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Showing content with the highest reputation on 06/04/14 en toda la comunidad

  1. 1 punto
    Durante el trayecto a Girona me leo un articulo donde cuentan la importancia de esta 59ª edición de “Girona, Temps de Flors”, por tratarse de la primera vez en la que no participa María Corbarsí, considerada la fundadora de este precioso certamen. La exposición floral, que hoy en día ocupa todo el casco antiguo de Girona y sus principales monumentos, en sus inicios solo era una pequeño concurso organizado, en 1954, por la Secció Feminista con la colaboración del Ayuntamiento y la Diputación. Año tras año el certamen fue creciendo e involucrando más artistas, monumentos y asociaciones, tales como la asociación de “Amics de la Girona Antiga” que abrió las puertas a patios y jardines privados para exponer las hermosas esculturas florales. Otro de los grandes pilares de Girona en Temps de Flors son los más de mil voluntarios, según datos de la revista oficial, que año tras años hacen posible que la pequeña capital de provincia se llene de arte y flores. El centro histórico de Girona y la oficina de turismo se encuentra a unos 10 minutos de la estación de tren. Normalmente el camino más fácil y directo par allegar al casco antiguo es bajar por la calle del Hospital pero hoy me conviene desviarme e ir por la Plaza de la Constitución para visitar la muestra floral de la Plaça Santa Susana, de la iglesia del Mercadel, el patio del museo del Cine y el proyecto de la escuela La Salle y la escuela doctor Masmitja. En el viejo Pont de Pedra hay unos puestecitos de artesanía local a los que, a pesar de la enorme afluencia de gente, no parece ir demasiado bien... No os extrañe que haya mucha gente haciendo fila en lo alto del puente pues el Pont de Pedra es la parada oficial del abarrotado trenecito turístico, al parecer hay que mantenerse en cola más de 20 minutos para poder acceder a uno de los trenes que dan vueltas por el centro. La oficina de turismo esta llena aun así las recepcionistas atienden bastante rápido y en menos tiempo del que me esperaba ya había llegado mi turno. Si únicamente necesitáis el plano de las exposiciones y patios a visitar os recomiendo buscar en la estación de trenes el stand informativo habilitado para la ocasión o descargaros los siguientes pdf, uno con el mapa de Girona en Temps de Flors y el otro con la revista oficial. planol_tempsdeflors_2014.pdf revista_tempsdeflors_2014.pdf En mi caso quería, además, preguntar si tenían un dépliant con los menús y más información del Gastoflors, una iniciativa de más de 30 restaurantes que ofrecen platos especialmente preparados con flores. Al parecer la única información del Gastoflors es un listado con los restaurantes que participan, su dirección y el número de teléfono No es que me interesara ir, aunque no descarto que si hubiese encontrado un menú vegetariano a un precio razonable me hubiese hecho gracia comer una ensalada de flores . El caso es que unos amigos me habían pedido si les podía traer información pero tendrán que buscar ellos en un mapa donde esta cada uno de los restaurantes y llamar individualmente para saber en que consiste cada menú de flores. En uno de los margenes de la Plaza de Catalunya han recreado un folclórico escenario a orillas del río con maniquíes vestidos con los típicos trajes de antaño. Es bonito pero sin duda es mucho más original la propuesta de la Plaçeta del Carrer dels Vern, donde enormes margaritas hechas con botellas de colores cuelgan anárquicamente de las ramas de los preciosos cinamomos en flor, también conocidos como árboles del paraíso. El itinerario sugerido recomienda visitar la “telaraña de colores” del parque Jardín de la Infancia y continuar por la calle de les Beates pero yo me he decantado por trepar por la preciosa muralla del siglo IX. No puedo evitarlo siempre que he tenido la ocasión de venir a Girona acabo paseando por encima de sus tejados. A excepción de unos pocos turistas no hay prácticamente nadie recorriendo las murallas, por unos instantes olvido que hoy Girona esta llena de visitantes. También hay que tener en cuenta que si se quiere ver todos los patios, jardines y exposiciones quizás falten las energías para querer visitar también las murallas... Los Jardines del Alemanys son, junto con la muralla y la pequeña “Pujada de la Catedral”, mis rincones preferidos de Girona. En esta ocasión los jardines están parcialmente “ocupados” por el Fever Tree. El decorado usado para la presentación de sus cócteles y mixers es bonito: un viejo Citroen de color negro rodeado con cajas de madera repletas de hierbas aromáticas y frutas para sus mixers. No obstante me ha gustado mucho más la original creación de “Roba Estesa”, ropa tendida, que ocupa uno de los margenes del los jardines. Abandono los históricos Jardins Dels Alemanys, donde a finales del siglo XVII se instalaron los mercenarios alemanes destinados a Girona, y me adentro en el minimalista “Bosc Platònic”. L. Barbera, M. Escobar y M. Barinol nos invitan a experimentar la energía paseando a través de los cinco Sólidos Platónicos: el tetraedro, el octaedro, el icosaedro, el cubo y el dodecaedro. Del Bosque Platónico el recorrido pasa a través del arco de piedra, base de la preciosa cascada de flores del paraíso, al patio del museo del arte y a la propuesta “Umbracle” que invita a sentarse con calma y contemplar como el viento hace bailar las rojas e irregulares esferas creando un mágico contraste con el brillante verde primaveral. Callejeando por las estrechas y frescas calles de Girona he llegado al Mirador de los Maristes donde la corteza, el césped, el oxidado hierro, las marrones vasijas llenas de agua y pececitos dorados, junto con los coloridos lirios del Perú hacen que la exposición numero 36 encaje perfectamente con el mirador, llenando un vacío que daría mucho mas prestigio a este lugar generalmente olvidado por quienes visitamos Girona. Los lirios del Perú son de colores tan intensos y formas tan perfectas que uno llega dudar de la veracidad de los mismos, suerte que los abejorros y abejas no se guían por nuestros parámetros y revolotean felices entre tanto polen. Hay momentos en los que agradezco la pausa de colores llamativos y disfruto paseando por las callejuelas alejadas de las exposiciones, absorbiendo la paz y el suave color de la piedra y contemplando algunos de los maravillosos rincones que tiene Girona. Para llegar a la Casa Lleó Avinay, uno de los escenarios imprescindibles de Girona Temps de Flors, hay que adentrarse en el viejo Barrio Judío y bajar por la calle de Sant Llorens. Lleó Avinay fue el último de los grandes señores de la aljama de Girona, barrio judío, y uno de los más ricos de la época. De su riqueza y vida son testimonios directos las viejas estancias de piedra, los patios y el enorme jardín que fue construido y diseñado siguiendo la estructura del “Árbol de la Vida”. Actualmente se trata de una casa particular y generalmente esta cerrada al público pero su historia y estado de conservación la convierten en un escenario único e imprescindible. Sigo el recorrido marcado por el interior de la Casa Lleó Avinay y entro en la primera estancia abovedada donde una tormenta de neutrinos desciende desde una esponjosa y blanca nube sobre un campo de claveles de colores. Como si quisiesen invitarnos a pensar que el viento siempre aleja la tormenta en la siguiente estancia una compleja y delicada escultura de origami y cestería de color blanco revolotea encima de las aromáticas plantas de tomillo envolviendo todo la estancia como un enredadera que nace de los rincones, suelos y paredes transportando la intensa fragancia del tomillo. El jardín de la preciosa casa señorial esta cerrado y solo nos permiten mirar desde la verja “El Yin-Yang del agua y las flores acuáticas” donde los Amics del Diseny nos enseñan que a pesar que en sus inicios el agua y el aire pueden ser destructivos creando enormes remolinos de claveles, poco a poco se van calmando hasta llegar a el reposo y la serenidad de una bañera llena de blancas flores acuáticas. El recorrido continua y ahora entramos en una habitación oscura donde la música hace vibrar el agua de un barreño de color naranja, del que salen múltiples tubitos de agua que recorren la estancia hasta entrecruzarse, enrollarse y formar una gran cabeza pensante que no para de girar y reflejar el agua y las luces que atraviesan su interior. “Capa a un Altre Mon” así se llama la escultura que nos muestra como los pensamientos forman a la persona y estos mismos alimentan su entorno creando un continuo flujo de energía. En el viejo patio hay una pequeña muestra de persianas de madera que en parte tapan las hermosas flores del balcón que sin embargo logro encuadrar La última sala de la Casa Lleó Avinay esta dedicada a “La flor Etérea: Belleza Ingrávida a 2 Años Luz” una preciosa representación de la nebulosa de Grua. Mostrandonos que la belleza es la compañera eterna de lo frágil, de lo fugaz y de lo efímero... La siguiente exposición es el Museo dels Jueus, y aunque el patio y la salida se encuentran en la misma calle de Sant Llorens la entrada esta en el Carrer de la Força. de haber seguido el recorrido aconsejado no hubiese tenido que ir hacia adelante y atrás inútilmente pues habría visitado primero el museo y luego la Casa Lleò Avinay. Si únicamente se quiere ver la muestra floral del Museo de los Judíos hay que seguir las indicaciones al patio, de todos modos yo os recomiendo entreteneros un poco por las distintas salas del museo para entender la historia y los acontecimientos que tuvieron lugar en la antigua Girona. El precioso patio judío acoge la muestra floral numero 40 que a través de su obra quiere presentarnos los pensamientos y memorias de diferentes escritoras judías. Visito algunos de las propuestas expuestas en los patios del Carrer de la Força, las más representativas o curiosas las puedes encontrar en mi álbum de Girona, Temps de Flors, así como fotos de detalles y rincones de la exposición floral. La calle Pujada de la Catedral, como ya he dicho antes, es otros de esos rincones de Girona que tanto aprecio, me resulta difícil, por no decir imposible, pasear por el casco antiguo de esta pequeña capital de provincia sin sentarme en los escalones de la calle y sumergirme en mir pequeños y graciosos recuerdos infantiles... donde la abstracta escultura de bronce de Subirachs fue mi inamovible compañera de juegos durante más de tres meses. Hoy la estatua se encuentra rodeada por un campo de “Canyes y Clavells” Si por un lado la exposición me impide saludar a la estatua de Subirach, por el otro el suave tintineo de las campanas junto con el susurro de las serpentinas y claveles mecidas por el viento, envuelven la bonita calle de la Pujada de la Catedral, creando una atmósfera irreal que invita a relajarse por unos minutos escuchando el susurro del viento y absorbiendo la cálida luz del sol. Alrededor de la vieja fuente del patio de la Casa l'Ardica revolotean cientos de mariposas de colores rosados. Me encuentro al pie de la alta escalinata de la Catedral de Girona o mejor dicho de la preciosa exposición “Agora” donde los artistas han querido agradecer a María Corbarsí los 58 años dedicados a crear, fomentar y consolidar Girona, Temps de flors. Cientos de blancas figuras humanas están reunidas en la escalinata, todas ellas sentadas relajadas, sin prisa, parece que todas tienen el tiempo y la predisposición para conversar, cantar y escuchar. Si en lugar de hacer fotos para poder compartirlas online reflexionáramos sobre todo aquello que vemos, nos daríamos cuenta que en cierto sentido la efímera vida de estas planas figuras esta más colmada que la nuestra, donde preferimos escribir un whatsapp que hablar con el de al lado, asegurar que “me gusta” la foto de un prado verde en lugar de tumbarme y relajarme en uno, escandalizarnos por las injusticias del otro lado del mundo cuando ni siquiera miramos a los ojos de aquellos que sufren delante nuestro.
  2. 1 punto
    Como parte de mis segundas extensas vacaciones de éste año (sí, soy una de esas afortunadas que me rehúso a tomarme solo un par de días al año) , uno de los destinos que decidí conocer fue Perú, ya que a pesar de ser Chilena y vivir casi en la frontera de ese maravilloso país, nunca había encontrado el tiempo para poder empaparme del sabor Peruano y la cultura que tanto ha parecido encantar a muchos. En esta oportunidad, me gustaría contarles de mi paso por un rinconcito de éste país llamado Aguascalientes. Al planificar mi viaje a Machu Picchu, por supuesto decidí leer algunos blogs y páginas que me aconsejaran un poquito más respecto a donde quedarme y que cosas hacer. Y al parecer, existía un consenso con muchos de los viajeros: “si vas a Machu Picchu, no olvides quedarte al menos una noche en Aguascalientes”, por lo que decidí finalmente alojarme una noche en Cusco (relato que les contaré en otra oportunidad) y tomar el primer tren que saliese con dirección a Machu Picchu, para así poder tener tiempo de recorrer el pueblo y perderme en un lugar del que poco conocía antes de planificar mi viaje. A las 5 y media de la mañana me levanté (sí, a las 5 y media aunque ustedes no lo crean) para posteriormente tomar un taxy y me dirigí a la estación de trenes Poroy para comenzar mi viaje. Mi elección de tren con destino a Machu Picchu fue el Vistadome, ya que por solo un poco más de soles (moneda nacional del Peru) que en la versión más económica, te permite disfrutar de vistas panorámicas mientras disfrutas de un viaje de alrededor de 3 horas y media atravesando preciosos parajes de la zona, y cuando digo precioso, me refiero a ese encanto de ver el amanecer rodeada de naturaleza, animales y camino a un destino que por algo se considera una de las nuevas maravillas del mundo moderno. Llegamos a Aguascalientes alrededor de las 10 de la mañana, y- ¿adivinen que fue lo primero que hice al llegar a este pueblito que se aloja entre gigantescas montañas cubiertas de vegetación y nubes? La respuesta es bastante simple. Lo primero que hice fue perderme. Me enviaron un email justo antes de salir de Cusco, avisándome que debía informar al hotel de mi horario de llegada, pero por supuesto, olvidé enviar la información y terminé finalmente extraviada entre un sinnúmero de callejuelas de nombres extraños (Wiracocha, Pachacutec, Aymuraypa, etc.). ¡Nadie sabía dónde quedaba mi hotel! Me llegaron a decir que esa calle no existía, me enviaron a diferentes puntos del pueblo que si bien es bastante pequeño, no hay que menospreciar las subidas empinadas que posee y al yo no tener un muy buen estado físico, terminé derrotada en un rincón en donde una joven persistentemente me ofrecía servicios de masajes y manicure. Finalmente, luego de una costosa llamada de mi celular, personal del hotel llegó a rescatarme y a mostrarme que solo estaba a 2 calles de mi destino. Luego de una reparadora ducha y siesta, me dedique a explorar el pueblo de Aguascalientes, de sólo 3.400 habitantes, pero que suele albergar aproximadamente un promedio de 1.500 turistas diarios. Es increíble ver como las culturas se mezclan en un lugar tan pequeño y me encuentro inesperadamente escuchando diferentes idiomas mientras ordeno un asado de llama con un delicioso pisco sour que rápidamente me hace sonreír (4 medidas de pisco, 1 medida de jarabe de goma, 1 medida de limón y ½ de clara de huevo). El pueblo está pensado para turistas, y si bien podemos encontrar platillos típicos peruanos en todo restaurant, como el cuye, llama, aji de gallina, seco de cordero entre otros, también existe una amplia oferta gastronómica para los de paladar más exquisito. En cada calle que recorres puedes encontrar al menos 4 hostales, 5 restaurantes y un salón para masajes, y si te detienes a mirar más de 5 segundos, te encontrarás abrumada con los ofrecimientos por parte de los trabajadores de los locales, siendo el promedio gastar 30 soles por comida típica en los lugares más tradicionales (10 dólares/ 7 euros). Por supuesto, también es obligado recorrer los cientos de puestos artesanales esparcidos en todo el pueblo, siendo los tejidos a telar uno de los recuerdos que más atractivo tiene para la gente que visita desde países Europeos, por el maravilloso colorido y trabajo de éstos. Respecto de los paseos que puedes realizar en la zona, existen diferentes ofertas de senderismo y observación de aves y naturaleza, pero producto de mi ya acumulado cansancio y a pesar de los comentarios negativos leídos previamente, me decidí a visitar las termas de Aguascalientes. Siete de la tarde y me dirigí a conocer estas aguas curativas, y luego de tan solo 15 minutos caminando (cuesta arriba por supuesto) me encontré con un serie de pequeñas cascadas entre gigantescas montañas y finalmente las piscinas termales. Mis expectativas no eran altas, ya que había leído los comentarios de otros viajeros y en parte tenían razón. Pocas de sus piscinas están en funcionamiento y las que sí lo están, se encuentran repletas de turistas intentando aliviar los males que lo aquejan o bien simplemente se relajan esperando el anochecer. No obstante esto, el contenido sulfuroso de las aguas, me hace pensar que son más naturales que otras que he visitado con una mejor infraestructura y me dispongo a pasar un momento sumergida, esperando que el agua haga su magia y me alivie del cansancio que no me servirá para recorrer las ruinas al día siguiente. Con el anochecer y una llovizna ligera, me dispuse a abandonar los baños termales y me dirigí a comer a otro de los locales, atreviéndome a probar en esta oportunidad un platillo típico de la comida mexicana de acuerdo a la cocina peruana, una exquisita sopa de tortilla y nuevamente, otro pisco sour, para luego dirigirme nuevamente a mi hotel a descansar. Una vez en mi dormitorio, me doy cuenta que a pesar de solo haber estado un par de horas en Aguascalientes, siento que las horas se han hecho más largas, siento que el tiempo se detuvo y me permitió recorrer este encantador pueblo en su totalidad y por un instante, me hizo querer permanecer más tiempo perdida dentro de él e incluso por un instante, me imaginé administrando algún local de comida que me permitiera quedarme permanentemente en este rincón del mundo. Será por la mezcla de culturas, por la bienvenida que te dan sus habitantes o simplemente por estar rodeada de parajes con un toque de misterio, yo les recomiendo en definitiva, extraviarse al menos un día en estas callejuelas antes de retomar el rumbo a las ruinas de Machu Picchu.
  3. 1 punto
    Una de mis grandes metas o mejor dicho mi sueño, es conocer todo mi país, la Argentina. Me gusta viajar y conocer los lugares turísticos, pero también disfruto de estar en aquellos lugares que parecen olvidados de los mapas. Debo confesar que tengo un mapa en el cual voy coloreando con fibras los lugares que voy conociendo. Cada vez que tengo la oportunidad de viajar, armo la valija y salgo. Esta vez, el motivo que me llevó a viajar, fue un golpe de suerte, de mucha suerte. Nunca había ganado nada, hasta que me gané un viaje para dos personas a la ciudad más antigua de todas o también conocida como “Madre de Ciudades”, es decir, Santiago del Estero. El premio era completo… set de viaje, estadía, pasajes en avión de ida y vuelta y un city tour. Para la gran mayoría de los viajes, al lugar donde hay que ir primero, es a la capital federal. Contraté un servicio que me llevó directamente hacia Aeroparque, aunque con bastantes horas de anticipación, pero era lo más cómodo. Llegué al aeropuerto, temprano. Era eso de las siete de la mañana aproximadamente. Saliendo para Santiago del Estero desde "Baires". Tenía pasajes para salir a las dos de la tarde, pero fui con ánimos de paseo y gracias a ello se me pasó realmente muy rápido. Lo primero que hice fue guardar mi equipaje para poder pasear tranquila. Después de desayunar fui a dar una vuelta para conocer los distintos negocios. Entré a la librería y me compré un libro de bolsillo que me acompañó gran parte del viaje. No sé cómo, pero el tiempo se voló y llegó el momento de hacer el famoso check in. La experiencia de vuelo fue divertida, a decir verdad era la primera vez que viajaba en avión, por lo que un viaje corto me vino muy bien. Iba mirando por la ventana disfrutando del paisaje en la altura, viendo los cursos de agua, contemplando el verdor de los campos e imaginando figuras con las caprichosas formas de las nubes. Luego de unos minutos, para ser exactos, tres cuartos de hora, pisé tierra firme en el tranquilo aeropuerto de la Ciudad de Santiago del Estero donde me esperaban para trasladarme al hotel. Me deshice rápidamente de los abrigos, pese a que era invierno, allí no lo parecía. El cálido aire invitaba a estar de remera, como en una tarde de verano. No tardé mucho en prepararme para salir a dar una vuelta por la ciudad. Para sintetizar, podría decir que es una curiosa mezcla de construcciones antiguas, muy antiguas, con estructuras en desarrollo y sitios nuevos. Las edificaciones antiguas como la Catedral dan cuenta del paso del tiempo por esta tierra y dan fe del apodo que lleva el lugar. Aproveché a hacer el city tour por la ciudad y también por sus alrededores. Siempre me ha resultado interesante disfrutar de estos paseos, ya que vienen acompañados de explicaciones. Visitamos el parque y también un sitio muy típico, un patio santiagueño donde se escucha folclore y se comen comidas típicas. Entramos al Museo del Bicentenario, un espacio muy moderno que reúne varias colecciones históricas, arqueológicas y mucho más. Un sitio que recomiendo visitar. Cuando viajo, me gusta aprovechar el tiempo y conocer lo más posible, soy una viajera incansable siempre con ansías de conocer más y sacar fotos. Después del city tour tomé un colectivo con destino a la Ciudad de Termas de Río Hondo. Fui con ganas de caminar y conocer ya que descansar en las termas no me parecía muy atractivo, no es mi estilo. Al llegar a la terminal de Termas, lo primero que hice fue visitar la oficina de información turística para buscar folletos. Con el plano en mano y una botella de agua bien fresca (aquí también seguía haciendo mucho calor), empecé a caminar acompañada por el buen tiempo. Es una ciudad nueva, muy diferente a la Capital. Tiene bastantes locales de ventas de artesanías, cafeterías y bares. También tiene una plazoleta muy bonita decorada con luces, frente a la cual me senté a tomar un rico café para descansar los pies. Fue un atardecer muy lindo, ya que no refrescó, parece que el invierno no tiene lugar en estas tierras del país. Después de haber cenado, tomé un colectivo para regresar a Santiago del Estero, para volver a descansar al hotel. Prometo en otro post, dar más detalles sobre esta ciudad tan linda que recomiendo que conozcan. Como comenté anteriormente, me gusta aprovechar los viajes para conocer la mayor cantidad de lugares posibles, aunque eso implique algunas horas en ruta y volver más cansada de lo normal. Por ello, al día siguiente, me levanté temprano y luego de desayunar me tomé un colectivo con destino a San Miguel de Tucumán. Es una ciudad con mucho movimiento, con gente que va y viene, con colectivos llenos y autos que poblaban las calles. Sabía que allí la alta densidad de población es una característica, pero realmente no me lo imaginaba tan así. Es más, puedo asegurar que en el centro de la ciudad hay más movimiento que en el centro de mi ciudad, es decir, Mar del Plata. Mural dentro de la Casita de Tucumán Por supuesto, conocí la Casita Histórica de la Independencia y pasee largas horas, pero prefiero contar esta parte del viaje en otro relato, para poder dedicarle más atención. El tiempo pasó y como de costumbre bien de prisa, (pareciera que al viajar pasa aún más rápido) Llegó la hora de acomodar el equipaje y prepararse para tomar de nuevo el avión para volver a la rutina cotidiana de la cual no podemos escapar por mucho tiempo. Podría decir que fue un viaje muy interesante. Sin planearlo y casi sin pensarlo llegué a la ciudad más antigua del país, conocí la ciudad de Termas de Río Hondo y San Miguel de Tucumán. Conocí varios lugares en muy poco tiempo y muchos otros me quedaron por conocer. Prometo en algún momento volver para terminar de colorear mi mapa…
  4. 1 punto
    Dios, algo más para añadir a mi lista de viajes futuros. Un espectáculo maravilloso. Había leído en alguna parte e ésto, pero las fotos son increibles. Parece un mundo mágico
  5. 1 punto
    Gracias Álamo! Por lo que me has contado es justo lo que buscamos, hemos mirado un poco en google Earth y las fotos nos han convencido Además el padre de uno de mis compañeros conoce un poco la zona y va a juntar un par de amigos para llevarnos. Dice que se come de lujo y hay unas queserías que elaboran un queso buenísimo y típico del lugar jeje no hay nada mejor que convencer que la comida Crees qué en junio habrá mucha gente en el camping? No somos escandalosos pero al ser 9 es imposible estar siempre en silencio o hablando en voz baja y el año pasado nos topamos con mucho extranjero que se retiraba a dormir a las 10 de la noche y parece k fastidiabamos... Más o menos a cuanto está el camping del pueblo? El camping tiene supermercado? Saludos
  6. 1 punto
    Hoy ha sido un interesantísimo despertar todavía tengo una sonrisa en la cara tras leer tu relato y descubrir un nuevo cachito del mundo.
  7. 1 punto
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