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Encontrar el transporte más económico y cómodo es un tema recurrente y una preocupación al viajar largas distancias, no importa dónde estemos. Y hace falta mencionar a una empresa francesa inigualable que hoy está presente en más de veinte países de tres continentes, incluyendo Europa, Rusia, Turquía, India, México y Brasil. Hablo de Blablacar. El covoiturage es una forma de viaje bastante común y segura en Francia que se ha expandido desde hace ya varios años, sobre todo con la aparición del internet y los smartphones. Se trata de un servicio de vehículo compartido que nos permite viajar junto con otras personas en el mismo auto dividiendo los gastos de combustible y peaje. Es como si organizáramos un viaje con amigos y pagáramos juntos. Solo que aquí no conocemos a las personas. Blablacar es una plataforma de covoiturage. Y como siempre, inscribirse es gratis. Necesitaremos verificar nuestro correo y nuestro teléfono móvil. De esta forma los usuarios nos podrán localizar. Y al ser una página basada en la confianza, podremos también verificar nuestro documento de identidad. Es forzoso también enlazar nuestra tarjeta bancaria para realizar los pagos en línea. Si tenemos un coche tendremos que llenar su descripción. Marca, modelo, año, color, incluso una foto de él. Blablacar funciona de manera muy fácil. Si tenemos un auto y haremos un viaje solo tendremos que publicarlo especificando lo detalles: hora y punto de partida, asientos disponibles, tamaño de las maletas, si aceptamos mascotas o fumadores a bordo y, por supuesto, el precio. Y si estamos interesados en un viaje como pasajeros, solo elegimos el lugar de partida, el destino y la fecha que nos interesa, y la página nos mostrará los trayectos disponibles que han publicado los conductores. Veremos la hora, las escalas previstas, un resumen del perfil del usuario y el precio total, que incluye una pequeña comisión para la empresa (que no es muy elevada). Elegiremos el que más nos agrade y enviaremos una reserva. Si el usuario acepta, Blablacar retendrá el dinero de nuestra cuenta. El siguiente paso será ponernos en contacto con el conductor para concretar el punto exacto de reunión y llegada. Así de simple. Una vez finalizado el viaje tendremos que darle al conductor un código que previamente Blablacar nos envió. Sin ese código el conductor no podrá recibir el dinero y nosotros podremos contactar el servicio al cliente si tuvimos algún inconveniente. Como había dicho, Blablacar es una comunidad basada en la confianza. Y las referencias juegan un papel importante. Así que al final de cada trayecto podremos escribir una referencia, tanto como conductor como pasajero. ¿Es peligroso? Blablacar tiene muchas medidas de seguridad y certificado. Y las referencias son suficientes para saber si un conductor lo ha hecho bien o no. ¿Es legal? Totalmente. No es un servicio de transporte de pasajeros. El conductor no necesita un permiso para ello, ya que no recibe ninguna ganancia, porque Blablacar es para COMPARTR GASTOS, como lo hacemos con amigos y familia. Eso nunca ha sido ilegal. ¿Es barato? Sí. Cuando un conductor publica un viaje Blablacar le recomienda un precio de acuerdo a los kilómetros, los peajes y los asientos disponibles. Así que cada uno es libre de subir, bajar o respetar ese precio. Pero la mayoría de las veces rondan precios similares a los de los autobuses. Al menos en Europa. Y en México solo la compra anticipada en buses nos saldrá más barato. De no ser así, Blablacar es la mejor opción. ¿Funciona siempre? Como dije, Blablacar no está disponible en todo el mundo, sino en los países que arriba mencioné. Así que no podremos fiarnos de la plataforma para todos los viajes que queramos. Sólo para aquellos donde los dueños de los coches conduzcan frecuentemente. Hay trayectos muy famosos que nunca tendremos problemas para hallar, como París - Lyon, Madrid - Barcelona, Río de Janeiro - Sao Paulo o Ciudad de México - Puebla. Pero algunos otros será mucho más complicado encontrarlos, sobre todo entre ciudades pequeñas. Así que en ese caso, el autobús o el tren serán la mejor y, quizá, única opción. ¿Lo recomiendo? Al cien por ciento. Lo he usado muchas veces y funciona a la perfección. Aunque el precio sea parecido al de los buses, no hay nada como la flexibilidad y comodidad de un viaje en auto. Paramos donde queremos, cuando queremos, escuchamos la música que queremos, conocemos y platicamos con gente. Y si tenemos un poco de retraso basta con decirle al conductor: “espérame un poco”, cosa que ninguna compañía de bus acatará. Y aunque no muchos lo hacen, es una buena forma de hacer amigos cuando se viaja solo. Blablacar es también una elección eco-friendly, perfecta para quienes sientan cierta culpa con el medio ambiente a causa de las emisiones de dióxido de carbono que emanamos al viajar. El promedio de personas que viajan en un coche es de 1.2 personas, en un coche donde caben cinco pasajeros. Compartir auto significa entonces que las mismas emisiones de CO2 de un coche se harán si viaja uno o si viajan cinco personas dentro. Así evitamos conducir otro auto y dañar más al medio ambiente. Existen otras páginas para compartir coche. Pero Blablacar es la de mayor expansión y mejor funcionamiento. Así que si viajan a Europa, Turquía, México o Brasil, no duden en visitar www.blablacar.com o bajen la app para su teléfono móvil.

Por alguna razón, en México ya no hay tren de pasajeros, salvo el tren del Tequila en Jalisco y el del Chepe en la Sierra Madre Occidental. Y pronto abrirá la línea histórica El Jarocho, de la Ciudad de México a Veracruz. Y en la mayoría de América Latina la situación es parecida. Nuestras opciones se han reducido a vuelos internos, autobuses y coches particulares. Los trenes son casi reservados a línea turísticas. Así que es normal que muchos latinos sueñen con un viaje en tren por Europa. Y una idea bastante errónea es pensar que es la opción más barata. Un viaje en tren es lindo. Es exquisito. Los asientos son cómodos, suele haber menos gente a bordo, tienen conexiones en todo el país, y con el espacio Schengen, la movilidad entre países es muy fácil. No hay tanto movimiento, no hay tráfico, es más seguro, más rápido y más puntual. Y todo ello, amigos míos, hace al tren la opción terrestre más cara para desplazarse de una ciudad a otra. Los trenes en Europa dependen de una sola empresa nacional por cada país. Renfe, en España, SNCF en Francia, SBB en Suiza, Deutsche Bahn en Alemania, etcétera. Eso quiere decir que no tendremos, al contrario de los buses, varias opciones para elegir. Aunque ello hace más fácil cotizar costos, ya que todo lo haremos desde su sitio web o su aplicación móvil. Pero existen varios tipos de trenes. Los de alta velocidad (usualmente los más caros), los regionales, los intercity… y cada uno suele tener un costo distinto. Así, por ejemplo, en Francia los trenes de alta velocidad (TGV) cambian de precio según el horario o la fecha, mientras los regionales (TER) suelen tener el mismo precio todo el tiempo, excepto por horarios pico o temporadas altas. Además de primera y segunda clase, la mayoría de los países ofrecen diferentes tarifas por la edad o situación del pasajero (adulto, tercera edad, niño, joven…). Pero habrá que investigar antes si es necesario pagar o no una tarjeta de reducción. En Francia será necesario pagar 50 euros por una carta joven (hasta los 26 años) válida por un año, mientras en Bélgica no tendremos que pagar nada, ya que tendremos descuento del 30% solo por ser menores de 26. Pero aun con reducciones sobre la tarifa completa el tren sigue siendo casi siempre más caro que el bus. Empresas como Ouibus en Francia, ALSA en España y Polskibus en Polonia ofrecen precios realmente bajos, sobre todo si se compran con anticipación. Pero la empresa de buses lowcost por excelencia es Flixbus, una compañía alemana que se ha convertido en la más demandada, al menos en Europa occidental. Con ellos he viajado hasta 200 km a partir de 10 euros. Nada comparado con los 30 que podríamos pagar con un tren sin compra anticipada. Los precios de Flixbus no suelen aumentar conforme se acerca la fecha de partida. Pero hay que intentar reservar para no perder nuestro asiento. Pero algo que debemos saber es que las estaciones de buses no son como en Latinoamérica. Este tipo de empresas aparcan en un estacionamiento (a veces sin techo) y a veces un poco lejos de las estaciones de tren, aunque nada exagerado. No obstante, la mayoría ofrecen enchufes eléctricos y wi-fi abordo, perfecto para el momento en que nuestro móvil se queda sin batería. Y si son trayectos largos, suelen hacer una parada para comer. Otra desventaja es que Flixbus hace muchas escalas en el camino, y el tiempo de viaje se prolonga mucho más que en un tren. En repetidas veces he tenido retrasos, aunque tienen que ver más con congestionamientos en la carretera o accidentes. ¿Qué recomiendo yo para planear un viaje en Europa? Siempre cotizar antes todas las posibilidades y elegir la más cómoda a nuestro tiempo y presupuesto. Una buena opción es hacerlo en goeuro.com, donde podremos comparar buses, trenes y vuelos entre los destinos que elijamos. Un buen tip es que Flixbus hace muchos viajes nocturnos, que aunque suelen ser pesados para muchos, nos conviene para ahorrar una noche de alojamiento. Solo tengan cuidado de no llegar a las 3 de la mañana a Múnich y tener que hacer una escala de dos horas. Menos mal que encontré un McDonald’s 24 horas para refugiarme del frío de la madrugada.

En cada viaje que hacemos, desplazarnos dentro de las ciudades que visitamos es un presupuesto importante que muchas veces olvidamos tomar en cuenta, y que ataca como una plaga sin control nuestras billeteras. Los que vivimos en Latinoamérica puede que estemos acostumbrados a un transporte relativamente barato. Pero el extranjero puede sorprendernos de una no muy grata manera. Taxis y trolebús de la Ciudad de México. ¿Creen que cinco pesos mexicanos es mucho por el servicio de metro de la Ciudad de México? ¿O dos y medio soles peruanos por el metropolitano de Lima? Entonces un viaje a Madrid, Nueva York o Tokio les abrirán los ojos. El teleférico de La Paz, en Bolivia, es barato y muy funcional. El viaje sencillo en Madrid cuesta 1.5 euros, en Tokio entre 160 y 230 yenes (más de 2 dólares) y en Nueva York asciende a tres dólares. Ahora no todo suena tan bonito, ¿o sí? Los precios del transporte urbano local suelen ser más altos en estas ciudades porque son transportes de muy buena calidad. Además que un solo ticket incluye el servicio en casi la mayoría de las variantes (metro, tranvía, bus, y hasta ferrys en Suecia). En Estocolmo un ticket es válido para tranvías, metro, buses y barcos. Viajar es la mejor forma de hacer ejercicio. Y una buena manera de evitar pagar estos altos costos es caminar por la ciudad. Para ello hay que tratar de encontrar un alojamiento cerca al centro o a las principales atracciones que deseemos visitar. Pero ciudades como Madrid, Tokio y Nueva York parecen imposibles para caminar. Se tratan de megalópolis. Bueno, quizá es más cómodo entonces rentar una bicicleta. La mayoría de estas grandes ciudades cuentan con servicios públicos de renta de bicicletas por precios no tan elevados. En París, por ejemplo, cuesta 25 euros la suscripción de un año, 8 euros por siete días o 1.7 euros por un día entero. Tenemos derecho a trayectos ilimitados, con la condición de usar las bicicletas cada treinta minutos, aparcándolas en sus estaciones correspondientes que se encuentran por toda la urbe. Solo nos hará falta una tarjeta de débito con fondos suficientes para dejar el depósito de seguridad (que es de unos 150 euros aproximadamente). Ciudades como Ámsterdam y Copenhague son bien conocidas por tener más bicicletas que autos. Las distancias pueden parecer largas en ciudades así y podrían intimidar a cualquiera a hacer un tour en bici. Pero finalmente casi a nadie le interesa visitar los suburbios o periferias. Así que la superficie de Nueva York, por ejemplo, se reducirá a solo visitar la isla de Manhattan, y no Brooklyn, Queens, Bronx o Staten Island, que representan casi el 90% de la metrópoli. Si no tenemos más opción que tomar el transporte, en muchas ciudades suele ser más barato comprar un carnet de 10 tickets, o un pase diario o semanal, por ejemplo. Ahorraremos algunas monedas y tendremos la libertad de movernos sin límites. No hace falta mencionar que tomar taxis nos desfalcará. Pero de ser necesario, Uber sigue siendo la mejor opción. Aunque cuidado, Uber está encontrándose cada vez con más restricciones en el mundo por su situación legal, y por cómo afecta el mercado local. La Unión Europea, por ejemplo, hace poco concluyó que Uber es un servicio de transporte de pasajeros, más que solo una app. Y por tanto, es posible que exija a sus conductores conseguir la misma licencia que los taxistas. ¡Y mucho cuidado! En muchas ciudades europeas no hace falta tener un ticket para abordar un metro, tranvía o bus, pues no hay ninguna especie de puerta automática que se abra con el boleto. Lo que hay que hacer es comprarlo (como un buen ciudadano) y validarlo al subir en las máquinas especiales. Pero mucha gente no lo hace. Y “no pasa nada”. Tranvía en Berna, Suiza. Es fácil irse con la pinta o imitar al resto de los locales que pasan de ello. Pero hay controladores. Trabajadores que casi nunca vemos a bordo, pero que de vez en cuando aparecen. Y cuando lo hacen y nos pillan sin un ticket o sin haberlo validado nos cobran una cantidad suntuosa de dinero que no quiero decir cuánto duele. Solo diré que haber pagado 35 euros en París por un error de compra no fue nada agradable. Hay ciudades con transportes muy exóticos que no podemos pasar por alto, como los bicitaxis, los mototaxis, las piraguas o los vaporettos de Venecia, y es imperativo al menos un viaje en ellos. Es lindo conocer el transporte público de cada sitio al que vamos, y algunos obligados, como los autobuses rojos de dos pisos en Londres, o la línea 1 del metro de Budapest (el segundo más antiguo del mundo). Pero al final unos buenos zapatos para caminar serán nuestros mejores amigos y los de nuestra cuenta bancaria.

He visto infinidad de personas llevar equipaje extra en los aviones para un viaje de 15 días o un mes. Equipaje por el que las aerolíneas cobran una millonada. Pero hay maneras de llevar todo lo que necesitamos vestir sin perder el glamour, si eso es lo que nos preocupa. Lo primordial y que no ocupa casi espacio es la ropa interior y calcetines, que podemos lavar en donde sea que estemos después de ducharnos, incluso en el lavabo del baño. Hotel, hostal, apartamento o Couchsurfing. Contrario a lo que se piense, no es necesario empacar diez pares de cada uno. Es solo cuestión de voluntad y tomarnos diez minutos para lavar. Y si nos preocupa el tiempo en que tardará en secarse, no hay que sufrir. En los destinos soleados los pondremos en la ventana y en los destinos fríos pondremos nuestra ropa sobre el radiador de calefacción o detrás de un refrigerador. Pero la ropa interior y los calcetines no generan mucho peso extra. Los zapatos sí. Por eso siempre cargo conmigo un par de zapatos todo terreno. Todo dependerá de nuestro destino, claro está. Para la playa no hará falta más que un par de sandalias. Pero para una ciudad o un viaje de excursiones nunca podemos estar seguros si hará calor, si hará frío o lloverá. Los botines tipo Jeep son excelentes para toda situación. Son cómodos, no cansan, aguantan largas caminatas, no dan tanto calor, no dejan entrar el frío y son resistentes al lodo, la lluvia, la nieve y todo tipo de suelo por donde debamos caminar. Y si bien Jeep y Caterpillar son las marcas más reconocidas, podemos encontrar modelos decentes y de calidad a la mitad de precio, con marcas como Flexi en México, por ejemplo. Y, de ser necesario, empacaremos solo un par de tenis ligeros para andar por la ciudad o salir de fiesta. Mujeres: ¿realmente necesitan zapatillas de tacón? En algunos clubes nocturnos parecen imperativos para ingresar. Pero existen muchos flats decentes para la vida nocturna. Tip: en Europa las chicas casi no usan tacones para salir de fiesta. ¿Y qué hacemos con el frío? La ropa de invierno es sin duda la más pesada y la que más ocupa espacio en nuestras maletas. Pero un buen suéter de lana (no algodón, lana) y un buen abrigo con forro de peluche son las dos cosas que nos salvarán la vida en los destinos de frío. No necesitamos empacar mil camisetas y jerséis que al final no ocuparemos. Aquí la verdad: en los lugares fríos nadie nunca verá nuestra camisa. Solo verán nuestros suéteres. Y si se trata de un frío extremo al que no estemos acostumbrados (como mi viaje a Alemania y Polonia en invierno) lo mejor es llevar un juego de ropa interior térmica. Así no importará qué pantalón o suéter nos pongamos encima, siempre estaremos bien calientes por debajo. Y aquí otro tip: es preferible no comprar ropa térmica de lana, sino de microfibra, osea, tipo deportiva. Es más cara, es verdad. Pero me lo agradecerán cuando hagan una larga caminata en el exterior y su cuerpo haya podido respirar. La ropa térmica de lana es ajustada, corta la circulación y no deja al cuerpo sudar en paz. La de microfibra es elástica y nos permitirá movernos todo lo que queramos. Para calentar los pies hará falta solo una plantilla de peluche que se coloca dentro del zapato. Son muy baratas y pueden recortarse para ajustarlas al tamaño de nuestro pie. Si son como yo y sufren de frío extremo en las manos lo mejor (aunque algo incómodo y poco fashionista) son guantes para esquiar. Si esto parece demasiado, los guantes de cuero pueden ser la mejor ayuda. ¿Tres bufandas de diferente color? Empaquemos solo un cuello-bufanda-cubrebocas de un color neutro, como el negro, que podemos encontrar en cualquier tienda departamental en temporada invernal. Un gorro para la cabeza y nuestra capucha del abrigo nos cubrirán lo suficiente, incluso si hay viento o cae nieve. El secreto es elegir siempre colores neutros, y entonces no tendremos que preocuparnos por combinar cada vez que salgamos.

A la hora de planificar un viaje surgen muchos interrogantes sobre todo si viajamos a un lugar o región en la que nunca hemos estado antes. Por ello algunos consejos e ideas a tener en cuenta para disfrutar de un buen viaje son: A la hora de elegir los destinos y el itinerario a recorrer, algunas consideraciones son: tener un mapa a mano para poder ver las distancias y el mejor orden de los lugares por recorrer, consultar en grupos de Facebook o Whatsapp donde es posible conectarse con otros viajeros y despejar dudas, consultar guías de viaje, foros de viaje, videos y demás material disponible. Analizar en que temporada se va a viajar ya que eso es fundamental para el presupuesto. Durante los meses de verano, el precio suele ser más caro tanto en los vuelos como hospedajes. Las épocas de temporada baja son entre febrero y junio y entre septiembre y noviembre. Para quienes opten por pasar las fiestas en otro lado del mundo, tomar un vuelo en esta época puede ser una oportunidad ideal para conseguir buenos precios. En un primer viaje al viejo continente, es muy común tentarse y querer conocer muchas ciudades en muy poco tiempo, un buen consejo a tener en cuenta es pasar al menos 3 noches en ciudades grande y dos en ciudades o pueblos pequeños. Es importante tener en cuenta que los tiempos de traslado de ciudad a ciudad también forman parte del viaje. Existen muchas opciones para trasladarse desde un punto a otro, una de las mejores opciones suele ser el tren ya que este sistema de transporte está muy desarrollado y además las estaciones de trenes suelen estar ubicadas en el centro de la ciudad por lo que para llegar hacia el hospedaje no sólo que se va a necesitar menos tiempo, sino que también el transporte interno será más barato. Viajar en tren tiene otra ventaja más: no es necesario ir a la estación con tanta anticipación como en el caso de los aeropuertos. Regresando a la cuestión de los itinerarios, es importante tener en cuenta que cuanto menos destinos se visiten, el viaje resultará más placentero. Una vez que los destinos ya están elegidos, lo que sigue es escoger la forma de trasladarse de un lado a otro y los hospedajes. En cuanto a los traslados, más tiempo de anticipación significa menos dinero. Tanto los trenes como los aviones, cuando más anticipado se compre el boleto o billete, el viaje será más barato. Existen aplicaciones y páginas que muestran las distintas opciones que existen para trasladarse de un punto a otro, con sus respectivos horarios y precios. Otro consejo, en caso de optar por trenes si no desean viajar largas horas en tren, una buena opción suele ser buscar ciudades o pueblos intermedios para destinarles al menos dos noches. Muchas veces los destinos más pequeños o los menos renombrados son los que más sorprenden. Conocer solamente las capitales no permite tener una idea general del país, sus costumbres y tradiciones, por ello, es bueno animarse a escoger otros destinos off road. Para quienes opten por aerolíneas low cost, es importante tener en cuenta las condiciones de las mismas, es decir, si admiten equipaje incluido en el boleto o no, cuantos kilos se permiten, etc. Las opciones de hospedaje son infinitas, para presupuestos ajustados la mejor opción suelen ser los hostels. También existen opciones económicas en departamentos. Es importante mencionar que en el viejo continente se pueden encontrar hoteles, apart hotel y muchas opciones más. Hay tantas opciones como presupuestos disponibles. Otro dato importante es que existen en casi todas las ciudades europeas tours gratuitos, algunos de ellos en español. Los mismos son a pie y son ideales para conocer los principales datos para moverse por la ciudad, a la vez que son una oportunidad óptima para conocer nuevos amigos. Una vez finalizado el tour cada viajero deja una propina a consideración de cada uno. Es necesario cumplir con una serie de requisitos para ingresar a Europa, una de ellas es mostrar solvencia económica la cual puede ser demostrada con resumenes de tarjetas de crédito, cuentas bancarias o dinero en efectivo. Llevar la lista de hospedajes o carta de invitación a casa de un familiar o amigo, suele agilizar los trámites especialmente para quienes no cuentan con ciudadanía de algún país europeo. Otra cosa que suele exigirse para ingresar es un seguro médico que cubra al menos 30.000 euros. Existen buscadores en internet que permiten conocer las distintas opciones de seguro y presupuestos. No hay que olvidar que algunas tarjetas de crédito ofrecen seguros de viaje gratuito. Cuanto menos equipaje mejor. Esta regla funciona para cualquier destino del mundo, especialmente a la hora de viajar en tren o colectivo, resulta más sencillo ir ligero de equipaje. Para quienes dudan sobre viajar solos o no, una opción es optar por hostels, son una buena oportunidad para generar nuevas amistades, los grupos en internet y foros también permiten el contacto con viajeros de otro país o de otras partes del mundo. Otro consejo importante es comprar las entradas de las atracciones con anticipación a través de internet, de esta manera se puede entrar a los museos y lugares como la Torre Eiffel, Arco del Triunfo, Palacios, etc. sin necesidad de tener que hacer fila para comprar la entrada. Existen paseos y actividades al aire libre que también se pueden comprar con anticipación, pero nuestra sugerencia es comprarla en la misma semana a fin de poder chequear el pronóstico.

Brujas es la ciudad de Bélgica que más interés despierta en los turistas. Es una ciudad que invita a sumergirse en un cuento de hadas del que se puede ser parte. Muchos viajeros visitan la ciudad haciendo una excursión de un día, sin embargo, Brujas tiene varios atractivos turísticos y propuestas para realizar. En caso de querer pasar más tiempo en Brujas una propuesta de itinerario es la siguiente: Primer día en Brujas A modo de introducción se puede comenzar el primer día de estadía en Brujas con un paseo en carroza o en barco. En caso de que el tiempo no acompañe una alternativa es tomar el minibús, un bus turístico. Luego de un paseo, no es mala idea tomarse una pequeña pausa para tomar un café y seguir caminando por las calles de Brujas. Después del almuerzo una buena alternativa puede ser visitar los museos de la ciudad, es importante tener en cuenta que los lunes están cerrados. Un paseo por Brujas no está completo sin antes ver los cisnes deslizarse por el agua, con un poco de paciencia y también de suerte se pueden contemplar. Para quienes planifican el recorrido por Brujas entre los días martes y sábado, una buena opción es disfrutar del concierto del arpista Luc Van Laere el cual es gratuido! Por la noche se puede disfrutar de espectáculos de música clásica o de danza contemporánea. Segundo Día en Brujas Una manera de empezar el segundo día en Brujas es visitando temprano el Belfort Campanario un ícono de la ciudad. Se trata de una torre donde se puede obtener la mejor vista de la ciudad, para ello se deben subir unos 366 escalones. Aquí se encuentra el Carillón de Brujas que en el año 2014 junto con los demás carillones en Bélgica ue reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial mundial. El paseo de la mañana puede completarse visitando la plaza del mercado, donde los habitantes del lugar suelen tomar café y leer el diario. Los miércoles se desarolla un marcado. El Markt, es un punto de salida ideal para visitar las principales calles comerciales con sus tiendas famosas. También existen tiendas donde se pueden comprar artesanías hechas en Brujas. Por la tarde, para quienes deseen evitar las concentraciones de turistas un buen punto para ir es el barrio tranquilo de Santa Anna donde se encuentran museos como el Museo del encaje y el Museo etnográfico. Por la tarde, es un momento ideal para conocer por qué a Brujas se la conoce como la capital del chocolate, se dice que en ningún otro sitio del mundo pueden encontrase tantos chocolateros artesanales. Además de disfrutar de una rica cena, se puede terminar el paseo por la mágica localidad de Brujas en alguno de sus encantadores bristós o bares. Brujas al igual que otros destinos de Bélgica, representa una oportunidad ideal para probar y comer cosas dulces como los Waffles. Gante Gante es una localidad que se encuentra muy cerca de Brujas. Una opción es dedicarle una noche más a la localidad de Brujas y desde allí visitar la localidad de Gante (Existen servicios de transporte cada una hora entre una ciudad y la otra) mientras que otra alternativa es hospedarse directamente en Gante. Gante se caracteriza por ser una ciudad animada, un 20 % de su población son estudiantes. Su centro histórico es muy rico e interesante como el de la vecina Brujas. Tiene canales y un precioso centro urbano medieval como su vecina. Entre los imperdibles de Gante se encuentran: la Catedral, tres siglos tardó en construirse y puede decirse que valió la pena. Se suman a los puntos a visitar el Castillo de Gante y el ayuntamiento el cual no pasa para nada desapercibido.

Algunas personas definitivamente no se sienten cómodas con la idea de alojarse en casa de un desconocido sin pagar nada cuando están viajando (dígase Couchsurfing). O tampoco están dispuestas a alojar gente en su casa para conseguir las referencias necesarias. Pero si el presupuesto sigue siendo bajo hay otras buenas opciones. Una es Airbnb, el famoso marketplace de alquiler temporal de viviendas. Es un principio parecido al de Couchsurfing, donde nos quedamos en casa de gente local. Aunque aquí sí hay que pagar. Inscribirse es fácil y no es necesario que alojemos gente para poder pedir alojo. Debemos asociar una tarjeta bancaria a nuestra cuenta y así podremos reservar habitaciones en cualquier destino. La búsqueda es sencilla y Airbnb nos muestra un mapa con el precio por noche en cada punto de la ciudad. Podemos filtrar nuestra búsqueda por precio, tipo de habitación (compartida, privada, apartamento entero, casa…), vecindario, servicios y normas de la casa (internet, pet friendly, fumadores…). Los precios varían en cada destino y el tipo de habitación disponible. Alguno de los más baratos que conseguí fue en Innsbruck, Austria, por 16 euros la noche. Pero hay que decir que su ubicación era lejos del centro y eso me resultaba algo incómodo. La razón por la que decidí usarlo en Innsbruck fue porque los hostales eran excesivamente caros allí. Pero esto no siempre sucede en todos los lugares. Hay hostales de precios módicos en la mayoría de las ciudades turísticas, y a veces pueden resultar más baratos que un Airbnb. Es el caso de las ciudades italianas, donde por una noche en una habitación compartida con desayuno incluido podía pagar desde 12 euros (a pesar de que fui en las vacaciones de Navidad), cuando es difícil encontrar un Airbnb por menos de 15, a lo que hay que sumarle unos dos euros por gastos de servicio. Existen muchísimos buscadores de hostales en internet. Los que yo he usado son Hostelworld y Booking. ¿Cuál recomiendo? Booking, ya que Hostelworld nos retiene un 10% de comisión en la tarjeta, y si al final cancelamos nuestra reserva perderemos ese dinero. Mientras que en Booking la mayoría de las veces se reserva sin pagar en línea. Se liquida todo directamente en el establecimiento. ¿Cuál de las dos opciones es mejor? En cada destino tendremos que evaluar las dos opciones y ver qué nos resulta más barato. En caso de que ambas tengan precios similares yo recomendaría pagar el sitio con la mejor ubicación. No nos vale mucho la pena pagar un precio bajo pero tener que transportarnos a diario en metro o buses (que en Europa suelen ser caros). Ahora hay que decir que los precios baratos en los hostales se encuentran en las habitaciones compartidas, donde tendremos que dormir en literas junto con otras 3, 6, 10 o hasta 15 personas desconocidas en el mismo cuarto (muchas de ellas roncan, créanme). Así mismo nos veremos forzados a usar las duchas y los baños compartidos, sin agregar que tendremos que dejar nuestras mochilas a la intemperie, por lo que un candado de seguridad resulta obligatorio. Por ello muchas personas prefieren gastar un poco más y usar Airbnb, donde dormiremos en la comodidad de una casa/apartamento privado y podremos conocer gente local, y no turistas. Para cualquiera de las dos formas un último tip es llevar siempre consigo tapones para los oídos y un antifaz para dormir. Es de saberse que no podemos esperar grandes lujos al viajar barato. Y si tenemos que compartir dormitorios, sea en hostales o casas, nada mejor que conciliar un buen sueño con los oídos y los ojos cubiertos.

Málaga es la capital de la provincia del mismo nombre, una sitio con varias propuestas que van desde la visita a museos, recorrer el Jardín Botánico, disfrutar de las playas e ir de tapas. La ciudad cuenta con varios espacios verdes como el Parque de Málaga, el cual es simplemente conocido como el Parque. Otro importante espacio de recreación es el Jardín Botánico subtropical el cual se sitúa paralelo al puerto, allí se pueden ver especies de los cinco contenidos las cuales se han podido adaptar de manera natural a la ciudad de Málaga, es una auténtica rareza botánica de Europa. Un paseo por Málaga no está completo sin antes recorrer el Centro Histórico y Conjunto Histórico. La Alameda Principal es la principal calle del centro, un paseo decorado por varios ficus que son testigos del paso del tiempo en la ciudad. Un sitio para conocer en el centro es la Antigua taberna donde se pueden degustar los vinos malagueños. La ciudad es famosa porque allí nació un importante pinto: Pablo Picasso, por ello una visita obliga es recorrer su casa natal donde se encuentra el museo del artista, donde además pueden verse artículos relacionados con su infancia. Otra de las calles a recorrer es la calle Alcazabilla, un recorrido cargado de historia donde se encuentran importantes construcciones históricas como el Palacio de la Aduana, el Teatro Romano y un palacio muy llamativo de estilo renacentista, el Palacio de los Condes de Buena Vista. La ciudad cuenta con varios mercados artesanales como el Mercado Barrio de las Artes, ubicado en el Barrio del Soho, una propuesta para conocer más sobre la ciudad, donde se pueden encontrar antigüedades, objetos de estilo vintage, además de productos gourmet. Es importante prestar atención a las aperturas de estos mercados, por ejemplo este mercado tiene lugar el primer sábado de cada mes. Hay dos momentos ideales para sacar una buena postal de Málaga: el amanecer y el atardecer. Vale la pena salir temprano e ir a las playas para contemplar los tonos dorados. La zona popular del centro histórico y sus alrededores invitan a descubrir la vida local y conocer el movimiento de la ciudad, gente que va y que viene, vendedores de pescados, aromas de frutas y verduras. Recorrer el centro es una buena opción para desayunar con churros y un café o chocolatada doble. Las horas del atardecer tienen también su encanto, un buen plan es en horas previas a la caída del sol , buscar una terraza donde se pueda tomar algo y disfrutar de este momento tan único del día. Por las noches existen varias opciones, desde zonas bulliciosas con música para bailar y también zonas más tranquilas que invitan a la charla. En algunos bares puede disfrutarse de música en vivo. En los alrededores de la ciudad también se encuentran otras propuestas como la zona de la Plaza Mayor, disfrutar de discotecas y bares de un ambiente muy animado. Museos de Málaga Museo CAC: es un museo de Arte Contemporáneo, se encuentra en la zona del Soho de Málaga.Picasso: Es el museo más importante y representativo de la ciudad, donde se puede ver una importante colección del renombrado autor. Centre Pompidou: Sitio donde se pueden ver obras de magritte, Giacometti, Kahlo, Chagali entre otros. El Museo de San Petesburgo: la ciudad de Málaga cuenta con una sede estatal del museo ruso, comparte el espacio con el Museo Automovilístico donde además se puede ver una interesante colección de ropa. El Museo de Málaga: edificio muy llamativo donde se pueden ver más de 2200 piezas de las colecciones de museos de Bellas Artes y también piezas relacionadas a la arqueología y de reconocidos artistas. Información útil Málaga tiene un promedio de 300 días de sol por año y se estima que en promedio sólo llueve 50, el clima siempre es benigno, no se puede dejar de probar los helados de la ciudad. Una de las playas más concurridas es la playa de Malagueta con mucha gente paseando y disfrutando de distintos deportes. El punto panorámico para obtener la mejor vista de la ciudad es Gibralfaro, es un paseo imperdible. Una buena opción para conseguir souvenires es recorrer la tienda el Museo de Picasso