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Kamali

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Relatos publicado por Kamali

  1. Kamali
    Aprovechando que los domingos en julio las playas de Camerota se llenan, hemos decidido dar una vuelta por los pueblos del interior. La ruta la iremos decidiendo sobre la marcha, pretendemos dar un rodeo por las montañas hasta llegar a Roca Gloriosa (el topónimo suena prometedor). El primer pueblo al que llegamos es Montano Antilia, situado al pie del sistema montañoso Gelbison en el centro del parque nacional del Cilento y el Vallo di Diano. Desde lejos no logra cautivarnos, se presenta como tantos otros pueblos italianos, extendido a lo largo de la montaña con casas de cemento de tres o cuatro plantas y raquíticos balcones asomándose al valle.
     


     
    No sabemos si dar una ojeada o seguir nuestro camino a través de la montaña, para ayudarnos a tomar la decisión acertada encontramos un parque de abetos que nos invitan a comer uno de los bocadillos que hemos preparado. El parque se encuentra en la parte alta del municipio y nos ofrece una perspectiva diferente a la que observábamos desde la carretera, callejones que se entrecruzan, pequeñas ventanas y puertas de madera adornadas con flores de todos los colores y los cuidados tejados se perfilan en el horizonte.
     


     
    Montano Antilia se recorre en poco tiempo y quizás los monumentos o lugares concretos a visitar son pocos pero tiene un atmósfera muy agradable que invita a contemplar y fotografiar cada detalle del camino.
     


     
    La iglesia Madre, como se llama en italiano la iglesia principal de cada pueblo, ofrece desde su placita unas esplendidas vistas panorámicas. Fijaos en los bancos de madera que se encuentran en la misma, están tallados con poemas y guirnaldas de flores.
     


    En otro banco hemos podido leer esta preciosa poesía de Giacomo Leopardi:
    Otra iglesia o capilla importante es la "Scala Santa" que, como bien indica su nombre, se construyó a semejanza de la famosa Escalera Santa de Roma. En el mundo existen muy pocas copias de la venerada escalera de Roma (se supone que son los escalones que condujeron a Jesús de Nazaret al palacio para ser juzgado) y cada una de ellas necesita un permiso especial otorgado por la Santa Sede pues quien la visita en Quaresma o el Viernes Santo recibe las mismas indulgencias que aquellos que visitan la Escalera Santa de Roma. En el caso de Montano Antilia la construyó el marqués Antonio Cammarano por deseo expreso de la Sede Episcopal para cumplir un voto. Como se podía leer en la vieja puerta, la capilla, que fue construida en el M.D.CCXXVI (1726), consta de dos puertas, una de entrada y otra de salida unidas por 28 peldaños (al igual que la Scala Santa original). En ambas paredes laterales están representadas las escenas de la Vía Crucis y al final de todo, detrás del altar y cerca de la puerta de salida, se encuentra un deteriorado fresco con la crucifixión de Jesús, lástima que la capilla está abierta solo en Semana Santa.
     


     
    Las callejuelas se van sucediendo, pasamos por debajo de unas bóvedas y llegamos a la plaza del pueblo donde se encuentra un campanario con un curiosísimo reloj del siglo XVIII debajo del cual vemos la placa conmemorativa a los caídos de la primera guerra mundial.
     


     
    Esto es lo que nos ha contado un viejito del pueblo:
    Nos despedimos de Montano Antilia, un pueblo muy agradable de visitar, alejado del turismo y colmado de detalles.
     


     
    Retomamos nuestra ruta por los pueblos del Cilento ahora camino a Abatemarco que se encuentra en las cercanías. La más que frecuentes "franas" (corrimientos de tierra) nos obligan a ir muy lentamente y con cuidado para no tocar los bajos del coche, ciertamente estos corrimientos y la poca manutención de las carreteras colaboran a alejar el turismo de estas preciosas montañas… Por fin conseguimos llegar a Abatemarco y un enorme olivo centenario nos da la bienvenida, es un ejemplar precioso.
     

     
    Abatemarco parecía un pueblecito muy interesante pero la inesperada llamada de unos amigos nos ha obligado a abandonar nuestra excursión por el pueblo y volver a Camerota donde nos esperaban . De todos modos esperamos poder retomar la ruta más adelante mientras tanto no olvidéis echarle una ojeada al álbum de Montano Antilia.
     
  2. Kamali
    Son las ocho menos cuarto de la mañana, una mañana fría, gris y lluviosa, no puedo evitar pensar que el piloto se ha desviado de su destino y ha aterrizado, por error, en el aeropuerto de Oporto... Esta sensación se desvanece por completo al salir del avión y sentir el dulce y penetrante aroma del azahar ¡Indudablemente estamos en la hermosa capital de Andalucía!
    Desayunamos con calma, esperando que la insistente lluvia amaine un poco. No obstante el día no tiene intención de alegrase, así que después de dejar la cafetería y dar un divertido paseo bajo la lluvia decidimos esperar en otro local hasta que podamos entrar en el apartamento (Pilatos Apartments) y dejar las, ya empapadas, mochilas. El apartamento resulta ser un agradable estudio en la planta baja de un renovado edificio. Realmente para tres días no necesitábamos cocina, lavadora y demás, pero el precio era muy bueno y la localización es estupenda (Caleria, 10, Casco Antiguo), una pequeña calle muy céntrica pero tranquila.

    Hacia las dos del medio día la lluvia es ligera e intermitente y nos permite pasear sin necesidad de comprar un paraguas. No es la primera vez que estamos en Sevilla, no tenemos prisa por ver la Giralda, la Catedral, la Plaza de España y resto de monumentos. En lugar de eso paseamos sin rumbo por las sinuosas callejuelas de casco viejo, no hay turistas ni grandes o espectaculares edificios, solo casas, parquecitos con naranjos y pequeñas iglesias. Llevamos más de 45 minutos callejeando y no hemos encontrado donde pararnos a comer, así que decidimos retomar el rumbo de nuestros paseo y dirigirnos hacia una zona más céntrica.

    Al cabo de poco nos encontramos en la polémica plaza de Las Setas o Plaza de la Encarnación. No conozco otro sitio en Sevilla que ostente opiniones tan contrastadas: algunos las adoran, otros radicalmente las odien y el resto levantan la mirada con pena y resignación como diciendo “pues sí, está mejor que antes (lo cual era muy fácil), pero nos ha salido cara”

    A mi personalmente no me desagrada como obra, es decir me gustan sus lineas, la originalidad, el color, los materiales, etc.... Es un tipo de arquitectura que me atrae, me atrae aquí, como me podría haber atraído si se encontrase en medio de Barcelona. El problema es justamente ese, que aun no encuentro el punto de unión entre la escultura y la plaza donde se encuentra, me da la impresión de que las blancas setas se han abierto paso en un espacio demasiado estrecho y ahora se sienten comprimidas.

    Por supuesto entiendo que el fuerte contraste que crea entre lo moderno y lo antiguo es interesante. También tengo que admitir que si no existiese la “inútil” sobre-elevación y el centro comercial me gustaría mucho más, digo inútil porque rompe el concepto de plaza, entorpece la visión del monumento y su única razón de ser es el dinero.

    Las fotografías de la Plaza de la Encarnación son del día siguiente y de otros viajes, cuando la lluvia nos ha permitido sacar la cámara fotográfica de su funda
    Aprovechando el lluvioso día nos hemos parado en una vieja librería de segunda mano y me he comprado una estupenda novela, La piel del tambor, de Arturo Perez Reverte ambientada en Sevilla. Los escenarios están tan bien descritos y la novela parece tan real que al día siguiente pregunte en la oficina de turismo si me podía señalar en el mapa la localización de la iglesia “Nuestra Señora de las Lagrimas” , lastima que la susodicha iglesia solo existe en la mente del escritor y de sus lectores...

  3. Kamali
    El miércoles tras pasar los controles de seguridad, esperar más de una hora dando vueltas por la terminal 2 del aeropuerto de Barcelona y por fin dirigirme a la puerta de embarque asignada, me llegó un "curioso" mensaje de parte de Ryanair:
    Sin numero de vuelo ni otro dato que pudiese certificar la autenticidad de dicho mensaje , por lo que en un principio, y después de ver que el resto de pasajeros que esperaban en la cola parecían indiferentes, empece a pensar que se trataba de una broma, error o que se referían al vuelo del miércoles siguiente (la vuelta). Pero un poco más adelante un chico español también miraba su móvil con cara extrañada y miraba a su alrededor como había hecho yo segundos antes, por lo que me dirigí resueltamente y le pregunté si el también había recibido un mensaje de cancelación del vuelo... en un primer momento me miró sorprendido, como diciendo y esta quien es pero se repuso rápidamente y en menos de cinco minutos ya eramos un grupito de viajeros desconcertados con sendos mensajes de cancelación
    El aeropuerto seguía informando que en menos de 15 minutos embarcábamos, no vino nadie del personal de Ryanair a informarnos, no sabíamos que pensar o hacer y los minutos pasaban. Un inglés que debía asistir a un entierro el viernes llamó para pedir que nos confirmarán la situación y tras verificar que realmente el vuelo había sido cancelado a consecuencia de la huelga de controladores en Francia, decidimos presentar entre todos una queja en los mostradores de Ryanair.
    Al llegar nos esperaba una enorme fila con más de 100 personas esperando y una sola ventanilla abierta al publico. Nos colocamos pacientemente a final de la serpenteante cola, la cual avanzaba un puesto cada 10/15 minutos . Todos los del grupo tenían interés en permanecer allí incluso 2 o 3 horas con tal de conseguir una solución que los llevase lo antes posible a Leeds u otro aeropuerto cercano. Por el contrario yo solo quería visitar a mi hermana y si el tiempo acompañaba los alrededores de Huddersfield, por lo que llamé a Avani, le pedí que mirase si podía cambiar online las fechas de mi vuelo y en menos de 5 minutos ya me había reservado la ida para el viernes. Me despedí del resto de pasajeros invitando a aquellos que les fuese bien volar el viernes que no esperasen inútilmente en la fila y lo hiciesen directamente desde Internet y allí acaba la primera etapa de mi viaje.
    Por cierto fue simpático llegar el viernes al aeropuerto y reencontrarme con varios de los pasajeros del último vuelo cancelado, es curioso como las personas que en circunstancias normales acuartan/mos como si no existiese nadie a nuestro alrededor, y en cuanto hay un mínimo contratiempo nos socializamos con todos aquellos que comparten nuestra suerte...
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