Saltar al contenido

Top Escritores


Popular Content

Showing content with the highest reputation on 07/17/14 en toda la comunidad

  1. 3 puntos
    He creado este nuevo blog exclusivamente dedicado a la ciudad más grande del mundo: la Ciudad de México, el Distrito Federal de mi país. Hace dos años tuve la fortuna de vivir seis meses en esta interminable ciudad, gracias a un intercambio estudiantil que tramité desde mi universidad. Fueron los seis meses más largos y maravillosos de mi vida hasta ahora, y más adelante les contaré el porqué. En esta ocasión hablaré un poco sobre la escuela que alojó mis estudios durante mi quinto semestre como estudiante de Ciencias de la Comunicación, la Universidad Nacional Autónoma de México. Es la Universidad pública más grande e importante de Latinoamérica y una de las 100 mejores del mundo. Fue fundada como la Real Universidad de México en 1551, para convertirse en Nacional Autónoma en el siglo pasado. Actualmente tiene varios campus alrededor de la capital mexicana, pero el principal sigue siendo la Ciudad Universitaria, conocida también como CU. Ésta última se ubica al sur de la Ciudad de México y cubre un área basta de 7 km cuadrados, y en 2007 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Mi primer reto al mudarme de una ciudad de 800,000 habitantes a una capital con más de 27 millones de personas, fue encontrar un sitio ameno para vivir. Como había sido aceptado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, debía buscar un apartamento cercano, que me permitiese no tener que madrugar mucho. En México muchas clases en la escuela empiezan a las 7 am, y las distancias en el D.F. son más que gigantescas. Hallé un sitio a 15 minutos caminando de mi facultad, lo cual en D.F. es un milagro. No me gustaba del todo, pero tenía todos los servicios, era limpio y no era muy caro. Los apartamentos en esta zona suelen subir de precio, ya que CU se encuentra en el Pedregal de San Ángel, una zona un poco exclusiva dentro de la delegación Coyoacán, que es bastante cotizada. Al final, me di cuenta que vivir en Coyoacán fue lo mejor que pude hacer en esta ciudad. Mis primeros pasos en la universidad fueron un verdadero caos. La circulación de transeúntes es continua y no se detiene nunca. Todo el campus cuenta con servicio de transporte gratuito, el cual funciona a la perfección. No obstante, los autobuses no se dan abasto, y todo el tiempo van llenos a tope. Así que la primera vez tuve que ir colgado de la puerta (lo cual es muy común en las grandes ciudades de mi país). Las calles de CU son todas curvas. Al principio me confundieron mucho, pues para mí todo simulaba un laberinto. En verdad que todo el campus parecía del tamaño de mi ciudad, y eso me asustaba mucho. Pero poco a poco uno se va acostumbrando. La UNAM es conocida por la fuerte identidad de sus estudiantes y maestros con su institución. Su imagotipo es la cara de un puma, y todos se llaman a sí mismos pumas, incluyendo a su equipo de fútbol, que juega en la primera liga nacional. Todos se sienten muy orgullosos de formar parte de ella, y al final entendí por qué. Pero no quiero parecer un nerd hablando del excelente nivel educativo y las miles de certificaciones de la escuela, sino de lo que puede atraer a cualquier visitante en la ciudad. Ciudad Universitaria se considera la quinta Universidad más atractiva al turismo cultural a nivel mundial, y tiene sus razones. Su campus central fue construida por los mejores arquitectos mexicanos del siglo XX. Una de sus maravillas es la Biblioteca Central. Su exterior fue diseñado por el artista Juan O'Gorman, y está hecho con piedra volcánica (bastante común en los suelos del sur del D.F.) y piedras de todo el país, lo que lo convierte en uno de los mosaicos más grandes del mundo. Los murales representan el pasado prehispánico, el pasado colonial, el mundo contemporáneo y la Universidad y el México Moderno. Una de sus características principales es la fuente de roca que tiene forma del rostro de Tláloc, dios azteca de la lluvia. Hoy en día miles de estudiantes de toda la ciudad hacen consultas en este inmenso acervo bibliográfico. Cabe mencionar que la facultad de Filosofía y Letras se encuentra a un lado; por ello, es común ver en su exterior a los neohippies y algunos artistas o intelectuales fumando marihuana y tabaco. Detrás de la Biblioteca Central se encuentra un gran campo de césped verde, donde los estudiantes se relajan con distintas actividades: yoga, fútbol, baile, juegos de apuestas, cigarrillos, lectura, música, artes visuales, improvisaciones actorales e, incluso, momentos íntimos entre parejas. Para mis amigos y para mí, fue el sitio perfecto para hacer nuestras tardes de picnic. Este campo es, también, el punto de reunión para los meetings sociales. La UNAM es el centro de movimientos sociales más importantes en el país, como el de 1968 y el reciente movimiento #YoSoy132, del cual yo formé parte y les invito a leer sobre él, pues no quiero politizar el asunto en este blog de viajeros Alrededor del campo se encuentran la mayoría de las facultades: medicina, ingeniería, arquitectura, derecho, filosofía, psicología, odontología, economía y el centro de idiomas. Como era de esperarse, la facultad de Ciencias Políticas y Sociales está alejada de todas. Tenemos un poco de fama de ser revoltosos y fiesteros. En fin, es el síndrome universitario. Al Oeste de la ciudad se encuentra el complejo olímpico, que alojó las olimpiadas de 1968. El estadio es bastante atractivo. Es el más grande de México y también luce murales de piedra. El sur es la zona más nueva de la ciudad. Allí, de entre el bosque, emerge la facultad donde yo estudié un semestre . Debo decir que también es común encontrarse con neohippies (de sociología) hipsters (de comunicación) "comunistas" (de ciencias políticas) e intelectualoides (que incluye a todas las áreas). La verdad es que la diversidad cultural de la UNAM es mágica, pues te encuentras a todo tipo de personas, cada una con una identidad marcada de pies a cabeza. Todos suelen ser muy expresivos. Una de las cosas que me llamó mucho la atención, es la facilidad con la que se puede compra marihuana dentro del campus, pues al poseer una filosofía de "amor a la humanidad", a todo ser humano (e incluso animal) se le permite la entrada al campus. No por ello es peligroso, hay un respeto mutuo. En la punta extrema sur de CU se halla el novedoso Centro Cultural Universitario, un complejo rodeado por una maravillosa reserva ecológica. Cuenta con dos teatros, dos salas de cine, una sala de danza y una famosa sala de conciertos. También hay un camino de esculturas contemporáneas, en medio del frondoso bosque. Esta es una de mis zonas favoritas, pues desde ciertos puntos de altura se pueden apreciar las montañas que rodean al Distrito Federal. Además, el sur de la ciudad está vigilado por la majestuosidad del volcán Ajusco, que luce desde varios sitios del valle central de México. Y si hablamos de gastronomía, en cada facultad existen cafeterías que ofrecen comidas enteras por precios baratos. En la Facultad de Ciencias Políticas yo pagaba 27 pesos (aproximadamente 2 dólares) por un menú completo que dejaba mi panza a reventar. Además, alrededor y fuera del campus existen innumerables puestos de calle (¡cuidado! muchos no son nada higiénicos, y si no les gusta el picante, recuerden pedir sin chile). La Ciudad Universitaria es atravesada por la Avenida Insurgentes (el Brodway de México). Llegar a ella es muy fácil. Tiene varias formas de acceso: el metro, metrobus, trolebus, varias líneas de microbuses y combis. Si lo que disfrutan en la ciudad es un rato al aire libre, estar rodeados de naturaleza, tardes de deportes, obras de teatro, senderismo, espectáculos al aire libre, el olor a rocío regado en el pasto, un buen libro y un café, o simplemente el ambiente estudiantil, les recomiendo mucho visitar la Ciudad Universitaria. Es algo que no deben perderse
  2. 1 punto
    Luego de dejar atrás Puerto Madryn esa mañana a fines de febrero, el viaje por la ruta en moto se tornó realmente eterno. Kilómetros y kilómetros de Patagonia, costeando el Atlántico por la Ruta 3, atravesando la provincia de Chubut. Había que estar atento al camino porque los guanacos, que ahora se veían bastante de a grupos, se atrevían a cruzar la ruta sin medir peligro alguno. Más de una vez Martin se había visto obligado a pisar los frenos, cuando estos curiosos animalitos saltaban la cerca de los campos y cruzaban a trote en frente nuestro. También podíamos ver choiques, pero estos eran más cuidadosos y con sólo escuchar el ruido de un vehículo acercándose, corrían alejándose y agitando las alas de una forma realmente muy graciosa. La Ruta 3 Pasamos frente a las entradas para ir a las reservas de Punta Tombo y Cabo Dos Bahías, loberías y pingüineras que recomiendo completamente visitar aunque yo no tuve el honor, y luego de casi 350 km. recorridos, llegamos a la ciudad de Comodoro Rivadavia. Si me había llamado la atención ver emerger la ciudad de Puerto Madryn en medio de la nada, esto fue aún más sorprendente. Entre las bajas colinas de la Patagonia eterna y al pie del cerro Chenque, un cerro muy alto que se destaca completamente de cualquier otro por su altura, nace esta gran ciudad. Yo nací y me crié en Buenos Aires, una provincia cuyas localidades se encuentran una al lado de otra, son kilómetros y kilómetros de urbanización, es algo que pareciera que nunca se termina. Supongo que por eso, estas grandes ciudades que se encuentran en el medio de algo tan inmenso y desolado como lo es la llanura patagónica me llaman tanto la atención. El hecho de pensar que uno sale de esa ciudad y se encuentra de repente con esa gran llanura de…. nada! me generaba una sensación extraña… como de “desprotección”. En Buenos Aires puedo caminar cientos de cuadras y no me voy a encontrar de repente con un desierto así! Pero comenzaba en entender que esas sensaciones que me provocaba cada lugar nuevo visitado, también era parte de salir de esa burbujita en la que sin darme cuenta, me había acostumbrado a vivir. Martin había vivido sus primeros años de niñez en esta ruidosa y poblada ciudad, así que hicimos un pequeño recorrido, trayendo algunos recuerdos de sus primeros años. Por entre las calles y los altos edificios, se podía ver, a lo lejos, el cerro Chenque, y yo no podía despegar mi vista de esa gran pared de roca que se elevaba en el horizonte. La ciudad de Comodoro Rivadavia Después de un par de horas recorriendo la ciudad, decidimos avanzar solo unos kilómetros más por la ruta para acampar en el pueblo de Rada Tilly, un lugar que nos recomendaron y realmente fue lo mejor que pudimos hacer. Rada Tilly es un pueblo de bellas y elegantes casas, de una población quizás de clase media alta, que se extiende sobre la costa del Atlántico. Un lugar muy tranquilo y encantador. Llegamos a un camping y, como ya se había convertido en tradición, luego de armar la carpa, fuimos a recorrer las playas. El atardecer comenzaba a extenderse sobre la costa, tiñendo el cielo de unos colores pasteles que nunca antes había visto. Un naranjado, rosado y después un celeste que se iba oscureciendo se extendían sobre nuestras cabezas mientras caminábamos por la húmeda arena, en la orilla. Rada Tilly A la mañana siguiente, luego de probar unas mediaslunas en una panadería de la zona (las mejores mediasluna de mi vida! ) seguimos viaje por la ruta. Pasábamos a la provincia de Santa Cruz. Cada vez faltaba menos para llegar a nuestro primer objetivo: Tierra del Fuego. Santa Cruz es la última provincia de la parte continental de Argentina. Para llegar a la isla de Tierra del Fuego, el camino obligado atraviesa territorio chileno, por lo que (aunque suene complicado y absurdo), para llegar hasta allí, uno debe salir de Argentina, entrar a Chile y luego volver a ingresar a mi país. A pesar de esto, las ansias iban en aumento. Como también el frio. Ya sobre la moto, debíamos empezar a abrigarnos bastante porque comenzaban a sentirse las bajas temperaturas australes. El paisaje comenzaba a tornarse más verde. Podíamos ver las extensas llanuras tapizadas con pastos verdes, desplazando un poco ese horizonte algo desértico al que veníamos acostumbrados. Aunque aún se mantenían los bajos arbustos y los colores amarillos, verdes y marrones, típicos de la Patagonia. Provincia de Santa Cruz Este tramo del viaje también fue bastante aburrido. Pasadas dos horas, quizás tres sobre una moto en marcha, debo confesar que la cosa comienza a ponerse incómoda. Las rodillas empiezan a molestar, y ni hablar de la parte de nuestro cuerpo que apoya sobre el asiento. Por eso, cada tanto debíamos parar al costado de la ruta a estirar las piernas. Fue en una de estas paradas que descubrimos un gran estanque al costado del camino, con varias poblaciones de aves acuáticas de la zona. Nos quedamos un tiempo, contemplando los rosas flamencos australes que compartían el lugar con patos barcinos y patos overos. Allí veríamos por primera vez a los cauquenes, que luego nos cansaríamos de ver a lo largo de todo el trayecto que nos quedaba por delante. Estanque al costado de la ruta Esa noche acampamos en un camping en la localidad de Comandante Luis Piedra Buena. El camping, ubicado en una isla rodeada por el rio Santa Cruz, era un lugar realmente bello, con un paisaje hermoso, pero lamentablemente repleto de gente. Para quien ama la naturaleza y disfruta de la tranquilidad y la calma, una muchedumbre así, con música fuerte y ruidos, puede tornarse un poco fastidioso. Aun así, acampamos y a la mañana siguiente, como ya se había tornado rutina, desarmamos la carpa y seguimos viaje. Solo estábamos a pocos kilómetros de Rio Gallegos, nuestra siguiente parada. Camping Isla Pavón Rio Gallegos es la capital de la provincia de santa Cruz, por lo que no nos sorprendió encontrarnos con una ciudad gigantesca y extensa en todas direcciones, con autopistas y constante movimiento. Aunque llegamos temprano, casi al mediodía, la verdad que tanto bullicio típico de una ciudad grande, nos quitó las ganas de pasar el día allí, quizás encerrados en un hostel, por lo que nos dirigimos a un centro de información turística para que nos indicaran algún camping o algún lugar agreste para acampar. Fue así como conocimos la Laguna Azul, una laguna ubicada en el cráter de un volcán inactivo. Apenas unos escasos kilómetros antes del puesto de frontera para pasar a Chile, se encuentre la reserva geológica Laguna Azul. Hay un sencillo y casi invisible cartel al costado de la ruta que indica la entrada por un camino de tierra. Tan poco visible el cartel que de hecho lo pasamos de largo y tuvimos que retomar la ruta para encontrar la entrada. El camino de ripio, entonces, nos llevaba unos kilómetros, adentrándonos en la estepa hasta llegar a un llano, que funcionaba como estacionamiento. Había algunos autos y personas alrededor. Intrigados, porque no veíamos nada a nuestro alrededor más que la misma llanura de siempre, dejamos la moto y tomamos un pequeño camino, que rodeaba unas bajas lomas. Y ahí lo vimos… frente nuestro se abría un gigantesco cráter con laderas de pendiente bastante pronunciada, y diez metros abajo se podía apreciar la hermosa laguna azul. El paisaje nos dejó anonadados Reserva Laguna Azul Había varias personas abajo, disfrutando del sol al costado de la laguna. Bajar fue bastante complicado. Había varios senderos muy estrechos marcados a lo largo de las laderas, pero se tornaban muy inclinados en algunos tramos, o resbaladizos cuando se debía pisar sobre piedras. Una vez abajo, el volcán, inactivo hace ya miles de años, nos mostraba un paisaje increíble y paradisíaco. Una alfombra verde se extendía por el cráter y en el medio, la laguna con su característico color azul marino intenso. Varios grupos de patos y cauquenes disfrutaban de la tarde, mientras que otras pequeñas aves revoloteaban sobre el agua. A nuestro alrededor se levantaban esas imponentes paredes de piedra, altísimas que cortaban el cielo celeste. El atardecer El lugar es realmente increíble, sin embargo, notamos que claramente, era un lugar que la gente elegía para pasar la tarde, pero no había ningún indicio alrededor que nos indicara que allí se pudiera acampar. Sin embargo, tampoco había nada que indicara lo contrario, así que decidimos esperar que la tarde cayera, para armar la carpa cuando la gente se hubiera marchado del lugar. Fue así como nos quedamos toda la tarde tirados en el pasto, viendo como de a poco, el sol se escondía tras los acantilados del volcán, y las personas poco a poco iban regresando a sus autos y abandonaban la reserva. Cuando ya no había más que un pequeño grupo de jóvenes en todo el gigantesco lugar, Martin decidió acercar la moto, por sobre la ladera, a un lugar donde al menos pudiéramos verla desde allí abajo (obviamente era imposible bajarla por esos caminos angostos e inclinados). Y yo me quedé sola, allí abajo, con la bolsa de la carpa y las mochilas. La completa calma y la profunda tranquilidad que reina en cada rincón de ese lugar son increíbles. Lo único que se escuchaba era el continuo graznido de los patos que aún permanecían al costado de la laguna y me miraban curiosos al pasar. Cuando las últimas personas abandonaron el cráter, me vi completamente sola en ese lugar y fue algo realmente intenso. Aproveché los últimos minutos de luz para comenzar a armar la carpa, sabía que Martin iba a tardar en volver porque subir y bajar esa ladera era difícil y llevaba su tiempo. Además, al contrario de lo que ocurría las primeras veces de acampe, ya tenía mucha más práctica en el armado y desarme de la carpa. Terminé de armar el campamento con los últimos vestigios de sol que se deslizaban por las altas pendientes y me senté en el suelo, maravillada con el lugar donde había llegado. Una pareja de liebres salió de su escondite en ese momento y corrió hacia la laguna y confieso que me sentí por un instante como Alicia en el país de las maravillas. La oscuridad empezó a inundar la laguna, y yo ya empezaba a fastidiarme porque Martin aun no volvía. Podía ver desde allí abajo la luz de la moto que iba y venía. ¿Qué está haciendo con esa moto? Pensaba, indignada de que se tardara tanto y se hubiera perdido ese atardecer. De repente la oscuridad lo invadió todo y me vi realmente en el medio de una profunda negrura. Aunque la oscuridad suele hacer más tenebroso todo, en este lugar eso no ocurría. Aun se podían escuchar los patitos en la laguna, y yo ya me había hecho con la linterna cuando al final vi aparecer a Martin bajando por la pendiente. Cuando llegó estaba pálido, sudado de pies a cabezas y casi temblando. Nervioso, me explicó que tratando de acercar la moto lo más cerca posible del precipicio para que pudiéramos verla, se le fue de control por la piedra suelta y la pendiente y casi se le va por el acantilado!!!! Hubiera sido una fantástica historia y el fin de este blog contar cómo mi viaje había terminado porque mi novio había tirado la moto a un volcán… pero por suerte, con ayuda de esas últimas personas que se retiraban del lugar que justo pasaron por donde él estaba, y que lo ayudaron a empujar la moto, pudo dejarla en un sitio seguro. Se notaba que la había pasado mal y le tomó unos minutos recuperar el aliento… se había asustado realmente mucho La noche se extendía maravillosamente sobre nuestras cabezas y de repente pudimos ver un cielo completamente estrellado. Uno que está acostumbrado a vivir en luminosas ciudades que ocultan vilmente este fenómeno, realmente queda impactado al ver este espectáculo. Se podía ver perfectamente la vía láctea extendiéndose de manera infinita, como un manojo de miles y miles de pequeñas y grandes lucecitas, tintineando armoniosamente sobre el azul oscuro y profundo del cielo de la noche. Permanecimos los dos boquiabiertos, con la mirada hacia el cielo, queriendo guardar ese recuerdo para que quedara eternamente en nuestra memoria. El frio comenzaba a hacerse sentir, y nos obligó a resguardarnos en la carpa. Y ahí pasamos la noche, en medio de ese lugar casi mágico, regalo de la naturaleza, completamente solos, rodeados solo de patos y liebres. A la mañana siguiente procuramos levantarnos temprano, para desarmar la carpa y guardar todo, antes de que las primeras personas llegaran a visitar el lugar. El amanecer en ese lugar es igual de hermoso que el atardecer. Desarmamos lentamente las cosas, y emprendimos la subida hacia la moto. Justo antes de marcharnos, vimos aparecer un guanaco en lo alto del acantilado, a unos metros nuestro y escuchamos su peculiar llamado por primera vez. Nunca antes había escuchado un guanaco y hacen un sonido completamente raro, como cósmico, con un eco agudo extraño. Como si de un saludo de despedida de ese lugar tan especial se tratase, el guanaco vociferó varias veces. Lo saludé agitando mi mano, antes de subirme a la moto y seguimos viaje. Debimos atravesar el territorio chileno y luego embarcarnos en una balsa que cruzaría el estrecho de Magallanes para al fin llevarnos a Tierra del Fuego. Nuestra primera meta estaba cerca de ser cumplida.
  3. 1 punto
    Fue en definitiva un día agotador, pero perfecto. El encargado del hotel nos indicó que uno de los taxistas del mismo establecimiento podría llevarnos a recorrer algunos de los lugares más conocidos del Distrito Federal (lugar también conocido como Ciudad de México) y considerando que se comenta que es uno de los lugares más peligrosos del mundo para aventurarte sólo (una exageración a mi parecer ), aceptamos la oferta por un precio muy inferior al del ofrecido por agencias de turismo de la zona. 7 de la mañana y me encontré con dos de mis compañeros de viaje rumbo a dos de los destinos más populares de la zona de Distrito Federal. El primer sitio a visitar, las ruinas de Teotihuacan: “lugar en donde los hombres se convierten en dioses o ciudad de dioses”. Luego de alrededor de 40 minutos de recorrido, paramos en primer lugar en un encantador centro artesanal en donde nos explicaron respecto a la creación de diferentes productos de la zona, pero a decir verdad, lo que más me interesó, por supuesto, fue como creaban una bebida denominada “pulque” la cual se fabrica a partir de un tipo de cactus gigante llamado “maguey” y que de acuerdo a la vendedora, quien nos hizo una detallada demostración de su preparación, garantiza la cura de muchas enfermedades tales como infertilidad y problemas inmunes, pero siendo su principal atributo el ser un poderoso afrodisiaco. ¡¡Deme 10 botellas señorita!! Posteriormente de una variada degustación de tequilas y recorrer el centro artesanal, nos dirigimos finalmente a las ruinas. Nos habían pronosticado frío intenso para éste día, pero por supuesto, el pronóstico del clima fue incorrecto, por lo que fue necesario comprar unos sombreros típicos para la ocasión antes de dirigirnos y ascender en primer lugar, la pirámide del sol, conocida como la tercera pirámide más grande del mundo. Debo decir que al contemplar la pirámide del sol desde abajo, si bien la vista de ésta es impresionante, la tarea del ascenso parece bastante sencilla. Sin embargo, luego de iniciar la subida nos dimos cuenta de nuestro error. Es un esfuerzo considerable para poder llegar a la cima, especialmente para personas con un regular estado físico, pero luego de 234 escalones logramos nuestro cometido y en definitiva valió la pena. De acuerdo a las tradiciones de la zona, se sugiere que al llegar a la cima se pida un deseo y este se cumplirá, pero yo a pesar de ser una supersticiosa de tomo y lomo, reconozco haber olvidado esto y haberme quedado contemplando lo maravilloso del paisaje. En definitiva esto siempre me pasa al visitar lugares de los que he leído en libros y he escuchado relatos de mis queridos viajeros. Simplemente, me sumerjo en el momento y agradezco la posibilidad de poder contemplar con mis propios ojos lo pequeños que somos y sueño como habría sido para mi, vivir en una civilización diferente a la actual. Luego de mi momento contemplativo , emprendemos la bajada y posteriormente un recorrido por la “calzada de los muertos” para contemplar tanto la pirámide de la luna, como la ciudadela. La visita a nosotros nos tomó alrededor de 2 horas, pero es posible pasar mucho más tiempo en la zona, especialmente si te animas a realizar un paseo en globo por la zona, tur que es considerado como un imperdible al visitar Teotihuacan. También es posible ocupar más tiempo si tu intención es subir la pirámide de la luna o tomar un tur completo con la historia del lugar, pero como nosotros andábamos con tiempos acotados, retornamos a nuestro taxy para ir rumbo a nuestro segundo destino.... Venecia. Bueno, no Venecia de Italia, sino la Venecia de México: Xochimilco. Nunca pensé que conocería Xochimilco. Posiblemente porque antes de viajar a Ciudad de México en Enero de éste año, no sabía ni siquiera que existía este lugar y debo decir que si pudiese realizar una lista de los paseos más encantadores que me ha tocado realizar, definitivamente éste se encontraría entre mis predilectos. ¿Por qué? Mi respuesta es quizás algo más sencilla. Xochimilco te permite contemplar la felicidad y vivirla al ritmo de música, mezcladas con tequila y micheladas . Mejor me explico, Xochimilco es una de las 16 zonas del distrito federal la cual es más conocida por ofrecer a los turistas unos encantadores paseos en “trajineras”, que son embarcaciones para aproximadamente 10 a 15 personas las cuales se utilizan en aguas poco profundas de aproximadamente 30 centímetros de profundidad. Llegamos alrededor de las 4 de la tarde en donde el mismo taxista nos realizó los contactos para rentar una de estas embarcaciones y así poder recorrer los canales del lago Xochimilco, acordando de forma previa que nuestro recorrido duraría alrededor de dos horas. Nos subimos a la embarcación y una de las primeras cosas que nos ofrecieron fue, por supuesto, una cubeta enorme llenísima de cervezas Corona, las cuales podíamos consumir durante el viaje pagando las consumidas al final del recorrido. Perfecto! El paseo es sencillamente encantador. Los canales son muy angostos, muchísimo más de lo que yo hubiese esperado, por lo que finalmente te encuentras con canales llenísimos de estas llamativas embarcaciones, y resulta bastante frecuente que éstas colisionen suavemente entre sí. Contemplar el atardecer desde una trajinera es una experiencia muy relajante y sublime. Nosotros optamos por cenar a bordo de la embarcación en donde bastó indicarle a nuestro conductor, para que un pequeño botecito se aparcara junto a nosotros y una pareja cocinara nuestra cena y la trasladara dentro de nuestra trajinera, todo esto mientras nuestro paseo proseguía. La comida realmente deliciosa. Tacos dorados, quesadillas y mole, acompañado todo de las infaltables tortillas con guacamole y frijoles negros, todo por un valor muy inferior a lo que normalmente estoy acostumbrada a pagar. Es frecuente que diferentes embarcaciones más pequeñas se acerquen y ofrezcan variados servicios, desde artesanías de la zona, hasta mariachis que por una módica suma de dinero, suben a tu embarcación y te acompañan en el paseo. Son estos pequeños lugares del mundo los que te permiten darte cuenta que aún existe magia para el viajero, en donde es posible perderte en un mundo completamente diferente del que vienes y en un instante, al cerrar los ojos, te das cuenta que hay momentos como éste, que siempre los recordaras como un instante perfecto. 6 de la tarde, y nos dispusimos a retornar a nuestro hotel, cansados , pero felices.
  4. 1 punto
    Cuando era pequeña, soñaba que era una princesa que vivía en un castillo encantado. Más grande me di cuenta que a pesar de que mi madre me llamaba siempre princesa, mi casa no se parecía a los castillos de mis sueños. Entonces, en el colegio, escuché la historia de un castillo, el cual habría inspirado la creación de éstos maravillosos palacios que solo había visto en las películas. El castillo de Cenicienta, del cual al parecer es posible encontrar una réplica en Orlando, Estados Unidos. Pero yo no quería una réplica, quería vivir en el castillo o al menos, poder visitarlo. Muchos años más tarde, logré hacer mi sueño realidad. Año 2012 y me decidí finalmente visitar mi sueño de pequeña, el castillo de Neuschwanstein (significado: nuevo cisne de piedra), ubicado en la zona de Baviera al sur de Alemania, muy cerca de una pintoresca localidad llamada Füssen. Para poder cumplir mi sueño, tuve que en primer lugar, llegar a la ciudad de München, ciudad maravillosa en la que tuve la posibilidad de pasar unos días y de las que les contaré en alguna otra oportunidad. Me levanté muy temprano y me dirigí a la estación central de la ciudad y me embarqué en un tren con destino a Füssen. Luego de alrededor de dos horas, arribamos en este encanto de lugar y resulta claro comprender por qué esta localidad forma parte del circuito romántico de Alemania. Al llegar a la ciudad, es como ingresar a una película antigua. Todas las construcciones siguen una misma línea y te imaginas rápidamente inmerso en un mundo medieval. El casco antiguo es encantador y basta un par de horas para poder recorrer a pié todo, quedando tiempo incluso para probar una de las exquisitas “bratwurst” que casi cada negocio ofrece en sus diferentes variedades. Un poquito más satisfecha con la comida y muchísimo más congelada de lo que esperaba (les recomiendo si visitan la zona en temporada otoñal o invernal ir con ropa muchísimo más abrigada que unos jeans y chaqueta), me dirigí en dirección a mi destino. Sin embargo, durante mi trayecto, me percaté que el castillo al cual me dirigía no era el único de la zona, sino existen varios que son posibles de visitar, incluido el que más me llamó la atención y que se encuentra muy próximo a la ruta, de nombre Hohenschwangau. Este castillo fue la residencia de infancia Luis II de Baviera, y el estilo de la construcción es de tipo Neogótica. Realmente impresionante las vistas de éste y resulta posible visitar su interior. Pero yo iba con un objetivo claro y sabía que si me detenía en este castillo, tendría menos tiempo para ver lo que me esperaba, por lo que proseguí mi camino. Finalmente, solo unos minutos más de caminata, me di cuenta que para subir al castillo, existían dos opciones. La primera, era rentar un tipo de carruaje que realizaba el ascenso y la otra es subir a pie. Aún me pregunto….¿¿porque no subí en carruaje?? Si han leído mis otros relatos se darán cuenta que mi capacidad aeróbica es pésima y la temperatura del lugar a esas horas del día debe haber sido inferior a 2 grados con un viento polar imposible. Pero en fin, por alguna inexplicable razón, elegí subir por mis propios medios. Veinte minutos más tarde, y muchísimo más congelada y exhausta llegué a la cima, en donde finalmente pude apreciar el castillo de Neuschwanstein. Se comprende inmediatamente al mirarlo porque éste castillo fue el elegido para crear el palacio de cenicienta de Disney. Es increíble, precioso, encantador. Me faltan palabras para poder describirlo. A cada paso que das, te das cuenta que resulta imposible dejar de tomar foto tras foto, y no solo de la construcción en sí misma, sino de toda la panorámica del lugar, ya que cada rincón que observas y fotografía que tomas, parece una postal de las que son posibles de apreciar en cada tienda del lugar. Estaba tan emocionada de poder entrar, hasta que un guardia nos dice lo siguiente: “Está terminantemente prohibido sacar fotos del interior del castillo. Cualquier persona que sea sorprendida se le solicitará abandonar el lugar”. ¡No lo podía creer! ¡Claro que tenía presupuestado sacar millones de fotos de cada detalle de su interior! Lo miré con cara de pocos amigos, pero finalmente me resigné y guardé mi cámara y pase a tratar de realizar un registro fotográfico con mis ojos de cada detalle. Pero lo que más me pareció interesante, fue la historia detrás de esta maravilla. El castillo fue ordenado construir por Luis II el año 1869, también conocido como el “Rey Loco” en el afán de poder crear un castillo medieval que fuese más acogedor y maravilloso que cualquier otro lugar antes visto. No obstante, su sueño finalmente se fue transformando en una monumental hazaña, ya que producto de su interés de hacer algo innovador, la obra de arquitectura empezó a hacer merma considerable en sus finanzas. Fue tal la deuda que llegó a generar junto a otros proyectos que tenía en construcción que en 1886, declararon incapacitado al rey para gobernar y lo desalojaron del castillo . El rey muere ese mismo año y el castillo fue abierto al público para visitas y así poder recuperar parte del dinero gastado, a pesar de que su construcción aún seguía sin finalizar. Esto es lo que permitió que un día como hoy, yo pudiese maravillarme de la locura de éste rey, el cual fue capaz de ir en contra de toda razón y cordura, para perseguir su sueño y edificar lo que se conoce como el castillo más hermoso de todos los tiempos, mezclando arquitectura romántica, bizantina y gótica. El castillo finalizó octavo en la votación de las nueve 7 maravillas del mundo. A mi parecer, debió haber ganado al menos una mención honrosa, ¿no creen? Al finalizar la visita de su interior, me dirigí junto al resto de los visitantes a sacar la foto más preciada del lugar, lo cual involucraba una caminata de otros 20 minutos para llegar a un puente colgante en donde es posible retratar el castillo en todo su esplendor. No exagero si digo que el puente colgante estaba repleto de cientos de turistas con sus cámaras sacando miles de fotos. Resultaba casi imposible poder capturar una imagen sin que alguien se pusiera delante del lente. Pero a pesar de todo, luego de varios, intentos, logré mi cometido. La foto perfecta y otro destino soñado conquistado. En el camino de vuelta, pensaba. Sueño cumplido. Pero me sorprendí a mí misma ya planeando en mi cabeza y preguntándome, ¿hacia dónde irás en tu próximo viaje? Hoy en definitiva sé que no soy una princesa, pero sé que sin duda, soy una trotamundos.
  5. 1 punto
  6. 1 punto
    Hola, qué tal? Este es mi primer mensaje y quiero presentarme. Soy de Malgrat, aún no me considero un "viajero" más bien un "aspirante a viajero" y creo que soy más dado a organizar las cosas por libre, no me atrae el "todo establecido" con pensión completa Resulta difícil escribir el primer mensaje en un nuevo foro sin parecer ridículo así que voy directo al grano y nos iremos conociendo. Somos un grupo de 13 personas y, como viaje de final de carrera, hemos decidido ir dos semanas en agosto a Tarifa, a nueve de nosotros les gusta mucho el Kitesurf y Tarifa es un lugar mítico para windsurfistas y kitesurfistas. Los cuatro restantes también medio practicamos kite pero las condiciones de Tarifa son algo fuertes para nuestro nivel y, aunque intentaremos navegar algunos días, somos conscientes que gran parte de las dos semanas las pasaremos "tirados" en la playa . Seguro que ya os imagináis cual es mi pregunta típica: ¿qué hay que ver o hacer por la zona? No nos interesa mucho ir a las ciudades o ver museos, somos más de practicar deportes: excursionismo, escalada, btt, etc. Entiendo que no hayan muchos bosques por la zona pero, dada la época, sería bueno que las rutas contasen con algo de sombra de tanto en tanto Gracias
  7. 1 punto
  8. 1 punto
  9. 1 punto
    Una de las mejores épocas para viajar en Tandil, es en la primavera, cuando empiezan los días más lindos, más cálidos y a su vez no hace demasiado calor. Sin lugar a dudas, la época en la que este sitio recibe la mayor cantidad de turistas es durante Semana Santa, es un destino de turismo religioso por excelencia. A pesar de ello nunca me llamó la atención viajar a esta ciudad durante esta época del año, pero si suelo visitarla durante los meses cálidos. Cada tanto me gusta salir de mi ciudad e ir a algún punto cercano para pasar la tarde o un fin de semana. Afortunadamente, cerca de Mar del Plata (ciudad en la que vivo) hay varias ciudades y pueblos para recorrer. Se preguntarán por qué titule al relato con el nombre de “Un viaje diferente por Tandil”. La distinción se debe a que este viaje no fue solamente para pasear… En esta oportunidad, fui a Tandil, con la intención de participar de la primera Exposición de Tecnología de Tandil, TandilTec. Una exposición relacionada con productos e innovaciones tecnológicas. Siempre me ha llamado la atención el mundo de la tecnología, la idea de recorrer caminos nuevos y de crear nuevas cosas. Viajé entonces, para presentar uno de mis emprendimientos: El Localizador PET. Seguramente se estarán preguntando de qué se trata, es una identificación para mascotas con muchas más ventajas que las identificaciones comunes. Afortunadamente me habían asignado un stand de manera gratuita, fue una gran ayuda, además de una gran experiencia. Pero volvamos a la cuestión del viaje… A pesar de que el motivo no era recreativo, aprovechaba la nochecita, cuando terminaba mis actividades en la exposición, para despejarme y recorrer un poco el centro de la ciudad y por supuesto cenar algo rico. De todas maneras, siempre combino la diversión y el descanso con mis otras actividades, aprovecho a escribir, a sacar fotos, a buscar material para leer, a presentar mis productos, etc. Pero para conocer más y aprovechar el buen tiempo que me acompañaba, decidí quedarme también el fin de semana para poder pasear por las sierras. Para no perder ningún punto de vista y hacer los recorridos más conocidos, conseguí un folleto en donde se encontraban detallados todos los puntos turísticos de Tandil e inclusive con la diagramación de circuitos. Debo admitir que me encanta coleccionar folletos, a mi entender son el mejor souvenir que uno puede llevarse de un lugar al que visitó, junto con las fotos por supuesto. Qué decir de la ciudad en sí…Tandil es una ciudad, con aire de pueblo, es un punto ideal para pasear, se destaca por todos la cercanía que tienen los sitios de interés. Además es divertido manejar en esta zona de caprichoso relieve. Por momentos sentía que estaba en una pista de un videojuego. Sumado a ello, la ciudad es muy pintoresca. Entre cada punto turístico puede disfrutarse de vistas únicas. Visité los monumentos en honor a los famosos personajes de Miguel de Cervantes “Don Quijote” y “Sancho Panza” con los que me saqué algunas fotos. También hice un alto en el “Castillo Morisco”, una estructura muy bonita emplazada en un marco de gran verdor, el famoso Parque Independencia. Este sitio es muy concurrido durante los fines de semana por los lugareños y claro que también por los turistas y visitantes. Uno de los principales puntos turísticos y emblemas de Tandil son las sierras, el paseo por ellas incluye el Cerro La Movediza, famoso ahora por encontrarse una réplica exactamente igual a la antigua roca, en la misma posición… igual que antes, casi a punto de caerse. Por supuesto que no me privé de sacarle una fotografía. Otro cerro en el que hice un alto para respirar aire puro y hacer una caminata fue el Cerro El Centinela. Preferí hacer el ascenso a pie para disfrutar más del ambiente serrano en lugar de hacerlo en aerosilla. No era muy exigido el recorrido y además el tiempo invitaba a recorrer y caminar. Pese a que, como dije anteriormente, no soy muy aficionada al turismo religioso, si fui a la meca y punto de concentración de los días de Semana Santa: el Monte Calvario. Un dato de color, es que el Monte Calvario de Tandil, es el tercero en importancia a nivel mundial y que fue inaugurado en el año 1943. Las escalinatas invitan a ejercitarse un poco, según los datos del folleto, están conformadas por 195 peldaños. Pero no es cuestión de asustarse, entre el aroma de los eucaliptos, pinos, olivos, el buen tiempo y las distintas esculturas que ilustran el recorrido del Vía Crucis, uno no se entera que está subiendo tantos escalones. Es un punto realmente espectacular que justifica adecuadamente la fama de la ciudad como lugar para celebrar los días de Pascuas. En estas fechas más de 50000 turistas arriban a la ciudad para sumarse a los festejos y celebraciones. Luego de visitar el Monte Calvario, y ya sin ganas de elegir un restaurante fui a hacia la zona del dique para disfrutar de un pic-nic en compañía del agradable día soleado sin ninguna nube y de temperatura sumamente agradable. Tandil es una perfecta mezcla de ciudad con aire de pueblo. Es una suma de monumentos, locales comerciales, naturaleza, aire puro y tranquilidad es por ello que de vez en cuando vuelvo a elegir este lugar para pasar unos días, en especial algún fin de semana primaveral. Recomiendo que si tienen la oportunidad, planifiquen un fin de semana en esta ciudad…
  10. 1 punto
  11. 1 punto
  12. 1 punto
  13. 1 punto

    Del álbum Parque Nacional de Lovcen

    Mientras esperamos a los diferentes atascos o cruces que ocurren en la carretera De Lovcen a Kotor me entretengo a fotografiar alguanas de las flores silvestres del camino
  14. 1 punto

    Del álbum Parque Nacional de Lovcen

    Puedes leer el relato completo de la ruta desde Cetinje a Kotor a través del Parque Nacional de Lovcen
  15. 1 punto

    Del álbum Parque Nacional de Lovcen

    Para llegar a este estupendo mirador hay que entrar en el Mausoleo de Njegos y abonar la tarifa correspondiente pero de todos modos puedo asegurar que vale la pena. Leer Relato
  16. 1 punto
    Nací en la localidad de Daireaux (al oeste de la provincia de Buenos Aires) pero siempre viví en Mar del Plata. Podría decir que me siento parte de ambos lugares, a pesar de que son dos mundos totalmente distintos y opuestos. Cada sitio tiene su encanto, pero hoy les voy a “hablar” de mi querida Mar del Plata, ciudad en la que vivo y en la que pienso que seguiré viviendo ya que me gusta mucho y le tengo mucho afecto. Mar del Plata es un sitio con varios puntos interesantes para pasear y recorrer en cualquier momento del año. Es uno de los destinos más turísticos de la Argentina, con una gran cantidad de turistas durante el verano, pero también es visitada en invierno, durante los fines de semana largos y durante fines de semana comunes. Entre los rincones preferidos de mi ciudad está la costa. Creo que no podría vivir en una ciudad sin costa, ver el mar es una de las cosas que más me apasiona. A pesar de que siempre he vivido aquí, me sigue llamando la atención lo cambiante que puede ser el paisaje… hay días en los que se pueden ver las aguas calmas, otros en los que el mar está embravecido, los tonos siempre cambian y a mí nunca deja de llamarme la atención. Adoro la posibilidad de poder mirar el inalcanzable horizonte tan imponente como tranquilizante. Suelo ir todos los fines de semana a pasear por la costa en compañía del frío o del calor. Y si en la semana tengo tiempo, por supuesto que también me hago una escapada… Hay veces que mi recorrido costero va por el sector norte, donde está El Puente (una construcción relativamente nueva) las playas de la Perla, el restaurado Asilo Unzué donde funciona un centro cultural y varias heladerías. Pero esto no suele ser lo más frecuente. El lado de la costa que más me gusta es el otro, dónde está el emblemático Torreón del Monje y la Playa Varese, a mi criterio la más linda de todas ya que está enmarcada por dos escolleras conformando una postal única. Algo que recomiendo para quienes visiten Mar del Plata, es llegar a esta playa por la Avenida Colón, donde además de hacer un poco de ejercicio al subir la loma, se pueden ver construcciones típicas de Mar del Plata como la antigua casona de la Belle Epoque donde ahora funciona el Museo Castagnino (siempre hay varias muestras de distintos artistas). A este museo lo visité por primera vez hace poco tiempo, para ir a una muestra de un artista marplatense, Sendra, el dibujante de “Yo Matías”. También aproveché para conocer este lugar donde se hospedaban una de las primeras familias que venían a veranear por aquí. Siguiendo con el recorrido costero hacia el sur, se encuentran Playa Chica y Playa Grande, otras de las playas más lindas, y una de las más concurridas en verano. Si hay un lugar a donde voy muy seguido es el centro, acá hay varios locales comerciales, cafés y restaurantes. El motivo por el cual voy con tanta frecuencia, además de que me queda cerca, es por los cines. Si hay algo que realmente me encanta y me entretiene (además de viajar o de leer algún buen libro) es ver películas. El día que elijo para darme este gusto, son los sábados y/o domingos lluviosos. En los shoppings se encuentran las mejores salas de la ciudad. El mes de noviembre, es uno de mis preferidos porque se desarrolla El Festival de Cine. Varias películas son proyectadas durante todo el día desde la mañana hasta la madrugada y yo trato de organizarme para ir a ver la mayor cantidad posible. Si pasean por mi ciudad, les recomiendo hacer un alto en La Catedral que también se encuentra en el centro. Es un edificio de estilo neogótico con más de 100 años. Un detalle no menor, es que fue declarada como “Patrimonio Histórico Nacional” A la hora de dar una vueltita y tomar un café el lugar que más me gusta es la calle Güemes. Es mucho más pintoresco que el centro de la ciudad, además de que es una zona con construcciones y edificios más nuevos. Actualmente esta área comercial está bastante expandida y se han desarrollado varios locales comerciales inclusive en su calle paralela, Olavarría. También hay varios comercios y bares sobre las calles transversales. En esta zona se encuentra una de las plazas más lindas, la Plaza del Agua, tiene un salón donde se hacen varios eventos como la Expo Chocolate, la Feria del Libro Infantil y el Festival Gastronómico. Siguiendo con las plazas, la Plaza Mitre también es una de las más lindas, con varios juegos para niños. Les dejo unas fotos para que puedan conocerla… A unos pocos kilómetros de la Ciudad de Mar del Plata se encuentra Sierras de Los Padres. No es un punto al que vaya muy seguido, pero es ideal sobre todo para estar en contacto con la naturaleza. Un consejo: una de las mejores épocas para visitar las sierras es en primavera. La ciudad de Mar del Plata tiene otros puntos más a parte de los que nombre, como el paseo de la base naval donde también se hacen eventos. Allí tuvo lugar el el Rally Dakar Argentina-Chile. Aún recuerdo ese día…¡ Fue toda una fiesta ! El puerto es otro punto muy turístico pero no es santo de mi devoción, ya que no me gusta comer pescado. Pasando el puerto, se encuentran las famosas playas del sur donde tienen lugar recitales en verano. Son muy distintas a las del centro o a las de la zona de la perla, ya que combinan arena con vegetación y son mucho más tranquilas. Hay mucho para ver y para hacer en Mar del Plata. Durante todo el año hay actividades y eventos. Yo les recomiendo especialmente disfrutar de la costa.
  17. 1 punto

    Del álbum Desembarcar en Montenegro

    Estamos llegando a Montenegro y hemos tenido la suerte de despertarnos justo antes del amanecer, si estáis preparando vuestro viaje os aconsejo poneros el despertador. Solo por este espectáculo merece la pena coger el ferry Montenegro Lines de Bari a Bar.
×
×
  • Crear nuevo...

Important Information

By using this site, you agree to our Normas de uso .