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AlexMexico

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  1. Bueno, la ciudad de México tiene sus cosas bonitas, y si sigues al sur te toparás con muchos pueblos indígenas (sobre todo en Oaxaca y Chiapas), mucho paisajes, montañas, selvas, etc... pero creo que el Caribe y sus ruinas mayas tienen algo mágico que ningún otro sitio en México puede darte Y bueno, que bien que te has informado sobre lo del tren. Te cuento, aquí es conocido como "La bestia", y es un tren famoso por recorrer de sur a norte el país, por lo que los inmigrantes lo toman para viajar barato y llegar a los Estados Unidos (sabes, para cumplir el sueño americano). Por supuesto todos entran como ilegales a México y tienen mil problemas. Es extremadamente peligroso, pues se cruza por zonas de narcotráfico y las llamadas "mara salvatruchas" que si buscas en internet seguro te asustarás, y la gente a bordo sufre mucho: robos, secuestros, violaciones y asesinatos. No es en absoluto una opción para mochileros. Muchos lo ven como una aventura (viajar en el techo de un tren con gente centroamericana). Pero créeme, ni siquiera lo intentes. Como dices, es mucho mejor elegir los autobuses oficiales.
  2. Por cierto, si llegas a México para después bajar a Centroamérica, te recomendaría llegar al aeropuerto de Cancún y de ahi seguir al sur. Podrías visitar la Riviera Maya (preciosa de verdad, aunque un poco cara) y el estado de Chiapas (del que hablaré pronto en alguno de mis relatos) y de ahí cruzar la frontera hacia Guatemala. Puede ser más interesante que llegar a la Ciudad de México, que aunque tiene cosas bastante lindas, sigue siendo una ciudad gigante y abrumadora,(además de que está más alejada de la frontera sur). Depende de lo que te guste, claro está.
  3. Así es, concuerdo con Darghala. Lo que te decía de los autobuses es por experiencia propia. Yo tomé un bus de noche para ir de la frontera con México a la ciudad de Guatemala y la pasé bastante mal. La gente local me contó que a veces hay asaltos, o paran los buses a media carretera. Pero claro, yo viajé en un autobús de tercera clase, bastante incómodo y mal oliente,y no dormí en toda la noche. Pero hay buses de primera clase, más caros, pero bastante cómodos y seguros, como en el que fui a Tikal, y ahi sí que pude dormir. Aún así evita las corridas nocturnas. En cuanto a lo del autostop, conozco mucha gente que lo ha hecho en México y Centroamérica y no ha tenido problema. Aunque si son más de dos personas viajando puede ser un poco complicado conseguir un ride (no sé si alguna vez lo has hecho). He oído cosas muy buenas de Costa Rica también. Aunque en Guatemala hay algunas reservas naturales, no son muchas. Pero Tikal te puede sorprender de verdad yo quedé encantado. También puedes parar en pueblecillos y probar la comida típica, que es muy barata y rica.
  4. Hola Daniel, qué tal! Pues yo sólo he tenido la oportunidad de estar por Guatemala. Lo que te puedo decir sobre la seguridad, es que debes tomar las mismas precauciones que en todo el mundo: no pasar por lugares oscuros o muy solitarios, cuidarte de los carteristas, etc... lo que sí es verdad es que no puedes confiar en la policía, es mejor confiar en algunas personas para hacer preguntas o demás. También evita viajar de noche en autobuses, yo lo hice y luego te contaré mi odisea, que no fue tan divertida como esperaba. A mí la recomendación que me hicieron fue "no parecer turista" aunque creo que es un poco difícil jaja. Pero al final creo que es más lo que te asustan con palabras que lo que vives ahi. Yo la pasé muy bien. En cuanto a qué visitar, en Guatemala no te puedes perder las ruinas mayas de Tikal y La Antigua. Quisiera recomendarte más sitios en el resto de Centroamérica pero aún no los conozco, aunque se que en Costa Rica hay muchos parques naturales (y es mucho más seguro). Mucha suerte.
  5. Aunque una moto al precipicio de un volcán hubiera sido una historia fantástica para contar, me da mucho gusto que tu viaje aún no haya acabado siempre he pensado que esos pequeños miedos y sufrimientos durante un viaje son lo que al final te dará las mejores historias de la vida, de las cuales te reirás en algunos años. Mucha suerte y espero ansioso seguir leyendo tu aventura
  6. He leído mucho sobre Atacama y creo que tiene numerosas maravillas que espero algún día conocer Me gustan mucho tus relatos. Espero los próximos ¡Un saludo!
  7. No más de 24 metros... no es muy alta, pero no le quita lo bonito.
  8. Jeje, se muy poco sobre flores sinceramente. Pero hay muchas de ese tipo en esta zona.
  9. No, no debimos pagar nada, fue lo mejor
  10. Me dejas con muchas ganas de seguirte leyendo. Y ni hablar de las ganas de visitar la Patagonia. Parece hermosa la península de Valdés, y ver a esos simpáticos lobos marinos debe ser increíble. Espero que sigas publicando todo sobre tus viajes
  11. A sólo 19 km de Xalapa, la capital de Veracruz de la que ya hablé anteriormente, emerge de entre las montañas y la selva una cascada de 24 metros de altura, que los habitantes han bautizado como la cascada de Texolo (que en náhuatl significa mono sobre piedra). En las faldas del volcán Cofre de Perote, esta caída de agua nace del río La Antigua que desemboca justo en las playas donde Hernán Cortés pisó tierras americanas por primera vez, para posteriormente conquistar el imperio Azteca y fundar el virreinato español en México. La mejor temporada para visitar la zona es durante el invierno, pues las lluvias son menos frecuentes. El verano puede ser muy lluvioso debido a las tormentas que se forman cuando las corrientes de aire chocan con la cadena montañosa. Mi viaje a este rincón de Veracruz lo hice hace 2 años y medio, durante mis vacaciones de invierno. Mi hermano, mi prima y yo decidimos tomar el coche y dirigirnos a la aventura por al menos un día, para alejarnos del bullicio de la ciudad. Para llegar a las cascadas sólo se debe tomar la carretera que va a Xalapa y coger la desviación a Xico (un pueblo mágico que colinda con la capital) y a sólo 3 kilómetros más se arriba al destino. Antes de todo decidimos comer en un sitio cercano llamado La Joya, un pueblo en las faldas de la montaña, muy frío por cierto. Es famosos por sus carnes de res y quesos asados. Lo mejor para mí son los frijoles refritos y poder sacar un poco de "humo" de la boca por las bajas temperaturas, algo que es imposible en mi ciudad, donde la temperatura mínima en invierno son los 18° centígrados Una vez en Texolo, hay un estacionamiento para aparcar el coche. Después de una pequeña caminata de aproximadamente 10 minutos, pasamos por el interior de las instalaciones turísticas (restaurantes y tiendas) para después salir al mirador. La panorámica a esa altura es simplemente espectacular. Debido a la constante humedad, es común ver un poco de neblina atravesar las laderas y cubrir parcialmente la vista. Pero la cascada es fácil de observar. Me encanta la sensación de estar parado y al voltear a todos lados verme rodeado de la naturaleza en todo su esplendor, sumado al delicado sonido del agua golpeando el pequeño estanque que se forma al tocar el suelo. Para alcanzar el otro lado debimos hacer una caminata de al menos media hora. Cruzar un puente de acero y evitar resbalarse con el limo de las piedras. En el trayecto, uno se puede topar con un frondoso y verde bosque, lleno de flores y árboles muy altos. Esta locación se utilizó, incluso, para filmar algunas películas, como En busca de la esmeralda perdida, de Michael Douglas. Al llegar al otro extremo, un señor nos ofreció bajar por una de las paredes de la montaña para ver el río desde abajo. No nos parecía muy seguro, pero aceptamos. Las escaleras eran bastante rústicas, de madera cortada; se notaba que las había hecho él mismo. El limo en sus orillas nos podían hacer una mala jugada en cualquier momento, así que decidimos ir siempre juntos, por si alguien resbalaba. Después de casi 10 minutos cuesta abajo, nos dimos cuenta que el descenso había valido la pena. Desde allí abajo pudimos captar una postal magnífica de Texolo. Ambas paredes del cañón se abren por el estrecho cauce del río que fluye, y la parte más baja de la cascada quedó justo frente a nosotros. Nos quedamos un momento admirando la belleza del lugar. Siempre es la ocasión perfecta para reflexionar cualquier especie de situación. También desde allí, pudimos ver ambos miradores, a 24 metros sobre nosotros. Cuando la niebla empezó a espesar, decidimos apresurarnos a la vuelta. La subida fue menos pesada de lo que pensé; quizá al correr y tratar de ganarle el paso a la niebla me hizo pensar menos en lo cansado que estaba (o lo preocupado por caer a las rocas). Una vez en la cima, no podíamos ver nada, y la cascada había desaparecido a nuestras espaldas. Afortunadamente llegamos al mirador sanos y salvos, y retornamos a nuestro auto para manejar regreso a casa.
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