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flormdk

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  1. Hola amigo viajero! Creo que cualquiera de las dos opciones que tomes te va a gustar. Hace unos veranos yo combiné Trelew con Puerto Madryn y con las Grutas. Desde Trelew podes conocer una de las pingüineras más importantes del mundo: Punta Tombo.Y podes conocer el cercano pueblo de Gaiman, también con encanto galés, un lugar muy pintoresco que parece detenido en el tiempo. En Madryn podes hacer la excursión a la Península Valdés, es una excursión de día completo, espectacular! Y finalmente Las Grutas es un destino para descansar, de sol y playa!
  2. Hola! Tenes como dicen todos distintas opciones... Alquilar, hacer excursiones contratando empresas o hacer todos los viajes en colectivo, todo tiene su pro y su contra. ´Pero como vas a ir de "una punta a la otra" de Trelew a Calafate, lo que te recomendaría es que alquiles un auto o compres alguno, son varios kilómetros y quizás tengas que tomar muchos colectivos. Además yendo en auto podes acomodar tus tiempos y conocer más, te recomiendo pasar por la Meseta de Somuncurá, no para parar y estar porque creo que solamente hay un alojamiento alternativo, sino para pasar en auto y ver la geografía del paisaje, es algo único, un lugar virgen para conocer la Patagonia en su estado más puro! Suerteeeeeee!
  3. Hola! me parece genial lo que decis... Las excursiones suelen ser "pesaaadas", 12 horas, subiendo y bajando según antojo de los guías, la verdad que incomodísimo, más si vas a viajar con niños quienes además se sentirán reprimidos a jugar, cantar, gritar, y demás cosas que hacen los pequeños. Lo mejor es hacer los paseos a cuenta propia, o de último llegar a los Parques Nacionales y allí contratar los guías ya que tampoco es seguro estar en zonas protegidas donde uno no conoce nada. Las rutas suelen estar bastante bien, hay tramos de ripio por lo que te recomiendo manejar con precaución. suerte con tu viaje! soy amante de la Patagonia así que si tenes más dudas preguntame
  4. Hola!! Mirá no conozco personalmente Cachi, pero leí la info del Ovnipuerto. Cachi es un pueblito ubicado en los Valles Calchaquíes, es un lugar sumamente tranquilo pero los habitantes del lugar afirman haber visto ovnis. Será cuestión de "creer o reventar" jaja! Lo mejor de todo es que hay una pista! No es chiste... Pero hay un Ovnipuerto. Fue construido por un ciudadano suizo quien decía que iba siguiendo las ordenes del más allá... La pista de aterrizajes consiste en un trazado realizado con piedras con forma de una estrella que tiene unas 36 puntas con 48 metros de diámetro. De última esta bueno ir a ver la pista, por fotos se ve genial!
  5. Estaba en la localidad de Caviahue, una hermosa “mini- ciudad” ubicada al lado de la Cordillera de Los Andes, en el Parque Provincial Copahue. Un lugar soñado, donde se respira aire puro y sobretodo tranquilidad. Y digo mini ciudad, no en sentido despectivo sino, todo lo contrario… Viven aproximadamente unas 500 personas. No hay que hacerse ilusiones con mudarse o construirse una casita, porque los terrenos ya están todos loteados y vendidos. Hay lista de espera. La razón del impedimento de más construcciones es que el Volcán Copahue, el cual se encuentra muy próximo, puede entrar en erupción haciendo que haya que evacuar al todo el pueblo. Parece mentira, pero a pesar de ser un lugar tan chiquitito, al estar enclavado en un Parque, tiene una gran cantidad de paseos para hacer. Estuve unos 5 días, pero creo que no fueron suficientes… Y todavía me queda pendiente conocerlo en invierno cuando cae la nieve y cambia el paisaje por completo… Uno de los tantos paseos que se puede hacer desde Aquí es conocer el Salto del Agrio. Yo lo había visto por foto en los folletos turísticos. Parecía una cascada común, nada llamativa. Es más recuerdo que le dije a mi novio “¿Vale la pena ir allá para ver solamente la cascada?” El me respondió que sí, que todos los lugareños decían que era algo impactante y que estando allí no lo podíamos perder. Entonces contratamos la excursión para ir. (Dato importante para el que tenga ganas de ir: se puede ir en auto de forma particular, la gente del lugar es muy amable y les va a explicar cómo llegar, además está muy cerca) Nosotros fuimos en excursión porque habíamos viajado en colectivo, sin vehículo particular. El camino hacia el lugar ya es pintoresco y además interesante. Creo que sería un placer para cualquier geólogo o también para los amantes de la geografía como es mi caso. Pasamos por los Riscos Bayos, un lugar muy misterioso… Es un tipo de formación rocosa formada por ceniza volcánica que se solidificó. Solamente existen tres lugares en el mundo donde se encuentra este tipo de formación… Caviahue, México y Turquía en la famosa Capadocia. Va otro dato importante: Están a solo 10 kilómetros de la villa, más exactamente en el kilómetro 16 de la Ruta 26, camino también a Copahue. Sí o sí se pasa por allí por lo que es imperdible no verlos y no sentirse deleitados con ellos. Luego de unos pocos kilómetros más, llegamos a destino al Salto del Agrio. Es un lugar impresionante, es un salto que tiene una altura aproximadamente de unos 60 metros de alto. Es muy llamativo, pero ninguna foto creo que logra reflejar todo su esplendor. El agua del salto cae sobre una pileta cuyas paredes muestran la forma de columna del basalto. Según comentó el guía, el Río Agrio nace en el Volcán Copahue (Volcán que podía verse desde Caviahue, se podía ver como estaba fumando). En su recorrido, o mejor dicho curso, deja siete saltos, los cuales se encuentran entre rocas y araucarias o pehuenes. El río llega hacia la meseta y allí conforma el Lago Caviahue. El Lago Caviahue también tiene su encanto, es uno de los pocos lagos ácidos del mundo. Al meter el pie, se siente raro, es una agua muy fría pero se nota algo distinto, intuyo que esto está relacionado con su acidez. El río Agrio recorre varios kilómetros conformando la Cascada del mismo nombre. Sigue su trayecto hacia varios pueblos y desemboca definitivamente en el río Neuquén. Hay tres miradores donde se puede apreciar el imponente paisaje. Eso sí, vayan bien equipados con calzado cómodo y de trekking para no resbalarse. Algo muy llamativo es la coloración naranja de las aguas, dicen que es una especie de tabla periódica porque allí pueden encontrarse unos cuantos minerales, principalmente el azufre. Es un lugar que no tendrían que perdérselo si andan paseando por el norte neuquino, es un paisaje único, como dije anteriormente ninguna foto logra mostrar lo imponente que es. Lógicamente agradezco a todos quienes me insistieron para que haga la excursión y no me la pierda, tenían mucha razón… Yo hice la excursión por la tarde, hay muchos que recomiendan hacerla por la mañana para ver el arcoíris que se forma con el vapor del agua. Quedará pendiente para otra oportunidad en la que pise el suelo neuquino…
  6. Muy buenas todas! Me he divertido un montón ya que me he visto reflejada... No quisiera pecar por negativa, pero quien no ha tenido uno de esos momentos en los que dice "¿¿¿¿Qué hago acá???" Me paso en Trelew, una ciudad de la patagonia argentina. Llegué muy cansada a la ciudad después de varias horas de viaje, desesperada por ir al hotel a bañarme y tomar algo. El hotel por fotos se veía lindo y cálido. Al llegar era otra cosa totalmente distinta, la ducha re incomoda, la habitación sumamente fea... Lo único bueno era la atención del lugar. Tenía planeado estar tres noches... la primera la soporte, la segunda hasta por ahí nomás ya al tercer día cambié hasta de planes de viaje me fui a Madryn. Eso sí la ciudad es imperdible! Tiene un encanto galés único con sus construcciones antiguas, un museo muy importante el MEF y la posibilidad de visitar Punta Tombo (motivo por el que viajé, para ver a los pingüinitos) En fin, el lugar fue horrible pero el viaje uno de los más lindos.. Como dice la consigna de lo malo hay que sacar lo bueno, no??
  7. Yo te recomendaría Caviahue, es un lugar soñado... Es un sitio ideal para descansar por la tranquilidad del lugar, pero también ofrece numerosos paseos para hacer, como caminar por montañas, conocer distintas partes del Parque Provincial Copahue, etc. Te vas a enamorar de las araucarias. Desde allí tenes varios lugares más para conocer como Aluminé y Pehuenia dos villas turísticas muy exclusivas. En caso de que te guste una opción de un lugar con más gente y movimiento una buena opción puede ser Bariloche, hay varios paseos y excursiones para hacer. Suerte con tu viaje!
  8. Yo iría de una a Nueva York, es más le dedicaría el mayor tiempo posible! Es una ciudad con una gran cantidad de paseos y cosas para hacer... El Central Park, la avenida que nunca duerme, los shoppings, hay tanto para ver y para hacer que me resultaría imposible no verme tentada a ir estando allá. Buen viaje!
  9. Hola a todos! Desde hace tiempo vengo planeando un viaje a África, por suerte esta vez se está dando todo, así que si tengo éxito antes de fin de año me estaría yendo (crucen los dedos por mí) En fin... Les escribo para que me den algunos consejos! Realmente odio las vacunas, ¿Alguien sabe si son necesarias? Yendo a la parte linda del tema... ¿Qué me recomiendan visitar? Creo que iré por 15 días pero no tengo definido nada por la emoción y ansiedad. Espero sus comentarios!
  10. Hola! Primero tendrías que pensar, si te gustaría conocer lo más famoso o si te gustan las llamadas "Capitales Imperiales", las del este, las menos visitadas. Es difícil ya sé pero bueno yo te recomendaría empezar por Madrid, para luego ir a París y a Roma, Venecia. Depende de la cantidad de días que quieras estar en cada lugar, pero yo le dedicaría al menos 3 o 4 días a cada ciudad. Buen viajeeeeeeeee!
  11. Hola! Creo que en tu lugar iría a Amsterdam o Colonia... Londres lo dejaría para otra ocasión, es una de las ciudades más caras del mundo junto con Nueva York por lo que te convendría reservarla para otro momento. Saludos!!!!
  12. Si vas a ir por una semana, creo que lo mejor es que contrates excursiones para que puedas conocer lo más posible! Yo no me perdería la excursión de la Quebrada de Humahuaca! Pero también depende que provincias quieras visitar. Por ejemplo, en mi primer viaje al Norte estuve solamente en Santiago del Estero donde conocí la ciudad capital, es interesante para conocerla porque fue la primer ciudad del país, se le llama Madre de Ciudades, tiene un museo super interesante y nuevo. También conocí las Termas de Río Hondo y la ciudad de San Miguel de Tucumán. Creo que para conocer todo tendrás que ir varias veces! Fijate por dónde queres empezar, buen viaje!!!!!!
  13. Había estado en San Martín de Los Andes, después en Villa La Angostura y después había subido hacia el Norte de la provincia del Neuquén para estar unos días en Caviahue y de paso conocer Copahue (Este último lugar prometo contárselos mejor en alguna otra historia o relato) Como se podrán imaginar fue un viaje bastante intenso del que volví más cansada que renovada, pero soy una viajera inquieta que no puede quedarse solamente en una ciudad o pueblo. Siempre quiero conocer más y más… Tomarme un micro y otro, conocer áreas naturales, llegar a puntos menos conocidos, etc, etc. En “el medio” de todos estos pueblos que nombré está la localidad de Pehuenia. Este lugar yo lo había visto por fotos en revistas de turismo y también por internet. Como no tengo la costumbre de volver al mismo lugar a vacacionar, sino conocía Pehuenia en ese viaje probablemente no lo iba a conocer. No digo que nunca, pero por lo menos en unos años, ya que para el próximo verano pienso agarrar viaje para otro lado… Viajé en colectivo, ya hace un tiempito tuvimos un accidente del que no hubo que lamentar nada grave más que la pérdida total del vehículo. Viajar en colectivo tiene como todo su pro y su contra… La contra más grande es que no tenés independencia, estás atado a las combinaciones de horarios y colectivos que existan. Ir a Pehuenia en colectivo desde Caviahue era imposible… Había que ir primero a Zapala lugar donde están todas las conexiones de colectivo para luego tomar otro micro. Todo iba a demorar unas 6 horas, más las 6 horas de vuelta era más viaje que conocer el destino. Por estas razones es que fuimos en una excursión de día completo. Salimos a las 8:00 con algo de sueño, cámara de fotos y protector solar. El viaje ya es todo un paseo porque en la ruta se pueden ver las araucarias o pehuenes además de la Cordillera. Luego de unas dos horas y media o tres llegamos a destino. Lo primero que hicimos fue ir hacia el lago Moquehue, un espejo de agua de coloración azul intensa como todos los lagos de la Patagonia. Son todos maravillosos, transparentes, se puede ver el fondo, pero algo llamativo es que los colores no son exactamente iguales, algunos son de color azul más intenso otros son más pasteles. Dimos un paseo en lancha sobre el lago Moquehue, fue una experiencia muy linda similar a una que habíamos hecho en el lago Nahuel Huapi. El siguiente punto para conocer en la excursión era Mahuida, no sin antes parar para almorzar algo ya que era el mediodía. Luego de reponer energías salimos hacia Batea Mahuida, es un Parque administrado por una comunidad de Mapuches, los Puel. En todos estos pueblos del Norte Neuquino habitan varias comunidades de pueblos originarios. Este espacio natural se aprovecha durante el invierno para esquiar y durante el verano para conocer el cráter del volcán. En su centro hay una laguna para contemplar, y digo para contemplar porque hay carteles que dicen prohibido bañarse, aunque nunca falta que el hace caso omiso a las reglas… Antes de emprender el regreso fuimos al Mirador Las Antenas, desde este punto se puede ver la unión de los Lagos Moquehue y Aluminé. Parece la pintura de un cuadro, es increíblemente maravilloso, difícil de describir con palabras. Sacamos algunas fotos y dimos un pequeño city tour por la ciudad de Pehuenia. Suena raro decir ciudad ya que tiene unos 700 habitantes, los cuales viven del turismo. Hay varias casas muy lindas, aisladas unas de otras y ubicadas sobre puntos altos. Es un lugar muy tranquilo para estar en contacto con la naturaleza. Según leí en una revista, es uno de los pueblos más jóvenes de la Argentina, cumplió 26 años hace unos pocos días. Fue un paseo muy lindo, quizás en otra oportunidad me hospede allí para conocerlo más a fondo, pero eso será más adelante en unos años ya que repetir no es lo mio, a no ser que vuelva en invierno con otra postal y para esquiar. De todas formas ya tengo planes para el próximo invierno, conocer el sur “más profundo” y llegar a Ushuaia la ciudad más austral de todo el mundo…
  14. Mis últimas vacaciones las pasé en Caviahue, un pueblo ubicado en el norte de la provincia del Nuequén. Es un pequeña ciudad ubicada a orillas del Lago de igual nombre en la Cordillera de Los Andes. Tiene la particularidad de estar dentro de un Parque Provincial. Es algo que al principio me costó entender… Yo pensaba “¿Cómo es que existe una ciudad dentro de un Parque?” Es algo medio raro… Si bien es cierto que todas las áreas protegidas tienen zonas con distintos tipos de uso, no dejó de llamarme la atención. Lo mejor de todo esto es que hay una gran cantidad de paseos para hacer, muchos de ellos se pueden hacer caminando. Cuestión ideal para mí ya que adoro caminar. Uno de los puntos que me recomendaron conocer fue la Laguna Escondida. Para llegar hacia la Laguna, había que caminar asciendo una pequeña montaña o mejor dicho sierra. No tenía un calzado de trekking pero de todas formas me animé a hacer el paseo. Llegué al punto donde comenzaba el recorrido y no había absolutamente nadie. Cosa que no me sorprendió porque en el pueblo viven unas 500, 600 personas... En temporada alta algunas más que vienen a trabajar. Es muy común caminar y no cruzarse a nadie, cosa que en la ciudad donde vivo es algo imposible. Pero ya me había acostumbrado a la falta de gente. Empecé a subir siguiendo unas pequeñas marcas. En algunos puntos hay troncos de árboles con flechas y también hay algunas piedras con pintadas blancas. No voy a decir que es fácil seguir el recorrido porque a mi criterio tendría que estar un poco más señalizado, con flechas de colores más llamativos, con más cantidad de pintadas. Lo bueno es que si prestas atención al suelo, vez las marcas de zapatillas y con eso te guías un poco más. Así que fui subiendo caminando entre las magníficas araucarias. Era la tardecita, tipo 19:00 horas, horario que recomiendo para hacer este paseo porque durante el día el sol está demasiado fuerte. Por suerte allí oscurece bastante tarde, tipo 21:15 horas. Subí bastante rápido quería que me quedara tiempo para sacar fotos y que no me sorprendiera la noche. A medida que comenzaba a ascender podía ir viendo al pueblo desde lo alto y también los medios de elevación que se utilizan en el invierno. Otra de las cosas que se puede ver mejor en altura, es el Volcán Copahue. Se podía ver como el Volcán estaba fumando en ese momento. Después de unos esfuerzos, no muy grandes llegamos a la cima de la montaña o sierra. Desde allí se obtiene la mejor vista de todas… Se pueden ver los límites y forma del Lago Caviahue y toda la pequeña ciudad. Parecía una maqueta de juguete, realmente muy linda. Es que es un pueblo encantador, con gente sumamente amable y hospitalaria, con construcciones de madera y piedras y con un paisaje espectacular. El quid de la cuestión era la Laguna Escondida, nombre realmente muy buen puesto. Luego de terminar de ascender se llega a este punto que les comentaba anteriormente dónde se puede ver toda la ciudad y si giras la vista al otro lado ahí se puede ver la Laguna. Un espejo de agua bellísimo de una coloración azul intenso, enmarcada por araucarias y un cielo totalmente diáfano. Esa es otra de las cosas que me llamaron la atención… En estas tierras todos los días estaba soleado y era muy raro ver una nube. El cielo parecía una pintura de un cuadro. Después de sacar unas cuentas fotos me senté unos pocos minutos a tomar algo fresco y emprendí el regreso. No quería que me agarrara la noche, me daba miedo encontrarme algún animal. En el recorrido solamente me crucé a alguna que otra lagartija, pero debo admitir que los animales de la familia de los reptiles no son santo de mi devoción. De todas formas, el descenso es siempre más simple, uno ya sabe por donde volver y la bajada es siempre más fácil que la subida. Afortunadamente llegue bien e incluso con margen de tiempo antes de que cayera el sol. La verdad que la experiencia me encantó. Prometo comprarme calzado de trekking para hacer alguna otra escalada en algún momento, es una experiencia divertida ir viendo que roca pisar, por donde pasar, esquivar plantas e ir sacando fotos.
  15. “¿A dónde vamos este verano?”, fue la pregunta que le hice a mi novio para empezar a organizar las vacaciones. “No sé, a donde vos quieras, vos sos la que siempre organiza” me respondió. Sí, es cierto, yo siempre planifico nuestras vacaciones organizando a dónde vamos, dónde paramos, qué lugares visitamos, qué excursiones vamos a hacer, etc. Pero tenía ganas de que él también participará de la decisión, entonces le dije “Te toca elegir a vos a esta vez”. Se puso a pensar, pero seguía sin tener ninguna idea. Tenía al lado de mi escritorio una guía de turismo, siempre estoy rodeada de papeles y guías porque me encanta leer cosas de sobre viajes y turismo. Para simplificar el asunto, agarré la guía de Argentina y empecé a pasar las hojas rápidamente y le dije vos poné el dedo en una hoja sin mirar. Pasé un par de hojas y él marcó con el dedo una de las páginas. El destino que tocé en suerte fue Caviahue. Es un pueblo de la Patagonia argentina, ubicado en el Norte de la provincia del Neuquén. Planificamos el viaje para parar 5 días en Caviahue. Una vez que ya estábamos en viaje pensé “No será mucho tiempo para conocerlo, es un lugar chico”. Para colmo, la guía de turismo no tenía mucha información sobre este lugar. A penas unos breves párrafos. El sitio web del lugar decía algo así como “101 propuestas para elegir Caviahue”, cosa que al principio me sonaba a que era un poco exagerado. Dejé los prejuicios de lado, porque como les comenté en alguna otra ocasión… Mi meta es conocer todo mi país, lo turístico y lo no turístico. Así que preparé las valijas, la cámara de foto y salí… Llegué a destino a las 3:00 de la mañana. El micro me dejó frente al lago… Como se podrán imaginar estaba oscuro, no había nadie. Ya sabía que no había taxis ni remises. Debo confesar que me dio un poco de miedo, estabamos solos, en el medio de la nada literal. Seguí las indicaciones que me habían dado por teléfono los dueños del hotel y caminé hacía allí. Creo que fueron tres o cuatro cuadras, pero se me hicieron largas. Para colmo de males, pasé por varios puntos que estaban en construcción. Me pareció que estaba en un lugar más que equivocado. Encima, ya tenía comprados los pasajes de vuelta... Llegué al hotel, me indicaron donde estaba mi habitación y me acomodé para dormir, con mi cabeza que pensaba a mil. De pronto mi novio me dice “Viste, no se escucha nada, hay silencio total”. Y yo le respondo “Che yo escucho una alarma” y me dijo “Prestá atención, tendrás ese sonido en tu cabeza”. Me relajé y me di cuenta que era totalmente cierto. Había silencio. Era total y absoluto. Por primera vez en mi vida escuché el silencio total, fue increíble. A la mañana me levanté, desayuné y decidí volver a dormir, seguía sumamente cansada. Después de una mini siesta matutina, salí a conocer. Y fue en ese momento que contra todo mi pronóstico negativo, me di cuenta que estaba EN UN LUGAR MARAVILLOSO. Caviahue es un ciudad muy especial, por varias razones… En primer lugar, está dentro de un área natural protegida, el Parque Provincial Copahue. En segundo lugar, es una ciudad muy pequeña con unos 600 habitantes y en tercer lugar los paisajes se combinan con tranquilidad, paz y silencio. Fui a la oficina de turismo para buscar algunos folletos. Adoro coleccionar folletos de los destinos a los que visito, porque además me ayudan a aprender un montón de cosas. El chico que me atendió me mostro un mapa del Parque Copahue y todos los paseos que se podían hacer, visitar cascadas, saltos, lagunas, hacer trekking por entre las montañas, etc. Es raro entender que uno está dentro de un Parque, que la ciudad está dentro de esta área protegida. La postal es única, una ciudad pequeñita a orillas de un espejo de agua, rodeada de montañas (las cuales pertenecen a la Cordillera de Los Andes) y con vista al Volcán Copahue. Me encantó el lugar, está lleno de araucarias, un árbol muy llamativo para mí ya que no estoy acostumbrada a verlos todos los días. Es una ciudad, aunque me resulta extraño decirle así, con muy poca cantidad de gente viviendo allí. Hay varias casas y lugares en construcción, también hoteles y complejos turísticos. Pero no se hagan ilusiones, los terrenos disponibles ya están todos vendidos y no se puede construir más. Por ser una área protegida y por precaución de que el Volcán entre en erupción, no se puede construir más. Hay listas de espera. Así que las opciones son, anotarse y esperar, tener la suerte de que alguien quiera vender, o simplemente elegir el lugar para vacacionar. Otra cosa llamativa, es que muchas de las personas que allí viven, provienen de grandes ciudades, como por ejemplo Buenos Aires y Rosario. También había gente de Mar del Plata, mi ciudad. Todos fueron en búsqueda de lo mismo: tranquilidad. Demás está decir, que los cinco días que estuvé allí no fueron suficientes para conocer todo, pero no importa porque me sirve de excusa para volver algún otro día. Sumado a ello, durante el invierno se llena completamente de nieve, dando lugar a otra postal a la que algún día conoceré.
  16. Llegué a la ciudad de Villa La Angostura luego de unas pocas horas de viaje, ya que venía desde un punto bastante cercano, San Martín de Los Andes. Lo primero que hice, como de costumbre, fue ir hacia el hotel para dejar las valijas y empezar a organizarme. Mientras tomaba una soda fresca con un tostado, le pregunté a la recepcionista del hotel “¿Sabes cuál es la mejor forma para llegar al Parque Nacional Los Arrayanes?” Me respondió que se podía ir en auto, en bicicleta, caminando o en lancha. No me llevó mucho tiempo elegir… auto no tenía, bicicleta no sé andar (nunca anduve, de chica prefería los triciclos), ¿Caminar? No tenía ganas hacía mucho calor y el sol estaba muy fuerte… Entonces le dije que quería ir en lancha y le pregunté cómo tenía que hacer. Me dijo que tenía que llegar hacia el muelle viejo y ahí podía tomar un paseo en lancha. Era la 1:00 del mediodía y la lancha partía 1:30… Tan pronto como pude me preparé para salir con calzado cómodo, protector y la infaltable cámara de fotos. Llegué, como se podrán imaginar, con los minutos justos ya que el taxi había tardado en llegar y el muelle estaba bastante distante del hotel. Me subí a la lancha y empezó el recorrido. Navegamos el Lago Nahuel Huapi. La verdad que la experiencia es algo único. Ver el agua transparente de un color azul intenso fuerte, rodeadas de la tupida vegetación es un espectáculo único. Después de unos 40 minutos o 30, no sé exactamente porque uno pierde la noción del tiempo cuando la está pasando tan bien... Llegamos al Parque. Teníamos una hora para recorrerlo y sacar fotos. No hay forma de perderse porque los senderos están marcados y hechos de una manera muy perfecta, con escalinatas de madera preservando el ambiente. La estrella del Parque o del Bosque, son esos árboles tan particulares que llevan el nombre de Arrayanes. Son de una coloración medio extraña, tirando a naranja, un color medio cobrizo. Lo más llamativo es que los tocas y están fríos. Estos árboles crecen en los bosques templados de Argentina y de Chile. En Argentina es posible encontrarlos desde el centro de la provincia del Neuquén hasta el norte de la provincia del Chubut. En el recorrido también pude ver unas hermosas flores. Una de ellas es el Amancay, con un color difícil de describir entre amarillo y anaranjado combinando perfectamente con los árboles del Parque. El logo de turismo de la provincia del Neuquén, tiene una flor muy particular. Desde el momento en que vi el primer folleto, me había llamado la atención, no entendía por qué esa flor. Caminando por el bosque lo entendí, es otra de las flores típicas de la provincia, lleva un nombre de Mutisia y tiene un color bastante similar a la flor Amancay, aunque quizás un tono más oscuro. Después de deleitarme con el paseo y de sacar unas cuantas fotos, llegó el momento de regresar al muelle para partir. Por supuesto que aproveché también para fotografiarlo, ya que también tiene su encanto. Mientras íbamos regresando, la persona encargada de la embarcación nos comentaba que hace unos años atrás, la ciudad había quedado tapada por cenizas como consecuencia del Volcán Puyehue. “No se podía ver bien, a las 17:00 horas ya estaba de noche en pleno verano, cuando acá oscurece a las 21:45 en pleno verano”. Pero después agregó que gracias al trabajo de la gente la localidad de Villa La Angostura volvió a resurgir aún más linda que antes. Era la primera vez que yo estaba allí pero doy fe de que es una ciudad espectacular. Uno está caminando por la ciudad y en ningún momento se pierde la vista de la Cordillera de Los Andes. Otra cosa fantástica, es que todas las calles están repletas de rosas al igual que la vecina ciudad de San Martín de Los Andes. Todos los negocios y todas las construcciones tienen un espectacular diseño de maderas y piedras estilo cabaña. Después de dar una vuelta por el centro y de averiguar en la terminal por los próximos pasajes sentía ganas de cenar, pero me parecía que era demasiado temprano porque estaba de día… Miró la hora y ya eran cerca de las 21:00 y recordé las palabras del encargado de la embarcación, allí oscurece mucho más tarde. Los locales gastronómicos tienen su encanto, son pequeños lugares con una cantidad de mesas que no sobrepasan las diez, quince. Generalmente son atendidos por sus propios dueños. Los precios son un poco más caros que en otros lugares del Sur de Argentina, pero no es cuestión de asustarse tampoco es que sean impagables! Después de un día intenso de recorridos y caminatas volví al hotel para descansar y nuevamente armar las valijas, ya que me esperaba Caviahue…
  17. Nueva York, es una ciudad caleidoscópica como casi todas, bastante neurótica como muchas, pero irresistible como muy pocas. Es imposible no sentirse con la ansiedad al mil, al saber que vas a conocer una de las ciudades más fabulosas e inquietantes del mundo. La ansiedad se va acrecentado cuando vas armando el viaje, y creo que se acelera aún más el día que tenés el pasaje en la mano. Ni bien estaba confirmado que iba a partir hacia allá, empecé a buscar todo tipo de información, de cómo llegar, recomendaciones de restaurantes, opiniones de viajeros. Los puntos para conocer ya los tenía en mente, de mirar tantas películas y de leer cosas sobre la ciudad. Nueva York siempre había despertado en mí un interés enorme… Es una ciudad que a mi criterio, tiene un imán, atrae a turistas y viajeros de todo el mundo. Llegué al hotel, extremadamente cansada, pero desesperada por salir. Hice el famoso check in y me senté a desayunar, mientras sacaba mi cuaderno de anotaciones y miraba el plano de la ciudad para ver por dónde empezar. Hay tanto para ver y para hacer, que es imposible no ponerse ansioso e intentar organizar todo para que los tiempos alcancen y rindan al máximo. El primer lugar de la lista de puntos a conocer fue la Quinta Avenida, uno de los principales símbolos de la ciudad de Nueva York. Dicen los lugareños, que hace muchos años atrás era uno de los lugares turísticos fundamentales, pero que actualmente no es tan así. No sé cómo sería antes para que opinen así, pero hoy en día es un mundo de gente que va y viene y sin quererse se choca. Otro de los lugares que visité, al día siguiente, fue el Central Park, pulmón verde por excelencia. Cada barrio tiene su parque, pero este es único. Podría definirlo como “el rey de los espacios verdes”. Cada habitante y cada turista se adueña del parque a su manera, algunos haciendo algo de deporte, caminando a ritmo rápido, otros haciendo running, por supuesto que no faltan las parejas de turistas que están de picnic, otros leyendo, otros haciendo fotos para una fiesta o boda, otros con música, otros como yo observando todo lo que pasa en este lugar tan emblemático de la ciudad. Está la opción de alquilar una bicicleta para dar un pantallazo por el Parque, se alquilan por hora, lo recomiendo, es otra manera de conocer el lugar y el precio no es muy caro. No me gusta la comida china para nada, en lo más mínimo, tampoco me gustan sus souvenires y adornos, ni su estilo de dragones, no es que esté menospreciando a la cultura china, para nada. Me llama la atención a pesar de que no comparto su gusto. Por eso, aproveché para ir a conocer el Chinatown de Manhattan. Según leí en algún lado, se calcula que hay tres millones de chinos en el país (contando tanto los residentes legales como los ilegales) conforma la comunidad más grande fuera del continente asiático. En Chinatown hay de todo para comprar, joyas, carteras y productos que son réplicas de reconocidas marcas a precios muy accesibles. Las pescaderías, como se podrán imaginar, abundan. Por supuesto, que cada vez que veía alguna pasaba “bien rapidito”. Sin exagerar, en este barrio hay más de 200 restaurantes donde se pueden probar platos típicos. No me animé, no es mi estilo de comida, pero aproveché a caminar y conocer por fuera los distintos lugares. Me gusta además, observar a la gente (creo que me hubiera gustado estudiar antropología, siempre estoy leyendo cosas sobre lenguaje corporal u observando, me encanta, me apasiona y más en un lugar tan especial como el Chinatown) Otra zona comercial que quedó grabada en mi memoria es el “Time Square”, el mítico cruce de Broadway y la 7ª, un punto de la ciudad de Nueva York que brilla las 24 horas sin parar. Durante varios años había tenido muy mala fama, pero con el tiempo se fue transformando en un lugar turístico sin igual. Es bastante difícil avanzar por la gran cantidad de gente que hay, y lo que hace aún peor las cosas a la hora de caminar, es los grandes descuentos que ofrecen las tiendas. La gente se detiene a ver y se dificulta el paso. Las publicidades son totalmente distintas a las que estoy acostumbrada a ver en mi ciudad, (en Mar del Plata un reciente código publicitario, prohibió los carteles de gran tamaño como así también los que sobresalen, la ciudad cambió totalmente y quedo muy limpia en ese aspecto) Pero, en Nueva York, y especialmente en este lugar, las pautas son otras. Aquí las publicidades son tamaño extra large, especialmente los de los musicales, que se pelean para ver que cartel llama más la atención y logra vender más y más entradas. El Time Square es una esquina fascinante, alucinante por dónde se la mire… Por supuesto que es imposible ir a Nueva York y no visitar Lady Liberty. El viaje a este punto es emocionante, es el símbolo democrático por excelencia, y lo más llamativo es que durante el paseo se puede ver gente de todos lados. El día que la visité había gente de todas partes, de India, Israel, Trinidad y Tobago, Venezuela, España y la lista podría continuar. Luego de compras y paseos por calles coloridas, pobladas y luminosas, dejé la ciudad de Nueva York, por supuesto que sin las más mínimas ganas de irme. Creo que haría faltan al menos un mes para poder conocerla en detalle…
  18. Un destino muy conocido por los deportes relacionados con el viento es Ceará. Este sitio es muy buscado por los amantes del Kitesurf y del windsurf y también es una buena opción para turistas curiosos, ávidos de nuevos paseos, como es mi caso. Vale aclarar que los “deportes de viento” no me atraen, prefiero los de invierno. Además, en este viaje tenía en mente la idea de broncearme y descansar. Primera parada: Canoa Quebrada El primer punto que visitamos fue Canoa Quebrada. En sus cuadras cada noche se da un encuentro único donde tienen cita artesanos ambulantes, músico, bailarines espontáneos que llevan el ritmo en su sangre, trotamundos y todo tipo de curiosos. La “fiesta” dura hasta el amanecer. Nadie parece cansarse ni querer irse a dormir. Hace muchos años atrás, este sitio supo ser una Aldea de Pescadores además de un reducto hippie. En su calle central siempre existieron algunos “mercadinhnos”. Dicen los lugareños que nunca antes había habido tanta gente como ahora, hoy la peatonal de difícil pronunciación: “calçadão es un hormiguero humano y doy fe de ello. A la tardecita cuando van terminando las horas de playa, el lugar se llena de gente. Algo que me llamó la atención, fue enterarme por los lugareños, que cada playa tiene su color. En el caso de Canoa Quebrada, la playa tiene un color rojo ladrillo, pero también las hay de color blanca muy blanca y también azules. Canoa Quebrada es un lugar realmente enigmático. Historia en Aracatí Para conocer el pasado de Ceará, lo mejor es recorrer el centro histórico de Aracatí y eso fue lo que hice un día un poco nublado. Los centros históricos siempre tienen su encanto y son una invitación para conocer el pasado del lugar. Es muy llamativo, ver las fachadas de los edificios, casi todos ellos tienen dos plantas, algunos esperan ser restaurados (o deberían serlo), tienen llamativas decoraciones con azulejos reflejando el antiguo gusto portugués y colores fuertes. La variedad de formas y de diseños es increíble, hay tramas y diseños en gamas del verde, también del amarillo, blanco y azul. No pude con mi genio, de querer saber de dónde provienen los nombres y le pregunté a uno de los lugareños, quien me respondió que el nombre proviene de la lengua tupí y que significa “aire perfumado”. Luego de dar el primer recorrido por Aracatí y apreciar las fachadas del lugar, me senté a almorzar en uno de los restaurantes más recomendados. Desafortunadamente había varios platos a base de pescados y cangrejos, cosa que no me atrae en lo más mínimo, debo admitir que estoy considerando la idea de hacerme vegetariana, cada vez consumo menos carne. Lo que hice fue optar por algo refrescante. En realidad no tenía tanta hambre, sólo cansancio y sobre todo sed, mucha sed. El punto en que se pone más interesante el viaje: Fortaleza Llegué a la capital del estado, una ciudad que es llamada como ciudad noctámbula, hay quienes dicen que es la meca de los noctívagos. En Fortaleza, al caer el sol empieza la fiesta y dura hasta la mañana siguiente. Hay de todo para hacer… visitar restaurantes de moda, recorrer las ferias de artesanos en las playas, ir a bares con música en vivo, la verdad que las opciones son inagotables. Me hubiera gustado quedarme más tiempo, adoro bailar y sobre todo al compás de la música brasilera. Hay varios clubes, o como les llamo yo, boliches, en donde se pasa muy buena música. Pero no sólo la vida nocturna es lo que tiene Fortaleza para ofrecer, sus playas tienen su encanto. Praia de Iracema, fue la primera que visité. Es un punto muy elegido para eventos importantes, sobre todo los deportivos, y también para megashows. Dicen que el evento más importante es la Fiesta de Año Nuevo de Fortaleza, donde van más de un millón de personas. También aproveché las tardes de Fortaleza para conocer la playa de Titanzinho, la playa más chica de fortaleza. No es para nada turística, quizás ese motivo fue lo que me dio curiosidad para ir. Es muy buscada para la práctica de surf, no conozco nada de surf, pero de todas formas fue divertido ver a chicos hacer piruetas en el agua con sus tablas. Pero, como si a Fortaleza no le bastaran las largas noches divertidas y las espectaculares playa, también tiene varios shoppings. Así que reservé uno de los días en que estuve por allí para conocerlos y también para hacer compras. Además de llevar algunos regalos, no dudé en comprar el típico souvenir cearense, la llamada “Garrafa de Areia Colorida”. Se trata de unas botellitas con diseño de paisajes hechas con arena. Las más conocidas son las de Canoa Quebrada, además como fue uno de los puntos que más me gustó del viaje, aproveché para comprar esas. Con las valijas algo más abultadas por las compras, con el cansancio de las tardes de sol y de las noches de baile, volví hacia mi ciudad. Costó mucho acomodarse a la rutina después de haberla pasada tan bien. Por supuesto que ronda en mi mente la idea de planificar otro viaje a algún punto de Brasil…
  19. Hoy voy a contarles mi viaje a la tierra de corsarios, a la tierra de hippies, al lugar donde nació Bob Marley. En el pasado, supo ser un enclave pirata, más precisamente allá por el siglo XVII, fue también un refugio de bucaneros famosos, hablo de nada más y de nada menos que de Jamaica. Jamaica es como todos bien sabemos, la cuna del reggae, una de las islas más grandes y hermosas del Caribe y sobre todas las cosas, es un excelente lugar para descansar y tomar sol. Debo admitir que llegué a la isla con un poco de miedo, yo creo que fueron mis amigos y familiares quienes con sus comentarios me dieron un poco de temor. “¿Te vas a Jamaica?” “¿No pensaste en un lugar más seguro?”, “¿Vos estás segura de que es una buena idea?”, éstas y unas cuantas preguntas más (del mismo estilo) eran las que escuché. Pero, no me detuve. Yo hacía tiempo que quería conocer este país, así que a pesar de todo, seguí en pie con mi idea y de todas formas viajé dispuesta a disfrutar y conocer. Una de las primeras cosas que hice al llegar, mientras completaba el famoso “Check In” en el hotel, fue hablar con el recepcionista. Después de algunas preguntas no tan significativas del tipo “¿vino mucha gente esta semana?”, “¿Refresca mucho a la noche?”, como para entrar mínimamente en confianza, me animé a preguntarle por aquello que daba tantas vueltas en mi cabeza, la cuestión de la seguridad en Ocho Ríos y en el resto de las ciudades a las que iba a conocer. Me dijo que había situaciones como en todos lados, pero nada grave como para andar preocupándome en exceso, que bastaba con tener las precauciones que se tienen en cualquier ciudad. Un poco me alivio, pero recordé una frase que una vez me dijeron cuando era chica “Si no pensás el miedo desaparece”, así que lo que hice en los próximos días, fue disfrutar de mi viaje sin pensar en más que en el famoso “amor y paz” de los hippies. Mi viaje transcurrió entre Ocho Ríos, Montego Bay y la capital del país, Kingston. Lugares increíbles si los hay. Las playas parecen postales. Recuerdo a una pareja casándose en la playa, parecía el rodaje de una película pero era totalmente real. La flamante novia disfrutaba de una ceremonia al aire libre, caminaba acompañada de sus padres para encontrarse con su futuro marido, en uno de los mejores lugares del mundo. En este viaje opté por conocer las playas de tipo all inclusive, quería hacer algo diferente en este viaje de sol y playa y conocer otra cara del turismo, pero de cerca. Como se imaginaran, están todas las comodidades y uno pasa las mejores tardes que pueda imaginarse. Una cosa fantástica que se suma a los encantos de Jamaica es la variedad y belleza de sus aves, seguro que para los amantes del “birdwatching”, esto debe ser todo un paraíso. Además de conocer las playas, tomar sol y darme unos cuantos baños y chapuzones en las aguas celestes cristalinas, visité un sitio que hacía tiempo que tenía ganas de conocer: el “Mausoleum de Bob Marley”. Es una aldea ubicada a un poco más de hora de distancia de Ocho Ríos, si mal no lo recuerdo, creo que el viaje duró una hora y media. Fui en un autobús que llevaba el nombre de “Zion” y estaba pintado con los colores típicos: rojo, amarillo y verde. Como podrán ver, todo está acorde y perfectamente ambientado. Qué decir del traslado, ¿Hace calor para ir? Sí, es cierto, el camino tampoco está en las mejores condiciones, hay varias curvas, pero les aseguro que vale la pena y el esfuerzo tomarse la “molestia de ir”. En el camino nos encontramos con varios niños que notaban que éramos turistas y venían a pedir algunas monedas y algunos caramelos, como sucede en otras partes del Caribe. Esta pequeña aldea fue el sitio donde nació el querido Bob y también es el lugar donde fue enterrado. El Mausoleum, es un lugar que tiene sus particularidades, hay gente fumando marihuana y vendiendo, porque allí es legal. Es una visita que se recomienda no hacer con niños, o no hacerla si se van a considerar este tipo de cuestiones como ofensivas. Ya me las habían aclarado previamente, pero de todas formas no me pareció que esto tuviera que ser un impedimento, elegí pasear ignorándolos, me interesaba mucho conocer el punto dónde nació el creador de tan fantástica música. Está la opción de solicitar una visita guiada al llegar al lugar, no tiene un valor muy costoso y es interesante, porque como toda guiada, va acompañada de explicaciones y detalles que si no fuera por la ayuda de los guías, uno los pasaría por alto o se los perdería. Demás está decir que el recorrido también está acompañado por música reagge. En el lugar hay además, un restaurante vegetariano, pero no probé los platos porque ya habíamos almorzado previamente. Entonces aproveché el tiempo para entrar a la tienda y comprar algunos souvenires, y bueno claro, algunos regalos para mí ja ja. Con unas cuantas bolsitas en la mano, me despedí de Nine Mile, la aldea dónde nació Bob, escuchando su música y pensando en su talento.
  20. El mar que se encuentra en México tiene su encanto propio, evidencia colores que sólo los trópicos saben acentuar con ganas. Es una tierra en dónde las arenas brillan todo el tiempo, especialmente al anochecer con la luz de la luna y también, (lógicamente) con la luz del sol. Ese sol típico de las tierras caribeñas, que invita a estar en la playa todo el día. Aunque todo lo que haya dicho, quede medio poético, puedo dar fe que Tulum, es un lugar mágico, es uno de los mejores lugares de playa en donde tuve la oportunidad de estar. Mucha gente lo define como lo más cercano que existe al ideal de playa caribeña en la Riviera Maya. Tulum es un sitio que se destaca sobre todas las cosas por la tranquilidad (o al menos esta cualidad es una de las que yo más rescato del viaje) . Su calle principal, la cual está un poco lejos del mar, unas treinta cuadras, no es para nada glamorosa. Pero eso sí, tiene todo lo que hace falta, farmacias, algunos mercados, algunos bares ideales para sentarse a tomar algo fresco a la tardecita y también restaurantes, pero muy pocos. Lo más típico y recomendado por los lugareños son los tacos, y claro como no sentirme tentada a probarlos estando en México. Me encantaron, por suerte no estaban muy picantes. Una de las cosas que me comentó el simpático mozo que atendía en el restaurante del hotel, fue que el chile habanero es uno de los cultivos más típicos de la región de Yucatán, la cual es productora de unas mil quinientas toneladas anuales. Es un tipo de ají muy particular, que no me animé a probar (como se darán cuenta no soy amante de lo picante). Es el más picante de todos y uno de los más usados. Siguiendo con la cuestión gastronómica… recomiendo, que si andan paseando por Tulum, no pierdan la oportunidad de probar los postres helados, son deliciosos. Algo que también recomiendo, es el “yaxhú”, es un jugo muy refrescante, ideal para una salida post playa. Se prepara con piña, chaya, apio y licor de xtabentún. (Este licor de difícil pronunciación es de anís y de miel de abeja) Si hay algo que sí es masivo en Tulum son las ruinas mayas. A tan sólo un kilómetro y un poquito más, es posible visitarlas. A diario llegan contingentes de turistas deseosos de visitar este interesante legado que dejó la civilización maya. Eso sí, no son tan llamativas como lo son las ruinas de Chichén Itza, pero lo que las hace famosas y también interesantes de conocer, es su ubicación. Creo que mejor ubicación no podrían haber tenido: frente al mar. Pero no quiero que esto se preste para confusión, no son las únicas que tienen vista al mar. En las guías de viajes figuran otras, como es el caso de la costa oriental del Mayab a unos 70 kilómetros del Tulum (yo me conformé con visitar las más cercanas, prefería estar en la playa) Una de las características más destacadas que tiene el conjunto arquitectónico de Tulum (el cual en lengua maya significa muralla) es que es uno de los más importantes, además de ser el que está a mayor altura. En la entrada del lugar, se puede contratar de manera opcional, un guía. Yo lo recomiendo, porque gracias a ellos se puede conocer cómo funcionaba esta ciudad, la cual fue construida entre los años 900 y 1500. De todas formas, los guías cuentan su versión, lo más importante, o lo que más me gustó a mí, fue el hecho de que ellos ayudan a ver detalles, cosas que uno no puede ver con tanta facilidad. Me refiero a formas de serpientes en la columna, nichos con dioses grabados en la piedra y también frisos con mascarones zoomorfos. Todos los aplausos, se lo lleva el Castillo. Este es, el edificio principal, el que sale en todas las fotos. El que todos tenemos en mente a la hora de llegar. Lo que primero nos paramos a ver. Según el guía que contratamos, el Castillo tiene unos doce metros de altura. Está construido al borde del acantilado que cae a pique en el mar. Dicen que se había construido en ese punto y con esa altura para funcionar como un faro. Terminé la tarde de paseo por las ruinas mayas viendo las casas, adoratorios y los templos. En total hay unas doce construcciones y además una muralla. Todo se puede ver pero está prohibido subir a las pirámides. Hay que ver sin tocar. Lo que más me gustó fue bajar a la tranquila e íntima playita que está bajo el Castillo. Vino muy bien entrar en ese mar increíblemente calmo y verde para refrescarse. Desde el agua seguí contemplando las construcciones de piedra, esos vestigios eternos que dan una sensación que en pocas palabras puedo calificar como única. No sé cuál habrá sido la primera sensación que experimentaron los primeros conquistadores que llegaron a estas tierras mayas de la Península de Yucatán, pero si puedo asegurarles que el paisaje es, como dije antes, único, difícil de describir en palabras...
  21. Fue en sus comienzos un pueblo minero y hoy en día se transformó en una de las estaciones de esquí más chic o más top (como dicen hoy en día)… Me refiero a Aspen, un lugar para disfrutar la nieve a pleno, un lugar para conocer también en primavera. Es difícil decir que estación es la mejor, ambas tienen su encanto, sus particularidades. Es un sitio al que volvería a ir, pero la próxima vez, espero que sea en navidad para conocerlo en otra faceta. Pero volviendo a lo que “estaba diciendo”, les voy a contar de mi paseo en época invernal y también en época primaveral para que comprueben por ustedes mismos que es muy difícil decir cuál momento es el mejor para ir… Días de nieve Hace algunos años, tuve la oportunidad de viajar por primera vez a estas tierras. El primer viaje fue en invierno, con mucho frío. Más de lo que creí que iba a hacer. Por supuesto que fui bien equipada, con guantes, con sweaters bien grandes (de esos que parece que pesaras cinco o diez kilos más cuando te los pones), pantalones gruesos para soportar el frío de la nieve, guantes de polar (varios pares) y soquetes azules tejidos por mi abuela . Además de partir con mi terror al frío y con la cámara de fotos con varias baterías… Empaqueté también dos días antes de salir, dos ideas que me daban un poco de miedo, quizás más pánico que el frío mismo… Bueno, las confieso… La primera de ellas, era que en estas tierras donde la gente derrocha simpatía y gracia deportiva, mi condición de completa principiante quedaría totalmente descubierta y en evidencia. Me daba bastante vergüenza de sólo pensarlo. La segunda idea que rondaba por mi cabeza era me pasaría una semana completa a base de cosas ricas y calóricas, hamburguesas, papas fritas y platos abundantes con salsa barbacoa acompañarían mis días. Ésta segunda se cumplió. De solamente recordarlo, se me hace agua la boca… No solo el viaje con sus encantadores paisajes me sorprendieron, sino algo aún mejor, para mi segunda clase de esquí ya estaba en condiciones de ir a pistas más difíciles y parecía una esquiadora experimentada, de esas que todos los años viajan a algún destino de nieve. Mis días en este primer viaje invernal, transcurrieron entre esquí, nieve, tropezones y comida rica con salsa barbacoa… De todas formas, debo admitir, que para aprender a esquiar bien, tuve que recurrir a las clases para principiantes. La verdad que valieron la pena, además había instructores bilingües, que explicaban y enseñaban muy bien el arte de esquiar, siempre dando ánimos a quienes al principio pasábamos más tiempo tropezando que esquiando. Días primaverales en Aspen La segunda vez que planifique mi viaje hacia Aspen, fue en primavera. Una estación que siempre me gusto, siempre me ha parecido romántica. Para mí la primavera es sinónimo de amor. Es que el aire primaveral tiñe los paisajes de otro encanto. Los lugares parecen ser distintos. No sabría decir con certeza cuál de las dos postales es mi preferida, lo cierto es que las actividades y los paseos son otros. Por supuesto, que también los recomiendo. Pero no me pidan que les diga cuál es mejor o más lindo, porque como viajera fanática que soy, me gustan todos los lugares a los que voy, en cualquier estación. En este viaje primaveral, uno de los paseos que hice fue visitar una Reserva Forestal, que lleva el nombre de White River. Luego de pedalear varias horas, entre subidas y caminos un tanto difíciles llegué a destino. El paisaje es muy parecido al Parque Yellowstone, pero sin la enigmática fuente termal. Por momentos me acordaba de la serie del osito famoso de televisión. La vista de los montes y de los espejos de agua, son difíciles de describir con palabras. Varios turistas aficionados posan y sacan fotos. El aire puro y cálido acompaña el lugar, un sitio ideal para andar en bici y también para caminar. Es un punto que se recomienda sobre todo para los amantes del trekking. Después de varias vueltas en bici, llegué al hotel sumamente cansada, a degustar nuevamente un plato de salsa barbacoa y a dormir para reponer energías. Otra de las cosas fantásticas que tiene la primavera, es que invita a almorzar al aire libre, con vista a las montañas nevadas. Un momento increíble. Algo que me sorprendió bastante, es que según me comentó el mozo, los restaurantes usan productos orgánicos para apoyar a los productos de la economía local y también para mejorar la salud de los residentes y también, de nosotros los turistas. Sea como fuese que estuviesen preparados, los platos eran realmente increíbles. Con el recuerdo del aire primaveral, los paseos en bicicleta y ganas de regresar, volví a mi país. Espero que el próximo viaje sea en alguna Navidad, para ver a Aspen con otro encanto…
  22. Es bien conocido por todos, que en el Viejo Continente, es decir en Europa, los países que se ubican más al sur son “más exóticos”. Uno de los países que tuve oportunidad de conocer hace poco tiempo fue Croacia: una joven república con un largo convulsionado pasado de identidad negada y recuperada. Su presente está marcado por turistas y viajeros deseosos de conocer “la otra Europa”. Pero no solo su pasado y su posición en el mapa eran las cosas que me motivaron a llegar a estas tierras, también sus puntos turísticos… Al llegar a “tierra firme” fui descubriendo varios secretos del lugar, gracias a los folletos turísticos y también gracias a los relatos de los lugareños. Algunas de las cosas interesantes que recuerdo son…Es un país que recientemente se incorporó a la Unión Europea, es un país con más de 1200 islas (me dieron ganas de tener tiempo y plata para conocerlas a todas), con ciudades protegidas por la UNESCO y, este país exótico tiene unos ocho Parques Nacionales. Hice la primera parada en la ciudad capital, Zagreb. Una ciudad donde llama la atención como los “zagrebíes” toman café, sentados en las terrazas sin ningún apuro. Yo, creía que esta era una costumbre netamente argentina, pero, dicen que los sábados aquí el “cafecito” es toda una moda y un acontecimiento para el cual todos se hacen tiempo.,, Una cuestión que me llamo mucho la atención de Zagreb, es que no es una ciudad netamente consumista. No se ven las grandes tiendas típicas de Europa, como las de Francia o Italia. Es más austero, pero no por ello feo o aburrido. Es diferente a los otros países de Europa. Tiene su encanto propio, su particularidad. La calle principal es Ilica, aquí se levantan vidrieras sobrias. Predominan las casas de zapatos y sombreros (cosa que también me llamó la atención, porque en mi país los sombreros cada vez se usan menos). La ropa es sumamente discreta, como ya dije, nada que ver con las deslumbrantes tiendas de otras capitales europeas o grandes metrópolis americanas. Siguiendo con las curiosidades (cosa que me encanta), aquí va una… ¡La corbata nació en Croacia! Fueron los soldados croatas quienes empezaron a marcar esta tendencia, que en la actualidad sigue en vigencia. Ellos colocaban en sus cuellos, pañuelos atados de los cuales colgaban extremidades. Los franceses (siempre interesados en la moda), no pasaron por alto este detalle, para ellos desconocido y no dudaron en incluirlo en su vestuario. Los franceses le pusieron el nombre de “Cravate”, una derivación de la palabra croata. Con el tiempo, la original “Cravate” se modernizo y llegó a tomar la forma que tiene hoy en día, elegante y, como dicen casi todos: complicada de colocar. La corbata original se puede ver en una boutique de Zagreb. Otro de los lugares que visité en el país exótico de las curiosidades, fue un lugar maravilloso de nombre un tanto complicado de pronunciar (que aún no logré poder enunciar correctamente) Plitvice. Se trata de un Parque Nacional, ubicado nada más que a dos horas de Zagreb. Es un lugar encantador, como todo espacio protegido, difícil de describir con palabras. Recomiendo que lo visiten. Es uno de los puntos más elegidos para “dar el sí”. Dicen los lugareños, que muchas parejas eligen este escenario natural para casarse. Según me contó el guía que nos acompaño a Plitvice, anteriormente, todos los 25 de mayo tenían lugar allí, decenas de casamientos. Inmediatamente le pregunté el por qué de la fecha, a lo que el me respondió: es el día del cumpleaños de Tito, los casamientos eran cientos. Otra curiosidad es un museo muy especial, el Museo de Broken Relationships. Es un espacio que fue creado por una pareja de artistas tras su separación. Como no sabían qué hacer con sus cosas en común y regalos, decidieron ponerlos en un museo. Es un museo nuevo, fue inaugurado en el 2010, hay de todo. Son varios quienes tras separarse, donan los objetos para enriquecer al museo. Abundan los ositos de peluche, los vestidos de novia e inclusive vidrios rotos tras peleas. Eso sí, también se venden souvenires para olvidar los malos momentos. Después de pasear unos días fugaces por Zagreb, me despedí de la ciudad donde nació la corbata y donde las relaciones terminadas se transforman en arte, pero antes compré algunos "licitar". Es un souvenir que aunque parezca de plástico, es un pastel exquisito con sabor a miel. ¡Riquísimos!
  23. Me encanta ver películas, el fin de semana suele ser el momento en qué aprovecho para ir al cine y ver algo. Me gusta casi todo… comedia, drama (de vez en cuando), terror (aunque nunca una película logró asustarme, ni siquiera cuando era chica), suspenso (el género que más me gusta), infantiles por qué no, históricas, películas 3D, etc, etc. Dije “casi todo” porque las de acción no son santo de mi devoción, me parecen todas iguales. Además de ir al cine, en el “finde” o en la semana cuando tengo tiempo, me veo alguna serie o película. Estoy siguiendo varias series, casi todas muy interesantes. Como se podrá notar, soy cinéfila… En la ciudad de Mar del Plata, todos los años se celebra el Festival Internacional de Cine y por supuesto que no pierdo la oportunidad de ir. En esta edición el Festival cumplió sus 60 años, ya que fue concebido en el año 1954. Yo todos los años espero ansiosa la llegada de este evento, a mi me encanta. Un detalle no menor es que es el único de toda Latinoamérica que tiene la categoría “A”, calificación a mi criterio bien merecida. Desde hace algunos años se viene haciendo duramente el mes de noviembre, antiguamente era durante el mes de marzo. Es una oportunidad que considero sumamente interesante, ya que puedo ver películas “no comerciales” y conocer más del mundo del cine, vi películas de Irán, de Colombia, de Venezuela… También es interesante porque podes escuchar a los directores y a los actores contar anécdotas y cosas sobre el rodaje de la película. Se proyectan entre 300 y 400 películas, lamentablemente dura una sola semana y lógico es imposible ver todas. Yo siempre pienso en que sería ideal que durara por lo menos dos semanas. Con las ocupaciones cotidianas, a lo sumo hago tiempo para ir a ver una película por día, y no todos los días hago tiempo a ir. Pero debo admitir que hago mis esfuerzos para organizarme y poder ir. Este año aproveché para ver de todo un poco, películas de competencia Latinoaméricana, películas de competencia Internacional y también otras que no estaban en competencia. Y en el último día aproveché para ver una de las ganadoras a mejor guión. Igual, yo creo que es cuestionable lo de las calificaciones, hubo otras que me gustaron más y no recibieron ningún premio… Hay de todo, algunas son muy buenas, con guiones super interesantes y originales, pero también hay algunas que son un poco aburridas, o demasiado lentas en comparación con el cine “tradicional” o el que uno acostumbra a ver. En cuanto a los actores, algunos son muy buenos, hay otros que no son actores pero que hicieron buenas películas y también vienen algunos que son famosos. Una de las mejores cosas es que podes ir en cualquier momento del día a ver películas, se empiezan a proyectar desde las 9:00 am y hasta la madrugada hay funciones. Yo generalmente aprovecho para ir a ver las que pasan en el Audiotorium, es una de las salas más grandes, con un sonido espectacular. Está ubicado en el Gran Hotel Provincial, “a pasitos” del mar. El Festival también ofrece varias actividades especiales, como por ejemplo, charlas con directores, con personas especialistas en cine, presentaciones de libros de cine, etc. Son principalmente actividades para estudiantes y entendidos del cine. Yo me conformo por ahora con ver las películas, quizás en algún momento lea algún libro de cine o vaya a algunas de las charlas. Hoy fue el último día del Festival de este año, debo confensar que me da una pequeña sensación de tristeza, los pasillos de los cines se ven menos poblados de gente, hay menos movimiento, se empiezan a ir todos los turistas cinéfilos y hay una sensación de calma, como si hago faltase. Ver por última vez la presentación del Festival proyectada en la fachada del Provincial, aplaudir por última vez a una película de cine arte, cerrar el librito de la programación y guardarlo junto con los otros en la biblioteca, son situaciones que hacen pensar en que el tiempo pasa muy rápido y en que el festival se va a extrañar. Pero, como dije el tiempo pasa rápido, será cuestión de esperar al próximo año, que seguramente va a ser aún mejor ya que será la 30 edición (Vale aclarar que el Festival no se llevo a cabo de manera continuada desde sus comienzos) Mientras tanto habrá que conformarse con volver a ver las “pelis” de todos los “findes” las de Hollywood (que también me gustan!)
  24. Hace un tiempo, viaje a la ciudad de La Plata, la ciudad de las diagonales... El motivo principal del viaje no era conocer la ciudad en sí misma, sino ir a ver el recital de una de mis bandas preferidas: U2. Es uno de los grupos de música que más me gusta, además sus shows no son solamente música, son sumamente extraordinarios… Al principio, la idea que tenía en mente era ir y venir en el día, yo estoy a unos 400, 500 kilómetros de esta ciudad. Por suerte me di cuenta que sería agotador y además muy incomodo ya que no sabía la hora de finalización y probablemente íba a tener que hacer tiempo para tomar un micro que me trajese de nuevo hacia mi ciudad, Mar del Plata. Fue por ello que empecé a organizar mi viaje y a buscar dónde hospedarme. Resultó muy difícil efectuar una reserva por teléfono, cosa que me pareció sumamente extraña. Probablemente, la ciudad de las diagonales no estaba acostumbrada (por lo menos en esa época) a recibir grandes aluviones de turistas, pero con el surgimiento del Estadio Único de La Plata y la llegada de U2 varias personas (fanáticos, curiosos y acompañantes) iban rumbo hacia allí. Tomé el colectivo a las ocho de la mañana (con bastante sueño, la ansiedad me había jugado una mala pasada y no había dormido casi nada) y al mediodía ya estaba allí. Fui a un locutorio dentro de la terminal para internar comunicarme con distintos hoteles para verificar la existencia de alojamiento disponible. Luego de dar algunas vueltas por la ciudad, finalmente conseguí donde dejar el equipaje y donde dormir luego del evento. Tomé un taxi para llegar al Estadio Único de La Plata. El recital comenzaba a la tardecita, pero había que estar antes, para conseguir una buena ubicación. Hacía bastante calor para ser el mes de abril, pero a pesar del calor, de las pocas horas de sueño, el tiempo voló y se hizo la hora de poder entrar después de varios controles. Elegí la ubicación que creí más conveniente y allí me quedé esperando al show... Con respecto al estadio, en ese entonces prácticamente nuevo, recién pintado, podemos calificarlo de cómodo, lindo y obviamente grande, muy grande. Esperé allí un rato hasta que llegó la banda soporte Muse, la cual no conocía pero me pareció buena. Después me enteré que muchas personas fueron para ver especialmente a Muse. Finalmente empezó el tan esperado show 360 de U2. Fue espectacular tanto en cuanto a la música como a la infraestructura, los efectos de luces y por el impecable sonido. Una experiencia única que me dejó con ganas de volver al próximo. El día siguiente amaneció con lluvia. Tuve suerte de haber elegido el día anterior para ir al recital y evitar mojarme en la cola de ingreso. Fui a desayunar y a comprar los pasajes para regresar. Pero, tenía ganas de dar una vuelta y conocer a la ciudad en sí misma, por eso compré los pasajes para la salir a la tardecita. Partí de la terminal siguiendo las diagonales que caracterizan a esta ciudad de perfecto trazado urbano, hasta arribar a la plaza principal. En esta se concentran los edificios más importantes e históricos como el de la municipalidad y el de la Catedral. Luego de tomar un par de fotos con el cielo gris como telón de fondo, entré a conocer la Catedral Metropolitana de La Plata “Inmaculada Concepción” de manera muy silenciosa ya que en ese momento se estaba desarrollando una misa. Después de esta visita fui hacia el centro para almorzar y ver el camino más conveniente para llegar al Paseo del Bosque, una de las zonas más atractivas de La Plata con una tupida vegetación. Caminé varias cuadras para llegar a esta zona donde se presentan varios puntos interesantes como el Museo de Ciencias Naturales. El paseo que conduce hacia el Museo es muy pintoresco, con varias especies de aves y árboles como decoración. El Museo de Ciencias Naturales conserva su llamativa y original fachada cuya construcción data del año 1884. Era domingo, pero había varias personas dentro del imponente edificio. A vuelo de pájaro, por que el tiempo apremiaba, pude ver colecciones de mariposas, muestras arqueológicas, una sala dedicada al sistema solar entre otras cosas más. En el Paseo del Bosque hay otros puntos para conocer como el Jardín Zoológico y el Observatorio Astronómico. Me quedé con ganas de conocer el Observatorio, el sistema solar siempre ha sido una cuestión interesante para mí, pero no había tiempo. Y en cuanto al Zoológico, que decir… lógicamente no entré, no solo por tiempo, sino por una cuestión ideológica, no estoy para nada de acuerdo con ello. Fue un viaje fugaz pero a mi criterio muy bien aprovechado. Quizás si no fuera por el recital o por algún motivo en especial, nunca hubiese pensado en viajar para conocer a la ciudad de La Plata, pero lo cierto es que tiene varios puntos turísticos interesantes para conocer. Lo recomiendo para pasar un fin de semana o por lo menos una noche…
  25. Al oeste de Los Andes, se encuentra San Francisco de Quito, o simplemente “Quito” como le solemos decir todos. Es, como todos sabemos, la ciudad cabecera de Ecuador. Es un lugar difícil de describir en palabras porque tiene un entorno natural fascinante y el clima es excepcional. Como si todo lo anterior fuese poco, tiene un interesante casco histórico que fue declarado como Patrimonio de la Humanidad. Fue por esta mezcla de cosas que me vi tentada a planificar un viaje a estas tierras… El orden de los acontecimientos, fue algo así… vi unas bocas de volcanes nevadas, atravesé una franja de nubes cargadas de agua y luego un descenso en picada para finalmente aterrizar en el medio de la capital de Ecuador. El aeropuerto quiteño llama la atención de cualquiera… aviones por aquí, aves por allá, todo pasa muy cerca de la cabeza dando una sensación de susto e intriga. Una de las primeras cosas que me enteré al pisar el suelo quiteño, es que Ecuador, es uno de los principales exportadores de rosas. Son únicas, extremadamente suaves y perfumadas. Según me informaron, es gracias a las condiciones del lugar lo que hace que estas rosas tengan esa calidad. Las flores reciben durante todo el año, la misma cantidad de horas de sol que de sombra. Debe ser lindo ser "quiteña" y recibir esas rosas de regalo. Tuve la suerte de poder salir a recorrer ni bien llegué. Gracias a Dios no me apuné. Experimenté una sensación de pesadez ni bien llegué, pero por suerte no fue muy grave. Quito está a 2800 metros sobre el nivel del mar, un cambio bastante importante para mi cuerpo, ya que vivo en una ciudad costera. Pero ya tengo cierto entrenamiento, viajé a la puna de mi país, estuve en Perú, de a poco mi cuerpo se va acostumbrando a los cambios. Recorriendo el centro histórico No sé si habrá sido por falta de recursos que no se demolieron las construcciones o si fue por una valoración hacia el patrimonio, pero lo cierto es que el centro histórico de Quito tiene construcciones sorprendentes. Según leí en un folleto turístico que recogí del aeropuerto, Quito tiene el centro histórico más grande de América, con unas 320 hectáreas de casas coloniales y edificios monumentales. El centro histórico se mantuvo tal cual quedó desde su fundación, allá por el año 1534. Afortunadamente cuenta con la protección del título de Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgado por la UNESCO. Una de las construcciones más alucinantes es la Basílica del Voto Nacional, con un rico estilo neogótico. Dicen que su construcción comenzó en el año 1884 pero por falto de presupuesto quedó sin terminar. Hay otra versión que dice algo así como… “el día que se termine de construir la Basílica se acabará el mundo” (Quizás este motivo asusto a sus constructores) Es complicado por momentos tratar de ubicarse, ¡Las calles tienen dos nombres! Uno hace alusión a historias o anécdotas locales y otro es el nombre que se utiliza hoy en día, el cual se basa en fechas, países o próceres. Las calles angostas son sumamente transitadas por lugareños con trajes típicos, vendedores de hojas de té, mujeres con sus bebes anudados en la espalda y por supuesto también por nosotros, los turistas. En el medio o, mejor dicho "el casi medio del mundo" Y como no verse tentado estando en Ecuador, a visitar el famoso monumento coronado con una bola que indica que uno está en el medio del mundo. En realidad, leyendo una revista me enteré que esta idea del “medio del mundo” es un mito. El hito está a 2,40 metros al sur de la latitud cero. Parece que el GPS nos pinchó el globo a todos. En un recipiente ubicado un metro más al sur de la línea del Ecuador, el agua que es vertida gira hacia la derecha y cuando trasladas un recipiente al lado norte, el agua gira hacia la izquierda. Pero, presenten atención al siguiente detalle… cuando es colocado en la línea de la latitud cero, el agua cae perpendicular ante nuestros ojos. Hay otras experiencias que permiten corroborar este pequeño error… recuerdo que un turista fortachón y grandote que juntó sus manos y el guía intentaba separarlas. Cuando hicieron la prueba en el mal indicado punto cero, las manos del hombre se abrieron como una flor. Es divertido ver como todos hacen experimentos y quedan asombrados al enterarse de esta verdad. Paseo nocturno por la Plaza Independencia De noche los lugares parecen sumamente distintos. Es por eso, que trato de ver las mejores postales de cada lugar al que visito en dos momentos distintos. Y claro, como privarme de ver el espectáculo de la Plaza Independencia de Quito por la noche. Además, los paseos nocturnos tienen la ventaja de ser más tranquilos. Es decir, hay menos gente, se pueden sacar mejores fotos, hay más silencio, etc. Esta plaza es la más grande de toda la ciudad y es un símbolo del poder ejecutivo del país. En la plaza hay varias construcciones interesantes para admirar como la Catedral Metropolitana, el Palacio Municipal, otros palacios más y un lujoso hotel. En mi paseo por Ecuador, también visité otros sitios interesantes como Cotopaxi, que en otra oportunidad les comentaré con mayor detalle.
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