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Showing content with the highest reputation on 08/23/17 en toda la comunidad

  1. 1 punto
    Muchas de las campañas a favor de los derechos de los animales promueven el desapego a los alimentos de dicho origen. Aunque más precisamente atacan a la industria moderna de producción masiva. Pero ninguna de estas corrientes podrá terminar con el consumo de los alimentos que, por milenios, han sido parte de la dieta y la cultura mundial. Existe evidencia de que, desde los tiempos del Antiguo Egipto, el queso ha jugado un papel importante en la alimentación del ser humano occidental. O al menos hasta la era del colonialismo europeo. Con la domesticación de la oveja y la vaca era imposible no experimentar con los estados naturales de la leche, cuya fermentación y acidez no resultó ser tan desagradable para muchos paladares humanos. Los procesos de elaboración del queso llegaron a Europa sin ningún obstáculo desde el Medio Oriente, convirtiéndose en una comida diaria para los romanos. Los griegos creían que era un regalo de los dioses olímpicos. Mientras en el Mediterráneo proliferó la elaboración de quesos ovinos, el criado de vacas en las zonas montañosas y verdes llanos de Europa dieron nacimiento a quesos con menos necesidad de procesos de conservación, gracias a su templado clima. La Galia, antigua provincia romana que hoy todos conocemos como el moderno Estado de Francia, no se quedó atrás en la carrera por elaborar los mejores quesos. Y hoy ostenta el número uno como el país que más exporta queso en todo el planeta. Aunque solo 56 de ellos poseen la denominación de origen (AOC en francés), muchos afirman que Francia cuenta con una gama de más de 400 tipos de quesos distintos, más de uno diferente para cada día del año. Se ha esparcido el rumor de que los quesos franceses son apestosos y amargos. Y que incluso en algunos (como en el queso azul) se pueden encontrar larvas o gusanos. Todo es un mito combinado con realidad. Pero es verdad que cualquiera que viva en Francia un par de meses (como yo) puede muy fácilmente perder el miedo a aquellas bolas de queso envueltas en moho, y devenir en un adicto a probar queso tras queso, en una interminable odisea por descubrir nuestro sabor preferido. Por ello otorgo aquí una lista de los quesos que todo ser humano debe probar (sí, incluso los veganos) si visita alguna vez Francia, así como una menuda guía de la cultura del fromage francés. Queso comté. Es un queso excelente para los principiantes. Lo probé apenas dos días después de haber llegado a Francia (el primero en mi checklist). Un queso del que nunca antes había oído hablar, pero que se convirtió rápidamente en el favorito de mi lista. Se trata de un queso ligero, muy similar al gruyère suizo. De color amarillo crema, que puede tornarse oscuro. Un queso de vaca bastante macizo. Nada de suero, nada que escurra. Es seco, conciso y perfecto para transportar en viajes o largas jornadas, ya que puede conservarse varios días sin refrigeración. El queso comté posee AOC desde 1952 de la región del Franco-Condado, al este del país. Y por su denominación se elaborará siempre en bolas gigantes de hasta 40 kilos. Por supuesto, podemos comprar mucho menos que eso, siendo su presentación a la venta en rebanadas normalmente delgadas. Al ser un queso duro, la corteza resulta imposible de comer. Al menos para mí, así que opto por cortarlas. El extremo cuidado de las hierbas y henos con que se alimenta al ganado dota al comté de un sabor suave y a veces frutal, que lo vuelve uno de los más fáciles de procesar por los extranjeros (muchas veces poco acostumbrados a los olores y sabores fuertes, como yo). Los de menor calidad suelen ser usados para fundirse o acompañar con ensalada. Yo en lo particular siempre lo comí solo y acompañado de un buen vino tinto. Queso emmental. Si bien es un queso suizo, existen dos variantes con AOC francesa: el queso emmental de Savoie y el emmental del est-central. Si se han preguntado de dónde se inspira la típica imagen de un queso triangular y amarillo con hoyuelos en su interior, bien, nada menos que en el emmental. Los ojos redondos en su cuerpo se deben a su proceso de fermentación, que al utilizar otro tipo de bacterias puras forman burbujas de dióxido de carbono que quedan atrapadas y se convierten en hoyuelos al cuajar el queso. Al emmental yo lo llamé “elemental”, ya que es un queso básico para los franceses. Se puede encontrar en varias presentaciones: rayado, en lonchas, en rebanadas… Es el queso que se utiliza para gratinar y para hacer sandwiches. Es el tipo de queso que usamos cuando no sabemos cuál usar. No quiere decir que sea el más malo, o el de menor calidad. Una rebanada de emmental también es buena con una copa de vino. Y su sabor suave de leche de vaca lo hace sin duda un queso fácil de probar. Queso brie. Es hora de hablar de los quesos cremosos. Y sí, un poco más apestosos. El brie es un tipo de queso elaborado con leche de vaca no pasteurizada, proveniente de la región homónima de Francia. Los quesos no pasteurizados pueden ser agresivos con algunos estómagos no acostumbrados a la lactosa. Por eso es bueno probar poco a poco. Los quesos brie se caracterizan por su corteza blanquecina, formada por un moho y algunas otras bacterias (lo que comúnmente desagrada a muchos extranjeros). Pero esta piel es totalmente comestible. La pasta dentro es suave y cremosa. Es posible tomarla con un cuchillo y untarla sobre una pieza de pan, lo que lo hace ideal para acompañar con vino después de una comida. Su presentación a la venta puede ser en una rueda completa o en cuñas. Aunque es más conciso y resistente que el queso fresco, será necesario refrigerarlo. Pero un buen amigo francés me dijo que es bueno sacar el queso del frigo una media hora antes de comerlo. A pesar de su suavidad, el queso brie madura con el tiempo, y es muy común que desprenda un olor parecido al amoníaco. Así que cuando un francés abra su refrigerador y apeste toda la casa, tranquilos, no hay nada caducado. Es solo queso. Queso camembert. Otro en la lista de los quesos cremosos. Uno que nunca faltaba en mi refrigerador, El camembert es parecido al brie, aunque este lo encontraremos solo en ruedas. Y de hecho, es obligatorio que se venda en una caja redonda de madera. Aunque su AOC lo hace exclusivo de la región de Normandía, existen quesos camembert elaborados en varias partes del mundo. La diferencia es que los normandos siempre lo harán a base de leche entera, mientras el resto pueden estar pasteurizados. Un camembert de Normandía siempre dirá en la etiqueta “Camembert de Normandie”. Uno u el otro, es un queso obligatorio al visitar Francia. Aunque no recomendaría probarlo al inicio, sino cuando estemos más acostumbrados a sabores profundos. El camembert es suave, a pesar de todo. Pero adquiere un sabor amargo con el tiempo, y ni hablar del olor que puede desprender cuando madura. Un tip para los novatos es probarlo con un chorro de miel encima, acompañado como siempre de una copa de vino. Eso aliviará un poco el olor, de ser muy fuerte. Su corteza de moho también es comestible. Y he aquí otra recomendación. El queso camembert siempre se corta en forma de rebanadas. Como las del pastel. Si cortan un pedazo aleatorio y asimétrico dentro de la rueda, un francés podría estrangularlos. Pregúntenmelo a mí. Queso chèvre (de cabra). Es un término muy amplio. Existen muchos tipos de queso de cabra en todo el mundo. Pero una visita a Francia debe forzosamente incluir una tarde de vinos con una tabla de queso chèvre. Para mí, fue uno de los más fáciles de digerir. Es suave y cremoso. Blanco y fresco, con cero olores pestilentes ni hongos o cosas desagradables dentro. El queso de cabra puede recordar un poco a la dieta mediterránea. Algunos de ellos son más bajos en grasas y no son tan curados como el resto de los fromages. Si debo mencionar dos que específicamente deba recomendar, iría por el Chabichou (de la región Poitou) y Crottin de Chavignol, ambos con AOC francesa. Queso azul. Este es el último en la lista. Un queso fuerte, salado, a veces picoso, maloliente. Y al observar una pieza en un mercado de granjeros entenderán por qué. Los quesos azules incluyen una larga lista, muchos de ellos con AOC francesa. Mis favoritos el Bleu d’Avergne y el famoso Roquefort. Lo que categoriza de la misma manera a todos estos quesos es que al final de su proceso se les añade un hongo, lo que los dota de puntos de colores azulados o verdosos. Bastante desagradable a la vista y al olfato. Pero su sabor es incomparable. Como dije, no es quizá el primer queso que debamos probar. Pero después de algunos días y algunas degustaciones sabremos apreciar el valor de un queso prácticamente en descomposición. Untarlo en un pan es una buena forma de empezar. Y si el queso azul resulta ser demasiado para nuestro paladar, un poco de miel siempre puede ayudar. Queso Cancoillotte. Este es un elemento extra que quisiera añadir a mi lista. No es el queso más consumido ni más famoso de Francia, pero le tomé un especial cariño. Se trata de un queso proveniente del este de Francia, de la frontera con Alemania. Es un queso muy diferente al resto de los que he presentado en este artículo. Y es porque parece más una salsa que un queso. Se vende en un bote de unos 200 mg y viene prefundido. Así, lo ideal es tomarlo con una cuchara para luego untarlo en pan. Se trata de un queso bajo en grasas al que se le puede añadir hierbas aromáticas o ajo. Quizá por eso se ganó un lugar en mi corazón. No es un queso obligatorio. De hecho, no suele encontrarse en muchas partes del país. Pero si se presenta la oportunidad, yo diría que el Cancoillotte merece mucho la pena. ¿Cómo comer queso en Francia? Ahora que conocemos cuáles son los principales quesos que debemos probar, hay que entender un poco cómo funciona la cultura del queso en Francia. En muchos lugares del mundo, el queso es solo otro ingrediente que podemos añadir a nuestros platillos, como el mozzarella sobre una pizza, el queso oaxaca en una quesadilla mexicana o simplemente un puñado de queso rallado para gratinar. Pero los franceses han creado sus propios protocolos. Y eso llega a tal punto que el queso es un tiempo especial en las comidas. Un almuerzo común posee tres tiempos: la entrada, el plato fuerte y el postre. En uno más especial podemos agregar algún otro tiempo, como la crema o el aperitivo. Bien, los franceses han agregado el queso. Así, el orden específico de un almuerzo o cena típica francesa suele ser el siguiente: aperitivo, entrada, plato fuerte, queso y postre. No importa si el plato fuerte lleva queso. No importa si el postre lleva queso. Siempre podremos degustar de un queso por sí solo entre el plato fuerte y el postre. ¿Cómo hacerlo? Al recoger la vajilla finalizado el plato principal, podemos colocar en el centro de la mesa todos los quesos que tengamos en el refrigerador (o solo uno de ellos). No deben faltar las lonchas de baguette y un cuchillo con el que podremos cortar y untar el queso sobre el pan. Y una copa de vino rojo o blanco (según el gusto) será el toque final para hacerlo a la francesa. En muchos restaurantes nos ofrecerán el postre directamente después del plato fuerte, saltándose el queso. Pero siempre podremos preguntar si tienen alguna opción. Sin embargo, una vinoteca puede ser el sitio ideal para degustarlos. Bastará con pedir un vino y una tabla de quesos, donde combinarán tres o cuatro variedades francesas que harán la combinación perfecta.
  2. 1 punto
    Marrakech Es una de las ciudades más importantes de Marruecos, cuenta con un poco más de un millón y medio de habitantes. Posee una gran cantidad de monumentos que fueron catalogados como Patrimonio de la Humanidad. Marrakech es una ciudad cargada de historia ya que fue fundada en el año 1062. Uno de los puntos más interesantes para visitar es el mercado tradicional, el cual tiene la particularidad de ser el más grande del país, además de ser una de las plazas más concurridas de África y del mundo. Forman parte de la plaza acróbatas, personas que se dedican a contar cuentos, vendedores de agua, bailarines y músicos. Por la noche, la plaza se llena de puestos de comida convirtiéndose en un restaurante al aire libre. Casablanca Al oeste de Marruecos se encuentra Casablanca, la mayor ciudad de Marruecos y también puerto principal. También es la ciudad de mayor tamaño de la región del Magreb. (Magreb significa lugar por donde se pone el sol, esta parte se encuentra representada por la región de África del Norte y comprende a los países de Marruecos, Túnez y Argelia, en la actualidad se ha incluido también a Mauritania y Libia) En Casablanca se encuentran las principales instalaciones industriales de Marruecos así como también las principales empresas internacionales. Una de las características más llamativas de Casablanca es que cuenta un importante patrimonio arquitectónico moderno, debido a la gran diversidad arquitectónica que experimentó a lo largo del siglo XX. Fez Fez es una antigua, rica y misteriosa ciudad imperial de Marruecos. Es laberíntica y medieval, pasear por sus calles es una interesante oportunidad para conocer más sobre el paso del tiempo en la ciudad. Además es considerada como una capital cultural, religiosa y espiritual de Marruecos. Entre los imperdibles de Fez están regatean en sus zocos, tomar un café en alguna de sus terrazas, contemplar a miles de artesanos y disfrutar de la gastronomía local. Rabat Además de ser la capital política y principal centro administrativo es una interesante mezcla de tradición histórica del pasado entremezclada con la modernidad del presente. Un paseo por Rabat no está completo sin antes haber visitiado uno de los monumentos más famosos de todo Marruecos: La Torre Hassan. Otro interesante sitio para conocer es la Gran Mezquita de Rabat la cual fue construida en el siglo XIV. Tanger Esta ciudad tiene una imponente costa de aguas frías, se trata de playas salvajes sin servicios pero que vale la pena conocerlas para disfrutar de arena fina color claro y escuchar el fuerte oleaje. Parte de la fama de la ciudad se debe a la reciente serie y libre "El Tiempo entre Costuras", por lo que forma parte de los atractivos del lugar hacer la llamada "Ruta del Tiempo entre Costuras". Tetuán Relacionada con la serie mencionada anteriormente se encuentra Tetuán ubicada al norte de Marruecos, muy próxima al mar Mediterráneo. Sus barrios son muy interesantes de recorrer ya que pertenecen a diferentes estilos arquitectónicos. Tetúan cuenta con interesantes museos como el Museo de Arte Marroquí donde se puede ver una interesante colección de trajes regionales además de instrumentos típicos de Marruecos. Uarzazat, la puerta del desierto La"Puerta del Desierto" se encuentra al sur de Marruecos. La ciudad es frecuentada por el turismo porque además se encuentra muy próxima a los Montes Atlas y al Valle del Río Draa. Otro dato interesante: en esta localidad se encuentran los estudios cinematográficos más importantes de Marruecos, donde trabajan importantes productoras internacionales. Algunos datos para preparar el viaje a Marruecos El equipaje a llevar va a depender de la zona a visitar como así también de la época en la que se viaja. De todas formas es aconsejable llevar siempre ropa cómoda y sombrero o gorro para proteger la cabeza del sol. Es importante vestir de manera prudente respetando las costumbres locales, especialmente a la hora de visitar centros religiosos. Las clínicas pueden resultar caras, por lo que es aconsejable viajar con un seguro médico. No se necesita ninguna vacuna específica para viajar a Marruecos, pero lo más aconsejable es siempre consultar a nuestro médico. La moneda oficial es el Dirham, se pueden conseguir e España. Es aconsejable cambiar el a la moneda local.Es importante tener en cuenta que se deja propina para casi todo.
  3. 1 punto
    La Isla de Bali se encuentra en Indonesia, en la actualidad es un popular destino turístico. Su sobrenombre turístico es la Isla de los Dioses, tiene varias propuestas turísticas como visitar arrozales verdes, conocer antiguos templos, disfrutar de atardecer únicos, sumergirse en una interesante cultura local y sorprenderse con llamativos paisajes y mucho más. Por supuesto que uno de los principales motivos para visitar Bali, es descansar en sus playas o aprovechar las características de la zona para disfrutar de la actividad del surf. Uno de los símbolos de Bali son sus arrozales los cuales pueden ser visitados, basta con animarse a manejar por las carreteras para verse rodeado de la inmensidad del verde de las terrazas. También existen excursiones que permiten conocer los arrozales y más secretos sobre este importante cultivo de la zona. Un dato importante es que la alimentación tanto de Bali como del resto de Indonesia es a base de arroz. Los habitantes de Indonesia comen dos o tres veces por día arroz, por tal motivo es que son tan importantes las plantaciones de arroz. La estructura montañosa de los terrenos hace difícil la plantación de arroz, por ello los balineses lo solucionaron creando campos escalonados, los que representan además un llamativo paisaje. Uno de los arrozales más conocidos a nivel turístico son los arrozales de Jatiluwih los cuales se encuentran a una hora de Denpasar o Kuta. Por sus características y gran valor escénico, han sido declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Otro de los arrozales famosos son las terrazas de arroz ubicadas en Tegalalang, es uno de los más visitados por encontrarse muy cerca de Ubud, uno de los puntos más turísticos de Bali. Es importante tener en cuenta que los medios de transporte en públicos en Bali casi no existen. La mejor manera de conocer los arrozales y los demás puntos turísticos de la isla es en motocicleta. Es muy común alquilar una moto para recorrer todos los sitios, generalmente los hoteles también ofrecen el servicio de alquiler de motos. Es una forma muy fácil de manejarse pero también hay que saber adaptarse al tráfico de Bali. Otra de las maneras de conocer estos paisajes es mediante excursiones privadas. Bali es sinónimo de templos. Uno de los más escénicos es el templo de Gunung Kawi dedicado al Dios del Agua, rodeado de una llamativa vegetacón. Ubud, punto de partida para conocer la reserva natural de monos Uno de los principales puntos donde alojarse en Bali es Ubud, ubicado en el centro de Bali, además de ser un centro turístico forma parte también de los principales centros espirituales de la isla. Un paseo por Ubud no está completo sin antes conocer el Bosque de Monos,una reserva natural sagrada conformada por un templo y cientos de monos. El turismo de Ubud se basa en la naturaleza ya que la zona contiene bosques, ríos y escenarios ideales para realizar caminatas. Un importante y destacado templo es de Ulun Danu Batur, el cual compone al más importante de los templos balineses, después del Templo Madre el principal. El templo Madre es el más grande y también el más sagrado de Bali, 22 templos diferentes forman parte de él. Varios de ellos tuvieron que ser reconstruidos. Seminyak Para quienes buscan exclusividad o algo más tranquilo, la mejor opción es Seminayak, allí se pueden encontrar cafeterías, mercados donde comprar cosas a buen precio como así también tiendas de lujo y restaurantes exclusivos. La playa cuenta con servicios disponibles. Kuta y Legian Para los más jóvenes las mejores opciones son Kuta y Legian. En esta zona se puede encontrar un agradable ambiente de fiesta y diversión además Kuta invita a dar un largo paseo por su playa. En Legian además puede visitarse un muro conmemorativo que hace referencia a los atentados de hace unos años atrás. Información útil para planificar un viaje por Bali La temporada de lluvia comienza a fines de octubre y se extiende hasta fines de marzo. De todas formas, las lluvias no suelen tener una gran duración, luego sale el sol y se puede seguir disfrutando. La mejor época para viajar a Bali es durante la estación seca, o sea, entre abril y septiembre. Los precios de las entradas para visitar los templos son relativamente baratos. Una de las cosas que caracterizan a Bali es la necesidad de negociar en cada una de las compras, si aceptas el primer precio que te ofrecen, seguramente estarás pagando de más.
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