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Plues

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Todo el contenido de Plues

  1. Plues

    Cruceiro

    Del álbum Tercera etapa del Camino de Santiago (Palas de Rei-Melide)

    Típico cruceiro de los pueblos.
  2. Siete de la mañana, sonó el despertador, un nuevo día nos espera en el Camino. La mañana amaneció despejada, parece que haría buen día. La segunda etapa eran veinticinco kilómetros hasta llegar a Palas de Rei. La bajada hasta el río tiene muy buena vista, sería la única que veríamos buena, porque hay que decir que la segunda etapa del Camino no es nada bonita. Ya dije que había que ir bien desayunados por la mañana, y menos mal que desayunábamos bien, porque el bajar al río, la cuesta que nos esperaba era bastante interesante, por no decir que era muy empinada. Algo que ocurre mientras andamos, que no sé si será casualidad o causalidad, pero cuesta que hay que subir, cuesta en la que te encuentras un olor… yo entiendo que hay granjas y tal, pero es que parece que lo han hecho a propósito. Resulta que al haber tantas granjas por el camino, los paisanos de por allí amontonan la paja que le dan de comer a los animales y la envuelven en un plástico. Eso al cabo del tiempo empieza a oler, ¡y menudo olor! pues te lo comes entero, porque si fuese cuando bajas pues bueno, contienes un poco la respiración y ya, pero subiendo que normalmente te falta un poco el aire…ya os podéis imaginar. Aquí os dejo una foto de los susodichos montones. Ojo que ver las vacas pastando en el campo mientras caminas es muy bonito, pero ya podían comer otra cosa. Después de la complicada subida nos encontramos un tramo entre pinos y prados donde ya el aire es más puro y natural. A partir de aquí pasaremos por varios cruces de carreteras, pasaremos por algunas fábricas de ladrillos y fertilizantes. Ya pasados Gónzar llevamos ocho kilómetros, yo aconsejo parar y tomar algo para recuperar energías, ya que después nos espera otra de nuestras trepidantes cuestas. La próxima parada significativa es en Ventas de Narón y que nos sellen en la capilla que hay al lado del bar. La capilla de la Magdalena es una pequeña iglesia románica en la cual el hombre que te sella es una persona singular, aunque yo no me di cuenta al principio. Después de varios kilómetros de asfalto y cruces de carretera llegaremos a algún tramo de monte. El merendero es muy buen sitio para parar y refrescarse. A pesar de la dureza de la ruta la gente va contenta y feliz, y algo que no he comentado aún y que es muy característico del Camino es su saludo. Tú no conoces a la gente, pero toda la gente se conoce. Todo caminante o ciclista que pasa y se cruza con otros peregrinos dice “Buen camino” a lo que todos contestan “Buen camino”. Esa frase si no la repetí como medio millón de veces no la repetí ni una vez. La vista que hemos llevado prácticamente toda la ruta ha sido esta: Pocos kilómetros antes de llegar a Palas de Rei, me cabree , llevaba casi veinte kilómetros a las espaldas y en una de las fuertes bajadas mi rodilla ya iba fastidiada y como no había planes de parar (porque en el merendero tampoco paramos) me quedé un poco atrás, entonces me enfadé y me encerré en mi misma. ¿Cuál fue el resultado? Pues los restantes kilómetros todo el cabreo que llevaba lo focalicé en mis piernas y empecé a andar, andar, andar y llegué antes que nadie, no había dolor, solo cabreo. Ahí me di cuenta de la fuerza mental que tengo cuando me enfado… y no solo yo… Eso sí, al llegar me senté y no podía ni moverme, tenía una sobrecarga muscular. Ahora en frío me arrepiento de no haber hablado las cosas o directamente haber parado yo sola, hay mucha gente en el camino con la que podía haber seguido. Y lo peor de todo es que no me hice una foto en una hormiga gigantesca que había en un bar cuatro kilómetros antes de llegar a Palas . La hormiga muy chula. Una vez llegamos a Palas nos fuimos a comer en frente del Ayuntamiento y yo de ahí a la cama porque tenía un gemelo tieso, una rodilla inservible y una mini ampolla en el dedo gordo. Ya después de hablar con mis amigas una se ofreció a curarme la ampolla (tuvo el valor de coger una jeringuilla y sacarme el liquido) y a darme masajes en las piernas para recuperarme. Yo esa tarde no salí a ver el pueblo, no podía moverme de cintura para abajo, pero mis amigas sí y me trajeron esta foto de la Iglesia de San Tirso. Y aquí se acabó la segunda etapa del Camino de Santiago. Sinceramente fueron más de veinticinco kilómetros de sufrimiento, asfalto y cabreo. También digo que fue un punto de inflexión y a partir de ahí hasta que llegué a Santiago fueron los mejores días, pero eso ya os lo cuento otro día.
  3. Plues

    Iglesia San Tirso

    Del álbum Segunda etapa del Camino de Santiago (Portomarín-Palas)

    Iglesia de San Tirso en Palas de Rei.
  4. Plues

    Hormiga gigante

    Del álbum Segunda etapa del Camino de Santiago (Portomarín-Palas)

    Hormiga que había en uno de los bares que hay en el Camino.
  5. Plues

    Comida vacas

    Del álbum Segunda etapa del Camino de Santiago (Portomarín-Palas)

    Comida de las vacas, que la envuelven esos plásticos para guardarlos hasta invierno.
  6. Plues

    Vistas Portomarin

    Del álbum Segunda etapa del Camino de Santiago (Portomarín-Palas)

    Vistas de la salida de Portomarín por la mañana.
  7. Hola Relaxy, le he dicho a mi hermano que hay un sitio en Brujas donde hay una pared llena de cervezas y ya está buscando avión para ir, jeje. A mi me ha gustado más lo del set de rodaje. El detalle del olor misterioso da que pensar.....aunque sé a lo que te refieres ;-)
  8. Este verano ha sido un verano diferente. Normalmente los días de vacaciones se basan en ir a una ciudad, visitar monumentos, iglesias y pueblos de la provincia, pero este verano de dos mil catorce mi camino fue hacia Santiago, y nunca mejor dicho, ciento dieciséis kilómetros desde Sarria (Lugo) hasta Santiago de Compostela, una parte de la peregrinación que hizo el famoso apóstol. He de decir que tampoco iba como una peregrina digamos “normal”, yo no llevaba una mochila de treinta kilos encima, conozco mis limitaciones, y como ahora hacer el Camino de Santiago tiene múltiples opciones para hacerlo, yo opté por llevar mi mochila de día y una maleta que sería transportada por una empresa. El que esté interesado, no es cara esta opción, son tres euros al día el transporte de un albergue a otro y por lo que vi y sufrí, yo y los muchos que no íbamos cargados pagamos besados otra vez ese dinero. Los preparativos para hacer el Camino son numerosos, es algo fundamental llevar buen calzado, yo aconsejo unas buenas botas de trekking o montaña, o si tus pies son muy delicados, unas buenas zapatillas de trekking. La preparación en torno a los pies es muy importante porque es la base de nuestro viaje. Crema anti ampollas antes de salir a caminar, crema refrescante para después de la caminata y crema reparante para la noche son tres cosas que en mi botiquín no faltaron y gracias a ellas mis pies (muy delicados) no sufrieron mucho. Otra cosa muy importante son los calcetines, yo llevaba calcetines gordos, los llamados calcetines de invierno, eran normales, hay gente que los llevaba reforzados en talón y tal, pero esos son muy caros, y los otros hacen el mismo apaño, siempre que si tienen costuras les des la vuelta y te los pongas al revés. Esto es algo importante, yo aconsejo calcetines sin costura y si ya los has comprado o los tienes en tu casa, pues póntelos al revés y listo, pero ya digo, mejor un calcetín gordo que uno fino que te haga rozaduras. En torno a la ropa, si vais en agosto como he ido yo, pues pantalones cortos y camiseta corta. Hay que saber que en Galicia en general hace fresco, pero en verano normalmente la temperatura es buena y si vas andando no te hace falta nada de abrigo, aunque siempre es bueno llevar algo en la mochila, y por supuesto no olvidar el chubasquero, allí lo mismo amanece con sol y te cae un buen chaparrón, que amanece lloviendo y luego luce el sol, así que ese es un elemento importante en la mochila. Una vez dados mis consejos básicos empiezo mi andadura a través del Camino…Llegamos al aeropuerto de Santiago, un autobús nos llevará a Lugo y allí otro a Sarria desde donde empezamos el viaje a pie. Esto quizás no tiene importancia, pero yo quiero desde aquí dar las gracias a aquella señora que venía con nosotras en el avión y que al vernos parece que nos olió y nos dijo “¿vais a Sarria?”, y nosotras, “pues sí”, y ella nos dijo, yo soy de allí, “venir conmigo que yo os llevo”. La idea nos pareció lo más de lo más puesto que había que coger varios autobuses y no siempre sabes donde están y tal, y claro la mujer se ofreció y vimos el cielo abierto. Luego en el bus a Lugo se tiró dos horas hablando, pero bueno, se agradeció alguna de las informaciones que dio, sobretodo la veloz visita que nos hizo hacer a la muralla de Lugo cuando llegamos allí. Compramos el billete y nos hizo ir a nuestro grupo y a unas cuantas peregrinas más (porque iba recolectando gente a su paso) ir a ver la muralla de Lugo que está enfrente de la estación de autobuses. Salimos y oye, me alegro que nos lo dijera porque el paseo que se ve es muy bonito. A mí se me ocurrió decir “me recuerda a la de Ávila”, a lo que la mujer me contestó un poco resentida “la nuestra tiene los muros más anchos”, y en ese momento decidí no hablar mucho más no fuera a ser que me dejara allí tirada. Aquí os dejo foto de la muralla para que opinéis si se parece o no… Una vez llegamos a Sarria la mujer nos indicó donde estaba la calle Mayor que era nuestro destino y le dimos las gracias por las molestias. El pueblo de Sarria es el comienzo del camino para muchos peregrinos, así que veréis al llegar gente muy descansada, con muchas ganas de comenzar y con muchas expectativas sobre lo que el Camino puede ofrecerles. Las cosas que podemos ver en el pueblo son la Iglesia de Santa Marina, la Iglesia del Salvador, los restos de un castillo del cual queda una de las torres, un mirador panorámico, el Monasterio de la Magdalena, que actualmente es albergue público para peregrinos y una estatua en honor al Rey Alfonso IX. Algunos peregrinos dejan sus recuerdos en los distintos monolitos. La calle Mayor es la más transitada por peregrinos, hay bares y albergues y es fácil comer y dormir sin moverse mucho del sitio. He de decir que se come bastante bien a lo largo del camino, es decir, podemos encontrar “menús del peregrino” por menos de diez euros, pero he de resaltar que en los bares que hay durante el trayecto hasta Santiago si puede ser que te claven, por ejemplo en un plátano, como me ocurrió a mí, que por una pieza de plátano me cobraron ochenta céntimos, si llego a poner un poco más me hubiera comprado un platanero y los hubiera cultivado yo misma, pero bueno, tenía hambre en ese momento. Mi Camino empezó a la mañana siguiente, te levantas con energía y con ganas de empezar la aventura (aunque sean las siete de la mañana). Me tomé un café caliente (el camarero lo puso hirviendo) y unas tostadas, el desayuno es muy importante para coger fuerzas. Al salir de la cafetería me compré una concha y la colgué en mi mochila. La concha es uno de los elementos que caracteriza a los peregrinos. El significado que tiene la concha en el peregrino es de protección, todo el mundo que ve un caminante con una concha tiene que pensar que es un peregrino que va hacia Santiago y al cual hay que prestarle ayuda en caso de que la necesitase, es una forma de protección. Nuestro destino después de veintitrés kilómetros será Portomarín. La ruta hasta llegar no es complicada, nada más salir de Sarria pasamos por un puente de piedra, luego debajo de un arco y nos adentramos en la montaña, una buena pendiente nos espera de buena mañana y para espabilarnos un poco. Un vez llegamos al llano vimos un roble muy peculiar. Se me ha olvidado comentar un elemento importante que nos acompañará durante todo el camino y son los llamados “mojones”, que es donde nos van indicando los kilómetros que nos quedan hasta Santiago. Al principio cuando los ves dices, uno! otro! otro!, pero cuando llevas veinte kilómetros cada vez que vez uno dices, joder donde está el puto mojón! Y en algunas tiendas de regalos veréis que hay artículos con esta expresión. Seguimos andando y pasamos por varias aldeas, As Paredes, Mercado de Serna, que una vez pasada encontraremos una fuente con el muñeco de Pelegrín, mascota del xacobeo del 93. Recuerdo que pocos metros después de parar en esa fuente un ciclista casi atropella a una señora, desde aquí pido a los ciclistas que hacen el camino que se compren un timbre para avisar y así hacer un camino más seguro para todos. Por este tramo nos encontraremos un camino que si nos fijamos en los lados hay grandes telas de araña en los matorrales que hacen pensar que si las telas de araña son así, ¿cómo serán las arañas? En algunas cuando llueve se queda el agua y es algo muy curioso. Llegando a la aldea de Peruscallo empezamos a ver hórreos. Los hórreos antiguamente se usaban como despensa o para guardar leña, pero principalmente su función era de despensa, ahora en la actualidad se conservan por tradición en la mayoría de los casos. Los hay de todas maneras, tradicionales de madera, de piedra, de piedra pintada, de ladrillo pintado, ya os iré enseñando a lo largo del Camino. Llegamos a Ferreiros (que es donde me clavaron por el plátano) y saliendo de allí está la Iglesia de Santa María, que según me contó uno de los peregrinos movieron la iglesia y la bajaron piedra a piedra, yo no sé si eso es leyenda o no, pero es lo que se comentó. A mí me llamó más la atención porque sales de la iglesia y ves todos los nichos, era la primera vez que veía eso, aunque a lo largo del Camino no sería lo único que me sorprendería. Antes de llegar a la esta iglesia también se pueden ver varias cruces en honor a los peregrinos fallecidos, hay varios nichos, cruces, e incluso monolitos en honor a ellos. Aunque muchos peregrinos les gusta dejar su huella y vemos muchos recuerdos, sobre todo en los mojones, yo dejé mi huella en el mojón cuarenta y cuatro. A partir de este tramo iremos por caminos de arboleda como estos. Para aquellos que no han comprado su concha del Camino y quieren una más especial, hay una tienda que las vende pintadas. Creo recordar que la aldea era Moutrás, pero no podría asegurarlo un cien por cien, sorry! Lo próximo más destacado será llegar hasta una fuerte bajada que nos lleva al final de nuestra primera etapa. Un consejo que doy es que si llegáis muy cansados y os duelen las rodillas, bajar caminando hacia atrás (como los cangrejos) ayuda mucho, y no os sintáis ridículos, porque hay mucha gente que lo hace, eso sí, cuidado con coger mucha carrerilla y acabéis rodando en vez de andando… Al finalizar la bajada una recta junto a la carretera nos llevara a Portomarín, las vistas del pueblo son preciosas desde el principio del puente. El río que vemos es el Miño. Y nada más llegar, por si los veintitrés kilómetros no hubieran sido suficientes, unas buenas escaleras nos adentran en el pueblo. Llegamos para la hora de comer, así que nos fuimos al centro del pueblo (el pueblo son tres calles contadas) y comimos un menú, después a descansar y ya echada una buena siesta salimos a pasear por el pueblo. En su plaza encontramos la Iglesia de San Nicolás, que por desborde del río, también la llevaron piedra a piedra al lugar donde está. Y digo yo, no sería guay poder decir, pues en mi pueblo tenemos una iglesia bajo agua, ¡seguro que miles de turistas irían a verla! En esa misma plaza hay una estatua de Santiago indicando el camino a continuar. En el otro extremo del pueblo hay otra iglesia, la Iglesia de San Pedro, que está junto a un parque. No es muy grande. Hay una piscina municipal que vale tres euros en la cual nos podemos relajar. Tampoco podéis perderos la tarta de Santiago que hacen aquí, riquísima. Después de un día tan ajetreado era hora de dormir. ¡Nos leemos en la próxima etapa!
  9. Plues

    Mojón

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Mojón indicativo de los kilómetros que nos quedan hasta Santiago de compostela
  10. Plues

    Recuerdos peregrinos

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Aqui dejan algunos peregrinos sus recuerdos al pasar por Sarria. La goma verde es la mía!
  11. Plues

    Iglesia San Pedro

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Iglesia de San Pedro al fondo, junto al pargue Antonio Sanz.
  12. Plues

    Iglesia San Nicolás

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Iglesia románica de San Nicolás en Portomarín.
  13. Plues

    Muralla de Portomarín

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Restos de la antigua muralla de Portomarín.
  14. Plues

    Vistas Portomarín

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Vistas del pueblo de Portomarín llegando.
  15. Plues

    Tienda de regalos

    Del álbum Primera etapa Camino de Santiago (Sarria-Portomarín)

    Tienda con conchas originales en Moutres.
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