora por encontrarse una réplica exactamente igual a la antigua roca, en la misma posición… igual que antes, casi a punto de caerse. Por supuesto que no me privé de sacarle una fotografía.
     

    Otro cerro en el que hice un alto para respirar aire puro y hacer una caminata fue el Cerro El Centinela. Preferí hacer el ascenso a pie para disfrutar más del ambiente serrano en lugar de hacerlo en aerosilla. No era muy exigido el recorrido y además el tiempo invitaba a recorrer y caminar.
     

     

    Pese a que, como dije anteriormente, no soy muy aficionada al turismo religioso, si fui a la meca y punto de concentración de los días de Semana Santa: el Monte Calvario. Un dato de color, es que el Monte Calvario de Tandil, es el tercero en importancia a nivel mundial y que fue inaugurado en el año 1943.
    Las escalinatas invitan a ejercitarse un poco, según los datos del folleto, están conformadas por 195 peldaños. Pero no es cuestión de asustarse, entre el aroma de los eucaliptos, pinos, olivos, el buen tiempo y las distintas esculturas que ilustran el recorrido del Vía Crucis, uno no se entera que está subiendo tantos escalones.
     

     

     
    Es un punto realmente espectacular que justifica adecuadamente la fama de la ciudad como lugar para celebrar los días de Pascuas. En estas fechas más de 50000 turistas arriban a la ciudad para sumarse a los festejos y celebraciones.
    Luego de visitar el Monte Calvario, y ya sin ganas de elegir un restaurante fui a hacia la zona del dique para disfrutar de un pic-nic en compañía del agradable día soleado sin ninguna nube y de temperatura sumamente agradable.
     

     
    Tandil es una perfecta mezcla de ciudad con aire de pueblo. Es una suma de monumentos, locales comerciales, naturaleza, aire puro y tranquilidad es por ello que de vez en cuando vuelvo a elegir este lugar para pasar unos días, en especial algún fin de semana primaveral. Recomiendo que si tienen la oportunidad, planifiquen un fin de semana en esta ciudad…
  19. flormdk
    Una de mis grandes metas o mejor dicho mi sueño, es conocer todo mi país, la Argentina.
    Me gusta viajar y conocer los lugares turísticos, pero también disfruto de estar en aquellos lugares que parecen olvidados de los mapas. Debo confesar que tengo un mapa en el cual voy coloreando con fibras los lugares que voy conociendo.
    Cada vez que tengo la oportunidad de viajar, armo la valija y salgo. Esta vez, el motivo que me llevó a viajar, fue un golpe de suerte, de mucha suerte. Nunca había ganado nada, hasta que me gané un viaje para dos personas a la ciudad más antigua de todas o también conocida como “Madre de Ciudades”, es decir, Santiago del Estero. El premio era completo… set de viaje, estadía, pasajes en avión de ida y vuelta y un city tour.
    Para la gran mayoría de los viajes, al lugar donde hay que ir primero, es a la capital federal. Contraté un servicio que me llevó directamente hacia Aeroparque, aunque con bastantes horas de anticipación, pero era lo más cómodo.
    Llegué al aeropuerto, temprano. Era eso de las siete de la mañana aproximadamente.
    Saliendo para Santiago del Estero desde "Baires".
    Tenía pasajes para salir a las dos de la tarde, pero fui con ánimos de paseo y gracias a ello se me pasó realmente muy rápido. Lo primero que hice fue guardar mi equipaje para poder pasear tranquila. Después de desayunar fui a dar una vuelta para conocer los distintos negocios. Entré a la librería y me compré un libro de bolsillo que me acompañó gran parte del viaje. No sé cómo, pero el tiempo se voló y llegó el momento de hacer el famoso check in.
    La experiencia de vuelo fue divertida, a decir verdad era la primera vez que viajaba en avión, por lo que un viaje corto me vino muy bien. Iba mirando por la ventana disfrutando del paisaje en la altura, viendo los cursos de agua, contemplando el verdor de los campos e imaginando figuras con las caprichosas formas de las nubes.

    Luego de unos minutos, para ser exactos, tres cuartos de hora, pisé tierra firme en el tranquilo aeropuerto de la Ciudad de Santiago del Estero donde me esperaban para trasladarme al hotel. Me deshice rápidamente de los abrigos, pese a que era invierno, allí no lo parecía. El cálido aire invitaba a estar de remera, como en una tarde de verano.
    No tardé mucho en prepararme para salir a dar una vuelta por la ciudad. Para sintetizar, podría decir que es una curiosa mezcla de construcciones antiguas, muy antiguas, con estructuras en desarrollo y sitios nuevos. Las edificaciones antiguas como la Catedral dan cuenta del paso del tiempo por esta tierra y dan fe del apodo que lleva el lugar.



    Aproveché a hacer el city tour por la ciudad y también por sus alrededores. Siempre me ha resultado interesante disfrutar de estos paseos, ya que vienen acompañados de explicaciones. Visitamos el parque y también un sitio muy típico, un patio santiagueño donde se escucha folclore y se comen comidas típicas.


    Entramos al Museo del Bicentenario, un espacio muy moderno que reúne varias colecciones históricas, arqueológicas y mucho más. Un sitio que recomiendo visitar.

    Cuando viajo, me gusta aprovechar el tiempo y conocer lo más posible, soy una viajera incansable siempre con ansías de conocer más y sacar fotos. Después del city tour tomé un colectivo con destino a la Ciudad de Termas de Río Hondo. Fui con ganas de caminar y conocer ya que descansar en las termas no me parecía muy atractivo, no es mi estilo. Al llegar a la terminal de Termas, lo primero que hice fue visitar la oficina de información turística para buscar folletos. Con el plano en mano y una botella de agua bien fresca (aquí también seguía haciendo mucho calor), empecé a caminar acompañada por el buen tiempo.
    Es una ciudad nueva, muy diferente a la Capital. Tiene bastantes locales de ventas de artesanías, cafeterías y bares. También tiene una plazoleta muy bonita decorada con luces, frente a la cual me senté a tomar un rico café para descansar los pies. Fue un atardecer muy lindo, ya que no refrescó, parece que el invierno no tiene lugar en estas tierras del país.
    Después de haber cenado, tomé un colectivo para regresar a Santiago del Estero, para volver a descansar al hotel. Prometo en otro post, dar más detalles sobre esta ciudad tan linda que recomiendo que conozcan.

    Como comenté anteriormente, me gusta aprovechar los viajes para conocer la mayor cantidad de lugares posibles, aunque eso implique algunas horas en ruta y volver más cansada de lo normal. Por ello, al día siguiente, me levanté temprano y luego de desayunar me tomé un colectivo con destino a San Miguel de Tucumán. Es una ciudad con mucho movimiento, con gente que va y viene, con colectivos llenos y autos que poblaban las calles. Sabía que allí la alta densidad de población es una característica, pero realmente no me lo imaginaba tan así. Es más, puedo asegurar que en el centro de la ciudad hay más movimiento que en el centro de mi ciudad, es decir, Mar del Plata.
    Mural dentro de la Casita de Tucumán
    Por supuesto, conocí la Casita Histórica de la Independencia y pasee largas horas, pero prefiero contar esta parte del viaje en otro relato, para poder dedicarle más atención.
    El tiempo pasó y como de costumbre bien de prisa, (pareciera que al viajar pasa aún más rápido) Llegó la hora de acomodar el equipaje y prepararse para tomar de nuevo el avión para volver a la rutina cotidiana de la cual no podemos escapar por mucho tiempo.
    Podría decir que fue un viaje muy interesante. Sin planearlo y casi sin pensarlo llegué a la ciudad más antigua del país, conocí la ciudad de Termas de Río Hondo y San Miguel de Tucumán. Conocí varios lugares en muy poco tiempo y muchos otros me quedaron por conocer. Prometo en algún momento volver para terminar de colorear mi mapa…




  20. flormdk
    Un destino muy conocido por los deportes relacionados con el viento es Ceará. Este sitio es muy buscado por los amantes del Kitesurf y del windsurf y también es una buena opción para turistas curiosos, ávidos de nuevos paseos, como es mi caso. Vale aclarar que los “deportes de viento” no me atraen, prefiero los de invierno. Además, en este viaje tenía en mente la idea de broncearme y descansar.
     

    Primera parada: Canoa Quebrada
    El primer punto que visitamos fue Canoa Quebrada. En sus cuadras cada noche se da un encuentro único donde tienen cita artesanos ambulantes, músico, bailarines espontáneos que llevan el ritmo en su sangre, trotamundos y todo tipo de curiosos. La “fiesta” dura hasta el amanecer. Nadie parece cansarse ni querer irse a dormir.
    Hace muchos años atrás, este sitio supo ser una Aldea de Pescadores además de un reducto hippie. En su calle central siempre existieron algunos “mercadinhnos”. Dicen los lugareños que nunca antes había habido tanta gente como ahora, hoy la peatonal de difícil pronunciación: “calçadão es un hormiguero humano y doy fe de ello. A la tardecita cuando van terminando las horas de playa, el lugar se llena de gente.
    Algo que me llamó la atención, fue enterarme por los lugareños, que cada playa tiene su color. En el caso de Canoa Quebrada, la playa tiene un color rojo ladrillo, pero también las hay de color blanca muy blanca y también azules. Canoa Quebrada es un lugar realmente enigmático.
     

     
    Historia en Aracatí
    Para conocer el pasado de Ceará, lo mejor es recorrer el centro histórico de Aracatí y eso fue lo que hice un día un poco nublado.
     

     
    Los centros históricos siempre tienen su encanto y son una invitación para conocer el pasado del lugar.
     
    Es muy llamativo, ver las fachadas de los edificios, casi todos ellos tienen dos plantas, algunos esperan ser restaurados (o deberían serlo), tienen llamativas decoraciones con azulejos reflejando el antiguo gusto portugués y colores fuertes. La variedad de formas y de diseños es increíble, hay tramas y diseños en gamas del verde, también del amarillo, blanco y azul.
     

     
    No pude con mi genio, de querer saber de dónde provienen los nombres y le pregunté a uno de los lugareños, quien me respondió que el nombre proviene de la lengua tupí y que significa “aire perfumado”.
    Luego de dar el primer recorrido por Aracatí y apreciar las fachadas del lugar, me senté a almorzar en uno de los restaurantes más recomendados.
    Desafortunadamente había varios platos a base de pescados y cangrejos, cosa que no me atrae en lo más mínimo, debo admitir que estoy considerando la idea de hacerme vegetariana, cada vez consumo menos carne. Lo que hice fue optar por algo refrescante. En realidad no tenía tanta hambre, sólo cansancio y sobre todo sed, mucha sed.
     
    El punto en que se pone más interesante el viaje: Fortaleza
    Llegué a la capital del estado, una ciudad que es llamada como ciudad noctámbula, hay quienes dicen que es la meca de los noctívagos.
     
    En Fortaleza, al caer el sol empieza la fiesta y dura hasta la mañana siguiente. Hay de todo para hacer… visitar restaurantes de moda, recorrer las ferias de artesanos en las playas, ir a bares con música en vivo, la verdad que las opciones son inagotables. Me hubiera gustado quedarme más tiempo, adoro bailar y sobre todo al compás de la música brasilera. Hay varios clubes, o como les llamo yo, boliches, en donde se pasa muy buena música.
     
    Pero no sólo la vida nocturna es lo que tiene Fortaleza para ofrecer, sus playas tienen su encanto. Praia de Iracema, fue la primera que visité. Es un punto muy elegido para eventos importantes, sobre todo los deportivos, y también para megashows. Dicen que el evento más importante es la Fiesta de Año Nuevo de Fortaleza, donde van más de un millón de personas.
     

     

    También aproveché las tardes de Fortaleza para conocer la playa de Titanzinho, la playa más chica de fortaleza. No es para nada turística, quizás ese motivo fue lo que me dio curiosidad para ir. Es muy buscada para la práctica de surf, no conozco nada de surf, pero de todas formas fue divertido ver a chicos hacer piruetas en el agua con sus tablas.
     
    Pero, como si a Fortaleza no le bastaran las largas noches divertidas y las espectaculares playa, también tiene varios shoppings. Así que reservé uno de los días en que estuve por allí para conocerlos y también para hacer compras.
     

    Además de llevar algunos regalos, no dudé en comprar el típico souvenir cearense, la llamada “Garrafa de Areia Colorida”. Se trata de unas botellitas con diseño de paisajes hechas con arena. Las más conocidas son las de Canoa Quebrada, además como fue uno de los puntos que más me gustó del viaje, aproveché para comprar esas.
     
    Con las valijas algo más abultadas por las compras, con el cansancio de las tardes de sol y de las noches de baile, volví hacia mi ciudad. Costó mucho acomodarse a la rutina después de haberla pasada tan bien. Por supuesto que ronda en mi mente la idea de planificar otro viaje a algún punto de Brasil…
  21. flormdk
    Había estado en San Martín de Los Andes, después en Villa La Angostura y después había subido hacia el Norte de la provincia del Neuquén para estar unos días en Caviahue y de paso conocer Copahue (Este último lugar prometo contárselos mejor en alguna otra historia o relato)
    Como se podrán imaginar fue un viaje bastante intenso del que volví más cansada que renovada, pero soy una viajera inquieta que no puede quedarse solamente en una ciudad o pueblo. Siempre quiero conocer más y más… Tomarme un micro y otro, conocer áreas naturales, llegar a puntos menos conocidos, etc, etc.
    En “el medio” de todos estos pueblos que nombré está la localidad de Pehuenia.
    Este lugar yo lo había visto por fotos en revistas de turismo y también por internet. Como no tengo la costumbre de volver al mismo lugar a vacacionar, sino conocía Pehuenia en ese viaje probablemente no lo iba a conocer. No digo que nunca, pero por lo menos en unos años, ya que para el próximo verano pienso agarrar viaje para otro lado…
    Viajé en colectivo, ya hace un tiempito tuvimos un accidente del que no hubo que lamentar nada grave más que la pérdida total del vehículo. Viajar en colectivo tiene como todo su pro y su contra… La contra más grande es que no tenés independencia, estás atado a las combinaciones de horarios y colectivos que existan.
    Ir a Pehuenia en colectivo desde Caviahue era imposible… Había que ir primero a Zapala lugar donde están todas las conexiones de colectivo para luego tomar otro micro. Todo iba a demorar unas 6 horas, más las 6 horas de vuelta era más viaje que conocer el destino. Por estas razones es que fuimos en una excursión de día completo.
    Salimos a las 8:00 con algo de sueño, cámara de fotos y protector solar. El viaje ya es todo un paseo porque en la ruta se pueden ver las araucarias o pehuenes además de la Cordillera.
    Luego de unas dos horas y media o tres llegamos a destino. Lo primero que hicimos fue ir hacia el lago Moquehue, un espejo de agua de coloración azul intensa como todos los lagos de la Patagonia.

    Son todos maravillosos, transparentes, se puede ver el fondo, pero algo llamativo es que los colores no son exactamente iguales, algunos son de color azul más intenso otros son más pasteles.

    Dimos un paseo en lancha sobre el lago Moquehue, fue una experiencia muy linda similar a una que habíamos hecho en el lago Nahuel Huapi.

    El siguiente punto para conocer en la excursión era Mahuida, no sin antes parar para almorzar algo ya que era el mediodía.
    Luego de reponer energías salimos hacia Batea Mahuida, es un Parque administrado por una comunidad de Mapuches, los Puel. En todos estos pueblos del Norte Neuquino habitan varias comunidades de pueblos originarios.

    Este espacio natural se aprovecha durante el invierno para esquiar y durante el verano para conocer el cráter del volcán. En su centro hay una laguna para contemplar, y digo para contemplar porque hay carteles que dicen prohibido bañarse, aunque nunca falta que el hace caso omiso a las reglas…

    Antes de emprender el regreso fuimos al Mirador Las Antenas, desde este punto se puede ver la unión de los Lagos Moquehue y Aluminé.

    Parece la pintura de un cuadro, es increíblemente maravilloso, difícil de describir con palabras.

    Sacamos algunas fotos y dimos un pequeño city tour por la ciudad de Pehuenia. Suena raro decir ciudad ya que tiene unos 700 habitantes, los cuales viven del turismo. Hay varias casas muy lindas, aisladas unas de otras y ubicadas sobre puntos altos. Es un lugar muy tranquilo para estar en contacto con la naturaleza. Según leí en una revista, es uno de los pueblos más jóvenes de la Argentina, cumplió 26 años hace unos pocos días.

    Fue un paseo muy lindo, quizás en otra oportunidad me hospede allí para conocerlo más a fondo, pero eso será más adelante en unos años ya que repetir no es lo mio, a no ser que vuelva en invierno con otra postal y para esquiar. De todas formas ya tengo planes para el próximo invierno, conocer el sur “más profundo” y llegar a Ushuaia la ciudad más austral de todo el mundo…
     


  22. flormdk
    Fui a Cuba con un grupo de amigos. Siempre me han gustado los viajes con amigos, son a mi criterio uno de los más entretenidos y lindos para recordar. Uno vuelve cargado de fotos y anécdotas las cuales siempre reviven en cumpleaños y reuniones sociales.
     
    Pero volvamos a la cuestión del viaje... El motivo por el cual fuimos a Cuba era porque a todos nos unía el mismo interés: conocer y vivir unos días en esta isla enigmática.
    Y le llamo enigmática porque aquí el estilo de vida y modo de pensar, es como todos saben muy distinto.
     
    Es una isla en la que recientemente los cubanos pueden salir de su país sin tener que conseguir una “carta de invitación”, algo que para cualquier habitante de otro país resulta bastante llamativo. En los graffitis callejeros se leen frases como “Vivo en un país libre”, definitivamente unas vacaciones no bastan para comprender la realidad de estas tierras.
     

     
    Estar en un país distinto, es una oportunidad ideal para hablar con otras personas y conocer otras culturas. Lo primero que hicimos al llegar a destino fue preguntarle a uno de los primeros cubanos con quién tuvimos oportunidad de hablar, si realmente era verdad que para salir de la Isla solía necesitarse una carta de invitación. Para colmo de asombros, nos responden que siempre se ha podido salir. Un millón de dudas y misterios forman parte de la isla. Es un sitio verdaderamente enigmático, un viaje fugaz no basta para conocerla a fondo, pero sí que vale la pena pasear por aquí aunque uno vuelva con más preguntas que respuestas.
     
    Un viaje en el tiempo: La Habana
     
    Caminar por las calles de La Habana, es una situación bastante difícil de describir, es como estar en un museo a cielo abierto o como dar un viaje en el tiempo, algo simplemente fantástico.
     
    Es posible ver varios coches, todos muy antiguos. Son como las reliquias que los coleccionistas conservan pero allí están en funcionamiento, en perfecto estado y son moneda corriente. Según nos comentó un taxista, algunos de ellos han sido declarados como patrimoniales.
     

     
    Por supuesto que visitamos el clásico de La Habana “La Bodeguita”. En nuestra querida Mar del Plata, tenemos una réplica de este bar, con el mismo estilo, paredes cargadas de frases y firmas y exquisitos mojitos.
     
    Esta bebida es tradicional y típica de Cuba, por lo que no nos privamos de probar uno auténtico hecho por lugareños. Yo creo que algún secreto guardan los cubanos, porque a todos nos pareció mucho más rico que los que solemos tomar en nuestro país.
     

     
    Según Manolo, el barman, fue Hemingway quien hizo que el trago fuera famoso. También me dijo que en La Habana se venden los mojitos más caros de toda Cuba, pero que es posible encontrar aún más caros en Francia, pero eso sí hechos sin ron cubano.
     
    Forma parte de los puntos turísticos e indispensables para conocer de La Habana, el Museo de la Revolución. A decir verdad, el material y las colecciones relacionadas con la historia cubana no eran tanto lo que estaba buscando ver, sino la llamativa construcción del edificio.
     

     
    El detrás de escenas de La Habana también es interesante para descubrir. Me gusta salirme de lo “esencialmente turístico” para mezclarme con la gente del lugar y conocer sus costumbres y modos de vida. Fuera del casco histórico donde se concentran la mayoría de los turistas hay otra vida… habaneros que bailan al ritmo de sus músicas, encantadores viejitos que juegan al domino en la vereda y jóvenes paseando tomando helado.
     

     
    Siguiente parada: Santiago de Cuba
     
    Tras despedirnos de La Habana, nos fuimos a Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia de esta isla de misterios y encantos.
     
    Es una ciudad muy llamativa desde el punto de vista arquitectónico, es como un catálogo de estilos… hay construcciones barrocas, neoclásicas, casas de distintos colores, construcciones coloniales, calles escalonadas que invitan a prestar mucha atención por donde uno camina, pero debo confesar que fue uno de los paseos más divertidos.
     

     

     

     
    Y hablando de arquitectura, creo que todos los premios y aplausos se lo lleva la Catedral, la cual fue construida y reconstruida en varias ocasiones por distintos motivos. Por supuesto que dimos una vuelta para conocerla.
     

     
    Finalmente un descanso en Trinidad
     
    Después de tantos días de idas y venidas y de largas caminatas, merecíamos un descanso.
     

     
    Por eso, planificamos pasar los últimos días de nuestro viaje en Cuba en Trinidad. Otra ciudad caracterizada por gente calida que vive sin apuros y sin prejuicios. Me llamó profundamente la atención que la gente vive con las puertas y las ventanas abiertas, como si el tiempo no hubiera pasado y los robos por aquí no existieran.
    Las playas de arenas finas y sus aguas transparentes nos brindaron un descanso reparador y claro… ganas de quedarnos a vivir aquí.
     

     
    Pero como en todo viaje, llega el momento de regresar, cargados de “buena onda” y con muy buenos recuerdos.
     

     
    Por último algunos detalles… Si van a visitar Cuba, hay algunas palabras que tendrán que recordar… Hacer dedo para los cubanos es “hacer botella”, “empignarse” es enojarse, “ser candela” es ser pícaro” y “follón” es borrachera. Es interesante aprender sus palabras, por lo menos para mí y para mis amigos fue algo divertido.
    Por otra parte,no les recomiendo viajar en auto, las rutas no están en el mejor estado, pero no se asusten moverse en taxi es una buena opción; quienes manejan son sumamente amables y son buenos guías, siempre te dan explicaciones y sugerencias. Como dije anteriormente, la amabilidad los caracteriza.
     

  23. flormdk
    Hacía bastante que no planificaba un viaje al Sur de mi país, aunque ya viajé varias veces, no he terminado de recorrerlo... Tiene muchos lugares turísticos, otros no tanto y muchas cosas para ver y para hacer, en un sólo viaje es prácticamente imposible conocerlo completo.
    Esta vez no quería un viaje de muchas idas y vueltas, con varias paradas, varios hospedajes, varias veces de armar y desarmar valijas, sino que quería viajar más tranquila, con la famosa modalidad de slow travel. Considero que para conocer un destino hay que estar varias noches, sino es una simple “pasada por el lugar”.
    El Chaltén tiene el apodo de Capital Nacional del Trekking, esto es así porque tiene varios caminos para hacer con vistas a imponentes paisajes. Sabía que iban a ser seis largos días donde más que descansar, iba a sentirme parte del paisaje. Armé el equipaje con los bastones de trekking, calzados apropiados y ropa cómoda...
    El primer día, como en todo viaje sirve para ubicarse y acomodar el equipaje. Es un pueblo muy pequeño con muy pocas cuadras, pero con una gran cantidad de negocios, todo en función del turismo. El Chaltén es un lugar único y muy especial. Está dentro de un parque, el Parque Nacional los Glaciares, es un pueblo que vive exclusivamente del turismo y que se fundó hace muy poquito, en el año 1985. Como está en un Parque Nacional, no tiene aeropuerto, para llegar lo más cómodo es tomar un avión hasta El Calafate y desde allí un transfer. En mi caso, el viaje había sido bastante largo, desde mi ciudad, Mar del Plata a la Capital Federal, desde allí a El Calafate y finalmente a El Chaltén, unas cuantas horas de viaje y otras tantas en espera...
    El segundo día que llegamos, El Chaltén amanecía con un día único, soleado, sin viento (cosa bastante rara para tratarse de la Patagonia) y con una muy buena temperatura. Después de desayunar en el hotel salimos a caminar con rumbo al Cerro Torre. Hay varios circuitos de trekking, este está considerado como de dificultad intermedia. Es un trayecto de 22 kilómetros, está calculado para hacerse entre 5 y 6 horas. Así que salimos temprano, equipados con todo lo necesario para pasar el día, agua, frutas, un almuerzo liviano. Un consejo importante que nos habían dado los lugareños es que, el agua que se encuentra en el camino en los arroyos y cascadas es natural y que no es necesario entonces trasladar varias botellas de agua, basta con llevar una y recargar. Creo que nunca había tomado una agua tan rica y fresca 
    Otra de las caminatas que se pueden hacer en este pueblo de montañas, es ir al Fitz Roy, es la meca de los escaladores y el camino más buscado por los amantes de las caminatas o del senderismo. Hubiera estado muy bien tener un día de descanso entre caminata y caminata, pero estaba anunciado mal tiempo para los días siguientes. Dicen los lugareños que un día de sol, despejado y sin viento, no se puede desaprovechar... A pesar del cansancio, luego del desayuno volvimos a salir. Para llegar al inicio del camino es conveniente tomar un minibus. Una vez llegado al punto de inicio nos esperaban unas nueve horas de caminata. Son unos 25 kilómetros. Lo bueno es que era verano y en verano en el sur, oscurecer después de las 22:30. De todas maneras salimos temprano para que no nos agarrase la noche en el camino. Durante la primera hora, la pendiente del camino es algo pronunciada, tuve que ir haciendo pausas para evitar la sensación molesta de falta de aire. Los ñires forman parte del paisaje junto con arroyos. Lo más lindo, el silencio y el aire puro. El punto más difícil del camino, es una pendiente empinada, la cual debe tener aproximadamente unos 400 metros. Demanda, según los carteles una hora de esfuerzo, ante mi falta de experiencia en este tipo de "travesías" me tomo una hora y media. De todas maneras cada segundo de esfuerzo valió la pena para disfrutar de La Laguna de los Tres con unos imponentes cerros de fondo. Después de tanto andar, era hora de sentarse a descansar, contemplar y hacer un picnic disfrutando tal hermosa postal.
    Una vez finalizado el almuerzo tuvimos que emprender el regreso, en total fueron aproximadamente nueve horas de caminata, a pesar del cansancio se disfruta igual, a lo largo del camino aparecen distintas postales que son realmente únicas.
    Los días siguientes fueron más tranquilos en cuanto a caminatas y exigencias físicas. Hicimos el paseo más sencillo, visitar el Chorrillo del Salto y lógicamente probar su exquisita agua pura de deshielo.
    A los días siguientes el tiempo empeoró , pero no fue un impedimento para seguir paseando.... Hicimos una excursión al Lago del Desierto, otro paraíso natural con senderos para caminar, afortunadamente mucho más sencillos.
    También visitamos los miradores desde donde se puede ver el pequeño pueblo rodeado de montañas que marcan sus límites naturales.
    Hubiera faltado más tiempo para recomponerse y hacer la tercera caminata larga que propone este destino, visitar el Pliegue Tumbado, pero de todas formas es lindo que siempre quede algo pendiente para planificar una vuelta ... El Chaltén es un pueblo único, al que seguramente en otra oportunidad volveremos! 

  24. flormdk
    Teníamos un fin de semana largo libre en Australia y había que aprovecharlo, en esta gran isla los feriados no son moneda corriente y cuatro días libres son ideales para planificar un viaje y conocer más...
    Las opciones eran y son muchas, Australia lo tiene todo... desiertos, selvas, playas... El desierto siempre me había interesado, el famoso Uluru, pero era algo distante, bastante distante y complicado... primero había que volar a Sydney y de ahí tomar un tour,sumado a ello los tours son acampando cosa que no me apetecía por miedo a víboras, arañas y demás cuestiones...
    Finalmente decidimos ir hacia Cairns y fue una muy buena opción...
    Llegamos el viernes Santo, en este lado del mundo Semana Santa tiene como feriados el Viernes y el Lunes, distinto a mi país donde los días feriados son jueves y viernes. Acá los feriados se toman muy en serio, cierra todo! Llegamos y era una desolación, eso que estábamos en un departamento en pleno centro, pero no había nadie! Estábamos frente al shopping más grande de Cairns pero estaba cerrado... Había muy pocas cosas abiertas, un supermercado (con precios sumamente caros), algunas casas de souvenires y las agencias de excursiones. Pero no andaba nadie en la calle, más tarde lo comprendí... había turistas pero estaban todos haciendo excursiones, el movimiento se empezó a notar después de las cinco de la tarde cuando todos empezaron a volver de las excursiones.
    Aprovechamos este primer día para recorrer la ciudad, paseando por la Explanada, una zona muy bonita de Cairns donde se encuentra una pileta además de varios negocios y agencias de viaje donde pudimos averiguar por excursiones…
    Al día siguiente hicimos la excursión de la Barrera de Coral. La excursión partía de un muelle, había que ir lógicamente en barco. Ya había viajado en ferries y otros medios acuáticos, pero nunca en el mar, siempre en lagos o ríos. De todas maneras no tenía miedo. El viaje empezó lo más bien, hasta que de golpe el barco empezó a moverse para todos lados, sin parar... Casi todos empezaron a sentirse mareados. Quería disfrutar de mirar el horizonte pero tuve que permanecer mirando un punto fijo en el piso para no marearme.. finalmente llegamos al punto donde hacer snorkel. Fue una actividad al principio algo difícil porque nunca había hecho snorkel, pero de todas maneras lo disfruté y también disfruté de mirar el horizonte en esas aguas cálidas y de color turquesa. Fue una experiencia única.
    La otra excursión que hice fue ir a la Selva. Siempre me ha llamado la atención el paisaje de las selvas, los aromas, los ruidos de los pájaros, es un lugar donde te podes desconectar y sentir aire puro. Tomé una excursión que me llevó a Yungaburra, la selva  más antigua del mundo! Allí pude disfrutar de cascadas y lagos, además de ver algunas rarezas como el árbol llamado Fig Tree muy llamativo por la forma en que sus ramas van enredándose entre sí.

    Había posibilidad de meterse en las cascadas pero el agua estaba algo fría, así que aproveché el tiempo para descansar y contemplar el paisaje.
    Fue un viaje muy intenso! Pero realmente lo disfruté mucho. En el último día fui a la playa. Siempre había querido estar en una playa con palmeras como las que se ven en las postales, para mí son diferentes ya que las de mi ciudad no tienen palmeras (de todas maneras son muy lindas , son distintas en lugar de mar abierto, muchas de ellas tienen escolleras)
    Para llegar a la playa tuve que tomar un colectivo, las playas están a 20 kilómetros del centro de la ciudad. El colectivo tarda una hora en llegar, como era feriado la frecuencia estaba bastante baja, pasaba un colectivo cada hora, de todas maneras es muy fácil organizarse para ir en transporte público en cualquier ciudad de Australia, todas las paradas tienen los horarios en los que pasan los colectivos, también hay una aplicación que ayuda a planificar el viaje indicando el punto de partida y el punto de destino, la aplicación arroja varios resultados con distintos medios de transporte.
    Compré un billete para usar durante todo el día. Luego de casi una hora de viaje, en la que se me pasó el tiempo volando porque iba mirando por la ventana los bonitos paisajes, llegué a Palm Cove. Hay muchas playas, pero la mayoría de los lugareños me habían recomendado esta.

    La playa es sumamente linda y además en los alrededores tiene varios cafés, locales gastronómicos y comerciales. Por supuesto que también hay opciones para quienes busquen algo más agrestre o más tranquilo.
    De todas maneras la playa es super tranquila y segura, podes dejar tus cosas en la arena e ir a refrescarte al mar sin problemas.
    La organización australiana también decía presente en playa... había un área para bañarse delimitada y cercada por mallas que impedían que entraran las aguas vivas.
    Caminé bastante por la playa disfrutando del mar y de la arena bastante blanca y después fui a comer a uno de los restaurantes de la zona. Si andan por Australia no pueden dejar de comer el pan de ajo que se ofrece antes de pedir una pizza. Es muy rico, eso sí, en todos los sitios lo preparan de manera diferente, pero siempre es rico.
    Volví a acomodarme para volver a tomar el avión y volver a Brisbane la ciudad de Australia donde estabaparando, antes aproveché a pasar por el shopping el cual es muy lindo. Tuve un buen vuelo y una muy linda estadía disfrutando de paisajes y de hacer muchas actividades como me gusta a mí 

  25. flormdk
    Visitar un área protegida, es un paseo especial. La distinción de “Área protegida” implica que uno va a encontrarse con paisajes excepcionales.
    Ir a uno de estos puntos es tener garantizado que uno va a poder ver postales que vale la pena descubrir, lugares para fotografiar y, por supuesto que también es una cita con la naturaleza en un estado casi natural. Y digo casi, porque siempre hay algún sendero, algún mirador, alguna construcción que irrumpió el paisaje para facilitarles (y facilitarnos) a los turistas y los viajeros la posibilidad de recorrer el lugar.
    Estar en contacto con la naturaleza es una oportunidad para desconectarse y reencontrarse con los sentidos. Es ideal para desenchufarse del estrés diario, de los horarios, del buillicio y de todas esas cosas que quienes vivimos en ciudades sentimos a diario.
    Afortunadamente en Argentina hay varias áreas protegidas. En todas las provincias hay al menos uno de estos lugares. Desde el norte al sur y desde el oeste al este se encuentran unos cuantos lugares donde lo que reina es la naturaleza. Hay Parques que tienen la distinción de Parque Nacional, también están los Parques Provinciales, las Reservas y además también existen lugares que fueron declarados por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, como es el caso del Parque Nacional Los Glaciares.

    Yo siempre trato de que mis viajes tengan un “poquito de todo”, es decir, de combinar, paseos, con compras, con gastronomía típica, con aventura, con naturaleza… Por eso en cada uno de los viajes que hago me propongo conocer un lugar donde lo que reine sea la naturaleza. En uno de los últimos viajes que hice visité uno de los Parques más destacados del país, el Parque Nacional Los Glaciares.

    Es cierto que las bajas temperaturas no son santo de mi devoción, pero hay veces en que hay que superar estas cuestiones para conocer lugares realmente únicos. Fue así que me prepararé bien. Hice mi valija con tiempo y con sumo cuidado para que no me faltase ropa muy abrigada, unos cuantos sweaters, bufanda y gorro, calzado adecuado (Esto último es: ¡Fundamental! Es más les recomiendo, siempre tener algún buen calzado deportivo para ir de excursión, inclusive en aquellos viajes en los que quizás uno no tiene planeado hacer un paseo de este tipo, siempre algo surge…), anteojos de sol y bueno… la infaltable cámara con unas cuantas baterías, enchufes, cargador y lugar para descargar los miles de fotos que uno saca.
    Antes de seguir, me gustaría dejarles un pequeño dato: en los meses de marzo a mayo llueve mucho en este lugar; y en invierno, es decir, durante los meses de junio a septiembre suele hacer mucho pero mucho frío. Yo les recomiendo que si van a ir, planifiquen el paseo para la primavera. Bueno, hace frío y viento, pero es el mejor momento para ir, ya que es la estación del año en la que hace menos frío y además no está la posibilidad de que una lluvia te impida realizar la excursión.
    Volviendo al tema…Qué decir del lugar en sí… Es difícil describir en palabras, casi imposible. Es como dije anteriormente: ¡Único!
    Una gran parte de la Cordillera de Los andes cubierta de hielo y nieve, lagos y bosques resumen gran parte de lo que uno puede ver acá.

    En este Parque se encuentra el famoso y tan buscado Glaciar Perito Moreno, el cual, la mayoría de la gente erróneamente cree que está en el Parque Nacional Perito Moreno.



    Otro de los grandes “bloques mágicos” es el Glaciar Upsala. Hay varios bloques de hielo y glaciares.

    Por supuesto que tampoco falta la vegetación adaptada a este tipo de clima y las especies animales. Estas últimas son muy difíciles de ver, es que con el movimiento de la gente, suelen esconderse. Porque encima las excursiones llegan con varios turistas, pero es cuestión de estar un rato más y tener paciencia para ver algún simpático animalito que se anime a salir como los cisnes de cuello negro.
    Dentro del Parque Nacional Los Glaciares, está el Sendero Fitz Roy.

    Se trata de un punto que concentra a andinistas profesionales de todo el mundo que se animan a escalar los 3375 metros del Cerro El Chaltén. También es uno de los puntos más elegidos por los aficionados a la pesca y para curiosos turistas como yo que intentan descubrir y pasear lo más posible por todos lados a los que van.


    Debo confesar que con tales paisajes, me olvidé por completo de mis preocupaciones y obligaciones, de la hora y además del frío!





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